TURISMO > Políticas para el Turismo2003 > Políticas Culturales

Conclusiones:

II Congreso Internacional de Turismo Cultural NAyA

Internet, Octubre del 2003

III Encuentro de Turismo Cultural-NAyA:
"El turismo: espacio de diálogo intercultural"

Museo José Hernández-Buenos Aires, 30-31 octubre y 1°noviembre de 2003.

INDICE

•  Introduccion y Objetivos Generales
•  Políticas culturales para el turismo.
•  Patrimonio y turismo
•  Turismo y comunidades
•  Turismo-Estado-Indígenas
•  Turismo y medio ambiente
•  Turismo y Educación
•  Museos y sus propuestas culturales para el turismo
•  Análisis del mundo del trabajo en el área de turismo

PARTE 1 > Políticas culturales para el turismo.

•  Presentación y objetivos específicos del foro

Resulta a esta altura razonablemente claro que el Turismo es un proceso complejo, esto es, que involucra un gran número de "dimensiones" (políticas, culturales, socioeconómicas, ambientales). Las prácticas que llamamos Turismo, además, no se despliegan en un "vacío" sino que involucran un gran número de actores diversos, con diferentes objetivos e intereses, no siempre armónicos, y muchas veces abiertamente conflictivos.

En este sentido, y a los fines de evitar confusiones, queremos distinguir en la discusión dos niveles distintos y complementarios: por un lado tenemos el aspecto "descriptivo" del turismo (cómo funciona concretamente, como se verifica en la práctica) y por otro lado el aspecto "normativo" del turismo (que querríamos que fuera, cómo querríamos que tuviera lugar). El primer aspecto se parece un poco a lo que los antropólogos solemos llamar "etnografía" (y que tiene que ver con "ir y ver" como ocurren las cosas), y el segundo se parece bastante a lo que solemos llamar "ética" (y que tiene que ver con qué tipo de turismo querríamos hacer o que se hiciera).

De este modo, cuando hablamos de "Políticas Culturales para el Turismo", lo que queremos es poner un pie en cada orilla, de modo tal de preguntarnos, por un lado, "¿cómo se hace turismo en tal lado?" y por el otro "¿qué turismo querríamos que se hiciera?". Sólo contestando esas dos preguntas, muy distintas entre sí, podemos intentar cerrar la brecha y ver cómo llegar de lo que tenemos a lo que querríamos tener. A la luz de esta distinción entre lo descriptivo y lo normativo,

intentaremos en los días sucesivos, dialogar con las diversas ponencias presentadas, para ver qué preguntas nos sugieren respecto de lo que signifique hoy el turismo cultural como práctica concreta y en qué manera podemos empezar (aunque más no sea) a llenar la brecha que lo separa (o no) de lo que querríamos que el turismo fuera.

 

•  "¿Cómo se hace turismo?" Comentarios sobre los análisis planteados en algunas ponencias

 

[Reflexiones sobre la ponencia de Alfredo Francesch]

En relación al trabajo de Alfredo Francesch 1 (UNED-España), titulado "El enclave turístico : identidades, narrativas y actores".

No hay duda que las visitas diseñadas en los planes de desplazamiento o Paquetes Turísticos son condensadas pero también son coercitivos. El Tour Operador que "arma" el paquete tratará de obtener el mayor rendimiento con el menor esfuerzo (y desde el punto de vista de la economía no es ningún descubrimiento); pero es coercitivo también, porque ya se ha negociado con los prestadores de servicios locales para obtener descuentos. Todo ello producen símbolos que influyen en la visión del mundo (las representaciones) de los turistas visitantes.

Un paquete es ordenado y regulado para lograr economía de escala. Pero el paquete es del interés no del turista sino del que prepara el paquete. Que trata de que la ruta sea "animada y teatral". Pero parece que ello coincide también con el comportamiento del turista. En efecto, se ha demostrado que el comportamiento del turista también parece responder a esta condensación.

En un trabajo de C.P. Cooper (Inglés) titulado : Spatial and Temporal Patterns of Tourist Behaviour publicado en Regional Studies, Vol. 15, No. 5, pp.359-371 (1981), ya se señalaba que el turista trata de reducir su incertidumbre al explorar un área visitando en sólo aquellos sitios o puntos que él percibe que le otorgarán una mayor satisfacción en relación a su esfuerzo, y este hecho es tomado por los mediadores o los gerentes que administran los recorridos para adoptar controles sobre el visitante y enseñarle aquello que se considera " un espectáculo".

Cada turista es un mundo de comportamientos donde influye su proceso de socialización. El turismo proporciona informaciones condensadas en un tiempo limitado y el turista tiene que explorar el espacio de una manera jerarquizada, pues el tiempo es una restricción (es efímero y se debe utilizar en forma eficiente). Cada ruta se ve como un "proyecto" que se debe aceptar dentro de los límites de la estructura espacial y temporal. La selección de los sitios, en la ruta , y para un turista independiente (sin paquete), depende de sus preferencias, actitudes y nivel de información que obtenga, pero el tiempo y el dinero que desea gastar son limitaciones para ver todas las alternativas posibles.

El turista maximiza sus beneficios y minimiza sus riesgos. Explora lo que le conviene (es selectivo) según su edad y su clase social. Su mapa cognitivo del área es un mapa selectivo. Pero el Turismo de paquete igualmente es selectivo por una razón también económica que le es impuesta; el paquete conduce a los turistas donde existen facilidades recreativas para reducir la incertidumbre de la visita.

El prof. Cooper realizó una investigación de campo en más de 30 puntos de la isla inglesa Jersey y entrevistas a 1.075 grupos de turistas para seguirle la pista de sitios visitados y estudiar sus movimientos durante 5 días. Los sitios que se visitaron siguió la estrategia de jerarquizar los lugares según sus posibilidades de eliminar la incertidumbre de equivocarse y minimizar su riesgo de frustración. El nivel de facilidades también le indicaba que podía estar en una estrategia de aventura (mayor placer recreativo). Así pues el paquete turístico igualmente jerquiza los lugares y le permite a los turistas conocer el sitio en forma sistemática y en una especie de ola que va desde el lugar de alojamiento por los lugares de mayor atracción y de facilidades para también reducir la incertidumbre y obtener el mayor beneficio con menor costo posible.

[Comentario]

Sobre lo manifestado anteriormente, y los que elaboran los paquetes turísticos, es interesante el análisis, pero recordemos que ahora se hace previo a un programa turístico un estudio de mercado, se elige un segmento estudiado a fin de tener éxito. Mi experiencia en este campo es que me gusta observar y conversar con el turista y producto de esto elaboré paquetes turísticos de acuerdo a sus gustos y preferencias y da resultados, ellos se van satisfechos y no encuentro nada de malo que ellos quieran todo organizado. y otra forma de planificar un viaje es hacerlo a pedido del turista (viaje Forfait) acá cambia la cosa, se crea un paquete personal para el turista.

 

[Comentarios, Reflexiones y Preguntas en torno de "Mitos del turismo que perjudican al turismo" de Alfredo Ascanio]

La ponencia de Alfredo Ascanio - "Mitos del turismo que perjudican al turismo" 2 - hace hincapié, según mi juicio, en un tema crucial de la práctica no sólo del turismo sino de cualquier disciplina: el hecho de que la "realidad" dentro de la cual tiene lugar una práctica no preexiste ni es exterior a esa práctica, sino que es, al menos en parte, definida por ella. Dicho de modo más simple: el "mundo del turismo" es en parte consecuencia de lo que hacen y creen los implicados en ese mundo. Esta aseveración hace también necesario ampliar la noción de "Mito" que emplea el Dr. Ascanio. Un "Mito", para nosotros los antropólogos, no tiene el significado (heredado del positivismo del siglo XIX) de "superstición" sino que tiene que ver más bien con una explicación que alguien da de por qué su mundo es como es. Es decir que los antropólogos no necesariamente nos pronunciamos sobre la "verdad" o "falsedad" de un mito sino que más bien solemos preguntarnos "¿qué me dice este mito acerca de quién lo cuenta?".

La comunidad de aquellos que hacen turismo, como bien nos sugiere el Dr. Ascanio, también tiene sus mitos. Y esos mitos tienen consecuencias concretas sobre las PRACTICAS de los que creen en ellos, prácticas que a su vez refuerzan los mitos... y así sucesivamente.

Hacer el ejercicio que nos propone, entonces, el Dr. Ascanio - evaluar y reevaluar nuestros propios mitos - resulta de gran utilidad (por no decir "imprescindible") a los fines de analizar hasta que punto somos consecuentes, puesto que suele suceder que por un lado rechacemos determinadas prácticas, pero por otro adhiramos a los mitos que las sustentan y las hacen posibles.

El uso de "mito" que hace el Dr. Ascanio tiene que ver con lo que en ética - siguiendo el planteo del Dr. Marvin Brown (www.workingethics.com) - llamamos la diferencia entre "suposiciones" y "observaciones". Una "observación" es una aseveración acerca del mundo que es (al menos teóricamente) posible de probar o falsar (siempre por referencia a algún criterio preestablecido de prueba). Una "suposición", en cambio, es una aseveración acerca del mundo que no podemos probar ni falsar. Las suposiciones pueden ser "verdaderas" o "falsas", el problema es que no tenemos forma de averiguarlo. En cambio las observaciones, una vez que nos ponemos de acuerdo sobre los criterios de prueba, si se prestan a esta verificación. De este modo, cuando uno tiene una suposición con la que otros no están de acuerdo, la manera más práctica de zanjar la cuestión suele ser intentar transformarla en una observación (esto es, especificar condiciones de prueba). Esto es lo que el Dr. Ascanio llama, apropiadamente "reemplazar la intuición por la investigación".

Por supuesto que a esta actitud subyace (o debería subyacer) una postura sumamente crítica, es decir, que no acepte "verdades universales" sin tratar de cuestionarlas primero. De otro modo, uno está cerrando voluntariamente su mundo de posibilidades, empobreciéndolo (y si se quiere traducirlo en términos de "mercado") renunciando a posibles ventajas competitivas.

En resumen: una actitud sanamente irreverente (ese continuo "¿por qué?" que practicábamos de chicos, que quince años de cuidadosa domesticación escolar y paraescolar suele suprimir con éxito, y que aquellos de nosotros con inclinación al conocimiento laboriosamente luchamos por recuperar) respecto de los supuestos que subyacen a la acción (supuestos ajenos, pero sobre todo los PROPIOS) es imprescindible a la hora de pensar escenarios nuevos y de evaluar los existentes. Esto tiene que ver con la tensión perpetua - que mencionaba en la invitación a este foro - entre lo normativo (un ejercicio de la imaginación y de la creatividad que surge de preguntarnos cómo es que querríamos que fuera el "mundo") y lo "descriptivo" (una mirada rigurosa sobre la "realidad" dentro de la cual estamos insertos). Sin esa espiral que de lo normativo nos lleva a lo descriptivo y así sucesivamente, agregando cosas nuevas en cada vuelta, no hacemos más que repetir, en el vacío, ideas y prácticas - "mitos" en el sentido del Dr. Ascanio - que probablemente no nos satisfacen, y a los cuáles no podemos buscarle alternativas (puesto que no los vemos como "mitos" sino como "la realidad de las cosas".)

 

•  "¿Qué turismo querríamos que se hiciera?". Una posición:

No debe pensarse nunca en desarrollar políticas culturales para el turismo. Antes bien lo que se trata y debería realizarse es la inserción del turismo dentro del rico patrimonio cultural y la cultura viva de los pueblos que se visitan.

Concebir una cultura para el turismo es desgajar todo lo que somos y convertirlo en una mercancía para los visitantes foráneos y no es eso lo que debía realizarse. Es necesario tomar en cuenta las políticas culturales de cada región y/o país y sobre esa base monumental concebir las propuestas turísticas.

Las políticas culturales se conciben para las comunidades para los pueblos, pero no pensando sólamente en los turistas.

Ahora bien, no todos los lugares tienen la misma consistencia, hay una capacidad aún más importante en la relación turismo-cultura que es la capacidad psicológica de los anfitriones, su capacidad de ser tolerante, amigable, solidario con el que llega desde afuera, pero manteniendo su dignidad, su identidad y su decoro. Estos son los peligros mayores que se manifiestan en la puesta en valor turístico del patrimonio cultural. Si no se toma en cuenta esto se corre el riesgo de un intercambio desigual.

1 Francesch, Alfredo(2003) "El enclave Turístico: identidades, narrativas y actores". Madrid. Institucion: UNED (España) Ponencia presentada en el II Congreso Internacional de Turismo Cultural. NAyA. Internet: www.equiponaya.com.ar/turismo/congreso2003

 

2 Ascanio, Alfredo (2003) "Los mitos del turismo que perjudican al turismo". Caracas. Venezuela. Institución: Universidad Simón Bolívar. Ponencia presentada en el II Congreso Internacional de Turismo Cultural. NAyA. Internet: www.equiponaya.com.ar/turismo/congreso2003

 

 


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