LA RABIDA UN PARAJE EDUCATIVO Y CULTURAL.

Ponente : Alan F. Carrasco Dávila Ph.D.

Centro de Investigaciones Universales

Mesa Temática : Turismo Cultural y Educación

III Congreso Virtual de Turismo Cultural-NAyA 2005

INDICE.

  • Resumen.
  • Palabras Clave.
  • Introducción.
  • Monasterio Santa María de La Rábida.
  • Parque Botánico "José Celestino Mutis".
  • El Foro Iberoamericano.
  • El Muelle de las Carabelas.
  • Universidad Internacional de Andalucía
  • Bibliografía y agradecimiento.

RESUMEN.

Asomándose a la confluencia de los Ríos Tinto y Odiel por entre un bosque de pinos exuberantes, aparece un maravilloso paraje Rabideño calmado de andaduras, saberes e historias que hicieron cambiar el concepto del mundo por el año 1492. Debido a lo trascendental que ha resultado para la humanidad este lugar, la presente ponencia tiene como misión dar a conocer los principales centros culturales de este pequeño paraje onubense, por ello se decidió intitularlo como "La Rábida un paraje educativo y cultural", debido al gran aporte histórico, antropológico y didáctico que presenta, a continuación se describirá este fantástico lugar que representa un bonito paseo cultural a través del tiempo.

PALABRAS CLAVE.

La Rábida, Monasterio, Muelle, Carabelas, Parque botánico, Universidad, Foro.

 

 

INTRODUCCIÓN.

Es aquí en La Rábida, donde se sigue enamorados del mar desde hace siglos, iniciándose esta idílica relación mucho antes de que este rincón de la Península tuviera identidad propia. Tal vez todo inició cuando un puñado de navegantes arribó a sus costas, antes de los griegos y romanos, pero lo que sí es real, es que alguna vez, alguien tuvo que ser el primero en descubrir estas tierras que serían de por siempre privilegiadas por la creación. Tal vez lo anterior condujo a mediados del siglo XV a un ciudadano genovés que decía llamarse Cristophoro Colombo a acercarse a estos lugares, siendo La Rábida un lugar ideal para dar forma a la Aventura Americana, haciendo ya para siempre de este conclave un pórtico inigualable para el comienzo de una nueva era. Es por ello, que desde esta ponencia impregnada de sal marismeña, de fresca y luminosa cal, de historia cargada de buenos vientos y mejores presagios, de pinos que siguen inundando el espacio, por el que aún entre sus copas, resuenan las palabras y las ideas que intercambiaron estos grandes hombres, haciendo perdurar en el lugar, el recuerdo y el homenaje de quienes se dieron a la mar incierta.

Comencemos la andadura a través de los diferentes espacios a visitar dentro del enclave de La Rábida.

 

 

 

MONASTERIO SANTA MARIA DE LA RABIDA.

Sin el descubrimiento del Nuevo mundo, La Rábida hubiera pasado inadvertida, en el olvido, como tantos antiguos eremitorios, pero con su Gesta Descubridora se alzó "como símbolo solariego de naciones".

Así la leyenda ha acumulado en torno a este sitio recuerdos y reminiscencias de las diferentes personas y pueblos que en la remota antigüedad hubo en esta comarca. Hermosas leyendas y tradiciones contadas en estos lugares, nos trasladan hasta las épocas más fabulosas y antiguas.

Fenicios, romanos, árabes y cristianos serán los núcleos de población que la leyenda hace habitar en este lugar hasta la erección histórica de este convento-santuario hacia 1403.

La tradición árabe se hizo presente en este convento. En él estuvo emplazado un morabito o fortaleza, denominado Rábhita, del cual procede la denominación más probable del actual convento. Sin embargo, no pudo faltar dentro de la leyenda y cerca de la historia, el deseo de dar a este histórico sitio la máxima antigüedad franciscana, haciéndolo fundación del mismísimo padre San Francisco, en 1212.

Hoy por hoy, este convento se identifica con un edificio sencillo, gozosamente humilde e inconfundiblemente seráfico.

El convento actual, aunque a través de cinco siglos ha incorporado a su antiguo edificio algunas piezas nuevas, conserva en su conjunto arquitectónico la fisonomía de su traza primitiva, que data del Siglo XV.

Cuatro partes fundamentales forman el histórico convento:

•  La Iglesia-Santuario. Hermosa y recogida pieza medieval, construida en el Siglo XV, que conserva todavía el encanto en su humilde arquitectura. Preside el templo una arcaica y hermosa escultura de Jesucristo crucificado en el centro del ábside de la capilla mayor. Pero en una de sus capillas, se venera a Santa María de la Rábida, Nuestra Señora de los Milagros.

•  El claustro de la portería u hospedería. Es una pieza del Siglo XV, aunque sus galerías y habitaciones superiores se construyeron en los últimos años del Siglo XVIII.

•  El claustro de la clausura. Levantado en la primera mitad del Siglo XV. Por él se tiene acceso directo hacia varias habitaciones y dependencias, entre las cuales se destaca: la sala de conferencias y el antiguo refectorio.

•  La Fachada-Portería. Tras la puerta está el vestíbulo interior, que comunica con la sala de las pinturas murales al fresco sobre el Descubrimiento de América, obra del pintor onubense Don Daniel Vázquez Días (Nerva)

Todo ello y mucho más, podrá ser apreciado por todo visitante que se acerque a estos lugares. En el Monasterio, podrán introducirse en esta historia de manos de los Hermanos Franciscanos, descendientes directos de aquellos que meditaron sobre tan magno proyecto.

Entre sus muros y estancias podrá percibir aún el olor a papiro de cuantos manuscritos, documentos o portulanos debieron estudiarse. Podrá imaginar las horas de ensueño y fantasía que transcurrieron mientras dormitaban, escuchar las ocultas conversaciones que pudieron darse en cada uno de sus aposentos y rincones, o las salves que oraron postrados ante el altar de Nuestra Señora de los Milagros.

Después podrá continuar por cualquiera de los demás espacios, que para complementar esta Historia, se han ido levantando.

Junto a este Convento Franciscano de notable sencillez se encuentra un Obelisco realizado en piedra que nos recuerda constantemente desde su magna presencia a aquellos valientes marineros que protagonizaron la gran Aventura Americana.

Este Monolito dedicado a los Descubridores se inauguró el 12 de octubre de 1892 dando paso posteriormente a una bonita avenida, La de los Descubridores, homenaje a la esencia descubridora onubense, que fue inaugurada el 12 de octubre de 1891 por el Duque de Veragua. En ella podrán admirarse los escudos de las naciones iberoamericanas, que realizados en cerámica nos conducirá hasta la Glorieta del Pueblo Argentino, donde se encuentra un calendario Azteca de vivos colores vidriados a alta temperatura, reivindicando una vez más la unión de Huelva con los países iberoamericanos. Continuando el paseo por una calzada delimitada por una doble hilera de palmeras que nos dirige hasta la rotonda de la Real Sociedad Colombina Onubense.

Continuando hacia los parajes naturales que rodean el entorno, marismas del Odiel y Estero Domingo Rubio, y como complemento natural de la zona nos encontramos ante las puertas del:

PARQUE BOTÁNICO JOSÉ CELESTINO MUTIS.

Encuadrado dentro de los actos conmemorativos del V Centenario del Regreso de las Carabelas Pinta y Niña al Puerto de Palos de la Frontera, el Parque Botánico José Celestino Mutis quedaba oficialmente inaugurado el 15 de marzo de 1993.

Desde el Siglo XV, el incomparable paraje de La Rábida, perteneciente al municipio de Palos de la Frontera, se liga inseparablemente a la Gesta del Descubrimiento de América. El Monasterio, raíz inevitable de la Ruta Colombina, ha sido testigo del progresivo enriquecimiento de su entorno.

Uno de los espacios que ha visto nacer este Monasterio, es el Parque Botánico José Celestino Mutis, un espacio natural, vivo y cambiante, que desde su inauguración muestra a los visitantes una creciente colección de flora recogida de los cinco continentes.

El Parque Botánico se incluye así como una atractiva oferta dentro del conjunto histórico-artístico de La Rábida.

La construcción y ordenación primera del Parque fue encargada al Instituto para la Conservación de la Naturaleza, y posteriormente cedido para su mantenimiento y desarrollo a la Diputación Provincial y al Ayuntamiento de Palos. Desde entonces, el Parque ha ido creciendo en número de especies e instalaciones.

Las características de este "Parque Rabideño" lo configuran como un espacio ajardinado, de doce hectáreas, adaptado a una irregular topografía del terreno que favorece y justifica la presencia de los cursos de agua que lo recorren. El acogedor y sugerente rumor del agua, en movimiento o remansada, acompaña al visitante desde la misma entrada al recinto. Una fuente en forma de geiser da la bienvenida. La armonía de las suaves colinas sirve de soporte físico para albergar la creciente colección de flora, fundamentalmente iberoamericana. La amplia y cuidada red de caminos, paseos y plazas, permiten recorrerlo contemplando bellos y exóticos ejemplares.

Elementos importantes a la hora de visitar el parque: El lago, las plazas, Valle de América, el invernadero.

Aquí terminamos la descripción del Parque Botánico que Huelva dedica a la figura insigne de José Celestino Bruno Mutis y Bosio, un personaje que contribuyó a abrir a la ciencia el Continente Americano.

Visitar el Parque Celestino Mutis invita a sumergirse en un peculiar espacio natural que a su vez, conserva el carácter de integración e intercambio con los países americanos; marca ineludible del paraje de La Rábida. Como espacio vivo, el Parque se encuentra en constante cambio y crecimiento, por lo que visitarlo será encontrar un parque siempre diferente. Una explicación más del por qué estos históricos lugares sean ya el hito turístico más visitado de la provincia onubense.

Antes de adentrarnos en las orillas del Tinto, un destello azul en el cielo como sí de un gran pájaro se tratase, nos encontramos con la Plaza de Macuro, que presidida toda ella por una majestuosa escultura, conmemora la travesía en helicóptero desde Macuro (Venezuela) hasta este mismo punto del paraje Rabideño. Dos venezolanos: Francisco Pacheco Díaz y Tomás Spanier Kuert, cruzaron el mar océano en su "Guacamaya", el nombre del helicóptero. Esto sería sin precedentes la mayor hazaña en la historia de la aviación, por ser la primera vez que se cruzó el Atlántico en helicóptero. En este podium dejaron las huellas de su aeronave, el nombre y el escudo de su país para la historia del mundo y en conmemoración del V Centenario.

EL FORO IBEROAMERICANO DE LA RABIDA.

Siguiendo con la andadura y justo al pie del Monasterio, rodeado de un paraje de frondosa vegetación, nos encontramos con un marco digno para la gran cantidad de encuentros culturales que cada año están celebrándose en Este Paraje. Certámenes musicales, exposiciones, congresos, festivales, convenciones..., serán el eje de su propia existencia.

En este Foro Iberoamericano de la Rábida se ha trazado una amplia realidad con muy buenas pretensiones de futuro. Desde este enclave se tendió un puente entre el antiguo y el nuevo mundo, siendo el Foro símbolo de ese abrazo entre continentes.

El Foro Iberoamericano de La Rábida, construido por iniciativa de la Excelentísima Diputación provincial de Huelva, se proyecta como un edificio multifuncional para la realización de actos públicos de carácter cultural diverso. La autoría se debió al arquitecto José Álvarez Checa.

La construcción de un auditorio al aire libre pasa ineludiblemente por los teatros griegos y romanos, la arquitectura renacentista y el eclecticismo actual.

La construcción comprende: Auditorio al aire libre con capacidad para casi 4000 personas cómodamente sentadas, ubicadas en dos caveas de graderías. Interior del graderío para zona de congresos y Exposiciones, con salón de actos, sala de exposiciones, seminarios, administración, servicios, etc.

La plaza pública de 6929 metros cuadrados como complemento y apoyo del conjunto, es un espacio necesario para el acceso al mismo.

Siguiendo río abajo se llega al pequeño Muelle de la Reina, embarcadero de madera que debe su nombre a la reina Regente María Cristina, quien en 1892, con la conmemoración del IV Centenario del Descubrimiento de América, proclamó desde el Monasterio de la Rábida, el día 12 de octubre, fiesta nacional. En este enclave, se sitúa el Ícaro del Triunfo, regalo del pueblo argentino que representa la primera travesía trasatlántica en el hidroavión Plus Ultra desde Palos de la Frontera hasta Buenos aires. El 22 de enero de 1926, Ramón Franco, Julio Ruiz de Aldea, Alférez Durán y Pablo Rada, fueron los tripulantes que abrieron sobre el mar de colón un camino nuevo entre la madre España y sus hijas de América, marcando un hito en la historia de la navegación aérea. Por segunda vez, el pueblo de Palos se convertía en plataforma para abrir una nueva ruta, pero en esta ocasión por aire.

EL MUELLE DE LAS CARABELAS.

Prosiguiendo nuestro recorrido por esta comunidad, descendiendo a la misma ría, donde inmersos en la marisma, se encuentran los artífices de todo el proyecto "Las Carabelas". Algún día no muy lejano, la calzadilla resucitara y de sus cenizas nacerá un museo naval, que con toda sencillez nos dirá de su grandeza.

En el año 1994, El Muelle de Las Carabelas se levantó en el Paraje de La Rábida, creando y reivindicando el lugar de partida y gestación de ese primer viaje, de ese primer proyecto por el que nadie, a excepción de los antepasados onubenses, apostaba.

El enclave perfecto de Palos, situado entre las marismas y arenales de la desembocadura de los Ríos Tinto-Odiel, obligó a sus habitantes a mirar hacia el mar como único medio de subsistencia. La vocación marinera de Palos venía gravemente favorecida por la inmejorable situación de la villa, junto al río, en un lugar donde éste tenía la suficiente anchura y profundidad como para que pudiese fondear en él un buen número de barcos, a cubierto de tempestades y vendavales, y protegido de ataques piratas por la inmediatez de la fortaleza que dominaba el canal.

A lo largo del siglo XV la navegación se convirtió en el principal quehacer de sus habitantes y en la principal fuente de riqueza para toda la villa. En aquellos años de finales del Siglo XV, las Costas Atlántico-Andaluzas y sobre todo las cercanas a Portugal, eran testigo de un desarrollo técnico y científico en el arte de la navegación, que hizo posible cruzar esa inmensidad desconocida que era la Mar Océano. Por otro lado, una nueva Europa necesitaba ampliar las fronteras para sus mercados y demandaba nuevos productos. El viaje colombino era necesario.

Para que todo esto se llevara a cabo sólo se necesitaba las circunstancia necesarias, y éstas sólo podrían darse por el azar y por caprichos del destino en las costas onubenses. Aquí se encontraban no sólo los medios adecuados, sino los hombres y marinos expertos y experimentados en las artes de navegar, convirtiéndose así, en el lugar ideal para dar forma a la aventura americana.

Si Colón llegó a Portugal cincuenta años demasiado tarde y a Inglaterra y Francia medio siglo demasiado pronto, a las costas de Huelva llegó en el momento oportuno, dando paso tras muchas penurias y sin sabores a la mejor gesta jamás contada. Un cuarto de espacio real se abría ante los ojos del mundo, dando paso así, al "Gran Descubrimiento". Es por ello, que desde este enclave tan emblemático se identifica sin tener que retroceder en el tiempo para comprender la enorme inquietud que sin duda hubo de presidir la partida y todos sus preparativos.

Con el Muelle de las Carabelas en La Rábida se conjuga la visión de un hecho trascendental con la visita al interior de las naves, se mezcla la gestación del proyecto con la posibilidad del gran viaje.

Si el Monasterio representa el lugar donde se elaboraron las tesis y estrategias, el lugar que sirvió de cobijo a un Almirante desilusionado mientras se fraguó el viaje, el Muelle nos lleva a la acción a los días de penurias y salves, a esas vivencias que tuvieron este mismo escenario y que duraron desde un 3 de agosto a un 12 de octubre.

Por ello en una dársena semicircular, a orillas del Río Tinto y a tan sólo algunos kilómetros del "Real" puerto que vio salir a sus antecesoras allá por el año 1492, se ha ubicado este muelle. El enclave, el suyo original, cuenta con un espacio complementario donde se sitúan una Sala de Audiovisual, pero además, cuenta con una amplia zona al aire libre donde se ubican las naves. Por babor, la Niña, en el centro, la capitana Santa María, y al estribor, la Pinta, que conducirán al visitante a la acción de todo lo relatado.

En la Sala de Exposición, encontrarán correspondencia de Colón a los Reyes, cartas de navegación con rutas trazadas, tratados de delimitación que enfrentaba con el país vecino y un sinfín de documentos, mapas y portulanos que sirvieron de primer auxilio en esa primera travesía, donde guiados por instrumentos, unas veces mediante las estrellas y otras mediante la estima, fueron finalmente capaces de lograr el reto marcado. Igualmente se puede mediante unas secuencias y la realidad, convertirnos en un estupendo carpintero de ribera, para con sus herramientas ser capaces de reparar la nave.

En el audiovisual, durante veinte minutos de narración, de boca de las embarcaciones, el visitante será capaz de verse embarcado en dicho viaje, captar las calamidades y pertrechos que colón y sus hombres tuvieron que llevar a cabo en ese largo y duro viaje y gritar a la par de Rodrigo de Triana esa ansiada "Tierra".

A la salida podrán dirigirse, por fin, a las naves. Del estudio se pasará a la acción, a lo vivido, al punto cumbre de la visita. Será el momento de trasladarse al día de la partida, día de lloros y despedidas de familiares y amigos, día de rezos y oraciones de todo aquél que se encontraba cerca y día de poner en marcha un proyecto por el que nadie apostaba.

Desde los pantalones de acceso a las mismas, podrán ya comprobar sus características marineras y comparar las tecnologías actuales con la carencia de medios y conocimientos en la época, dando fe de que tres "Cascarones Flotantes" iguales a estos, fueron no sólo capaces de atravesar el Mar Tenebroso, sino regresarlo, como hasta entonces nadie había hecho y poder contarlo.

En el interior mediante la ambientación realizada, la tripulación a bordo, el mobiliario empleado y el avituallamiento embarcado, se hará una idea de las condiciones en las que se realizó el viaje. Escucharán el viento topando en las barrigas de madera, las voces de unos y otros izando velas, notarán los vaivenes de la nave, las peleas y motines a bordo, sentirán el frescor de la brisa y el calorcito del fogón. Podrán, en definitiva sentirse marineros y gritar incluso, como no, esa ansiada tierra, simulando aquel vigía que desde la Pinta lo gritara.

Éste, será un espacio abierto a la imaginación. Hoy, en el Muelle de las Carabelas, los aparejos continúan en su posición de partida, están como tensos por las anclas que no se levan. Los marineros, inmóviles, observan el paso de los visitantes. Los alimentos siguen en sabor y energía concentrando su pureza para el largo viaje y el almirante medita. Ahora, sobre la nueva ruta de sus Carabelas. Se ve prisionero de la marisma y surca un nuevo camino imaginario que lo conduce a los corazones de miles de niños que han estado en sus cubiertas y de tantas otras personas que pudieron comprender mejor la grandeza de su hazaña.

Estos barcos, cansados ya de singladuras, son los zapatos con los que caminaron los marinos de Palos. Pero quién sabe sí en el ambiente sonoro de sus cubiertas, sueñan...: "¡En el nombre de Dios, larguen las velas!".

Es por ello que La Rábida, siga siendo esa puerta abierta al mundo, dispuesta a recibir con la hospitalidad y generosidad que caracteriza a este pueblo a cuantas personas lo visiten, a lo largo del año, se tienen una interesante programación, siendo algunas alrededor de las fechas más conmemorativas de esta gran hazaña: 15 de Marzo, en representación del retorno de las naves a la villa de Palos, 3 de agosto, por la partida y el 12 de Octubre, reivindicando la llegada de las naves a América. Danzas, música, artesanía, congresos, exposiciones, conferencias y como no, gastronomía, acompañan y contribuyen a mantener vivo este centro, que sin perder su condición de museo de rigurosos contenidos históricos, es al mismo tiempo ameno y atractivo.

Se debe continuar sin escatimar esfuerzos para que nunca se pierda el "Mágico Embrujo" que envuelve a este universalmente conocido Paraje de La Rábida y concretamente, este singular espacio como es el Muelle de las Carabelas.

UNIVERSIDAD INTERNACIONAL DE ANDALUCIA.

La Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) surge en 1994 y su primer objetivo es ofrecer un espacio universitario que se ocupe de una forma sistemática de las demandas de estudios de postgrados que hay en Andalucía. Además de intentar cubrir esa demanda, la UNIA tiene otro objetivo fundamental: La cooperación educativa para el desarrollo con Iberoamérica y otras zonas como el Magreb. Para llevar a cabo sus actividades, la UNIA aprovecha las sedes ya existentes de La Rábida y Baeza, así como un espacio propio en el Monasterio de La Cartuja de Sevilla donde se encuentra el Rectorado y los servicios administrativos y generales. Incorporando una nueva infraestructura en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) de Málaga que acogerá la sede de estudios, investigación y producción en nuevas tecnologías.

Es una universidad como las otras, pero que no se dedica a la enseñanza reglada o de pregrado, sino a la enseñanza especializada, al postgrado. Eso obliga y permite tener una estructura mucho más flexible y ágil que las otras universidades, de modo que se construye la oferta educativa en función de las necesidades de la demanda. Gracias a esa flexibilidad se puede cambiar cada año la programación académica, algo que no pueden hacer las otras universidades que deben conservar una oferta educativa mucho más repetitiva. La UNIA es una universidad normal pero con una enseñanza especializada y un diseño de su oferta diferente.

En la UNIA se ofrecen todas las materias que se pueden dar por sus propios medios. El abanico de disciplinas ofertadas es muy heterogéneo y en los pocos años que lleva en funcionamiento se han impartido cursos muy variados, desde medicina o derecho a nuevas tecnologías o medio ambiente y desarrollo económico, pasando por cursos centrados en ciencias políticas y ciencias sociales o el amplio programa sobre arte contemporáneo.

Los cursos de verano son sólo una parte de la oferta global de esta Universidad. Y, aunque paradójicamente sea la más conocida, es quizás la menos importante. Lo que ocurre es que los medios de comunicación siempre prestan mucha atención a estos cursos que se terminan convirtiendo en fuentes de información periodística.

Además de los cursos de verano se ofrecen sobre todo master (o maestrías como dicen los iberoamericanos) y cursos de especialistas. Siempre con unos esquemas y módulos docentes adecuados a la enseñanza y a la formación que se quiere proporcionar a los alumnos. Para la UNIA es muy importante definir bien "qué" se ofrece, pero cuidando especialmente "cómo" se ofrecen esos contenidos.

A la Universidad Internacional de Andalucía lo que le interesa es responder a las demandas y preocupaciones sociales, no a las exigencias del mercado laboral. Por ejemplo, se efectúan cursos sobre inmigración, medio ambiente (los problemas del agua o los tratamientos de los residuos)... Es decir, cuestiones que están en la sociedad, y que se abordan con la intención de propiciar un foro de debate que reúna tanto a expertos en la materia como a protagonistas de los procesos tratados. En el caso de los cursos de verano se pone en contacto en un tiempo y un espacio muy concreto a personas que en sus vidas cotidianas están muy alejadas y su debate trasciende y llega a toda la sociedad gracias a los medios de comunicación.

En la actualidad la UNIA es un auténtico punto de referencia en Iberoamérica, mucho más que en Andalucía. Y se ha empezado a desarrollar en Marruecos este modelo de cooperación.

El Grupo La Rábida es un instrumento a través del cual se toma contacto con los sistemas educativos y culturales de Iberoamérica. Es un foro de encuentro en el que las universidades transmiten sus necesidades y carencias. La UNIA compara esa demanda con la propia oferta, y a partir de ahí se estructura el contenido de los cursos y se eligen los espacios en donde se van a impartir.

La aspiración de la Sede Iberoamericana en La Rábida, como parte de la Universidad Internacional de Andalucía, es crecer y expandirse tanto en España, como en América, en la línea en que lo viene haciendo, siguiendo fiel a su doble carácter andaluz e iberoamericana.

 

BIBLIOGRAFÍA Y AGRADECIMIENTO POR LA INFORMACIÓN PROPORCIONADA A:

Excelentísima Diputación Provincial de Huelva. Unidad de Gestión de La Rábida.

Mancomunidad de Municipios para el Desarrollo Socio Económico del Condado de Huelva.

Universidad Internacional de Andalucía (Sede Iberoamericana)


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