LAS VEREDAS ENTRE EL DESIERTO Y LA CIUDAD.

RECONFIGURACIÓN DE LA IDENTIDAD EN EL PROCESO HISTÓRICO DE CAMBIO DE LOS TOHONO O´ODHAM.

TESIS PARA OPTAR POR EL GRADO DE DOCTOR EN ANTROPOLOGÍA.

PRESENTA: Guillermo Castillo Ramírez.

DIRECTORA: Dra. Laura Velasco Ortiz.

Fecha del examen doctoral: 22 de noviembre de 2010.

Universidad: Instituto de Investigaciones Antropológicas – Universidad Nacional Autónoma de México (IIA-UNAM), México.

Calificación: La tesis fue aprobada por unanimidad.

Resumen

Esta tesis trata de cómo se fue reconfigurando la identidad étnica de los Tohono O´odham que vivieron el cambio de residencia del desierto a la ciudad, a raíz de las políticas de colonización del desierto del Altar en el estado de Sonora, a mitad del siglo XX. La investigación documenta el proceso sociohistórico de movilidad geográfica de dos comunidades O´odham en el desierto de Altar y su posterior establecimiento en la ciudad fronteriza de Sonoyta y la localidad de Caborca durante la segunda mitad del siglo XX. Aparejado a esto, se aborda la genealogía del cambio de sentido de comunidad de estos O´odham, partiendo desde su imaginario de grupo cuando vivían en las comunidades del desierto, hasta su establecimiento definitivo en las ciudades de destino y su reconfiguración étnica en los contextos urbanos.
Un aspecto particular, es que ambas ciudades están ubicadas dentro del área geográfica cultural del grupo étnico. Los O´odham son un grupo étnico cuyo territorio ancestral se encuentra tanto en el noroeste de Sonora como el suroeste de Arizona y que hasta antes del tratado de Guadalupe Hidalgo (1848) se ubicaba por completo en la geografía jurídico-política del naciente estado mexicano. Las tierras tradicionales del grupo étnico iban desde los ríos Gila y Salado en el suroeste de Estados Unidos hasta los inicios del desierto del Altar, en Sonora.

CAPITULO 4.- LAS VEREDAS ENTRE EL DESIERTO Y LA CIUDAD.

  • 4 Introducción.
  • 4.1 Las políticas agrarias y recursos naturales: (1940-1960).
  • 4.2 De las Calenturas a Caborca: vivir en la ciudad.
  • 4.3 De Sonoyta rural Sonoyta urbana: vivir en la frontera.
  • 4.4 Más allá de la frontera mexicana: vivir en Arizona.
  • 4.5 El lugar de origen en las políticas de la memoria.
  • 4.6 Las políticas de colonización, la movilidad geográfica e imaginario O´odham.
  • 4.7 Conclusiones.

     

CAPITULO 4.- LAS VEREDAS ENTRE EL DESIERTO Y LA CIUDAD.

4. INTRODUCCIÓN.

En el capítulo anterior se vio la vida en las comunidades antes del proceso de la movilidad contemporánea cuyo origen ubicamos en la década 30-40 del siglo XX. El objetivo de este capítulo es, en un primer momento, describir la movilidad geográfica de Sonoyta y las Calenturas a las ciudades de Sonoyta y Caborca, respectivamente. En un segundo momento se pretende describir cómo se alteraron los usos y relaciones de las comunidades O´odham en estudio con el territorio tradicional y las relaciones sociales sobre las que se basaron estos cambios de residencia. El capítulo plantea la siguiente estructura: en la primera sección “las políticas agrarias y recursos naturales: (1940-1960)” se describen los procesos estatales, nacionales y regionales que propiciaron la salida de los O´odham como fueron las políticas agrarias de colonización del desierto, las prerrogativas económicas destinadas a capitalizar una agricultura mestiza y ranchera, el uso discrecional y excluyente de los recursos naturales por parte los rancheros y medianos propietarios y permitido por el Estado.

Después, en los apartados siguientes, se plantea la experiencia de la movilidad en los dos casos de estudio. Por un lado, el caso de las Calenturas y el arribo de los rancheros, que propicio la fractura del modo de vida O´odham. También se abordan los senderos a Caborca y las relaciones sociales en que se basó la migración. Posteriormente, se presenta el caso de la comunidad de Sonoyta y las colonias, ejidos y ranchos sobre la línea fronteriza con Arizona. Después, el camino al pueblo de Sonoyta y las relaciones sociales en que se basó la migración.

En ambos casos se describe cuál fue el impacto de estas políticas agrarias y la llegada de agentes externos a las áreas donde se ubicaban las Calenturas y Sonoyta; además se trazan las redes sociales sobre las que se basarían la movilidad a Caborca y al pueblo de Sonoyta. Más allá de estos dos casos, también se presenta el proceso migratorio O’odham que surgió de estas dos comunidades hacia los campos de algodón y después a la reservación de Sells en el suroeste de Arizona. Finalmente, en las conclusiones se hace un balance de las diferencias en las experiencias de movilidad entre los O´odham de las Calenturas y Sonoyta.262

Mapa 4.1 Las comunidades de Sonoyta y las Calenturas-Pozo Prieto y las ciudades destino respectivas: Sonoyta y Caborca en Sonora.

Fuente: (Spicer, 1962, p. 135). Modificado por Fernando Jaurégui, COLEF. 2010.

4.1 LAS POLÍTICAS AGRARIAS Y RECURSOS NATURALES: (1940-1960).

Antes de trazar cuáles fueron los procesos regionales que alteraron el modo de vida tradicional O´odham y que fueron determinantes para la salida de las Calenturas-Pozo Prieto y Sonoyta y su posterior y definitiva instalación en las ciudades de Caborca y Sonoyta, es necesario trazar un marco histórico más amplio y ver cómo los procesos políticos sociales del estado de Sonora determinaron la situación de la región noroeste del estado, justo en el territorio O´odham (ver mapas del área de Caborca y Sonoyta).263

Mapa 4.2 Las ciudades de Caborca y Sonoyta, noroeste de Sonora.

Fuente: http://www.sonoraturismo.gob.mx/mapas-de-sonora/mapa-de-sonora.pdf [consulta 25/09/2010].

Hacia finales de la primera mitad del siglo XX la historia agraria de Sonora experimentó cambios significativos, que se tradujeron en modificaciones en la propiedad de la tierra. Mientras en la década de 1930 los ejidos sólo contaban con el 7% por ciento de las tierras de riego y el 25% de las parcelas de temporal, para 1940 se registró un cambio drástico, pues los ejidos ya poseían el 42% de las zonas de riego y el 40% de las zonas de temporal (Almada, 2000, p 146). Dos años después, en1942, la política estatal fue ampliar la frontera agrícola y para ello incrementaron las áreas de parcelas irrigables a través de la formación de distritos de riego. Como parte de esto también se estimuló la modernización de la agricultura para apoyar la industria y el mercado interno del estado, que por aquel tiempo se localizaba principalmente en la población urbana (Almada, 2000, p 146).264 Así, de 1940 a 1955 hubo un fuerte impulso para la agricultura de riego, para ello se desmontaron grandes porciones de tierra y monte virgen, se edificaron enormes presas y se creo infraestructura material para los distritos de riego: “canales, caminos y nivelación de terrenos, además de la infraestructura comercial y financiera que se acentó en los centros urbanos regionales (Almada, 2000, p 148).”

No obstante, esto favoreció a los grupos sociales con cierto capital político y económico, mientras que los campesinos y los pequeños productores agropecuarios recibieron menos beneficios. En aproximadamente 15 años la superficie de tierras labradas con sistemas de riego se triplicó, pero, para que esto fuera posible, se construyeron varias presas en diversas regiones del estado como el valle del Mayo, el presidio de Buena Vista y Río Yaqui.265 Entre 1942 y 1955 se construyeron cinco presas que regaban 335,000 hectáreas y además producían electricidad, pues eran hidroeléctricas. Aunado a esto se hicieron 1,300 pozos de profundidad para la extracción de agua por bombeo y que regaban otras 170,000 hectáreas que ya estaban funcionando. A lo anterior se sumaron cuatro distritos de riego por bombeo: 1) el de la costa de Hermosillo, 2) el de Altar-Caborca, 3) el del Valle de Guaymas-Empalme 4) y el de san Luis Río Colorado. De estos distritos, el de Altar-Caborca abarcó gran parte del territorio O´odham tradicional, de hecho como parte de la infraestructura de ese distrito de riego, en 1950 se construyó la presa Cuauhtémoc sobre el río Altar, con una capacidad de 45 millones de metro cúbicos de agua para regar 3,000 hectáreas (Almada, 2000, p 149). De las nuevas tierras favorecidas por la irrigación, el 75% pertenecía a agricultores particulares y colonos y el resto a ejidatarios (Almada, 2000, p 148). Lo que muestra de manera fehaciente que estas políticas estatales beneficiaron marginalmente a los grupos de agricultores más pobres. En este sentido también destaca la nula referencia, tanto por parte de las fuentes oficiales como de algunos documentos de investigación social, a los grupos étnicos de Sonora, siendo que varios de ellos, como los O´odham, tradicionalmente eran agricultores. Estos apoyos a los productores agrícolas privados, especialmente los medianos y grandes propietarios, contemplaron también una fuerte inversión en infraestructura financiera. De manera que a finales de la década de 1940 el estado de Sonora detentaba el segundo lugar a nivel federal de operaciones bancarias registradas y, respecto al norte de México, era el estado con el mayor financiamiento dedicado a la agricultura. Siguiendo a Cynthia Hewitt (1978), Almada señala que los productores agrícolas de los distritos de riego del noroeste usaron una estrategia mixta entre el poder político y el económico con el fin de obtener un trato especial de parte de los gobiernos (Almada, 2000, p 149).

A nivel de la región las políticas agrarias de corte federal y estatal tuvieron un fuerte impacto en el territorio tradicional O´odham. Según el visitador agrario Lorenzo Torres Gastelum de la Procuraduría Agraria de Caborca, hasta finales de la década de 1940 había dos forma de propiedad de la tierra, la propiedad privada que abarcaba pequeños, medianos y grandes propietarios y la propiedad comunal y ejidal, bajo esta última estaban la mayoría de los asentamientos O´odham.266 No obstante, cabe señalar la ambigüedad de los títulos de propiedad con que contaban los miembros de este grupo étnico, además que las tierras reconocidas como propiedad de la etnia eran sólo una pequeña porción de la totalidad de su territorio tradicional.

En 1949 el Congreso expidió la ley general de Colonias Agrícolas y Ganaderas como una de las medidas de la reforma agraria para repartir tierras. Las colonias eran un régimen de propiedad mixto entre el ejido y la propiedad privada, donde cada colono tenía un título de propiedad, pero estaba sujeto a los reglamentos de la colonia.267 Este régimen de propiedad agraria se instauró en varias latitudes del estado de Sonora, no obstante, en el desierto de Altar y en el territorio O´odham es donde hay un mayor número de colonias.268 A nivel del estado de Sonora y para implementar estas políticas agrarias, en ese mismo año se creó el Distrito de Colonización del gran Desierto de Altar con el fin de dotar de terrenos a los Colonos.269 En el ámbito del uso y tenencia del territorio, en general, los O´odham se vieron afectados por estas políticas estatales. Estas tierras al no ser reconocidas ni legal ni de manera fáctica por parte del Estado como pertenecientes desde hacía siglos a este grupo étnico, fueron susceptibles de ser otorgadas como parte de los repartos agrarios. Común a lo que pasaba en otras latitudes del país, el Estado no reconocía a los grupos étnicos como sujetos de derecho.

A pesar de que los O´odham de manera efectiva tenían la posesión de las tierras en la medida en que las cultivaban, las explotaban y las habitaban, el Estado ni de facto, ni de manera legal reconocía la propiedad de la tierra a los miembros del grupo étnico. Esta tensa diatriba entre la posesión (ejercida a través del uso concreto y cotidiano por ciertos actores sociales) y la propiedad (concedida por una institución oficial, en este caso la SRA) fue lo que posibilitó no sólo que el Estado omitiera y olvidara a los O´odham, sino que además dispusiera de las tierras como si fueran terrenos sin dueño ni uso. Así, como señala unos de los visitadores agrarios de la procuraduría agraria, sede Caborca:

“pero ese decreto [el de la formación de colonias] le dio la facultad a la Secretaria [de la Reforma Agraria] de constituir colonias y las constituyó sobre esos terrenos [del desierto de Altar], que también eran de los O´odham.”270

Y más adelante en su testimonio, el visitador agrario, aclara como el Estado dispuso, de manera arbitraria y sin el consentimiento del grupo étnico, de múltiples porciones del territorio O´odham:

“pero a lo mejor también los O´odham ya la tenían antes de la colonia. Entonces ¿qué es lo que hace la colonia? Pues viene y les quitan terreno a los O´odham.”271

Pero, además, en términos generales y en lo que respecta al uso y disfrute de derechos en tanto ciudadanos, los O´odham tampoco pudieron hacer uso ni disfrutaron de las prerrogativas económicas que el Estado otorgaba a través de créditos y prestamos para la capitalización y el desarrollo de una agricultura altamente tecnificada e industrializada. Los O´odham, a diferencia de los rancheros y agricultores mercantiles, no recibieron apoyos estatales para la compra de maquinaria para la agricultura (tractores, cosechadoras). Tampoco obtuvieron insumos para la perforación de pozos profundos, la instalación de sistemas de riego o la construcción de represas y diques, ni disfrutaron de los apoyos para la comercialización de los cultivos, ni de los subsidios en la electricidad para la extracción de agua por bombeo.

El arribo de los rancheros y la concentración de los recursos naturales: el agua. Esto tuvo diferentes matices y manifestaciones en las diversas zonas del territorio O´odham en México. Como se verá a continuación, en el caso de las Calenturas y el Pozo Prieto en el suroeste de la tierra O´odham fue el arribo de rancheros y, por su parte, en Sonoyta se fundaron diversas colonias, ejidos y ranchos en los alrededores del río Sonoyta. Estas situaciones fueron propiciadas por las políticas estatales de colonización y reparto agrario, que modificaron radicalmente el modo de vida O´odham.

A principios de la década de 1950, con la incorporación y reciente relación con los nuevos grupos sociales provenientes del exterior, así como con la reconfiguración de los vínculos con las otredades oficiales (la SRA, el Estado), no sólo se modificó el cotidiano y la economía de autosubsistencia de las dos comunidades O´odham en estudio, sino que, además, provocaría un cambio de las fronteras culturales del grupo étnico. En este sentido es pertinente señalar como el planteamiento de Barth, a través del límite étnico y de las relaciones tensas y contradictoras del grupo étnico con su entorno, nos ayuda a desentrañar como estos nuevos actores se convierten en categorías de otredad.

Aparejado con esto se dio una serie de modificaciones en el imaginario de grupo de los miembros de estos asentamientos. En este sentido también es importante destacar como el deterioro de las actividades productivas relacionadas al desierto, resultado de la llegada de nuevos actores sociales, supuso también el desgaste del tejido comunitario. En el caso de las comunidades de las Calenturas–Pozo Prieto y Sonoyta recuérdese que, se vio en el capítulo tres,272 el trabajo comunitario se aglutinaba en torno a diversos ejes: las festividades y ceremonias, la organización social y las instancias de decisión comunitaria, así como también las diversas actividades de orden productivo. Dentro de este último punto, la agricultura al ser la actividad productiva clave era, a su vez, uno de los principales articuladores del trabajo colectivo. Implicaba no sólo la labor conjunta de los hombres en la siembra, el cultivo y la cosecha, sino también hacerse cargo de la infraestructura de riego que iba desde la construcción y mantenimiento de los canales de riego hasta la elaboración de pozos y represas. Del tiempo neto de trabajo colectivo la mayor parte estaba dedicada a las actividades productivas y dentro de esto, el cultivo de la tierra y la estructura de irrigación eran por mucho las actividades que mayor número de jornales requerían. Así cuando la agricultura decae, en una relación directamente proporcional, también se menoscaba significativamente una parte importante del trabajo colectivo y junto con esto también se debilitó el tejido social de la comunidad.

Cuadro 4.1 Cronología de cambios estructurales en las Calenturas y Sonoyta.

Origen del cambio, la vida en la comunidad.

Distrito de Colonización de Altar.

Movilidad e inserción urbana

1930-1940

1949/1960

1955/1960

4.2 DE LAS CALENTURAS A CABORCA: VIVIR EN LA CIUDAD.

Antes de adentrarse de lleno en el caso de las Calenturas-Pozo Prieto en el suroeste del territorio O´odham, es conveniente recordar algunas de las condiciones geográficas y medioambientales de los asentamientos de este grupo étnico en el desierto de Altar. Esto con el fin de entender cómo se dio la fractura del modo de vida O´odham y comprender por qué esto desembocó en un proceso de cambio de lugar de residencia y de modo de vida.

Como se mencionó en el capítulo previo, hasta bien entrado el siglo XX, a inicios de la década de 1940, todas las comunidades O´odham tenían acceso parcial o total a ciertos recursos naturales. Por un lado, los asentamientos se encontraban ubicados a pie de alguna fuente natural de recurso hidráulico, ya fuera un río, venero, tinaja, vado o pozo, además del papel relevante de las lluvias de verano (las aguas broncas). Y, por otra parte, tenían el control y uso de tierras fértiles que se empleaban, principalmente, para el cultivo, pero también para el pastoreo del ganado vacuno. Ambas condiciones, el control del agua y la tierra, eran los ejes del modo vida O´odham, cuya base fundamental era la agricultura. En este sentido recuérdese que las Calenturas y el Pozo Prieto estaban en las inmediaciones de una tinaja natural y de un pozo y, por su parte, Sonoyta estaba a pie de un río. Ahora bien, en el caso de los miembros de las Calenturas-Pozo Prieto, aproximadamente hasta 1949, ellos eran prácticamente los únicos habitantes de la región. Doña Alicia comenta:

“pues en aquel tiempo no había rancheros [en el área de las Calenturas], el único que había era [Canuto] Garibay. [ ] Pero si, en aquel tiempo te digo [segunda mitad de la década de 1940] no había gente, cuando yo estaba chica, vamos a decir de unos 5 a 12 años, en ese tiempo todavía no había gente, no había agricultura de colonia, de campos de agricultura que hay ahora, que están todos ahí.”273

Canuto Garibay era un ranchero vecino, quien probablemente estaba desde mediados o inicios de la década de 1940.274 Todavía a finales de la década de 1940 no se habían realizados los diversos procesos de reparto agrario y de uso y de control de recursos naturales que, posteriormente, desembocarían en la instalación en el área de las Colonias y de los rancheros, quienes se avocarían a una agricultura mercantil y a la crianza de ganado para venta. Los O´odham estaban prácticamente solos, doña Alicia recuerda que cuando ella tenía 12 años, en 1949, no había otros actores sociales en las inmediaciones de las Calenturas y el Pozo Prieto y no había delimitación territorial acotada a través de cercos y bordos, como posteriormente acontecería.275

No obstante, la situación cambió de manera drástica entre mediados y finales de la década de 1950 (entre 1957 y 1960). Por ese tiempo, el rancho del Deseo pertenecía a Armando Aguilar, quien al poco tiempo vendió esta propiedad a Quiroz y este ranchero construyó un dique de almacenamiento, con lo cual se acentuó la alteración de uso de agua que tenían los O´odham.276 Doña Alicia comenta que esto fue por el año 1957 y al recordar el impacto de este hecho comenta que Quiroz hizo un represo muy grande y ahí se quedaba toda el agua.277

Posteriormente, Quiroz vendió esta propiedad a Pifas León,278 quien a su vez haría una represa de dimensiones significativas y con este hecho se daría al traste por completo a los afluentes naturales de agua de los cuales dependían los cultivos O´odham. Según doña Alicia, esto fue un parte aguas para el modo de vida O´odham, pues sin el acceso al recurso hidráulico la agricultura no fue más una actividad viable. De ahí que doña Alicia comente:

“el viejo ese León, el Pifas León, él ya hizo un represo muy grande y allí ya, ya se acabo todo [el agua, la agricultura de los O´odham de las Calenturas.”279

A esta situación también contribuyó, aunque en mucha menor medida, el ranchero Garibay, quien hizo perforaciones para la extracción de agua para su ganado, doña Alicia comenta:

“si regaba, [Canuto Garibay] si hizo su pozo, hizo dos [pozos] para, para alimento para este ganado.”280

Sin embargo, Vanegas, Lemas y Valenzuela, agricultores mercantiles de gran escala, también minaron significativamente las fuentes de abastecimiento de agua, principalmente de los mantos freáticos, pues hicieron varios pozos de extracción de gran envergadura para el riego de sus campos de algodón. Entre agricultores y ganaderos, los O´odham de las Calenturas estaban rodeados por alrededor de cinco medianos y grandes propietarios. Primero estaban Garibay y Venegas, que eran los más viejos, después venían Servando Lemas281 y Vicente Valenzuela y por último Quiroz, quien después cedería su propiedad a Pifas León. Por su parte, el visitador agrario de la Procuraduría Agraria, el ingeniero Lorenzo Torres Gastelum, precisa que tanto Garibay como los diversos dueños de la propiedad de el Deseo, tenían pozos profundos que funcionaban con electricidad o disel y, además, que fue el gobierno del estado de Sonora quien hizo las obras de perforación para elaboración de los pozos de extracción. Por lo que respecta a los propietarios Quiroz, Vanegas y Lemas añade que se dedicaron a la producción del algodón a través y beneficiándose de los créditos que daban las compañías y empresas que compraban el algodón.282 Este cúmulo de procesos ocurrió más o menos entre los últimos tres años de la década de los cincuenta, pues doña Alicia recuerda que ese proceso coincido con la enfermedad de su tía Cristina, quien fue llevada a Caborca para recibir atención médica en 1956 y tras un año de convalecencia falleció en 1957.283 De manera que, para 1960, ya no había agua y la agricultura O´odham estaba extinta.

No obstante, los O´odham de las Calenturas intentaron hacer frente a esta situación. Algunos pocos, como el caso del tío y del padre de doña Alicia, continuaron sembrando, aunque no se les lograra la cosecha, doña Alicia comenta:

“el Matías [Choihua] era el único que era más terco, que sembraba pero pues se le secaba, se secaba porque no había agua pues.”284

En el caso preciso de Quiroz y el dique que construyó en su rancho el Deseo, los hombres O´odham fueron a negociar tandas de agua para sus cultivos. Y si bien en un principio obtenía agua para iniciar la siembra, no obstante, después, ya no conseguían que este ranchero les diera el recurso hidráulico necesario para que se diera la cosecha.285 La otra estrategia a la que de manera comunitaria recurrieron los hombres de las Calenturas para resolver la situación del agua fue ir al gobierno municipal a demandar su derecho al acceso a los recursos naturales. Doña Alicia comenta que:

“vinieron una, una o dos veces, vinieron aquí al municipio, [a] que les dejaran pasar el agua; [ ] él [Iziquio Tiznado, el gobernador tradicional] era [él] que se ponía al frente, como él sabía hablar español bien y sabía escribir.”286

A decir de doña Alicia, sí consiguieron que les dieran un par de tandas de agua, sin embargo no era constante y después desistieron. Ante este escenario se dio un proceso social doble, que probablemente inició desde 1957. Por una parte, los miembros de la comunidad iniciaron una paulatina pero definitiva salida de la comunidad. Y, por otro lado, simultáneamente empezaron a trabajar en los ranchos y campos de cultivo aledaños como jornaleros agrícolas y vaqueros. Doña Alicia precisa que:

“se empezaron a salir y a salir, es que pues que no había agua, pues. [ ] Iziquio [Tizando] trabajaba, era él que trabajaba, era trabajador de [Canuto] Garibay, Iziquio. Don Matías [Choihua] con [Vicente] Valenzuela y Benito [Tiznado, hijo de don Iziquio], pues él hacía allí la pizca con [Vicente] Valenzuela o con [Servando] Lemas.”287

Esto dio al traste con la comunidad y el trabajo colectivo que eran uno de los ejes más relevantes de la vida social de la comunidad, su lugar lo sustituyó el trabajo individual y asalariado del que proveían los mestizos circundantes.288 Esto colocó a los miembros de las Calenturas en una situación de dependencia económica respecto de los rancheros y agricultores que los contrataban. Mientras antes gozaban de la importante autonomía e independencia de una economía de autosubsistencia, a partir de ese momento dependían de que un tercero los contratara y les pagara, estaban supeditados a la actividad agrícola regional.

No obstante, el trabajo en los ranchos y campos aledaños sólo sería una etapa, pues al final, como se verá más adelante, la mayoría de los O´odham de esta comunidad se irían a la ciudad de Caborca sobre la base de las estrechas relaciones sociales y de parentesco que tenían con ciertos sectores sociales en Caborca. Otra pequeña porción de la población O´odham se iría a trabajar a los campos de algodón con granjeros estadounidenses al noroeste del territorio O´odham, en el suroeste de Arizona. Cabe precisar, además, que si bien el asentamiento de las Calenturas se abandonó, no ocurrió lo mismo con el Pozo Prieto, sitio al que siguieron yendo con cierta regularidad.

De manera paralela a la reducción del uso y control del agua y al inicio del trabajo asalariado con los propietarios de la región, hubo otro proceso social de carácter inter-comunitario que tuvo un severo impacto en la vida comunitaria. Fue la muerte de las generaciones mayores, sobretodo los jefes de las principales familias como las diversas ramas de los Choihua y así como los Tiznado. En una sincronía de eventos, doña Alicia recuerda que para finales de la década de 1950 su abuelo materno, así como el papa de Matías, su tío abuelo, ya habían muerto y parece que también el gobernador tradicional, Iziquio Tiznado.289 Como señala doña Alicia en otro testimonio, los viejos no migraron, todos ellos murieron en el Pozo Prieto.290 Esto, junto con el problema del cambio del entorno social debido a la salida de las comunidades, modificó drásticamente los mecanismos de transmisión de la tradición. Hubo una serie de saberes que ya no se legaron a las generaciones relevo.

Así, los rancheros y los grandes agricultores de corte mercantil hicieron un uso discrecional y en beneficio propio del recurso hidráulico en detrimento de los O´odham. Además de que, una vez que la agricultura O´odham se tornó inviable y se deterioró la vida comunitaria, estos mestizos contrataron como mano de obra barata a los miembros del grupo étnico, ya fuera como jornaleros agrícolas o como vaqueros. De manera simultánea, la situación de los O´odham de las Calenturas reflejaba la incapacidad del Estado para hacer efectiva la ciudadanía a todos los miembros de la nación por igual. El Estado, desde el nivel jurídico de la Carta Magna y de su condición de república democrática, tenía que garantizar a los O´odham los derechos que les correspondían en tanto habitantes y ciudadanos del país. Sin embargo, de facto, les eran negados o no podían ejercer los derechos a la propiedad y uso de la tierra, al disfrute y control de recursos naturales claves en sus tierras, como el agua. También los excluyó del derecho a las prerrogativas y apoyos económicos para el campo. Pero, además, el Estado no era ni siquiera capaz de proveer a este grupo social con los derechos sociales más básicos como la educación y la salud. De facto y a nivel de la realidad social cotidiana, el Estado no reconocía a los O´odham como sujetos sociales, por el contrario los discriminaba y los excluía en favor de otros grupos sociales.

La salida a Caborca.

Bastante tiempo antes del paulatino proceso de desplazamiento y de cambio residencia a Caborca así como de las políticas de colonización que llevaron a nuevos rancheros, ejidatarios y colonos a la zona de las Calenturas, entre los O´odham y ciertos sectores sociales de Caborca había múltiples relaciones de variada intensidad. De hecho, fue sobre la base de estas redes sociales, que se dio este proceso de relocalización, pues a pesar de que había varios probables destinos en la búsqueda de oportunidades laborales y mejores condiciones de vida, los O´odham de esta comunidad optaron por la localidad de Caborca, donde ya contaban con familiares, conocidos y viejos compañeros de comunidad. Así, por lo menos desde mediados de la década de 1930, aunque es probable que desde mucho antes, había por los menos tres tipos de relaciones entra los O´odham de las Calenturas y Caborca: (1) para buscar diversos servicios que no había en las comunidades, como la educación y la salud; (2) para realizar intercambios comerciales y adquirir bienes; (3) para realizar visitas familiares.

Cuadro 4.2 Movilidad de las Calenturas a Caborca.

Cronología: año.

Movilidad de las Calenturas a Caborca

1) (1930-1940)

Las Calenturas –economía mixta (auto – subsistencia y venta).

2) (1940s)

Algunos O´odham iban a Caborca (venta, escuela, servicios, visitas familiares).

3) (1950)

Políticas de colonización: la llegada de los colonos, rancheros y agricultores a la zona de las Calenturas (Lema, Venegaz, Valenzuela, Quiroz).

4) (1957 – 1960)

Se agotó el agua, drástico decaimiento de la agricultura O´odham.

5) (1957 – 1960)

Trabajo en los ranchos cercanos a las Calenturas.

6) (1950-1960)

La Papaguería Caborca. Trabajo en los ranchos aledaños.

4.3 DE SONOYTA RURAL A LA SONOYTA URBANA: VIVIR EN LA FRONTERA.

Es conveniente destacar dos de las características distintivas de este asentamiento: por un lado, la comunidad O´odham de Sonoyta estaba separada geográficamente por aproximadamente 3 kilómetros del pueblo de Sonoyta, en donde habitaban los mestizos y,291 por otra parte, la economía de autosubsistencia de este asentamiento se basaba fundamentalmente en la agricultura y para ello dependía del agua del río Sonoyta.

En el caso de este proceso de movilidad se sobreponen tres dinámicas que estaban interrelacionadas: (1) las políticas de colonización y de control de recursos naturales por parte del Estado, (2) la escasez de agua derivada de lo anterior y (3) por último, su ubicación en la frontera geopolítica con Estados Unidos, con una inmediata cercanía geográfica con el suroeste de Arizona, que era una fuente potencial y redituable de trabajo.

En el suroeste de Arizona, además, los O´odham de Sonoyta contaban con sólidas relaciones sociales y familiares. Don Armando Lizárraga comenta que por lo menos desde inicios del siglo XX el río contaba con suficiente recursos hidráulicos y a través de un dique y un sistema de riego elaborado por los O´odham y algunos pocos mestizos se mantenían los campos agrícolas ubicados en los lindes del río;292 aparte de que se aprovechaban las crecientes del río provocadas por las lluvias en la época de verano.

No obstante, a semejanza de lo ocurrido en las Calenturas en el suroeste del territorio tradicional, a inicios de la década de 1950 hay una serie de cambios sociales a nivel regional que alteran el modo de vida agrícola del asentamiento de Sonoyta. El panorama cambió a tal punto que, los pocos miembros del asentamiento O´odham de Sonoyta que no migraron a EU y se quedaron, tuvieron que replantarse sus estrategias de sobrevivencia y recurrir a otras actividades productivas. El Estado, a nivel estatal y federal, fue el promotor de dos severas modificaciones del entorno social y natural. Por un lado, se iniciaron una serie de políticas de colonización que traerían a la región nuevos grupos sociales provenientes de otras latitudes de la entidad y de otros estados del país. Por otra parte, y aparejado a esto, el Estado generó nuevos mecanismos de control sobre el uso de los recursos naturales.

De manera paralela, alrededor de la mitad de la década de 1950 se dio un proceso de mejoramiento de las vías e infraestructuras de comunicación en el noroeste del estado de Sonora, en la región esto se manifestó concretamente con la construcción de la carretera internacional panamericana, aproximadamente en 1957. De hecho, en dicha obra trabajaron algunos miembros del grupo étnico, como don Armando Lizárraga Neblina, quien nació en Sonoyta y don Héctor Manuel, quien era originario de Quitovac pero tenían familiares en Sonoyta. En lo que respecta a la primera de estas medidas concerniente a poblar el desierto, desde inicios de la década de los sesenta en las inmediaciones de Sonoyta se crearon diversas colonias, ranchos y ejidos,293 como los ejidos Josefa Ortiz de Domínguez, Morelia, Jaime Jerez, la Nariz entre otros. Ya para esas fechas el río no tenía caudal. Don Armando Lizárraga comenta al respecto:

“fueron programas del gobierno también, venir a colonizar, si porque había terrenos, había tierra, pues era puro monte.”294

Dichos programas de colonización duraron alrededor de una década y abarcaron parte significativa del área norte del municipio de Plutarco Elías Calles, entidad en la que se encuentra Sonoyta.295 Buena parte de las personas dueñas de estas nuevas propiedades no eran de Sonoyta, según doña Herlinda:

“vinieron de san Luis Río Colorado, vinieron de Mexicalli, de donde caiba primero para llenar, como dicen luego, de tantas familias [que] iban a poner en el ejido.”296

En algunos casos, la llegada de estos nuevos actores sociales producto de las políticas estatales generó fuertes modificaciones al entorno natural, como fue el desmonte de los lindes del río para la instalación de colonias agrarias.297

Respecto al uso y control de los recursos naturales, el Estado, en un afán para estimular la productividad agraria mercantil en la región, dotó a estos nuevos actores sociales no sólo de créditos agrícolas, sino que además les construyó sistemas de riego y les habilitó maquinaria para la extracción de agua de los mantos freáticos y algunas presas. Con esta medida el recurso hidráulico del que dependían los O´odham de Sonoyta se redujo casi hasta la escasez. El testimonio de don Armando Lizárraga es muy elocuente al respecto:

“llegaron los ejidatarios y tiraron pozos profundos, se acabo el agua de los veneros, porque el agua que corría por el río era agua de los veneros; [ ] .. el gobierno les comenzó a hacer pozos a los colonos también, hasta ahorita sabe cuántos pozos hay tirados en el valle, 150 pozos.”298

No obstante, desde antes de este proceso de reparto agrario y colonización, la situación ya era drástica. Tanto doña Herlinda como don Armando Lizárraga Neblina, señalan que aproximadamente entre finales de la década de 1950 y principios de la de 1960 el gobierno construyó una presa para el riego de los campos de cultivo de la región.299 No obstante ninguno de los dos menciona que este mecanismo de control y maximización de recursos hubiera beneficiado de manera directa a los O´odham. De hecho, es muy probable que esta obra haya beneficiado a los agricultores y rancheros mestizos que ya habitaban en la zona y que también fuera una medida previa para preparar la llegada de colonos, ejidatarios y rancheros que vinieron con las políticas de colonización de los siguientes años. Sobre todo en el entendido de crear infraestructura para la maximización de recursos naturales clave a fin de estimular una agricultura industrializada y altamente productiva. Pero, de facto, estas “políticas de desarrollo” dejaron de lado a los miembros del grupo étnico. Y con esto se manifestó claramente el carácter de discriminación étnica y de exclusión de las políticas estatales.

Los O´odham, después de estos acontecimientos, no volvieron a restablecer su antiguo modo de vida tradicional basado en la agricultura de temporal. Empero, es importante precisar que la escasez de agua ya era un problema para el asentamiento desde inicios de la década de 1950. De hecho, para ese momento la vieja y pequeña represa que habían hecho desde inicios de siglo entre los O´odham y mexicanos ya tenía recursos insuficientes y las tierras se empezaban a secar. De que manera que, señala doña Herlinda, aproximadamente en 1952 fue la última temporada de siembra, y como añade después:

“ninguna tierra se volvió a sembrar desde que se secó la presa.. [ ], ya no más se acabo el agua se acabo todo.”300

En otro testimonio precisa como afectó esto de manera directa a su familia:

“las huertas que había, como tenía mi nana [abuela], mucha huerta aquí, en esta parte de aquí tenía mi tío, de ahí era puro terreno de huerta y se secó, todo se secó.”301

No obstante, esta situación no fue privativa de la familia Lizárraga, sino que afectó a la totalidad de los escasos agricultores O´odham que aún permanecían en Sonoyta para esa fecha. Sin agua la agricultura se extinguió como la principal actividad productiva, doña Herlinda comenta:

“ya cuando se taparon los veneros [de agua, por las obras del gobierno], se acabo el agua de los canales y ya nadie de los comuneros, como dicen que eran los que sembraban, pues ya no quisieron meterle trabajo, porque era demasiado trabajo.”302

Por su parte, doña Paulina Romo Robles, quien tiene ascendencia O´odham por parte se su madre de apellido Robles, comenta:

“si pues, se acabó todo el agua, ya no podíamos hacer nada allá, ya no se podía sembrar nada para vivir allí. [ ] No, se acabó todo, pues dejó de llover también, yo creo por eso ¿no?, porque antes llovía mucho.”303

La lluvia era factor clave para la agricultura O´odham, pues de ella dependían las cosechas de los campos de cultivo y las huertas.304

La familia de doña Lily León, cuya padre era gobernador tradicional O´odham y vivían en el rancho santa Rita justo en frente de la propiedad del Javán del papa de doña Paulina, se encontraba en una situación similar. De manera que, más o menos para 1953 según recuerda doña Paulina Romo Robles, tanto la familia Romo Robles como la León tuvieron que dejar el Javán y santa Rita respectivamente y desplazarse hacia el sureste de la comunidad O´odham de Sonoyta, casi en las inmediaciones del pueblo de Sonoyta.

Por otro lado y poco después de la construcción de la presa, la vieja área que era ocupada por los O´odham en Sonoyta sufrió diversos cambios de propiedad y posesión. Como parte de las políticas de colonización de la región entre 1962 y 1964, según doña Herlinda, se funda el ejido Pápago sobre la vieja área de la comunidad O´odham de Sonoyta, que estaba en los lindes del río y que en el archivo del Registro Agrario Nacional de inicios del siglo XX se le denominaba como la Congregación Pápago. No obstante el nombre del ejido, la mayoría de estos ejidatarios fueron mestizos e incluso personas de otros estados del país, sólo algunos pocos de los propietarios pertenecían al grupo étnico. En este sentido doña Herlinda precisa:

“pues vinieron de san Luis [Río Colorado, frontera entre Sonora y Baja California Norte], vinieron de Mexicalli, de donde caiban primero para llenar el, como dicen luego, el plano de tantas familias [que] iban a poner [en] el ejido; [ ] el nombre [del ejido] lo tienen nada más como que prestado como dicen luego.”305

Por su parte, don Armando Lizárraga, hermano menor de doña Herlinda, comenta que en:

“en el ejido [Pápago] ya había mucho mexicano, ya no había pápago casi, ya éramos contados ya.”306

El estado de Sonora y la Secretaria de la Reforma Agraria al otorgar las tierras de dotación para el ejido Pápago en la década de 1960 incurrieron en una falta legal. No sólo porque no reconoció a los antiguos O´odham como grupo social con los derechos al uso de los recursos naturales, sino además porque no respeto la propiedad, posesión de y el uso de esos terrenos, pues, según el reglamento agrario de 1922, a la Congregación de Sonoyta compuesta por 130 miembros, de los cuales 50 eran padres de familia y solteros mayores de 18 años, se le había dotado con 2,232 hectáreas, de las cuales ya habían sido invadidas 228 por los blancos.307 Cotejando en detalle los nombres de los padres de familia O´odham del censo de 1922 de la congregación de Sonoyta de la “Tribu Pápago”308 es posible establecer, según los testimonios de los actuales O´odham de Sonoyta, cuáles personas de las que ahí vivían a principios de siglo XX posteriormente migrarían cruzando la frontera. Los principales casos fueron los grupos familiares de los Orozco, los Laborin, los Noriega, los Robles, los León, los Velasco entre otros, quienes principalmente se dirigieron al noroeste del territorio tradicional, a las áreas O´odham de Arizona como la reservación de Sells, la de San Lucy y otras zonas. La invasión a las tierras de los O´odham de Sonoyta había iniciado desde mucho antes, a principios del siglo XX.309 No obstante, con la creación del ejido Pápago, alrededor de 228 hectáreas fueron aprovechadas por los mestizos, justo las que estaban más próximas al núcleo urbano del pueblo de Sonoyta y en los lindes del río Sonoyta, en la zona donde antes se asentaba la congregación de Sonoyta de la Tribu Pápago y sus principales tierras de cultivo.310 Así, buena parte de la actual área noroeste de Sonoyta en donde se encuentran las oficinas del gobierno municipal, varios negocios y una gran área de viviendas y casas habitación pertenecían al grupo étnico.311 De manera que el crecimiento urbano y las relaciones de poder desiguales tanto entre los O´odham y los mestizos, como entre los O´odham y el Estado permitieron que se diera esta situación de flagrante despojo e invasión.

A decir de doña Herlinda en la creación del ejido Pápago estuvieron involucrados tanto el gobierno y la SRA a través de un encargado, un licenciado de apellido Cárdenas, como parte de las familias Morales y Montijo;312 quienes tenían ascendencia común O´odham por parte de la madre. Aparte de los Morales y los Montijo, las únicas familias O´odham que quedaba en la vieja área que fue del grupo étnico eran la familia de doña Lily León, doña Reyes, originaria de Arizona y encargada por muchos años de la fiesta del san Francisco en Sonoyta, algunos miembros de la familia de doña Herlinda, los Lizárraga Neblina y, posteriormente, regresarían algunos miembros de la familia Romo Robles, como el caso de doña Paulina.

No obstante, entre 1962 y 1964, que fue cuando se fundó el ejido, el río ya no llevaba agua y quedaban muy pocos O´odham pues la mayoría se habían ido a EU. De los pocos miembros de la comunidad que permanecieron para esas fechas en Sonoyta, pocos tenían ascendencia del grupo étnico por ambos padres y ya ninguno hablaba la lengua tradicional. Como señala doña Herlinda, quedaba sólo descendencia de los antiguos O´odham. Pero, a su vez, estos descendientes del grupo étnico al ser hijos de matrimonios mixtos, también tenían una fuerte influencia de corte mestizo campesino y ranchero. En ellos se encontraban dos tradiciones culturales diferentes, que no pocas veces chocaban entre sí.313 De hecho, ya desde finales de la década de 1950 y tras el debacle del modo de vida O´odham había muy pocos miembros del grupo étnico viviendo en Sonoyta.314 Aunado a la escasez de agua, como uno de los factores claves de este proceso de cambio social y deterioro comunitario, también, aunque un poco posteriormente, tuvo un fuerte impacto la usurpación de tierras y la apropiación del territorio colindante con Sonoyta por parte de los mestizos. Los mestizos se significaron como los “otros” que cambio la vida O´odham; y en muchos testimonios más que mestizos se les nombra como “mexicanos.”

Tras la caída de la economía de autosubsistencia, las opciones laborales de los O´odham se redujeron y se abrieron dos vías según los recursos con los que se contaba. Aquellos que poseían ganado se dedicaron a cuidar y criar sus animales. Los que no contaban con ese tipo de bienes o propiedades, que al parecer era la mayoría, se fueron a trabajar como jornaleros agrícolas y vaqueros315 tanto con los viejos propietarios de las inmediaciones de la comunidad de Sonoyta como en los nuevos ejidos, colonias y ranchos producto de las recientes políticas de colonización.

No obstante, el trabajo asalariado en los ejidos recientes, en los campos agrícolas y en los ranchos ganaderos decayó rápidamente debido a que los propietarios incorporaron tecnología agrícola que realizaba las labores de la siembra, el cultivo y la cosecha.316 Así, la industrialización del campo desplazó la fuerza humana de trabajo. Al respecto doña Herlinda comenta, porque entró la maquinaria, ya no se beneficiaba a la gente pues.317 Doña Herlinda señala que las mujeres con ascendencia O´odham salieron de sus casas y realizaron servicios domésticos en diversos lugares del pueblo mestizo de Sonoyta. Empezaron a trabajar en restaurantes, a lavar ropa ajena, a hacer costuras, coser y eso, era lo que hacían; todo lo anterior con el fin de obtener los medios económicos necesarios para adquirir los alimentos y bienes que ya no podían producir por ellos mismos.318 En el mismo sentido doña Paulina Romo Robles comenta como los miembros de su familia tuvieron que recurrir a estrategias similares y buscar trabajo remunerado principalmente en los comercios en el pueblo:

“pues íbamos a trabajar para comer, mi ama trabajaba en la tortillería, y nosotros o sea a donde halláramos trabajo, la refresquería, la paletería y así salía uno adelante. [ ] …[Lo que comíamos] ya no era de lo que sembrábamos, [sino que] compramos en la tienda.”319

Una vez que se vino abajo la economía de autosubsistencia fundamentalmente agrícola, tuvieron que adentrarse de lleno en el trabajo asalariado en la población semi-urbana de Sonoyta caracterizada por una economía mercantil.

A semejanza del suroeste del territorio tradicional, antes de la movilidad contemporánea había por lo menos tres tipos de relaciones entre los O´odham de la comunidad de Sonoyta y el pueblo mestizo de Sonoyta: (1) para buscar diversos servicios que no había en el asentamiento O´odham, como educación y salud; (2) para realizar intercambios comerciales y adquirir bienes, además de algunas labores en conjunto vinculadas a la producción agrícola; (3) y, por último, para visitar a los familiares de ascendencia mestiza de alguno de sus padres, así como la asistencia a las fiestas.



Cuadro 4.3 Movilidad hacia la urbe de Sonoyta.



Cronología: año.

Movilidad hacia la urbe de Sonoyta.

1) (1930-1940)

(1930-1940) Sonoyta –economía mixta (autoconsumo y venta), pero sobre todo mercantil.

2) (1940s)

Algunos O´odham iban con alta frecuencia a Sonoyta (venta, escuela, servicios).

3) (1949)

Creación del distrito de Colonización de Altar. Inicio del reparto agrario.

4) (1950s)

Políticas de colonización y la llegada de los colonos, ejidatarios, rancheros y agricultores. (Ejidos Josefa Ortiz de Domínguez, la Nariz, Morelia, etc.) Construcción de la presa y los pozos profundos. Migración al suroeste de Arizona.

5) (1950-1955)

Se agotó el agua, drástico decaimiento de la agricultura O´odham. Última siembra.

6) (1955 – 1960)

Trabajo en los ranchos cercanos y en Sonoyta. Desplazamiento a Sonoyta.

7) (1962-1964)

(1962-1964) Creación del ejido Pápago.

4.4 MÁS ALLÁ DE LA FRONTERA MEXICANA: VIVIR EN ARIZONA.

Paralelo al fenómeno de movilidad geográfico nacional en cada comunidad descrito en los apartados anteriores, se dio la movilidad transfronteriza de familias de ambas comunidades con dirección al suroeste de Arizona.

Después del tratado de Guadalupe Hidalgo (1848), los nuevos estados del sur-centro y del suroeste de Estados Unidos, (California, Arizona y Texas), todos anteriormente pertenecientes a México, mantuvieron en su interior una notable influencia mexicana en los ámbitos culturales, sociales y económicos. De manera que, como señala Carlos González Herrera en la frontera que vino del Norte, se estima que para la segunda mitad del siglo XIX había, aproximadamente hasta unos cien mil habitantes de origen mexicano en esa zona de EU (González, 2008, p 85). Aunado a esto, aconteció un proceso migratorio de miles de inmigrantes mexicanos que, en busca de opciones laborales y debido a las onerosas condiciones de vida durante el Porfiriato en México, atravesaron la frontera internacional y se establecieron temporalmente y, en no pocos casos, de manera permanentemente en el territorio centrosur y suroeste de EU; el área que va desde Texas hasta la costa del Pacífico en California, pasando por Arizona. De hecho, esta migración mexicana entre 1880 y 1920 fue un componente fundamental para entender el boom económico de la Costa Oeste y del suroeste de EU (González, 2008, p 85). Debido a la lejanía geográfica con el noroeste en EU, así como los prejuicios raciales, los inmigrantes europeos no eran una opción redituable. Pero, en cambio, los intereses económicos norteamericanos, principalmente de carácter agrícola y minero, descubrieron en la frontera sur una gran reserva de mano de obra mexicana barata y emplearon estrategias de atracción de estos trabajadores potenciales. De tal modo que, entre finales del siglo XIX y la década de 1920, de aproximadamente cien mil se incrementaron hasta casi un millón los mexicanos viviendo y trabajando en EU.

Si bien es cierto que las bajísimas condiciones de vida en México y la búsqueda de oportunidades fue un factor clave, no menos cierto es que este gran proceso de movilidad social también fue estimulado desde el “otro lado” de la frontera. Como señala González Herrera “los intereses económicos del suroeste estadounidense auspiciaron claramente la primera gran oleada migratoria de trabajadores mexicanos (González, 2008, p 86).”

Al igual que lo previamente descrito, en el caso de los O´odham de Sonora que participaron en una migración periódica y estacional a los campos agrícolas de Arizona, es pertinente señalar que también fue provocada y estimulada por los rancheros y propietarios de los campos de algodón norteamericanos en su afán de atraer mano de obra barata. Estas dinámicas de movilidad y migración al suroeste de Arizona fueron prácticas sociales frecuentes en casi todos los asentamientos del grupo étnico en México, más o menos entre mediados de la primera mitad del siglo XX y principios de la segunda mitad del mismo siglo (1930-1960). Ejemplo de esto son los casos de las Calenturas que se encuentra en el extremo suroeste del territorio O´odham y el asentamiento de Sonoyta, que se localiza en el extremo noroeste, casi literalmente sobre la línea fronteriza. Ahora bien, es pertinente recordar que los O´odham mexicanos tenían relaciones estrechas de diversa índole con sus hermanos O´odham de Arizona y que abarcaban prácticas sociales y culturales que iban desde las ceremonias y fiestas hasta las visitas familiares y trabajos temporales, pasando también por intercambios económicos y de otras clases.320

A diferencia de otro tipo de asentamientos O´odham ubicados al noroeste y casi sobre la línea fronteriza como san Francisquito, el Bajío, Pozo Verde, Sonoyta y el Cubabi que tuvieron una migración significativa de sus miembros a EU, en el caso de las Calenturas fue menor el flujo de personas que migraron y se limitó a la experiencia de los miembros de algunas familias. No obstante, dadas las dimensiones demográficas de dicho asentamiento fue un fenómeno de cierta relevancia. En el caso de las Calenturas y el Pozo Prieto la relación con los O´odham de Arizona era a través de la asistencia y la convivencia en la ceremonia de san Francisco el 4 de octubre, ya fuera en Magdalena de Kino o en la comunidad de san Francisquito. Pero, además, había una estrecha relación con algunas personas de la comunidad de san Francisquito, pues doña Alicia recuerda que les ayudaban a recoger la cosecha.321 También, al parecer y según doña Alicia, Iziquio Tiznado, quien era gobernador tradicional, su esposa y hermanos eran originarios de aquella parte del territorio O´odham, más precisamente de la zona de el Ajo, en el suroeste de Arizona, casi sobre la línea fronteriza.

Es importante destacar que a diferencia de otros procesos de corte migratorio que sólo involucraban al género masculino, en el caso de las Calenturas-Pozo Prieto y Sonoyta, cómo se verá, este tipo de prácticas de movilidad incluían tanto a hombres jóvenes solteros como a núcleos familiares compuestos de padres e hijos. Incluso, como se describirá a continuación, hubo mujeres que partieron por un periodo de varios años y posteriormente regresaron al asentamiento de origen, como fue el caso de la madre de doña Alicia. Además, en el caso preciso de las rutas de los asentamientos O´odham hacia el suroeste de Arizona fue una migración de corte internacional y, principalmente, de un área rural a otra área rural, pero dentro del territorio tradicional O´odham.

En el caso particular de los asentamientos de las Calenturas y el Pozo Prieto y las inmediaciones, los que se fueron eran miembros de alguna de las vertientes de las familias Choihua y parte de los Tiznado García. A mediados de la primera mitad del siglo XX la familia extensa de los Choihua constaba de 5 jefes de familia, uno de ellos vivía en Caborca y los otros cuatro en las Calenturas y los alrededores. De estos cuatro últimos todos estaban casados y tenían cría de ganado y trabajaban en la extracción de agua del desierto para los animales;322 además, por los menos dos ellos, Laureano y Próspero, se dedicaban a la agricultura. Así, por una parte, estaban Laureano y Próspero, quienes vivían en las Calenturas y el Pozo Prieto, después venían Juan, o Chico como le decían doña Alicia y don Matías, que vivía en las Maravillas y, por último, Antonio Choihua, quien habitaba en el Pozo Grande, ambas propiedades estaban muy cerca de las Calenturas y el Pozo Prieto. Los hermanos Choihua que partieron al suroeste de Arizona fueron Juan, quien al parecer fue el primero en irse y pasó en EU la mayor parte de su vida, y Toño,323 quien antes de migrar estuvo trabajando por un largo periodo en la elaboración de obras mecánicas para la obtención de agua; respecto a este último, don Matías comenta sobre su labor:

“mi tío Toño estuvo trabajando ahí, en los pozos.”324

No obstante, antes de irse, los hermanos Choihua ya estaban casados y uno de ellos ya tenía descendencia; don Matías precisa que:

“[Toño y Juan Choihua] pasaron de aquí [de las Calenturas] ya con [su] familia [para ir a Arizona, EU].”325

Tanto Toño como Juan, pasaron sus últimos días en la parte noroeste de la reservación O´odham de Sells, cerca de los campos de algodón en el camino entre Tucson y Phoenix, muy próximo de Eloy, en Casas Grandes. Don Matías comenta:

“Mi tío Toño [Choihua] también murió allá, en Casas Grandes, en Eloy, allá murieron ellos.”326

Ambos tuvieron diversos trabajos en Arizona, pero principalmente se dedicaron a las labores de la agricultura, se iban a trabajar como peones al riego y la pizca del algodón en los campos de Eloy, Casas Grandes, Standfield. Al parecer también los hijos de Toño se dedicaban a estas actividades productivas. Y, por su parte, Toño también trabajó por un tiempo en la minas del Ajo.

A diferencia de lo que probablemente acontecía en otras latitudes del territorio O´odham en que las personas que salían tenían un mayor contacto con el asentamiento de origen, una vez que se fueron Juan y Toño Choihua y sus respectivas familias, regresaron a México pocas veces y de manera esporádica; cuando venían era sólo de visita y por un par de días.327 Su vida la hicieron del “otro lado.” No obstante, ellos no fueron los únicos miembros de las Calenturas en irse a Arizona, también varios de los hijos de Angelita y don Iziquio Tiznado fueron participes de esa experiencia. Según doña Alicia, don Iziquio Tiznado, gobernador tradicional de las Calenturas, no era originario de ese asentamiento O´odham, sino de mucho más al norte del territorio tradicional, más allá de san Francisquito, del otro lado de la línea fronteriza, probablemente del Ajo, en el suroeste de Arizona. Al respecto don Matías comenta:

“No, no, [Toño y Juan Choihua] se la llevaron años y años [allá], allá se quedaron, nunca vinieron, venían a visitar y luego se iban al otro día, pero a los dos, o tres, o cinco años venían a dar una vuelta, dos, tres día [y] se iban p´atrás. Allá [en Arizona] estaban ellos-, allá se quedaron.” 328

Es muy posible que los Tiznado tuvieran redes sociales y familiares en el norte del territorio O´odham en EU que les permitirían desplazarse en esa dirección con mayor facilidad. Así, los hijos menores de don Iziquio, Raúl, quien era más o menos de la edad de doña Alicia, y Guillermo Tiznado, se fueron también a EU, allá establecieron su residencia y fallecieron. No obstante, es muy probable que dada la diferencia de edad, ellos se fueran de las Calenturas bastante tiempo después que Juan Choihua. Además, es posible que Ángel y Luisa Tiznado, los hermanos mayores, también hayan salido de las Calenturas, pues ambos están sepultados en la comunidad de san Francisquito en el noreste del territorio O´odham en México, muy próxima a la línea fronteriza.329

Por otro lado, hubo, además, casos en que las personas migraron por cierto tiempo y después regresaron al lugar de origen, como Emilia Choihua, madre de doña Alicia, quien, cuando Alicia era una niña pequeña, aproximadamente en 1943 se fue al “otro lado” a trabajar, pasando antes por la comunidad de san Francisquito.330 Posteriormente Emilia Choihua regresó varios años después, pasado el año de 1950 y se instaló primero en las Calenturas y luego, tras la escasez de agua, en el Pozo Prieto, donde estuvo viviendo casi hasta su muerte.331 Respecto a los miembros que migraron definitiva o temporalmente de las Calenturas es importante notar que no se limitó al únicamente a los varones jóvenes y solteros, como la experiencia de Guillermo y Raúl Tiznado, sino que también involucró familias y matrimonios como los casos de Toño y Juan Choihua, pero también a mujeres, como Emilia Choihua. Destaca, además, que fueron varias oleadas de personas y no una migración basada en un solo evento aislado y definitivo.

Por lo que respecta al norte del territorio O´odham, los vínculos entre el asentamiento de Sonoyta y el área y comunidades O´odham del suroeste de Arizona de mediados a finales de la primera mitad del siglo XX se dieron por los menos en tres órdenes:

1. Eventos culturales de carácter religioso a nivel regional, pero que trascendían la frontera internacional entre Sonora y Arizona.

2. Intercambios y actividades de orden mercantil.

3. El parentesco sanguíneo, así como los cambios entre el lugar de origen y de residencia, principalmente en el caso de algunas personas en Sonoyta.

Como se vio en detalle en el capítulo 2, O´odham de diversos asentamientos del suroeste de Arizona y próximos a la línea fronteriza asistían a ciertas festividades tanto de la religión O´odham tradicional como de la religión católica a Sonoyta. Un caso especial era la danza del venado buro, evento cultural casi exclusivamente O´odham que se realizaba la noche del 23 junio para amanecer el 24. Posteriormente iniciaban las fiestas populares a las que asistían tanto O´odham como mestizos.332 Los miembros del grupo étnico sobre la base de redes sociales previas llegaban con sus familiares o conocidos, como narra doña Herlinda:

“venían muchos papaguitos [O´odham] del “otro lado”, de todas las rancherías de aquí, llegaban con mi abuela, llegaban y acampaban, venían en carros con mulas. [ ] … porque más antes pues venía mucha gente del otro lado, venían a festejar el día de san Juan aquí [a Sonoyta].”333

Doña Lily León, hija del gobernador tradicional de esa época, tiene un testimonio muy similar, al parecer su padre, José León Parra, también hospedaba O´odham de Arizona que venían a las festividades y ceremonias.334 Procedían de múltiples sitios, pero en especial de asentamientos próximos al límite internacional, doña Herlinda precisa, “venían de Gila Bend, venían de otras rancherías, de san Lucy, de acá de Quijotoa, del Zacatón, de San Simón, de todas esas rancherías pegadas a la línea.” Otro de los poblados del suroeste de Arizona del que procedían O´odham era del Ajo, donde había una mina. Es importante destacar que en estas visitas se actualizaban, renovaban y reforzaban las relaciones entre los O´odham de México y EU.

2. Otra vía de contacto eran las transacciones comerciales y los intercambios. Doña Herlinda recuerda que alrededor de 1945, había un flujo significativo de personas y de bienes entre Sonoyta y el pueblo del Ajo en Arizona, muy próximo al límite internacional y donde había una explotación mineral considerable. A decir de doña Herlinda, la mayoría de los trabajadores de la mina eran mexicanos y es bastante probable que hubiera O´odham entre ellos, el fin de semana:

“se venían [del Ajo] para acá para Sonoyta a tomar [alcohol], a los bailes que hacían aquí, se venía mucha gente. Por eso tenía vida Sonoyta ¡eh! “Tenía vida Sonoyta por todo lo que, porque era mucho mexicano que trabajaba al otro lado. Que ya en ese tiempo se arreglaron papales y se quedaron del otro lado.”335

En buena medida esto fue posible gracias a las políticas laborales migratorias que permitían de facto y/o de manera jurídica que trabajadores mexicanos laboraran temporalmente en Arizona. Aunado a esto, es conveniente señalar que durante las ceremonias O´odham y católicas como la danza del Buro, la fiesta de san Juan y la fiesta de san Francisquito, había un intercambio de mercancías y productos entre los O´odham de México y EU; al parecer principalmente de productos agrícolas. En este sentido doña Herlinda comenta que su abuela O´odham les daba a sus parientes de Arizona frutos y cereales de la cosecha cuando venían a Sonoyta el 24 de junio.336

3. Las relaciones de parentesco y el lugar de origen fue otro de los órdenes mediante el cual los O´odham de Sonoyta tenían relación con sus congéneres de Arizona. Varios de los miembros del asentamiento de Sonoyta, así como sus padres, habían nacido en el “otro lado,” en el noroeste del territorio tradicional O´odham. El caso más representativo fue doña Lily y su familia. Mientras su padre procedía de Quitovaquita, localidad casi sobre la línea fronteriza, sus hermanos nacieron en el Ajo, Arizona. Por su parte, doña Lily es originaria de Barajita suroeste de Arizona, donde nació en 1933. Pero al año de nacida y por motivo de una herencia que recibió su madre, doña Lily comenta que se desplazaron hacía México y se establecieron en Sonoyta.337 Sin embargo, precisa que antes que naciera ella, su padre y su familia vivieron por un tiempo considerable en Arizona, de manera que sus hermanos mayores asistieron a la escuela en El Ajo.338 Por otro lado, por vía del padre, doña Lily y sus hermanos tenían parientes y relaciones vigentes en EU. Y de hecho, algunos de sus hermanos, como Bruno y Benigno León, posteriormente regresarían y fijarían su residencia definitiva en Arizona, en la parte norte del territorio tradicional O´odham.

De manera similar, la madre de Josefina, Ángel y Servando León y hermana de doña Lily, también nació en Arizona y vivió buena parte de su vida en el asentamiento de Sonoyta, en el rancho de santa Rita y posteriormente migraría a Puerto Peñasco, donde permanecería hasta su muerte; no obstante, ella conservó un vínculo muy estrecho con Sonoyta. Respecto a las relaciones de parentesco, la familia León no era la única que contaba con familiares en Arizona, también la abuela de doña Herlinda recibía a su pariente doña María Neblina, quien venía de san Lucy, cerca de Gila Bend, en Arizona. Por su parte, don Armando, hermano de doña Herlinda, recuerda que sus tíos tenían parientes cercanos en el Ajo.339

Durante este periodo varias de las familias que habitaban la comunidad O´odham de Sonoyta, debido a diversas causas y al hecho de la porosidad de la frontera internacional, migraron al norte del territorio O´odham, en el suroeste de Estados Unidos. Este fue un fenómeno relevante pues la mayor parte de la población O´odham dejó esta localidad, quedando apenas unas cuantas familias. En este sentido uno de los anteriores regidores indígenas de Sonoyta, municipio Plutarco Elías Calles, afirma respecto a este proceso:

“pues mucha gente, toda la indiada [O´odham] que había aquí [en Sonoyta] se fue para el otro lado.”340

De manera que, para finales del siglo XX de las 36 familias originales que componían originalmente la comunidad de Sonoyta (la Congregación Pápago), ya no quedaba nadie, sólo los hijos y nietos de algunos de los núcleos familiares del viejo asentamiento O´odham de principios del siglo pasado.341 Pero ya desde mediados de la década de 1960 había severos cambios, de ahí que doña Herlinda afirme:

“[los] pápagos [O´odham] que quedaban aquí ya todos se habían ido, ya quedaba pura descendencia.”342

En un testimonio previo doña Herlinda explica:

“si los [O´odham] que quedaban aquí se fueron, todos emigraron para el “otro lado,” se fueron, porque en ese tiempo pues no había migra, no había nada, pues todos pasaban libres.”343

Además la comunidad, en tanto espacio social y geográfico, inicio un proceso de reconfiguración que atravesó por la disgregación; “regados ya quedamos” añade doña Herlinda.344 Este proceso de desplazamiento y relocalización de las familias que migraron no se dio en un sólo momento y como una gran oleada, sino que fue paulatino y tuvo varias etapas, fue un flujo pequeño pero constante, una migración por goteo. Al respecto, es muy ilustrativo el testimonio de don Cheto quien precisa:

“no, se fueron yendo de una por una [a Arizona, EU], no se fueron así de mucha gente, no.”345

Al parecer el proceso migratorio inicio desde poco después de mediados de la primera mitad del siglo XX, pasados los años 1930s, y duró hasta los inicios de la década de 1960.346

Sin embargo, es probable que la etapa de mayor flujo de este proceso haya sido durante la última década de la primera mitad del siglo XX, pues doña Herlinda Lizárraga recuerda que para 1947 ó 1948, buena parte de los miembros ya se habían ido, sólo quedaban ciertas familias como los Uriarte, los Ortega, los Carrasco, parte de los León, los Neblina y los Romo, además de algunos miembros de la familia Orozco.347 Y en el mismo tenor su hermano Armando reafirma lo anterior al señalar:

“pues al principio se fueron más [para el norte, EU], si se fueron más por ahí de los [años] [19]40´s.”

Y después, confirmando esta tendencia de cambio social, recalca que para la siguiente década la población O´odham había decrecido de manera importante, don Armando comenta:

“Si, cuando yo tenía unos diez años, en el [19]57, [19]58, eran contados los [O´odham] que habíamos ya [en Sonoyta], ya se habían ido muchos.”348

Según don Armando, anterior autoridad tradicional, las personas que migraron fueron ciertas ramas de las familias León, los Romo Robles, los Jabalín, la mayor parte de la familia Salcido y toda la familia Orozco, quienes eran unos de los principales organizadores de la fiesta del Buro y una vez en Estados Unidos fijaron su residencia en distintos lugares.349 El término “familia” no sólo refiere al núcleo familiar directo de padres e hijos, sino también supone un nivel más extenso que incorpora tíos, sobrinos, abuelos, tíos abuelos.

Mapa 4.3 Territorio O´odham (la reservación de Sells) en Arizona.

Fuente: Archivos de la CDI Caborca, en la carpeta sobre historia y costumbre de los O´odham.350

El destino principal de este flujo migratorio fueron las diversas áreas del territorio tradicional del grupo étnico en el suroeste de Arizona, sitios como los pueblos y asentamientos del Ajo, Sells, el Cubo, Psinimo, Quijotoa, San Simón y el Gila Bend en el extremo superior; principalmente aquellas localidades que se encontraban en las reservaciones de Sells, al suroeste de Arizona y casi sobre la línea fronteriza - relativamente próxima Tucson-, y la de San Lucy, más al norte y muy próxima a Phoenix, pero también a lugares como Casas Grandes y Maricopa (Ver mapa).351

La mayoría de estas personas hicieron el resto de sus vidas en las reservas O´odham mencionadas. De las reservaciones a las que se hizo alusión, la de Sells, que fue una de las primeras establecerse a principios de la primera del siglo XX y es la más grande en extensión,352 es probablemente la que más miembros del grupo étnico originarios de México incorporó a sus distritos. Sells es, además, la segunda reservación india más grande de todo Estados Unidos. Dentro de los destinos que eligieron los O´odham de Sonoyta destaca que no sólo se fueron a sitios geográficamente cercanos, como fueron aquellos que estaban sobre el borde internacional, sino que también se desplazaron hasta lugares casi en el límite norte del territorio tradicional del grupo étnico, muy cercanos a la capital de Arizona.353

Los motivos de la migración de este asentamiento del grupo étnico fueron diversos, pero todos se articulan en torno a las modificaciones del modo de vida agrícola tradicional O´odham de principios de siglo XX. Como señala don Armando Lizárraga,

“pero cuando [los O´odham] ya miraron que estaba cambiando mucho la cosa, pues se fueron para el “otro lado.”354

Dentro de las causas que propiciaron esta alteración de la vida social de este asentamiento O´odham jugaron un papel muy importante, por un lado, las invasiones de tierra por parte de los mestizos y la extorsión y robo de ganado.355 Y, por otra parte, pero no menos importante, fue el cambio y escasez de recursos naturales indispensables para la agricultura; situación provocada por las políticas hidráulicas estimuladas por los gobiernos federal y estatal en afán de colonizar el desierto.

El siguiente testimonio de doña Herlinda demuestra de manera muy contundente lo anterior:

“ya los mexicanos se empezaron a meter para acá y hacerse dueños de los terrenos, pues ya los [O´odham] pápagos también empezaron a salirse y como ya se les terminó el agua del canal, del río, pues ya mejor se salieron, pues ya con que iban a regar, con que iban a hacer sus cosechas.”356

Bajo estas circunstancias, la única opción era buscar otro modo de vida, uno basado en el trabajo asalariado y no en una economía principalmente de autoproducción y autoconsumo. Sin duda una opción era el trabajo como jornalero agrícola y vaquero en las faenas del campo, que muy probablemente era mejor remunerado en EU. En este sentido don Armando Lizárraga al hablar sobre los motivos de la migración comenta:

“yo creo que trabajar ¿no? se fueron unos a trabajar y otros se fueron con todo y familia y otros sin familia. [ ] Como por ejemplo, la familia Salcido cuando se fue de aquí, se fue la mama de los Salcido, de los hijos y el marido se quedo aquí, y ella se fue a vivir pa´l otro lado, cada domingo venía ¿no? Esos así se iban y venían, iban y venía.”357

Por su parte, doña Lily León añade que se fueron a EU “para buscar mejor vida (Lily León, entrevista personal, 04/04/2008).” Estos desplazamientos se dieron sobra la base de las redes sociales entre las comunidades O´odham de Sonora y Arizona, así como sobre el tejido de las relaciones de parentesco que se extendían a lo largo de la cartografía del territorio O´odham.

Quizás en un principio las personas del grupo étnico que partieron a EU en busca de mejores oportunidades laborales no pensaban fincar su residencia permanente en aquel país, sino sólo estar por un tiempo y regresar. Ahora bien, lo que si es un hecho es que estas familias, una vez que llegaron a Arizona, mantuvieron cierto contacto y vínculo con su comunidad de origen en la frontera mexicana. A decir de don Armando Lizárraga, esto se daba principalmente en dos órdenes, lo que no significa que fueran los únicos, (1) las visitas a los parientes sanguíneos que tenían en Sonoyta y (2) la asistencia a las ceremonias y festividades del grupo étnico que se realizaba en México y que suponía estar por un par de días al año en diversos asentamientos como san Francisquito, Sonoyta y Quitovac.358

Tras la partida de las familias O´odham hacia el norte del territorio tradicional del grupo en el suroeste de Arizona, los miembros del grupo étnico que permanecieron en Sonoyta experimentaron un intenso proceso de cambio social. Se fueron incorporando con relativa rapidez al núcleo de vida mestizo y parcialmente urbano. En lo concerniente al ámbito geográfico social se fueron desplazando hacia el sur y acercándose cada vez más al pueblo. Pero, por otro lado, también tuvieron que recurrir a un modo de vida distinto y basado en el trabajo asalariado. Ya no auto-producían los satisfactores, sino que en una economía mucho más mercantil y citadina compraban las mercancías que necesitaban para reproducir sus condiciones de existencia. Además, a nivel de la regeneración social de la colectividad en la que vivían, ya no fue posible reproducir el modo de vida O´odham ni al grupo social como una unidad semi-contenida con relaciones selectivas con las alteridades circundantes (los mestizos mexicanos).359

Esto se debió tanto al cambio de entorno natural y social que antes les posibilitaba una economía de autosubsistencia, como al hecho, vinculado al nuevo contexto de vida y el cambio de lugar de residencia, de que a partir de ese momento su esfera de relaciones con las “otredades” circundantes había sido radicalmente alterada. Ya no sería posible realizar más el matrimonio endogámico (con miembros de diferentes asentamientos y comunidades de la etnia) que en el pasado les había permitido seguirse perpetuando social, cultural y demográficamente como grupo étnico. Además, sin este tipo de matrimonios se alteró radicalmente la transmisión y realización de ciertas prácticas y saberes.

4.5 EL LUGAR DE ORIGEN EN LAS POLÍTICAS DE LA MEMORIA. Como se describió previamente en detalle en el capítulo uno, hay una relación muy estrecha entre los lugares donde se desarrolla la vida social y la memoria social del grupo. En este sentido, esta etapa del proceso histórico (finales de 1940 y 1950) vinculada a la movilidad geográfica hacia las ciudades es configurado por el recuerdo de los O´odham como un periodo de inmenso cambio que apuntaba hacia la paulatina disociación de un modo de vida basado en el desierto y apuntalaba el camino hacia una paulatina incorporación a una economía mercantil, en un entorno de vida mestizo, en los centros urbanos de Caborca, en el suroeste y de Sonoyta en el noroeste.

En un primer término es preciso señalar como se alteró la relación entre estos O´odham y el territorio en sus diversas manifestaciones, como tierra laborable, como lugar sagrado, como las comunidades donde vivían los familiares, como la frontera. Desde finales de la década de 1940 y durante la de 1950, tanto los O´odham de Sonoyta como de los de las Calenturas recuerdan que dejó de realizarse la ceremonia del Buro en sus respectivas localidades. La fuerza de cohesión residía en ser una festividad de carácter local y regional en el que se desplegaba la capacidad de acción y organización social de la comunidad y sus autoridades, el gobernador tradicional y el consejo de ansíanos. Además dicha ceremonia era una de las prácticas sociales que articulaba su adscripción étnica local y regional y era una de las manifestaciones de su diferencia cultural. Por otro lado, es de resaltar que estos O´odham vinculaban esta ceremonia con el ciclo agrícola, que para esas fechas (finales de la década de 1940) ya empezaba a experimentar problemas de abasto de agua a consecuencia de la llegada de los rancheros. Es preciso esbozar que hay una relación múltiple entre la territorialidad y la memoria. Por un lado está el ámbito local, de la comunidad de origen, que ha sido unos de los ejes a lo largo del trabajo. Por otra parte, está un ámbito regional, desde la cual, lo que a los ojos externos (del antropólogo y el gobierno) es migración, para ciertos O´odham este proceso puede ser leído como movilidad dentro de su territorio cultural. No obstante, a lo largo de estos años estos O´odham experimentaron un cambio importante en el imaginario de su territorio debido a la urbanización y división político/administrativa, aunado al endurecimiento frontera México/Estados unidos, lo cual modifica su antiguo territorio y el uso que de este hacían.

No obstante la festividad de san Francisco que se realizaba en las localidades de san Francisco, Sonoyta y el pueblo de Magdalena y procedente de la tradición católica y occidental si continuó realizándose. Aunque también es conveniente decir que el papel protagónico de los O´odham en ese evento fue decayendo y dejaron de asistir los O´odham de las comunidades de Arizona. Junto con los problemas relacionados con el modo de vida agrícola, se dio un fuerte resquebrajamiento del trabajo comunitario de la tierra y de los sistemas de riego como uno de los ejes de la vida en común.

En esta etapa los mestizos urbanos, significados como los “otros,” se consolidan como el sujeto frente al cual definirse en el proceso identitario entorno a las relaciones laborales, vecinas y de interacción urbana. Estas grupos también se nombraban como mexicanos, pero no sólo con base en una adscripción nacional, sino también en modo de vida y una cultura diferente a la de los O´odham y que los estigmatizaba; desde su experiencia de vida en el desierto y con base en los valores y creencias de su tradición, los miembros de las Calenturas y Sonoyta se asumían como un grupo social distinto. A través de la asistencia a la escuela, al doctor, a la venta de mercancía en las localidades del pueblo Sonoyta y Caborca poco a poco los O´odham empezaron incorporarse más al modo de vida urbano mestizo de una economía mercantil y se afianzó una relación desigual con estos grupos;360 esto no quiere decir que antes los O´odham no tuvieran relación alguna con los mestizos, sino que era menos frecuente la relación y, desde los asentamientos, los O´odham veían a los habitantes del pueblo de Sonoyta y Caborca como grupos sociales distantes. Posteriormente, esto se iría acrecentando cuando, según recuerdan doña Alicia y doña Herlinda, una vez que el modo de vida agrícola del grupo étnico decayó y los O´odham buscaron trabajos temporales con los rancheros y agricultores vecinos y después en localidades más grandes como Caborca o Sonoyta. La tierra, el lugar de sus antepasados, según recuerdan los habitantes de ambos asentamientos, dejó de usarse como el principal medio de subsistencia. En su memoria social la escasez de agua fue el principio del fin, por lo menos de la época de sus antepasados y la estrecha relación con el desierto. Los viejos referentes simbólicos de que se nutría el imaginario de ser O´odham se fueron deteriorando y otras influencias culturales ajenas al grupo fueron incorporándose. Se pasó de un proceso de adscripción especialmente local y hacia el interior del grupo –con ciertos vértices regionales- a una situación en la que los mestizos jugaban un papel fundamental en la manera en que los O´odham establecían su relación con la nueva realidad social y como se empiezan a percibirse a si mismos.

Este proceso de cambio desembocó en la extinción del “tradicional grupo O´odham” –según lo entendían los ancestros de doña Alicia y doña Herlinda-, de la vieja comunidad como era antes, en el tiempo de sus antepasados. Esa articulación de prácticas delineaban el ser social del grupo y se manifestaban en que la mayoría de los miembros de las familias tenía ascendencia O´odham por ambos padres, cotidianamente se hablaba la lengua O´odham, se vivía de la tierra, había determinada organización social expresada en la figura del gobernador y se realizaban ciertas prácticas de carácter religioso cultural como la danza del buro. Con esto, además, se inicia un proceso de diversificación social del grupo, pues ya no era posible encontrar pareja dentro de la misma localidad. El significado de ser parte de la comunidad y tener la adscripción étnica o ser descendiente O´odham fue cambiando de manera significativa.

No obstante, en los testimonios se revela que no fue empezar de cero, sino que había una tradición de antaño que, no obstante las fracturas y discontinuidades, tenía un peso efectivo. De ahí que los desplazamientos tanto a ciertos centros urbanos, como a Arizona al área noroeste del territorio tradicional, se dieron sobre la base de relaciones parentales y sociales previas. Las redes comunales orientaron esta migración. También es cierto que este cambio de lugar de residencia puede ser leído también como cierta reutilización y continuidad de las prácticas de movilidad que caracterizaban la vida O´odham en el desierto. Recuérdese que habitar el desierto significaba, entre otras cosas, caminar el desierto. Tanto las ciudades de Sonoyta como de Caborca estaban dentro del área del territorio tradicional del grupo étnico.

Es precio mencionar también que, de acuerdo a la memoria social de ambas comunidades, este proceso coincidió con la muerte de las generaciones mayores, sus padres, tíos y abuelos. Y que con esto, ya no fue posible transmitir buena parte del legado de la tradición. Además, los O´odham de las Calenturas y Sonoyta lo vinculan con el final de una etapa muy importante de su vida social (la comunidad y el desierto). Manifestación de lo anterior fue el cambio del uso del territorio, no sólo a través de dejar de sembrar, de que cesaron de asistir a ciertas ceremonias y tampoco hacían más visitas familiares, pero principalmente a través de dejar temporalmente y definitivamente la comunidad de origen, así como dejar de ir y venir entre diversos sitios del territorio tradicional O´odham.

Por otra parte dentro de esta situación las relaciones con los grupos sociales no indígenas circundantes jugaron un papel importante, principalmente con el Estado y las políticas de colonización y del uso de recursos naturales, que propiciaron la fractura de la agricultura O´odham. No obstante, es interesante destacar que los O´odham entrevistados, más que asociar directamente el deterioro de su modo vida agrícola con el impacto de la acción del Estado y la falta de apoyo y recursos para nueva tecnología agrícola, lo atribuyen a que dejó de llover, así como a la llegada de nuevos actores sociales como rancheros, medianos propietarios y colonos. Debido a su relación con la naturaleza y la emergencia de un “otro” basada en la apropiación de los recursos naturales: tierra y agua.

La situación de los O´odham de las Calenturas y Sonoyta de la generación de doña Alicia y doña Herlinda refleja la complicada dinámica de adscribirse como O´odham en un intenso proceso de cambio social, donde se da una relación tensa entre el peso de la tradición y las necesidades que en aquel tiempo tenían de otras fuentes laborales y mejores condiciones de vida. Justo en la memoria se da este re-juego entre el presente desde el cuál se recuerda y el pasado en el que se produjo la experiencia vivida. Para los O´odham de estas comunidades el aquí y allá, tiene una doble dimensión temporal y espacial, en tanto que no solo refleja el pasado estrictamente, sino también el lugar de donde salieron.

Por otra parte, sin dunda alguna el establecimiento de la frontera internacional entre México y Estados Unidos, particularmente el área del noroeste Sonora y el suroeste de Arizona,361 es un proceso clave para entender la migración O´odham hacia EU, en este caso especifico el de las Calenturas-Pozo Prieto y Sonoyta. A la vez que es un factor clave para la comprensión de varias de las prácticas previas de movilidad y las relaciones socioculturales, que incluyen vistitas familiares, las ceremonias e intercambios de diversa índole entre las comunidades y asentamientos O´odham de México y Estados Unidos.

Según los testimonios de doña Lily León, nacida en 1933 en Barajita, Arizona, quien fue autoridad tradicional de Sonoyta y doña Paulina Romo Robles, nacida en 1938 en Sonoyta, Sonora, hasta bien entrada la década de 1930 no había garita migratoria ni paso aduanal formal y tampoco se exigían documentos a quien cruzaba. Como señala doña Lily:

“pasábamos nosotros [la línea para ir a Arizona] pero a caballo. No había nada, allá atravesábamos la línea.”362

Y doña Paulina Romo al respecto precisa:

“aja, podíamos cruzar [para ir a Arizona] sin nada. [ ] [Cruzábamos] por ahí por la garita, por allá, pero no había garita, había pura brecha, no había ni carretera.”363

Incluso generaciones más jóvenes recuerdan que la frontera estaba “abierta” y que si bien era un límite geográfico y jurídico formal entre dos Estados Nacionales, de facto era una región transitable y no había un obstáculo físico (un muro) que hiciera del cruce una actividad de vigilancia y control. De ahí que doña Herlinda Lizárraga, nacida en 1940, comente:

“porque en ese tiempo [desde 1900 hasta los años 1930s] pues no había migra, no había nada, pues todos pasaban libres [la frontera].”364

Y su hermano Armando Lizárraga reafirma esto al puntualizar que en esos años no les pedían papeles.365 No había, como en la actualidad y por lo menos desde las últimas décadas del siglo XX, una estructura física de concreto y un muro que funcionará como una entrada selectiva y restringida para aquellos que contaban con los permisos legales correspondientes.366

Los miembros del grupo étnico no eran los únicos actores sociales que pasaban la frontera de manera frecuente, también los hacían los mestizos y rancheros. Aparte, señala doña Herlinda, todos aquellos mexicanos que trabajaban en la extracción minera en el Ajo, durante la semana vivían en Arizona y los fines de semana venían a Sonoyta a esparcirse y asistir a las fiestas.367 Como apunta doña Lily Léon:

“Si, pero toda la gente pasaba [la frontera]. [] De todo, todos pasaban.”368

Por su parte, al hablar sobre límite internacional doña Paulina comenta que las personas podían pasar libremente y no era necesario documento alguno.369 El pasar a Arizona en búsqueda de opciones laborales, pero sobre todo debido a una mejor remuneración económica, no era una práctica exclusiva de un grupo social en específico, sino que involucraba por igual tanto mestizos mexicanos como a personas del grupo étnico. De ahí que respecto al asentamiento de Sonoyta doña Paulina Romo afirme:

“pues si, todos los indios [O´odham] iban [al otro lado]. [ ] [Cuando doña Paulina tenía 6 ó 7 años, entre 1944 y 1945] íbamos al Ajo. [ ] .. mi ama trabajaba allá, hacía tortillas, trabajaba allá y nos estábamos una semana o dos y luego nos veníamos.”370

A diferencia de otros procesos migratorios laborales que se reducían sólo a cierto tipo de trabajos y para cierto género, labores principalmente destinadas a los hombres adultos, el espectro laboral formal o informal también incorporaban a las mujeres. Expresión de esto fue el caso de la mama de doña Paulina. Ahora bien, de los actuales habitantes O´odham de la ciudad, los antepasados de doña Lily y doña Paulina, las familias León y Romo Robles eran unas de los que, hasta antes de la construcción de la garita y el cerco, iban frecuentemente a EU y sobre todo al pueblo del Ajo. Debido a la cercanía geográfica, los medios de transporte que empleaban eran la locomoción a pie, pero sobre todos se desplazaban montados en bestias de cargas y carretas.371

Ahora bien, el trabajo no fue el único motivo para cruzar la frontera, otra de las motivaciones fue mantener y recrear los vínculos familiares con los parientes sanguíneos que tenía en los asentamientos O´odham de Arizona varias de las familias de la comunidad de Sonoyta como los Orozco, los Laborin, los Ortega, los Salcido, los Romo Robles, los León Romo. Hay que recordar que las primeras cuatro familias mencionadas, posteriormente, migrarían y fijarían su residencia en el sureste de Arizona en diversos sitios de las reservaciones O´odham de Sells, en el suroeste, y san Lucy, en el noroeste de la tierra del grupo étnico en Arizona. Por su parte doña Lily, quien es miembro de la familia León Romo, recuerda que la mayoría de sus parientes del lado de su padre, José León Parra, se encontraban en el Ajo e iban a visitarlos con frecuencia.372 A su vez, doña Paulina, quien era parte de los Romo Robles, estaba en una situación similar, pues afirma que iban exclusivamente a esa misma localidad (al Ajo) a realizar visitas familiares y a vender las tortillas que su madre hacía.373

En el caso de doña Lily es conveniente recordar que ella nació en Barajita, Arizona y sus hermanos mayores son originarios y pasaron sus primeros años de vida en el Ajo.374 Por otra parte, recuérdese que ya para inicios de la década de 1950 varios de los miembros de las Calenturas ya tenían familiares y conocidos en EU. Tanto Toño como Chico Choihua ya vivían en al área suroeste de Arizona; en la misma situación se encontraba Iziquio Tiznado quien ya tenía dos hijos viviendo del “otro lado.” Y por su parte, Ciriaco García también tenía hijos en Arizona, a los cuales fue a visitar en varias ocasiones.

Otro de los motivos para desplazarse a Arizona era adquirir bienes y satisfactores materiales que sólo se encontraban allá o que eran más baratos. El intercambio y obtención de mercancías no era una práctica exclusiva de este grupo étnico, también era característico de los mestizos mexicanos y rancheros. Las diversos transacciones comerciales y de otra índole entre Sonoyta y el Ajo, Arizona, no sólo suponían mano de obra mexicana que iba a trabajar a las minas del Ajo, sino también turistas que cruzaban de El Ajo a Sonoyta buscando recreación y bebidas embriagantes,375 como consecuencia de la Ley Seca (Volstedad) de 1920, la cual prohibía el consumo, producción y venta del alcohol en los Estados Unidos.

No obstante, las condiciones del cruce entre México y Estados Unidos por esa región de Sonora cambió de manera radical hacia finales de la primera mitad del siglo XX con las nuevas políticas migratorias que derivaron de la instalación de la garita migratoria Sonoyta-Luke Ville, así como la construcción de un muro en torno a ella. Hasta antes de este momento, como reiteradamente se da a entender en los testimonios de los O´odham de Sonoyta y las Calenturas, la frontera estaba abierta y no había cerca, ni garita, ni nada.376

En los testimonios recabados no hay una fecha precisa sobre la fundación de la garita, algunos sugieren que en la década de 1930377 y otros de 1940. Sin embargo, cruzando estos datos con lo dicho acerca de las visitas al Ajo por motivos familiares y laborales es más probable que fuera a inicios ó mediados de la década de 1940. Si bien dichas políticas fronterizas involucraron a ambos Estados nacionales, sin duda el principal promotor de establecer un filtro geográfico y jurídico para contralar el paso fronterizo, sobre todo en dirección norte, y para tener supervisión de quienes entraban a su territorio nacional fue el gobierno de los Estados Unidos.

Don Armando reitera esto al atribuirle a esa nación la construcción del límite físico:

“no, porque el mismo gobierno de Estados Unidos, les dijo [a los O odham] cuando hizo el cerco ¿no?, este es otro rollo ya. Cuando Estados Unidos hizo el cerco. [el Gobierno de EU] ya les dijo a todos los indios [O´odham] que había allá: que el que se quisiera venir para acá que se viniera y el que no, que se quedará allá.”378

A partir de ese momento se aplicó un procedimiento administrativo que obliga a aquel que quisiera entrar a EU a presentar ciertos documentos (el pasaporte y la visa), a parte de la vigilancia física que suponía pasar por la garita y realizar el trámite legal de ingresar a otro Estado Nacional. Además, dicho sea de paso, es conveniente recalcar que, en una clara expresión de las relaciones de poder desiguales entre México y Estados Unidos, dichas prácticas de control y vigilancia las ejercían principalmente el gobierno de la Unión Americana, pues, según los testimonios, no había este tipo de filtros y supervisiones para aquellos que de EU, estadounidenses o mexicanos, venían a México.

La instalación de la garita y el control sobre el cruce cambió drásticamente no sólo las prácticas de movilidad transfronterizas de los O´odham y de los mestizos mexicanos, sino también, y por consecuencia, las relaciones entre los asentamientos O‘odham del noroeste de Sonora, como Sonoyta, y los pueblos del suroeste de Arizona, como el Ajo. En este sentido, doña Paulina Romo Robles comenta:

“[con la garita] pues ya empezaron a pedir papales, ya cercaron y ya no dejaron pasar nadie [para el otro lado sin papeles].”379

Y, por su parte, doña Herlinda añade:

“ya no era libre, más antes si pues, era libre, iban y venían toda la gente, pero cuando ya pusieron Luke Ville y la oficina allí, pues ya no pudieron pasar.”380

Tras estas medidas varias de las personas y familias del grupo étnico así como mestizos mexicanos que se encontraban laborando en el suroeste de Arizona y que vivieron temporalmente en EU por años, optaron por fijar su residencia permanente en aquel país. En el caso de los O´odham del noroeste Sonora, además del endurecimiento de la frontera hubo otros hechos que contribuyeron a que se desplazaron a Estados Unidos. Por una parte, las políticas del gobierno federal de EU, pues para esas fechas ya estaban las naciones indias y era relativamente fácil para los O´odham mexicanos incorporarse a la reservaciones del grupo étnico en Arizona,381 principalmente las de Sells, en el suroeste y haciendo límite en su extremo sur con la línea fronteriza, y la de san Lucy, que se encontraba en el extremo norte del territorio O´odham, en las inmediaciones de Phoenix y cerca del río Gila.

Pero, por otro lado, las invasiones a las tierras O´odham en Sonoyta y el acaparamiento del agua, resultado de las relaciones desiguales y de la discriminación que sufría los miembros del grupo étnico, también fueron un catalizador para que cruzaran la frontera y buscaran otras oportunidades laborales y un mejor nivel de vida más al norte de su territorio tradicional en Arizona. Resultado de esto varios terrenos que pertenecía a algunas familias del grupo étnico quedaron abandonados.382 No obstante y respeto a los alcances de la construcción de un límite físico a finales de la primera mitad del siglo XX (la década 1940) entre estos dos estados nacionales también es conveniente señalar que esto sólo tenía un alcance territorial y geográfico muy reducido, pues sólo abarcaba la zona actual de la garita fronteriza y sus inmediaciones más cercanas. Pero gran parte del territorio O´odham mexicano y fronterizo, lo que va desde el pueblo fronterizo del Sasabe hasta la Angostura, casi en las inmediaciones con Sonoyta continuó siendo prácticamente una zona de paso franca. Tras describir las consecuencias del establecimiento de la frontera y los controles migratorios en la movilidad y dinámica O’odham, es necesario mencionar el papel de la frontera física (la garita) en el imaginario y la memoria del grupo. En el caso de los O´odham, en especial de Sonoyta, esto se tradujo en que el territorio tradicional a nivel regional quedo partido, como se refiere en varios testimonios, ya no se podía pasar como antes, ahora se pedían papeles. Los O´odham, sobre todo los de Sonoyta, recuerdan que esto impactó a las familias directas y extensas, pues ya no podían ver con tanta frecuencia a sus parientes norteamericanos del grupo étnico. Las relaciones regionales se deterioran y se fue incrementado un fuerte sentido de interacción local, especialmente en el caso de Sonoyta. A las ceremonias, antes de carácter regional como la danza del venado buro en Sonoyta, dejaron de asistir los O´odham de Arizona. Tanto doña Herlinda como doña Lily asocian esto tanto con un deterioro de las relaciones regionales entre comunidades de los dos lados de la frontera, como con una ruptura de la tradición ancestral O´odham.

Esto no quiere decir que la frontera no haya sufrido otras modificaciones, pues de hecho, para de la década de 1960, la patrulla fronteriza puso algunos puntos de vigilancia esporádicos y algunas puertas y cercos en ciertas zonas entre el Sasabe y la Angostura. Sin embargo, sería hasta aproximadamente mitad de la década de 1990 que hubo una severa transformación. Esto a raíz de que, una vez instaurada la operación Guardián en octubre del 1994 a través de la construcción de un muro entre Tijuana y san Ysidro en el área suroeste de san Diego, y de una vigilancia feroz de esa zona de la frontera,383 el desierto de Altar, particularmente el territorio O´odham que hace frontera con Arizona, se volvió una de las vías de accesos privilegiadas para el paso de indocumentados hacia Estado Unidos. Para frenar esto, el gobierno de EU incremento los efectivos y puestos de la patrulla fronteriza en el territorio O´odham norteamericano que está sobre la línea fronteriza, además de las diversas iniciativas de levantar un muro y poner cercos.384 Esto representó un endurecimiento tácito de la frontera. Medida que, obviamente, tuvo repercusiones entre las relaciones de los O´odham de México y Estados Unidos.

4.6 LAS POLÍTICAS DE COLONIZACIÓN, LA MOVILIDAD GEOGRÁFICA E IMAGINARIO O´ODHAM. Siguiendo la línea de la genealogía del imaginario, la siguiente etapa está vinculada al inicio de la década de los cincuenta. En este periodo hubo varios procesos regionales que afectaron a los asentamientos O´odham y su relación con el desierto, pero que, también, impactaron el sentido de grupo que los miembros del grupo étnico tenían sobre si mismos, así como la visión que sobre los “otros” tenían. En 1949 se creó del distrito de Colonización de Altar y se promovieron las políticas de reparto agrario de la década de 1950 en la región. Consecuencia de esto aproximadamente para mediados de la misma década nuevos actores sociales (rancheros, agricultores, colonos y ejidatarios) llegaron y se instalaron en buena parte del territorio tradicional O´odham.385 Esto alteró la relación que los O´odham tenían con el mundo exterior, particularmente porque las nuevos grupos se insertaron de facto en los espacios sociales donde acontecía la vida cotidiana de los O´odham. De manera simbólica y fáctica el territorio O´odham fue invadido.

En el caso del área de las Calenturas hasta finales de los cuarentas sólo estaba el ranchero mestizo Canuto Garibay, pero en el trascurso de la siguiente década el cambio fue drástico. Una vez que llegaron, estos actores externos (rancheros y agricultores) estuvieron relacionados con el cambio de propiedad de la tierra O´odham y así como la transformación del uso del territorio de grupo étnico.386 A la región llegaron, apropiándose de las mejores tierras y fuentes de aguas, los propietarios Venegas, Lemas, Valenzuela y Quiroz.387

En Sonoyta la situación en la misma década no fue muy diferente, ya que se fundaron varios ejidos como el Josefa Ortiz, Morelia, la Nariz y Jaime Jeréz en las inmediaciones de la comunidad, además de la perforación de los pozos profundos y la represa hechos por el gobierno.388 Tanto los miembros de las Calenturas, como las personas del asentamiento O´odham de Sonoyta asocian la presencia de estos acontecimientos con la debacle del modo de vida O´odham agrícola, así como con el agotamiento y acaparamiento de recursos naturales. En los testimonios se establece una relación casi lineal y mecánica entre la escasez de agua y la llegada de los mestizos a las áreas O´odham. También, para ambas comunidades, el fin de la agricultura fue la alteración de una relación fundamental, no sólo con el desierto, como el lugar del que proveía alimentos y el hogar ancestral, sino también con los antepasados y la historia del grupo. La llegada de estos rancheros, agricultores, colonos y propietarios alteró de manera drástica la relación de estos O´odham tanto con su territorio, como con sus ancestros y la tradición. Así, para 1957 ya prácticamente los O´odham de las Calenturas no sembraban más sus tierras y tuvieron que recurrir a otras estrategias productivas.389 Por su parte, en Sonoyta, una de las últimas cosechas fue en 1953.390 La instalación de los nuevas grupos sociales en el imaginario O´odham estaba claramente vinculada al proceso de severo decaimiento de sus prácticas productivas tradicionales.

Por otro lado, el debacle de la agricultura O´odham estuvo ligado e influyó de manera creciente en el deterioro de buena parte de la organización social de estas comunidades. El trabajo comunitario, cuyo eje principal eran las labores de la tierra y la construcción de sistemas de irrigación, prácticamente desapareció. Aunado a esto, hubo otro proceso social de carácter interno que acentuó la ya severa situación de cambio social: fue la muerte de las generaciones mayores. En las Calenturas durante la parte final de la década de 1950, murieron Laureano y Prospero Choihua, además del gobernador tradicional Iziquio Tiznado; ellos eran los ancianos de la comunidad y el puente entre la tradición O´odham y las generaciones más jóvenes.

En el caso de Sonoyta la situación fue similar. Pero, además, en este asentamiento fronterizo hubo un impacto suplementario, que fue la partida de la mayoría de los miembros de la comunidad hacia EU, particularmente aquellos que tenían un vínculo más estrecho con la tradición O´odham (ceremonias, lengua, etc.) y que tenían ascendencia O´odham por ambos padres; los casos de los núcleos familiares de los Orozco, los Laborin, entre otros.

Así, la presencia de estas nuevos mestizos, resultado de las políticas agrarias estatales, estaba asociado con la muerte de los viejos O´odham, lo cual no quiere decir que una fuera resultado de la otra, sino que acontecieron en forma simultánea en el mismo periodo de tiempo y que ambas estaban asociados a un intenso proceso de cambio que marcó profundamente a las nuevas generaciones y desembocó en un modo de vida diferente.

Ahora bien, frente a este escenario más o menos común hubo diferentes reacciones según las diversas latitudes geográficas del territorio tradicional

En el caso de las Calenturas, algunas personas como Matías Choihua y Ruperto Méndez intentaron seguir sembrando sin grandes resultados, pero la mayoría empezó a trabajar con los nuevos rancheros y agricultores vecinos, los mismos que les quitaron parte de sus mejores tierras y acapararon los suministros naturales de agua. En los campos agrícolas y los ranchos se desempeñaron como peones agrícolas y vaqueros; las relaciones laborales eran desiguales y la remuneración era poca e injusta. Con esto, entraron los O´odham en una dinámica distinta y se fueron incorporando poco a poco a un modo de vida de un claro carácter mercantil. Se cambió la autoproducción por el trabajo remunerado y la adquisición de bienes producidos por terceros. Esto cambió una vez más la relación entre los O´odham de las Calenturas y los mestizos que se habían instalado un par de años antes en la región. Estos grupos sociales no sólo representaban a los integrantes de la categoría social que se había adueñado de partes claves del territorio tradicional para su modo de vida,391 sino que, además, fueron aquellos que insertaron a los O´odham a una economía agrícola capitalista en una situación de clara desventaja.

No obstante que todavía vivían en las Calenturas, estos O´odham trabajaban con los mestizos en las inmediaciones de la comunidad. Sobra decir que el contacto y la presencia entre los O´odham y estos grupos sociales se incrementaron de manera significativa. Los vecinos mestizos se convirtieron en una presencia constante y prácticamente cotidiana, consecuencia de esto fue que los miembros del grupo étnico estuvieron mucho más expuestos a los contextos culturales de los mestizos (el español como lengua franca y del opresor, los valores del trabajo mercantil, el individuo sobre la comunidad, entre otros).

Una de las consecuencias más importantes de la relación entre mestizos y O´odham fue la alteración del espacio social originario de estos últimos: el desierto de Altar dejó de ser su territorio y pasaron a tener un control marginal de sus tierras. Por otro lado, a finales de la década de los cincuenta la presencia de estos “otros” estuvo indisolublemente ligada al paso de los O´odham de dueños y propietarios a trabajadores asalariados y a dependientes de la oferta laboral de una tercera persona. Aquí es preciso mencionar que el Estado, en buena medida, fue el que permitió y legitimó esta relación tan desigual entre los O´odham y los diversos grupos mestizos, no sólo porque fue quien repartió a las rancheros y propietarios las tierras del grupo étnico, sino porque además avaló un uso claramente selectivo de los recursos naturales y las tierras a favor de los mestizos.

Esta situación de trabajo en los campos de cultivo y los ranchos vecinos en las inmediaciones de las Calenturas también fue temporal. Los O´odham sólo trabajaron ahí en la medida en que era requerida su fuerza de trabajo, pero todavía seguían padeciendo la falta de servicios básicos como la educación y la salud. Manifestación de la relación de desigualdad que imperaba era que, en buena medida, estos grupos sociales definían cómo y en qué trabajaban los miembros del grupo étnico; sobra decir que generalmente las condiciones laborales no eran favorables a los O´odham. Debido a esto, los O´odham de las Calenturas posteriormente optaron por fijar su residencia permanente en Caborca, en el área oeste, donde se encontraba la Papaguería. Si bien, a nivel del imaginario de estos O´odham, en Caborca, se encontraba los “otros” y era un sitio principalmente marcado por otros valores y por un contexto cultural diferente, también ahí había la posibilidad de mejores ofertas laborales y de tener atención médica, además de que los niños fueran a la escuela. Por otro lado y esto es un factor clave, en la Papaguería contaban con parientes y conocidos que también eran parte del grupo étnico.

A nivel del sentido de grupo de los O´odham de las Calenturas, Caborca era un sitio que no les era del todo ajeno, sino marcado por las líneas de continuidad de la genealogía social y familiar, además, de que, como se ha dicho, era parte del ancestral territorio O´odham tradicional y estaba ligado a la historia del grupo étnico a través de diversos marcadores espacio culturales como el panteón de pueblo viejo dentro de Caborca y el cementerio del Bisani, que se encuentra a unos kilómetros.

El caso de Sonoyta fue distinto, ahí no se presentó un proceso escalonado y paulatino de movilidad entre el asentamiento del desierto y la localidad urbano mestiza. En los testimonios, estos O´odham conciben esta etapa del proceso como un cambio drástico e irreversible al interior del grupo. Pero también, de manera paralela, se dio otra dinámica que impactó fuertemente a la comunidad entre las décadas de los cuarenta y cincuenta: la partida de una parte sustantiva de sus miembros al territorio O´odham del suroeste de Arizona.

En principio los O´odham de Sonoyta trabajaron por temporadas en los campos de algodón en el área de Casas Grandes, Eloy, Stanfield, pero posteriormente fijaron su residencia en algunas de las reservaciones del grupo étnico en Arizona. Esta parte de la comunidad de Sonoyta también se fue debido no sólo a las mejores ofertas laborales del otro lado de la frontera en Estados Unidos, sino también a causa de la invasión de tierras por parte de los mestizos.

Los mestizos eran concebidos como aquellos que desplazaron a buena parte de las familias O´odham y se apropiaron de recursos naturales claves. Por otro lado, destaca que aquellos O´odham que cruzaron la frontera eran quienes, a decir de doña Herlinda392 y doña Lily,393 tenían ascendencia del grupo étnico por ambos padres y una relación más estrecha con la tradición (eran también quienes hablaban O´odham y organizaban la ceremonia de la danza del buro). En el imaginario de grupo esto representó una severa fractura, pues fue el inició de un severo proceso de desarticulación que los llevaría a no poder reproducir más las condiciones sociales características de su modo de vida tradicional. Con esto, varias de las prácticas culturales que fungían como marcadores claves de su etnicidad –la lengua tradicional, ceremonias, matrimonios endogámicos- se dejaron de realizar. La comunidad y el trabajo colectivo, uno de los ejes más importantes de su sentido de grupo, se empezaron a disgregar y con ello inició la modificación del imaginario de grupo: la época de los viejos O´odham y su modo de vida basado en una estrecha relación con el desierto, a decir de doña Herlinda, estaban llegando a su fin. Para inicios de las década de 1950 y debido a las políticas estatales de reparto agrario y de uso de recursos naturales, el agua era insuficiente y se dejó de sembrar. Para las familias O´odham que aún quedaban (parte de los León, Romo Robles, Lizárraga Neblina entre otros) esto fue el fin de la vida en desierto. Por la cercanía geográfica, pero también por los nexos familiares con sus parientes no indígenas y las diversas relaciones sociales preexistentes, los miembros del grupo étnico se instalaron en el pueblo de Sonoyta.

A decir de los O´odham este fue el inicio de una coexistencia permanente con los mestizos. Y si bien estos miembros del grupo étnico ya tenían una familiaridad importante con el entorno cultural del Pueblo de Sonoyta a través de la asistencia a la escuela, a las fiestas y ceremonias en común y a los intercambios económicos, desde el imaginario de grupo la inserción en la urbe fue la parte final de un proceso de cambio sociocultural muy intenso y la consolidación de una fractura significativa con la historia de sus antepasados. El pasado vinculado a la tradición y los ancestros quedaba atrás y no había forma de volver a él, sino a través del recuerdo y la memoria. Se consolidaba un irreversible proceso de transformación que estaba asociado a los rancheros, ejidos y propietarios así como a las políticas del Estado. La presencia y relación con los “otros” se asoció en el imaginario O´odham con la fractura de la historia del grupo étnico.

4.7 CONCLUSIONES.

El proceso de movilidad en busca de oportunidades laborales y de un mejor nivel de vida en ciertos centros urbanos del noroeste de Sonora como Caborca y Sonoyta, así como poblados del suroeste de Arizona, no fue exclusivo de los miembros de los asentamientos de la Calenturas-Pozo Prieto y de Sonoyta, también involucró a la mayoría de las comunidades O´odham de México,394 así como a algunos rancheros y agricultores que habían vivido en el desierto todo su vida. En los dos asentamientos de estudio la perdida del control sobre el recurso del agua llevo al debacle de sus actividades productivas agrícolas. Esta perdida se relaciona con la llegada de los rancheros a las tierras en el marco de las políticas agrarias de la primera mitad del siglo XX. Al decaer la agricultura y la ganadería, la migración laboral surgió como alternativa, ya fuera en las inmediaciones de la región o en los centros urbanos cercanos. Esto implicó un cambio del trabajo colectivo al trabajo individual asalariado.

Una vez en los centros de población mestiza de dimensiones demográficas y geográficas mucho mayores que las de sus asentamientos de origen, los O´odham experimentaron un proceso de “urbanización” y “modernización” que se reflejó, entre otras cosas, en cambiar de una economía de autosubsistencia a una economía mercantil, donde tenían que vender su fuerza de trabajo a fin de obtener la remuneración económica con la cual adquirir los satisfactores que ya no producían más. Este proceso, además, se vio reflejado en la alteración de las prácticas socioculturales que antes realizaban y que les habían legado sus antepasados. Pero también se manifestó en el inicio de una vida diferente, con medios de transporte y comunicación novedosos como el automóvil, la bicicleta, el transporte público, además del uso de la televisión y el radio y, quizás lo más significativo, con una convivencia extremadamente cercana con los grupos sociales circundantes: los mestizos y rancheros. Pasaron de un entorno rural y una vida comunitaria con diversas prácticas socioculturales (como las ceremonias, la lengua, etc.) que articulaban su pertenencia étnica, a un medio social parcialmente urbano, caracterizado por el trabajo asalariado y otras costumbres. El grupo ya no se pudo reproducir como antaño, O´odham con ambos padres con sangre del grupo étnico, viviendo en el desierto y con una economía de autosubsistencia basada en la agricultura, y, no menos importante, con la serie de saberes y prácticas culturales herencia de su historia y vida en el desierto

No obstante, en el presente caso, no es posible trazar una dicotomía rígida y contradictoria entre la “ciudad” y el “campo” o lo “rural”. Esto no sólo porque las nuevas localidades eran ciudades que estaban muy vinculadas a actividades agrarias y ganaderas típicamente rurales, sino porque además fue un proceso paulatino en el que, si bien se perdieron algunas prácticas socioculturales, los O´odham de las Calenturas-Pozo Prieto y Sonoyta conservaron ciertas herencias de su legado cultural, no todo fue pérdida. Se trató, más bien, de una reconfiguración. Y si bien estos cambios de lugar de residencia y de modo de vida estuvieron marcados por ciertos polos de atracción que ofrecían mejores oportunidades laborales y condiciones regionales de desarrollo más adecuadas, también este desplazamiento estuvo profundamente dirigido por las redes familiares y comunitarias. En este sentido la genealogía del imaginario comunitario entre los miembros de las Calenturas-Pozo Prieto y Sonoyta sufrió un claro embate. En la siguiente etapa, arribaron a las ciudades de destino. Como se verá en el siguiente capítulo, al convivir con más frecuencia y proximidad con otras categorías sociales de tipo étnico, se concibió a ciertos grupos sociales como “otros” en un contexto sociocultural radicalmente distinto, estuvieron más expuestos a relaciones de poder desiguales, que, entre otras circunstancias, se manifestaba a través de la discriminación. Además de que estaban expuestos a la imagen que los “otros”, los rancheros, los mestizos tenían de los O´odham y cómo esto influyó en la imagen que los O´odham se forjarían de sí mismos a raíz de su vida en un nuevo entorno social. Mientras vivieron en sus respectivas comunidades, estos O´odham tuvieron un contacto selectivo, relativamente poco frecuente y menos desigual con los grupos sociales próximas. No obstante, una vez en sus nuevos lugares de residencia, la convivencia con los “otros” fue constante y abrumadora. Esto resquebrajó y reformuló la relación que estos O´odham tenían con su historia, con sus antepasados y con ellos mismos; este se verá en detalle en el próximo capítulo.

Poco a poco los O´odhams originarios de las dos comunidades caso se fueron incorporando a sus respectivos núcleos de vida mestizo y de corte parcialmente urbano. Y si bien ahí tuvieron más opciones laborales y un nivel de vida un poco más alto, de menos tenían acceso a servicios de educación básica y de salud, no obstante, no fue posible reproducir el modo de vida O´odham de antaño, ni al grupo social como una unidad semi-contenida y con relaciones selectivas con los mestizos próximos. Esto se debió tanto al cambio de entorno natural y social, como al hecho de que ahora su esfera de relaciones con las “otredades” había sido radicalmente alterada.395 De manera que ya no sería posible realizar más el matrimonio endogámico e interétnico,396 que era una de las formas de organización social a través de la cual el grupo se reproducía social, cultural y demográficamente. Además, ya sin este tipo de matrimonios se alteraría radicalmente la transmisión y realización de ciertas prácticas y saberes propios del legado de su tradición y herencia de sus antepasados. En este sentido, al dejar la tierra (o no poderla sembrar), no sólo dejaron un modo de vida agrícola con el que estaban familiarizados, sino que dejaron también el espacio físico, geográfico y sociocultural donde se representaban y actualizaba su vida comunitaria, así como su historia comunitaria y el legado de la tradición de sus antepasados.

Por último, a diferencia de otros proceso migratorios, en el caso de los dos asentamientos O´odham y sus caminos a las localidades de Caborca y Sonoyta, hay una serie de características peculiares que es conveniente señalar en la medida en que representan un caso atípico: 1) la migración se dio dentro del territorio tradicional O´odham, tanto las urbes de Caborca como Sonoyta se encuentran dentro del viejo territorio tradicional del grupo étnico. Así, estos procesos tienen un innegable carácter étnico-tradicional, no es una movilidad externa, ni a un sitio desconocido.

2) Por otra parte y a diferencia de aquellas experiencias que se dan de una sola vez, este proceso fue paulatino y se dio en diversas etapas. Entre las comunidades y los posteriores ciudades de destino había desde mucho tiempo atrás diversos vínculos: relaciones de parentesco, intercambios comerciales y adquisición de productos entre otros; además, como se mencionó que estos O´odham ya tenían en esas localidades conocidos y familiares.

3) De manera que este proceso se basó en redes sociales y de parentesco que existían con anterioridad y que se remitían a las prácticas comunitarias, así como a las remotas y extensas genealogías que iban más allá de la consaguinidad y se anclaban también en el lugar de origen y la convivencia cotidiana de la vida comunitaria.

4) Y, por último, este proceso de cambio de lugar de residencia y de modo de vida puede ser leído, a su vez, como la continuidad de las prácticas previas de movilidad O´odham en su territorio ancestral; esta movilidad tradicional fue desarticulada por las políticas agrarias e hidráulicas. Recuérdese que cuando los O´odham vivían en sus comunidades en el desierto y en función de la estación del año, se iban al asentamiento agrícola desde la época de lluvias y hasta la cosecha y se desplazaban al asentamiento ganadero en invierno, a fin de obtener recursos suplementarios para sus animales.

Sin embargo, también hay diferencias entre estas dos experiencias y no se deben reducir solamente a las diferencias de locación geográfica dentro del vasto territorio O´odham. (1) Las Calenturas-Pozo Prieto estaban a pie de tinajas y nacederos de agua y Sonoyta, por estar pie de un río de considerable caudal, tenía un mejor y mayor acceso al recurso hidráulico, fundamental para un modo de vida principalmente agrícola.

(2) Por otro lado, según lo descrito para cada uno de los asentamientos, el contacto entre las Calenturas-Pozo Prieto y Caborca era más esporádico y selectivo, no sólo porque había una distancia geográfica considerable, sino además porque en estos asentamientos, la producción estaba más orientada al autoconsumo y de alguna manera estaba más autocontenida, pues no tenía a ninguna comunidad del grupo étnico en la inmediaciones. En cambio, la comunidad de Sonoyta estaba a un par de kilómetros del pueblo mestizo del mismo nombre, tenían un contacto más cercano con los diversos grupos mestizos de esa localidad, pero también tenían mayores vínculos con las poblaciones O´odham del suroeste de Arizona próximas a la línea fronteriza como el Ajo y la Angostura. Además, desde el punto de vista regional, el área de Sonoyta era una zona de paso obligada para ir a Arizona, por ello se convirtió en sitio de intercambios y venta. De hecho, no es casualidad que la comunidad O´odham de Sonoyta tuviera una actividad mercantil más intensa que otros asentamientos del grupo étnico y que por ello parte considerable de su producción agrícola estuviera orientada a la venta.

(3) Aunado a esto, también es conveniente resaltar que, los O´odham de las Calenturas-Pozo Prieto lograron conservar ciertas estructuras y prácticas y de alguna manera, como se verá en el siguiente capítulo, lograron rehacer, no sin ciertas modificaciones, la comunidad en la periferia de Caborca en la Papaguería entre las décadas de los cuarenta y cincuenta del siglo XX. En cambio, en el caso de Sonoyta la desarticulación fue más severa en la medida en que la mayoría de las familias del grupo étnico migró al suroeste de Arizona (EU); y si bien las familias que se quedaron mantuvieron cierto tipo de vínculos con aquellos que salieron, el grupo ya no pudo reconfigurarse, de menos no como antaño. Además la cercanía física con el pueblo mestizo aceleró el proceso de incorporación a un modo de vida distinto.

(4) Además, en las Calenturas-Pozo Prieto la mayoría de los O´odham de la generación de doña Alicia tenían ascendencia del grupo étnico por ambos padres y de alguna manera esto propiciaba una reproducción más intensa de la tradición del grupo étnico y de su modo de vida característico. En cambio, en el caso de Sonoyta la mayoría de los O´odham de la generación de doña Lily con los que se trabajó y que serían los que eventualmente se quedarían e incorporarían a la poblado mestizo de Sonoyta, como doña Paulina y doña Herlinda, tenían una ascendencia mixta (O´odham y mestiza). Esto no significó que no hubiera O´odham con ascendería del grupo étnico por parte de ambos padres, de hecho si los hubo (las familias Orozco, Laborin entre otras), pero fueron justamente éstos los que principalmente partieron hacia EU. Y dicho sea de paso, ellos, una vez en el suroeste de Arizona, formaron sus familias principalmente con O´odham norteamericanos, pues recuérdese que la mayoría se terminó instalando en alguna de las reservaciones del grupo étnico, principalmente la de Sells, al suroeste y sobre la línea fronteriza, y la de san Lucy, al noroeste y muy próxima a Phoenix.

(5) Por otro lado y no menos significativo, derivado de sus diversas condiciones geográfica y sociales, tanto dentro del territorio O´odham como dentro del estado de Sonora y de México como Estado-nación, hubo un proceso diferenciado de migración. Mientras el principal flujo migratorio de las Calenturas-Pozo Prieto fue interno con dirección rural-semirubano, en el caso de Sonoyta fue más bien de corte internacional y de una asentamiento rural a otros poblados de similares condiciones, pues el grueso de las familias se desplazarían a los poblados y asentamientos de las reservaciones O´odham en Arizona, en entornos no urbanos, mientras que una pequeña parte del grupo O´odham de Sonoyta se incorporaría al pueblo mestizo del mismo nombre que se encontraba en las proximidades de río.

(6) Por último, un rasgo no menos importante fue la diferencia en la relación con la zona geográfica del lugar de origen. Los O´odham de las Calenturas-Pozo Prieto, si bien dejaron de sembrar y vivir ahí, conservaron la propiedad de parte de sus tierras, donde se encontraban sus asentamientos y mantuvieron una relación más o menos estrecha y frecuente con los sitios de origen. En cambio, en el caso de los miembros del asentamiento O´odham de Sonoyta, que después se incorporarían al núcleo urbano, no conservaron la tierra, entre otras causas porque algunas partes fueron invadidas y otras repartidas por el Estado, como si se hubiera tratado de tierras desiertas o baldías.

 

NOTAS

262 El primer mapa fue tomado de la página 135 de Cycles of Conquest de Spicer; y el segundo mapa de

http://www.sonoraturismo.gob.mx/mapas-de-sonora/mapa-de-sonora.pdf [consulta 25/09/2010].

263 Para la elaboración de este breve contexto de las políticas estatales se recurrió al texto: Almada Ignacio (2000), Breve Historia de Sonora, FCE-COLMEX, México, D.F. Particularmente se retomaron las partes referentes al siglo XX, los capítulos 10 (“De la revolución a la segunda guerra mundial (1910-1945)”) y 11 (“De 1946 a la crisis de 1982”).

264 No obstante, esto a decir de Almada en el siguiente párrafo en la misma página, desprotegió a ciertos sectores productivos: “El desarrollo rural a favor de los campesinos quedó desplazado o diluido en un política de “unidad nacional” del tiempo de la guerra, lo que se tradujo en una coalición antiagraria.”

265 La presa Mocúzari se construyo en 1951 y regó las tierras del Valle del Mayo, le presa Oviáchic anegó el Valle del Presidio Borbónico de Buena Vista en 1952 y por su parte la presa de la Angostura regó el margen Izquierdo del Río Yaqui. (Almada, 2000, p 148).

266 (Lic. Lorenzo Torres Gastelum, entrevista personal, 11/09/2009).

267 (Lic. Lorenzo Torres Gastelum, entrevista personal, 11/09/2009).

268 El visitador agrario abunda: “Hay colonias en Guatabanco, en Obregón, en la Sierra, pero aquí [en el desierto de Altar, en el área de Caborca y sus alrededores] es donde más colonias hay. Entonces, inclusive si tu vas a Quitovac, antes, un kilómetro antes de entrar a Quitovac, allí dice colonia Villahermosa (Lic. Lorenzo Torres Gastelum, entrevista personal, 11/09/2009)”

269 El visitador agrario, Lic. Lorenzo Torres comenta que esta fue una medida de crear Colonias fue para satisfacer las necesidades de los campesinos de mayor tierra. (Lic. Lorenzo Torres Gastelum, entrevista personal, 11/09/2009)”

270 (Lic. Lorenzo Torres Gastelum, entrevista personal, 11/09/2009).

271 (Lic. Lorenzo Torres Gastelum, entrevista personal, 11/09/2009). Como previamente se señalo este problema ha estado presente en buena parte de las comunidades O´odham sonorenses, desde el norte sobre la línea fronteriza como en los asentamientos del Bajío y san Francisquito, pasando por el centro con comunidades como Quitovac y san Pedro y hasta el sur como las Calenturas y el Pozo Prieto.

272 En el capítulo tres se aborda en detalle el trabajo comunitario y los diversos ámbitos que abarcaba y que iban desde la planeación y realización de las festividades y ceremonias (el Buro y san Francisquito), pasando por las decisiones comunitarias con el gobernador y el consejo de mayores y llegando hasta la actividades de extracción y aprovechamiento de recursos del desierto que iban desde la agricultura –con la labor colectiva en la siembra, cultivo y cosecha-, sin olvidar la caza de fauna –venado buro- y la recolección de frutos y flores –pitaya, zopichi, la flor del saturo- y por último la ganadería. Ahí también se aclaro que el trabajo colectivo implicaba principalmente a los hombres, salvo en el caso de la realización de las fiestas y ceremonias.

273 (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/09/2007).

274 Del testimonio de doña Alicia se infiere que Canuto Garibay estaba en la región por los menos desde 1946, pues en esa fecha, doña Alicia, que contaban con 9 años en ese entonces, recuerda que empezó a ir la escuela a Caborca y que se iba con Garibay y sus hijos a esa localidad. Es posible establecer aproximadamente varias de las fechas de ciertos eventos y procesos sociales a través de los años y meses de nacimiento de personas claves como doña Alicia (1937). (Alicia Choihua, entrevista personal, 05/09/2007).

275 (Alicia Choihua, entrevista personal, 05/09/2007).

276 Al respecto la autoridad tradicional comenta: “Entonces ese Armando pues, apenas me acuerdo que lo conocía al señor. Ya, ya estaba viejo. Entonces de allí pasa a manos, yo creo que a los hijos, [ellos] se lo vendieron a Quirosillo. Entonces ese fue, ese fue que ya se distorsionó allí. Ya los años ¿no? los tiempos, pues los tiempos de años que se fue escaseando el agua y de pilón, él que, que hizo este, un represo ¿no? donde se detenía [en] un pocito el agua (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/09/2007).”

277 (Alicia Choihua, entrevista personal, 05/09/2007). Es interesante destacar como en el testimonio de doña Alicia sobreponen múltiples procesos en esos años, la muerte de su tía Cristina, las políticas de colonización y el abuso del uso de recursos naturales claves –como el agua- por parte de los rancheros.

278 La autoridad tradicional comenta “Y ya de ahí, del mentado Quirosillo ya paso a manos del mentado Pifas, León Pifas (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/09/2007).”

279 (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/09/2007).

280 (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/09/2007).

281 A semejanza de lo ocurrido entre Quiroz y Pifas León, Vengas obtuvo la propiedad de su rancho de Alonso Lizárraga, que fue quien le vendió esa propiedad.(Alicia Choihua, entrevista personal, 15/09/2007).”

282 La producción del algodón duró más o menos desde la década de 1950 hasta probablemente principios de la década de 1980. (Lic. Lorenzo Torres Gastelum, entrevista personal, 24/06/2009), realizada por Guillermo Castillo.

283 Al respecto doña Alicia comenta: “sesenta o cincuenta y tantos, pa arriba no, vamos a decir cincuenta y tantos. Yo me acuerdo del [19]57, porque el 57 yo me acuerdo muy bien porque pues, fue cuando murió ella, la tía [Cristina], la que me crió, 57 y ya, ya había escasez casi de todo. (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/09/2007).”

284 (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/09/2007).

285 Al respecto la autoridad tradicional precisa “Hubo un convenio con ellos [entre los Odhams y Quiroz] que les iba a pasar agua, según, pero pues si, si les pasaba el agua, una regada, pero cuando crecían las matas y todo, pues no, se secaban, porque no les daba agua constante, que cuando lo necesitaran y todo eso. Y se vino acabando, todo se vino acabando.” (Alicia Choihua, entrevista personal, 05/09/2007).”

286 (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/09/2007).

287 (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/09/2007).

288 Los rancheros y mestizos vecinos se tornaron en alteridades sólo en la medida en que se entró en contacto con ellos y en que fungían como sujetos social frente a los cuales los O´odham se autodefinían en el cambiante proceso identitario.

289 Al respecto doña Alicia precisa: “murió mi tata [abuelo] Laureano, ese murió como el cincuenta, sabe que, no me acuerdo. Pero, o el cuarenta y tanto no me acuerdo. Yo creo que el cuarenta y tanto murió mi tata Laureano y mi tata [abuelo] Prospero pues… ¿cuándo moriría? ¿qué año moriría? No me acuerdo… Y, y lo, y lo que, ¡ah pues sí! mi tata Laureano allí [en el panteón de Pueblo Viejo] está, allí está en la cruz su, su, el día, año. Y luego Iziquio también está el año (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/09/2007).”.

290 (Alicia Choihua, entrevista personal, 22/03/2007).

291 Doña Herlinda narra como la comunidad O´odham de Sonoyta se encontraba sobre las lindes del río en la parte Noroeste de la actual ciudad Sonoyta, mientras los mestizos y rancheros habitaban en el pueblo de Sonoyta, que ahora viene ser la parte sur y este de esta localidad fronteriza. (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).”

292 Al abundar sobre este punto comenta: “El río tenían agua, todo eso. Sembraban con un presita que hacían, levantaban el agua, los mismo indios y mexicanos, todos iban y echaban un bordo en el río y subía el agua por el canal pa´ regar arriba (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 02/04/2008).”

293 Al respecto don Armando comenta: “Pues ese reparto debe de venir funcionando como desde [19]65, [19]64, por ahí. Comenzaron a llegar los ejidatarios y se acabaron el agua (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).”

294 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).

295 Don Armando complementa: “Hasta el setenta y tantos, se repartieron mucho, está repartido todo el desierto ya, está repartido todo el desierto, cada quien tiene su [parte], hasta [Puerto] Peñasco se hizo dueño del terreno de Sonoyta (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).”

296 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008). Y en otro testimonio doña Herlinda comenta: “A ejidatarios que vinieron de otras tierras, porque no son de aquí (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).”

297 Al respecto doña Herlinda precisa: “Tumbaron todo el monte que había, porque por uno y otro lado del río, ahí donde están los soldados, era monte, pal otro lado del río, pa´acá pues era monte, todo era monte, tumbaron toditito y ahí se fincaron los colonos (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).”

298 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 02/04/2008),

299 Don Armando precisa que fue la institución de recursos hidráulicos quien elaboró esta obra. (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).”.

300 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal 10/04/2008).

301 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).

302 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).

303 (Paulina Romo Robles, entrevista personal, 04/04/2008).

304 Doña Paulina abunda: “Si, pues con esa [agua de lluvia] regaban todo, los árboles frutales que había aquí, había muchas huertas aquí y todas esas se secaron (Paulina Romo Robles, entrevista personal, 04/04/2008).”

305 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).

306 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).

307 (BOLETIN OFICIAL [DE LA FEDERACIÓN]. TOMO XLVI, 1940).

308 El término “Pápago” es con el que los mestizos y el Estado mexicano nombraba a los miembros del grupo étnico; viene desde la Conquista. O´odham en cambio es el nombre con que se auto-designan los miembros en su lengua original; sin embargo mucho de los actuales miembros del grupo usan el término pápago para referirse a sus antepasados y así mismos.

309 Respecto a este punto es claro lo que encontramos en las fuentes agrarias. “c).- Que no obstante que existen mojoneras perfectamente definidas en dichos terrenos los blancos se han adueñado de la mayor parte de las tierras de labor de los Pápagos, comprándolas a precios irrisorios, por lo que debido a esas ventas, los indios han emigrado a los Estados Unidos del Norte, donde el gobierno de dicha Nación les proporciona terrenos de las llamadas reservas;” (BOLETIN OFICIAL [DE LA FEDERACIÓN]. TOMO XLVI, 1940).

PODER EJECUTIVO DL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE SONORA. Registro Agrario Nacional, [Cede] Hermosillo, Sonora.

310 Doña Herlinda precisa:“Quedo encerrada [la comunidad O´odham se Sonoyta] pues y ellos [los del ejido Pápago] no respetaron pues la reserva, como quien dice. Para mí no la respetaron, ¿eh?, porque al ver ese ejido, tenía que haber respetado las 200 y tantas hectáreas de los pápagos, ¿he? No que ahora ellos mismos los del ejido se están beneficiando con los terrenos de los pápagos, los mismos ejidatarios (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).”

311 La hermana de la ex autoridad tradicional explica: “Entonces todo eso, el municipio, todas esas gasolineras nuevas, todas esas casas nuevas, esas haciendas y todo era de los pápagos ¿eh? De la carretera (panamericana) pa acá todo era de los pápagos (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).”

312 Doña Herlina abunda: “Los que menearon lo del ejido fueron los estos Morales, que son pápagos por parte de la mama. [ ] Porque hay Montijo y hay Morales, son hermanos. [ ] Es la misma familia, medios hermanos pues. [ ] Entonces don Heladio [Montijo] anduvo también en eso [del ejido]. (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).”

313 Doña Herlinda explica al respecto: “Los pápagos [O´odham] que quedaban aquí ya todos se habían ido ya, quedaba pura descendencia de que hicieron sus travesuras tanto los pápagos [O´odham] como los mexicanos y salieron mestizos y esos se reconocían pues como pápagos [O´odham]. (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).”

314 Al respecto don Armando precisa: “Si, cuando yo tenía unos 10 años, en el [19]57, [19]58, eran contados los [Odhams] que habíamos ya, ya se habían ido muchos.” (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).”

315 Doña Herlinda recuerda “pues ellos trabajaban lo del rancho, a cuidad sus animales, a ordeñar, los que tenían animales o se iban a trabajar con personas que tenían ranchos, animales. Si [se iban] de jornaleros “(Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).”

316 El testimonio de doña Herlinda es ilustrativo de la situación: “..antes que se terminará el agua decían que los ranchos iban a producir, que iba [a] tener trabajo la gente, que iba a tener esto, que iba a tener todo, se abrieron los rancho. Fue un año cuando mucho no más, fue de trabajo para el pueblo, ¿eh? iba gente de aquí a trabajar a los ejidos de aquí, pa allá pa arriba. Pero ya el año siguiente no, porque les subieron la luz, mucha gente no quiso trabajar porque los que escardaban, los que deshierbaban, los que pizcaban, ya no lo hacían ellos, lo hacía un tractor, lo hacía una pizcadora, ¿eh? pues ya no empezaron a agarrar gente que trabajara aquí (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).”

317 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).

318 Es en este sentido que doña Herlinda comenta: “Aja, por eso ellas se ponían a trabajar para agarrar el centavo pa comprar ya la harina, comprar el tomate, comprar lo que necesitaban (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).”

319 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008). Y en el mismo testimonio comenta que esto era debido a que ya no producían sus satisfactores alimentarios ni de otra índole, lo que comían, “ya no era de lo que sembrábamos, [sino que] compramos en la tienda (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).”

320 En el capítulo 3 se mencionaron y detallaron varias de estas prácticas, recuérdese por ejemplo la ceremonia de san Francisco en la comunidad de san Francisco o la danza del Buro en Sonoyta, festividades regionales celebradas en México en las que se reunían los O´odham mexicanos y norteamericanos.

321 Doña Alicia comenta que venían dos familias de san Francisquito a ayudarles a las Calenturas, se venían en carreta y les ayudaban a levantar el fríjol y el maíz pollero y se les retribuía con producto agrícola (Alicia Choihua, entrevista personal, 22/03/2007).

322 Doña Alicia, que era su pariente, comenta: “o sea que había tres, tres familias Choihua, es Juan de las Maravillas, Antonio en el Pozo Grande y en el Pozo Prieto estaban dos que es Laureano y Próspero, los Choihua y pues todos tenían familia, todos tenían animales y eso era lo que se hacía sacar agua (Alicia Choihua, entrevista personal, 05/09/2007).”

323 Al respecto doña Alicia menciona: “o sea que Toño y Chico [Juan] y Laureano y mi tata [Prospero] eran hermanos. Entonces dos hermanos se fueron [a Arizona] y dos de quedaron aquí [en las Calenturas y el Pozo Prieto (Alicia Choihua, entrevista personal, 05/09/2007)

324 Y más adelante en el testimonio abunda como le tocó trabajar junto a u tío: “pero después, mucho tiempo después ya estaba muy grande, nosotros le estábamos ayudando, dándole al pozo pa´abajo (Matías Choihua, entrevista personal, 26/09/2007).

325 (Matías Choihua, entrevista personal, 26/09/2007). Cuando Toño Choihua se fue a EU, ya estaba casado y tenía varios hijos; sus hijos no volvieron más y ahora son miembros de la nación O´odham.

326 (Matías Choihua, entrevista personal, 26/09/2007).

327 (Matías Choihua, entrevista personal, 26/09/2007).

328 Doña Alicia comenta al respecto “Iziquio creo que él más o menos venía de acá de lado del, de san Francisquito. [ ] Los Tiznado no son de las Calenturas, o sea que llego ahí. [ ] Llego por Iziquio, Iziquio es el que llego ¿no? llego pero éste era de acá de este lado [de EU]. [ ] Más o menos de ahí del Ajo [Arizona], sabe de dónde vendría, el caso, más menos no era de ahí ni acá, de san Francisco, era más por el Ajo, algo así. Y, y Lucía [la esposa de Iziquio], también no era de ahí, sabe de donde vendría, ay no se (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/05/2008).”

329 Doña Alicia comenta que el único de los hijos de don Iziquio que de quedo en las Calenturas y después en el Pozo Prieto fue Benito Tiznado (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/05/2008).

330 Doña Alicia comenta al respecto, “mi abuelo [materno], se la llevó [a la mama de doña Alicia] acá a san Francisquito, de ahí de san Francisquito iba a venir un hermano de mi abuelo para llevársela al otro lado (Alicia Choihua, entrevista personal, 05/09/2007).

331 Las fechas aproximadas de la partida de Emilia Choihua es posible deducirlas según el testimonio de doña Alicia, quien comenta que su madre se fue de las Calenturas cuando ella tenía alrededor de 6 años (1943, pues recuérdese que doña Alicia nació en 1937) y regreso cuando doña Alicia tenía aproximadamente 13 años (1950) (Alicia Choihua, entrevista personal, 22/03/2007).

332 Doña Herlinda explica: “Y el día de san Juan hacían carreras, hacían argollas, hacían borracheras, hacían cochis encebados, ya la última fiesta que me toco ver mí. (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).”

333 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 14/10/2007). Y más adelante vuelve a reiterar como los O´odham de Arizona se hospedaban con los de Sonoyta y como había relaciones de parentesco entre ellos: “venían muchos papaguitos con mi nana..[]. .. esta papaguita [enseña una foto] eran los que venían allí con mi nana [abuela], porque eran familiares de mi abuela (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 14/10/2007).”

334 Doña Lily comenta al respecto: “Si, ahí venía del otro lado, del otro lado que venían a las fiestas, al día de san Juan, la del gallo, las carreras. [ ]. Como mi apa fue autoridad tradicional también, ahí recalaban todos (Lily León Romo, entrevista personal, 29/09/2007).

335 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 14/10/2007).

336 Doña Herlinda abunda :”venían mucho papaguitos [O´odham de Arizona] allí con mi nana [abuela], y ya cuando se iban a ir mi nana les daba calabazas, les daba hojas para tamales, les daba maíz, les daba trigo, les daba cebolla, les daba ajo. De todo lo que cosechaba mi nana, de todo eso les daba a ellos y ellos se iban muy contentos porque allá [a Arizona] se iban. (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 14/10/2007).

337 Esto debió haber sido alrededor de 1934 ó 1935, pues doña Lily nació en 1933 (Lily León Romo, entrevista personal, 29/09/2007).

338 Doña Lily precisa “José, Francisca, Bruno, estuvieron allá en la escuela (Lily León Romo, entrevista personal, 29/09/2007).

339 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 09/2007).

340 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 09/2007). De hecho a la anterior autoridad tradicional, don Armando Lizárraga, le tocó vivir este proceso en su temprana infancia (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 02/04/2008).

341 Al respecto don Amando agrega: “Si, [para la década de 1980] ya no quedaban, ya no quedaban familias, ya se acabaron pues. Ya se habían ido todos para el otro lado. Y otras se murieron (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 02/04/2008).

342 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008). Además junto a este proceso se dio también se dio un fenómeno de relocalización de los O´odham que se quedaron en Sonoyta (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).

343 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008). En este testimonio resaltan las facilidades de transito que había entre la comunidad O´odham de Sonoyta y las zonas geográficas del grupo étnico en Arizona (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).

344 El lugar de la vieja congregación pápago que estaba a poco más de dos kilómetros del pueblo mestizo de Sonoyta quedo abandonado y las familias O´odham que quedaban se fueron aproximando al pueblo (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).

345 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 02/04/2008).

346 Al respecto don Armando añade: “Pues ya unos se fueron en el [19]60, otros se fueron en el [19]40, otros en el [19]50, todo se fueron. (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007)

347 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).

348 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).

349 Una de las autoridades tradicionales anteriores agrega: “Pues será, ahorita [los Orozco] vivirían en este, en Gila Bend, Gila Bend Arizona. Por allí, porque van para las otras rancherías que hay. Otros se van hasta Sells, el Cubo, a Pisinimo, aquí a Quijotoa, a san Simón, por todas las rancherías que quedan aquí, por orilla de la línea (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 13/10/2007).”

350 Este mapa se encontraba en la carpeta sobre historia y costumbres del grupo O´odham en el archivo de la CDI Caborca; el archivo no estaba bien ordenado ni cronológica, ni temáticamente, di con el mapa un poco por azar. Era una fotocopia a color y no precisaba la fuente de donde se extrajo el mapa, pero seguramente es de algún texto sobre historia de Sonora.

351 Respecto a los destinos de estas familias el Cheto Lizárraga comenta: “Pues muchos se fueron al Ajo, otros se fueron al Gila Ben. [ ] A las reservaciones de los indios. [ ] Si, ahí en Gila Bend hay una reservación que se llama san Lucy, a la que pertenecemos nosotros (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).”, Y más adelante, en testimonio posterior, añade: “Pues a la reserva se fueron muchos, todos. [ ] Aquí, a esta de Sells. [ ] Aquí, unos en el Ajo, otros para allá para Casas Grandes, otros para allá ¿cómo se llama? pa Maricopa, todos eso se fueron muchos, otros se fueron a Gila Bend (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 02/04/2008).

352 La página web de la nación dice: The Nation’s headquarters are located in Sells, Arizona, on the main Tohono O’odham Reservation.  This reservation, covering a large portion of Pima County extends south into Mexico.  The Gila Bend Reservation is approximately six miles north of Gila Bend and covers 10,409 acres.  The San Xavier Reservation is located east of the main reservation and south of Tucson.  It covers 71,095 acres.  Twenty-acre Florence Village is located two miles west of the city of Florence. Esta información fue obtenida del sitio http://www.cba.nau.edu/caied/tribepages/Tohono.asp. [Consultado el 11/01/2009]. 

353 Es importante señar que las mayoría de los testimonios coinciden en señalar que los dos destinos en Arizona más frecuentes eran el Ajo, pueblo que está casi sobre la línea y el mucho más al norte el asentamiento de Gila Vend, en reservación de san Lucy próxima al río Gila y muy cercano a Phoenix. En este caso destacan además los poblados cercanos a Phoenix, como son Maricopa, Eloy, Stanfield, Casas Grandes –en estos lugares hubo una producción algodonera significativa; y por otro extremo la reservación de san Lucy.

354 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 02/04/2008).

355 “Pero el ganado ese se quedó Manuel Ignacio Vázquez con todo ese ganado, porque allí iban y sacaban el licor, como dice uno a sacar fiado y el señor les tenía una retahíla de tantas botellas o tamajuanas que les decían a los galones, les daba, ahí les fue quitando el ganado, se quedaban sin nada, se tuvieron que ir para el otro lado. Los mismos los terrenos, también se los quito él, el mismo ese viejo (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).

356 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008). En este sentido es importante destacar como el estado como un agente regulador de recursos y la llegada de nuevos agentes tuvo un impacto diacrítico en este proceso (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).

357 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 04/04/2008).

358 En este sentido don Armando comenta: “Si, regresaban a ver la familia, estaban allá, regresaban. [ ] Pues no, más retirado, hasta que ya les arreglaron bien, ya quedaron listos para.. A ver sus familiares nomás y luego volvía otra vez. [ ] No, de visita nomás. [ ] A las fiestas si venían, todos los años, a la de [la comunidad de] san Francisquito, a la de san Francisco venían. [ ] Al Vi´ikita venían también a Quitovac, muchos venían. Venían a festejar [en Sonoyta] el día de san Juan también, el 24 de junio (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).

359 Para referirse a las alteridades los O´odham usan dos términos: mestizos y mexicanos; aunque al parecer es más frecuente este último.

360 Los mestizos no solo existían y estaban presentes en los lugares a donde migraron los O´odham, ya desde los lugares de origen los O´odham pensaban a los mestizos como alteridades lejanas, como una categoría étnico-poltica.

361 En el caso de México esto abarca el tramo de la línea fronteriza que va desde el Sasabe –poco después de Nogales hacia el norte- y sigue en dirección Norte hasta la puerta fronteriza de Sonoyta-Lukeville, abarcando parte de los actuales municipios de Altar, Saric, Caborca y Plutarco Elías Calles.

362 (Lily León, entrevista personal, 04/04/2008)

363 (Paulina Romo, entrevista personal, 02/04/2008).

364 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).

365 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007). Y más adelante en el testimonio añada que no había un límite geográfico y físico construido por alguno de los estados nacionales: “no había cerco, no había nada (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).”.

366 En este sentido es importante destacar que, posteriormente en el transcurso del siglo XX y para toda la frontera norte mexicana, debido a una relación de política internacional desigual entre los Estados nacional, quien sería el principal de políticas migratorias de control y vigilancia sería Estados Unidos. De hecho, cómo se verá más adelante, varios de los testimonios, entre ellos el de don Armando Lizárraga Neblina, señala que fue el gobierno de Estado Unidos quien puso un límite físico –una cerca o muro- y construyo una garita Migratoria. En este sentido don Armando comenta que aproximadamente para la década 1940: “no porque que el mismo gobierno de Estado Unidos, les dijo cuando hizo el cerco ¿no?, este es otro rollo ya. Cuando Estados Unidos hizo el cerco, ya les dijo a todos los indios que había allá: que el que se quisiera venir para acá que viniera y el que no, que se quedará allá (Armando Lizarraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).

367 En el testimonio doña Herlinda abunda: “Y venían muchos que trabajaban en la mina al otro lado, los viernes. Se venían para acá para Sonoyta a tomar, a los bailes que hacían aquí, se veía mucha gente de allá. Por eso tenía vida Sonoyta, ¡eh¡ tenía vida Sonoyta por todo lo que, todo lo que, porque era muchos mexicano que trabaja al otro lado (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/10/2007).”

368 (Lily León, entrevista personal, 04/04/2008). El testimonio completo de doña Lily demuestra como la zona fronteriza era un sitio de paso libre: “Entrevistador: ¿Oiga y pasaban todos por igual o nada más eran los [O´odham] los pápagos los que pasaban?

Doña Lily León: De todos, todos pasaban (Lily León, entrevista personal, 04/04/2008).”

369 Doña Paulina abunda en el testimonio: “Entrevistador: Pero entonces [ir al Ajo] era como ir a cualquier lado, sin ningún problema.

Doña Paulina: Si. [ ] A nadie, nadie [le pedían papeles]. [ ] Cualquiera podía cruzar. (Paulina Romo, Sonoyta, Sonora, 02/04/2008).”

370 (Paulina Romo, entrevista personal, 02/04/2008).

371 El siguiente testimonio de doña Lily León es ilustrativo de lo anteriormente descrito: “Si, pasaban caminando, pasaban a caballo, pasaban en carro, mí me tocó ir a caballo para el otro lado con mi mama (Lily León, entrevista personal, 04/04/2008).” Y en un testimonio anterior confirma lo dicho al agregar: “de allá de donde vivíamos atravesábamos para el otro lado a caballo. [ ] Nosotros nos íbamos, se metía el sol y amaneciendo llegábamos. Y nadie nos molestaba, desde que nos íbamos en una carcachita de un compadre de mi mamá, en esa nos íbamos. (Lily León, entrevista personal, 27/04/2007).”

372 (Lily León, entrevista personal, 04/04/2008)

373 El testimonio es muy elocuente: “Doña Paulina: Que mi ama, mi apá nos llevaba, pero no más, pero no sé en qué año sería ni nada. [ ] Pues así, como seis, siete años [tendría] [era 1944, 1945 pues doña Paulina nació en 1938]. [ ] Pues nada más al Ajo (Paulina Romo, entrevista personal, 04/04/2008).

374 Al respecto doña Lily abunda: “Unos nacieron en Ajo, otros nacieron aquí [en Sonoyta]. [ ] Mis hermanos son los que nacieron en Ajo. [ ] Allá [en Arizona] estábamos pero cuando nacimos, le dieron una herencia a mi mamá y se vinieron para acá. (Lily León, entrevista personal, 27/04/2007).”

375 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).

376 (Lily León, entrevista personal, 04/04/2008)(Paulina Romo, entrevista personal, 04/04/2008).

377 Los hermanos Lizárraga Neblina sugieren ambos esta primera fecha. Doña Herlinda comenta: “¿lo de Lukeville en qué año empezaría? Pues yo creo que fue como en el 36, 37, por ahí (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).” Y por su parte don Armando afirma: “El cerco los hicieron hasta [los años] 1930, treinta y tantos (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).”

378 (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).

379 (Paulina Romo, entrevista personal, 04/04/2008). A decir de doña Paulina esta es la causa por la que dejaron de ir al Ajo.

380 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).

381 Al respecto don Armando abunda: “Cuando Estado Unidos hizo el cerco, ya les dijo a todos los indios que había allá: “que el que se quisiera venir para acá [Sonora] y él que no, que se queda allá, que aunque fuera Sells el distrito de la cabecera, de todos los demás distritos de todas las reservas chicas, ¿no? que se fueran a registrar allá, todo el que quisiera ir, que se fuera registrar allá, y le iban a poner un número, iban a ir por un número.” La familia fulana tenía su número, familia zutana otro número (Armando Lizárraga Neblina, entrevista personal, 11/10/2007).

382 Al respecto doña Lily comenta: “Pues mucha gente se quedo allá, pues tenían sus tierras, por eso es que muchas tierras se quedaron aquí, porque se fueron para allá a trabajar. Hay muchas tierras de los [O´odham] pápagos aquí, pues todo era de los [O´odham] pápagos (Lily León, entrevista personal, 04/04/2008).”

383 La "Operación Guardián", que inició en octubre de 1994 tenía como principal objetivo "sacar" la migración de la zona urbana y llevarla hacia las montañas y el desierto, donde sería más fácil detectar y capturar a los ilegales. Para este fin se incrementó en más de 100 por ciento el número de agentes en la frontera Tijuana-San Diego y se les dotó de un sofisticado equipo de trabajo que incluye desde caballos, unidades motrices hasta helicópteros, radares, telescopios de visión nocturna. Esta información se obtuvo de: http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_nota=7974&tabla=estados. [Consulta realizada el 10/01/2010]. A la fecha la operación Guardián ha generado más de 5,000 muertes.

384 En 1995, el gobierno de EU lanzaría una réplica de Guardián en Arizona con el nombre de Salvaguarda, y en años siguientes ampliaba a Texas con el operativo Río Grande.

385 (Lic. Lorenzo Torres Gastelum, entrevista personal, 11/09/2009). El Lic. Lorenzo Torres Gastelum es desde hace más de 16 años visitador agrario de la Procuraduría Agraria de Caborca, Caborca Sonora.

386 Como se verá en detalle más adelante, el ranchero-mestizo, en tanto simbolizado como alteridad por los O´odham era aparentemente una unidad simbólica, no obstante la alteridad mestiza cambia una vez en la ciudad, para a ser, por ejemplo, el mestizo-patrón, una vez que entran en una relación laboral. Pero la situación será muchos más intrincada, porque no habrá un solo mestizo, sino varios: el jefe laboral, el amigo, el cuñado, el compañero de la escuela, el vecino, entre tantos otros.

387 (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/05/2008)

388 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal 10/04/2008).

389 (Alicia Choihua, entrevista personal, 15/05/2008).

390 (Herlinda Lizárraga Neblina, entrevista personal, 10/04/2008).

391 Con la apropiación de parte de su territorio no sólo despojaron a los O´odham de las mejores tierras, sino también modificaron la relación del grupo étnico con su historia, en la medida en su vida comunitaria estaba anclada en el desierto.

392 (Herlinda Lizarraga Neblina, entrevista personal, 03/04/2008).

393 (Lily León, entrevista personal, 04/04/2008).

394 En procesos similares se vieron involucradas otras comunidades del sur y centro del territorio O´odham como Quirovac, las Norias, san Pedro, pero también participaron de esta experiencia los asentamientos del norte como san Francisquito, Sonoyta, Cubabi, el Cumarito, el Bajío y Pozo Verde.

395 Esto estuvo claramente vinculado al nuevo contexto de vida y el cambio de lugar de residencia.

396 Unión dentro o con personas del mismos grupo étnicos, pero entre miembros de diferentes asentamientos y comunidades.


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