V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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UN RITUAL SECULAR Y "LA INVENCIÓN DE LA TRADICIÓN" EN SANTIAGO DEL ESTERO

Beatriz Ocampo

INTRODUCCIÓN

En 1994, la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Santiago del Estero convocó a unas "Jornadas de reflexión sobre el Pensamiento de Bernardo Canal Feijóo",1 un notable intelectual y humanista nacido en esa Provincia.

Asistí a las mismas porque me encontraba en esa Universidad, adonde había estado anteriormente durante todo el año académico en 1993 y por un corto tiempo en 1991, dictando cursos para los que había sido invitada.

Durante mis estadas en la provincia de Santiago del Estero, situada en el Noroeste de la República Argentina, me había llamado la atención la relevancia que la figura de Bernardo Canal Feijóo (1897-1982) tenía para los santiagueños. Algunos datos confirmaron esa observación y constituyeron los hitos que orientaron mi investigación.2 En 1985, se bautizó con su nombre el Complejo Cultural de la Universidad que comprende -la Biblioteca, el Paraninfo y la Radio- ámbitos de encuentro entre la población académica con la comunidad extra-universitaria. También en 1985 la Facultad de Humanidades creó "La cátedra abierta de B. Canal Feijóo" que convocaba a reuniones y encuentros sobre este pensador. Además, en 1988 se habían realizado otras jornadas similares a las que estamos tratando.

Simultáneamente, fuera de la Universidad, notorias instituciones privadas de la Provincia, como el Colegio de Médicos y el Jockey Club realizaban en sus respectivas sedes cursos y conferencias sobre uno de los intelectuales más notorios de la santiagueñidad.

Las jornadas de 1994 colmaron mi estupefacción: el paraninfo estaba repleto y la asistencia no sólo era numerosa sino también diversa en edades y procedencia. Para escuchar a los panelistas3 que expondrían sobre distintas facetas de la vida y obra de este ilustre pensador habían asistido académicos de la UNSE, docentes de todos los niveles educativos, alumnos de nivel terciario y universitario, público extra-académico y destacados estudiosos de la vecina provincia de Tucumán. ¿Qué provocaba tanto interés?. ¿Era acaso un fenómeno novedoso o más bien se trataba de una "tradición intelectual" de la Provincia?. ¿Porqué los santiagueños parecían tan interesados en la figura de Canal Feijóo y en los temas que había abordado?. De dónde provenía la centralidad de este intelectual en la vida de los santiagueños? .

* * *

La consideración de la cultura desde el punto de vista de la producción cultural intelectual significa situarme en el terreno que tradicionalmente se ha denominado "alta cultura", como contrapuesto a cultura popular. En este marco, pienso que las élites intelectuales juegan un rol definitivo en la construcción de las identidades socio-culturales -en su doble carácter político y socio-cultural- y que los procesos identitarios están modelados por agentes vinculados a la producción de la cultura.4 Karl Mannheim definía a los intelectuales como grupos sociales cuya tarea específica es proveer para esa sociedad una interpretación del mundo. Más recientemente, Pierre Bourdieu y Michel Foucault, en la línea del pensamiento francés agregan que el intelectual es aquel sector que reivindica un monopolio sobre el saber, la competencia y la verdad, es decir, que lucha por la posesión de un tipo específico de capital "simbólico" o "cultural" y por mantener un sitio privilegiado en la capacidad de formar y transmitir discursos, constituir los medios a través de los cuales la sociedad es "pensada" por sus miembros y formar subjetividades humanas.5

Los intelectuales están, por lo tanto, en esa posición de mediadores entre el estado y la sociedad al recrear, debatir o especificar las interpretaciones que hacen posible u obstaculizan la integración social.6 Al concebir a los intelectuales como activos protagonistas y delineadores de procesos identitarios estoy presuponiendo una relación entre la actividad intelectual y el poder que coloca a la actividad intelectual como siendo una actividad "situada", lejos de una pretendida neutralidad, ajena a los conflictos sociales, órdenes e intereses.

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Cuando se trata de analizar el ritual nada mejor que recurrir a Victor Turner; entiende por ritual el comportamiento formal prescripto y obligatorio para ocasiones no relacionadas a rutinas tecnológicas, pragmáticas y seculares sino a creencias relacionadas, referidas a seres y poderes místicos y sobrenaturales.7 Los aportes de Victor Turner a los estudios sobre los símbolos, las propiedades específicas y las funciones del ritual son de un valor y riqueza inapreciables.

Sin embargo, el tratar de vincularlos a una dimensión secular, me obligó a repensar sus conceptos y teorías para tratar de obtener herramientas útiles para el análisis y estudio de las Jornadas sobre el Pensamiento de B. Canal Feijóo, consideradas como un ritual secular.

En esta consideración he tenido en cuenta que al vincularse con discursos que manifiestan o expresan ideas, construcciones inteligibles tales como las identidades, el estado, los provincialismos, la nación (entes abstractos y de razón) podría establecerse una correlación con los estudios de Turner aplicados a los rituales sagrados. 8 También el pensamiento de Eric Hobsbawm me aportó herramientas teóricas para hacer frente a este desafió. Para este autor la "invención de la tradición" significa un conjunto de prácticas dirigidas normalmente por reglas aceptadas abierta o tácitamente que buscan inculcar ciertos valores y normas de comportamiento por medio de rituales que aseguran la continuidad con el pasado, un pasado teórico deseable. 9 La peculiaridad de la tradición inventada es que la continuidad con referencia al pasado histórico es totalmente ficticia. Se trata, entonces, de respuestas a nuevas situaciones que toman como referentes a las viejas o que establecen por su propio pasado una cuasi-obligatoria repetición. Es un intento para estructurar, al menos, algunas partes de la vida social como invariables e invariantes en medio del cambio y la innovación del mundo moderno y contemporáneo. La invención de la tradición es esencialmente un proceso de formalización y de ritualización.

Así, la celebración de tales rituales tiene lugar más frecuentemente cuando suceden transformaciones rápidas en la sociedad que debilitan ó destruyen los viejos modelos sociales para los cuales las viejas tradiciones tenían respuestas ó cuando se produce algo nuevo para lo cual no existen modelos ó cuando las viejas tradiciones y sus instituciones y leyes no son suficientemente adaptables ó flexibles.

La adaptación de viejos usos a nuevas condiciones y el uso de viejos modelos para nuevos propósitos supone la elaboración de un programa de acción que intenta reproducir la cohesión y la estabilidad social, reafirmando un ethos cultural y entregarlo así a las nuevas generaciones. De esta manera, se asegura que las normas y valores serán internalizadas por los miembros del grupo y también reproducidas, cumpliendo el ritual una pedagogía ó "paideia" en la transmisión de la cultura. El ritual cumple un rol importante en la construcción de las identidades sociales y culturales, sobre todo en los momentos de crisis, exorcizando el conflicto expresado en la dramatización social del ritual.

En este trabajo me propongo estudiar las Jornadas de reflexión sobre el pensamiento de B. Canal Feijóo, como un ritual en el que se recurre a este notable ensayista y literato, uno de los padres fundadores de la santiagueñidad, autor de más de trescientos títulos diseminados en libros, artículos de diarios y revistas, conferencias, manuscritos, etc. acerca del folklore, la educación, la cultura, la historia, el arte de la provincia y la región para construir "tradiciones inventadas" de un nuevo tipo para nuevos propósitos, en un momento de crisis política e institucional de Santiago del Estero 10 .

El estudio etnográfico que realizo de estas Jornadas tiene como objetivo principal analizar no como es realmente la personalidad y obra de Canal de Feijóo ó cómo éstas han sido distorsionadas en las diferentes interpretaciones de sus estudiosos sino cómo son hechas, producidas y reproducidas las visiones del pasado de los cuales dan cuenta los discursos y mensajes del presente y porqué éstas tienen lugar en ese momento.

ETNOGRAFÍA DE LAS JORNADAS

Las mismas se realizaron cada viernes durante los meses de septiembre, octubre y noviembre; un período relativamente largo para lo que es habitual en eventos similares.

Los organizadores fueron dos académicos de la Facultad de Humanidades de Santiago del Estero y los panelistas seis locales y tres de la provincia de Tucumán. La duración de las exposiciones fue de aproximadamente dos horas, seguidas de debate del que participó todo el público, particularmente los académicos y docentes de los distintos niveles educativos. Las disciplinas desde las cuales se abordaron las diferentes facetas de la vida y de la obra de este ilustre pensador fueron: la filosofía, la historia, la sociología, la crítica literaria y la literatura.11 La audiencia, variada en edades y procedencia , colmó la sala de conferencia con capacidad para alrededor de 100 personas; algunas estuvieron de pie. Sobre el escenario se ubicaron los oradores y en las primeras filas se sentaron los académicos y personas destacadas. Después venía el resto del público, integrado en su gran mayoría por jóvenes estudiantes de diferentes disciplinas del Profesorado Provincial y de la Universidad y personas no pertenecientes al ámbito académico.

La asistencia se mantuvo constante a lo largo de todas las jornadas y aunque muy pocos participaron en los debates, todos escucharon con atención.

La aprobación del curso se hizo mediante un trabajo monográfico con la dirección o tutoría de algunos de los expositores; de lo contrario sólo se dio un certificado de asistencia.

El intercambio y la complementariedad entre pensadores y académicos de la provincia de Santiago del Estero y Tucumán han sido, desde siempre fluidos y permanentes. Cursos, intercambio de profesores, organización y auspicios de eventos, colaboración en revistas y en ediciones de libros, etc. Así, por ejemplo, los catedráticos del área filosófica de ambas provincias, con ligeros matices diferenciales, pertenecen a una misma tradición intelectual. Esta adscripción genealógica no se manifiesta de la misma manera ni en los literatos ni en los sociólogos, panelistas también en las Jornadas.

Después de haber leído, escuchado y estudiado los trabajos expuestos dudé acerca de cómo analizarlos y presentarlos si por: a)por orden de exposición b) áreas temáticas ó c) áreas disciplinares y también por los agentes productores de esos discursos. Mi opción por esta última alternativa me permitió profundizar contenidos discursivos y pertenencias genealógicas interesantes.

La Filosofía

Esta fue el área más importante no sólo por el número de expositores, tres filósofos locales y uno tucumano, sino también por las líneas escogidas para la reflexión e interpretación del pensamiento de Canal Feijóo. Además, los filósofos santiagueños reconocieron su filiación y tributo al estudioso tucumano, Dr. Gaspar Risco Fernández director de tesis y de proyectos de algunos de ellos.

Todos coincidieron en afirmar que no se trataba sólo de estudiar el legado de B. Canal Feijóo, a través de sus obras sino de recoger el "gesto fundacional" de uno de los padres del pensamiento regional (se trata del Noroeste de la República Argentina, que integran, entre otras las provincias de Tucumán y Santiago del Estero- en adelante NOA). Uno de los académicos santiagueños organizadores de Las Jornadas, al señalar los objetivos de ese encuentro dijo que era "para entendernos mejor a nosotros mismo como pueblo de esta región que vive las peripecias del país, y que esta autocomprensión nos permitirá hacer un aporte tanto teórico como práctico, a la problemática de la región". Para lograr este cometido nada mejor, continuó diciendo, que recurrir a Canal Feijóo, ya que su pensamiento se habría anticipado a lo que estaba sucediendo en ese momento. Después de presentar al escritor como un testigo presencial y sensible de la tragedia del pueblo santiagueño, a causa de la destrucción y desintegración económica social y cultural del interior del país en beneficio del puerto de Buenos Aires y el Litoral argentino, comenzó a delinear el principal tema que con distintas variaciones constituiría la trama discursiva de todos los filósofos: Nación-Puerto de Buenos Aires vis-a-vis El interior, La región del NOA y Las provincias que la componen.

El interior, según la interpretación que estos pensadores hicieron del pensamiento de Canal Feijóo, siempre fue visto como algo oscuro, informe y culpable de todo los atrasos y de la lentitud del proceso de modernización histórico nacional. Este ilustre santiagueño situándose en su provincia natal, habría intentado desentrañar y mostrar las causas de la frustración para encontrarle un sentido a la Nación y al mundo desde su Provincia.

El éxodo rural, el desmembramiento del mundo campesino que fue destruyendo hasta los cimientos de la propia cultura, las olas migratorias hacia Buenos Aires, el abandono de la tierra, la introducción del ferrocarril, el cambio del perfil productivo de agrícola-ganadero y de una incipiente industria manufacturera a la explotación forestal y al obraje, habrían sido algunos de los factores que coadyuvaron a este drama que, desde que Buenos Aires se convirtió en epicentro de la nación, vive la provincia y la región.

La idea del progreso, impulsado desde afuera, según el modelo de capitalismo industrial europeo, se habría impuesto en la Argentina como en muchas partes del mundo, acompañada de la ideología liberal. Ambas fueron responsables de esta desarticulación y desintegración del interior argentino; un progreso que respondió a cualquier razón menos a la de los pobladores de la tierra, según esta lectura de la obra de Canal Feijóo. Los artífices de esta destrucción que benefició a Buenos Aires y al Litoral fue lo que se llamó la "generación del 80", herederos del pensamiento de la Ilustración y cuyos más conspicuos representantes fueron Alberdi (inspirador de la Primera Constitución Nacional de 1853) y Sarmiento (promotor del Proyecto de Inmigración europea y de la Educación laica y gratuita). El proyecto de la Constitución Nacional, inspirado en "Las Bases" de Alberdi cambió el mapa geopolítico del país, transformando la Argentina de interna y mediterránea en litoral y marítima.

Este proyecto, continuaron afirmando los intérpretes de Canal, se consolidó con la provincialización y la elección de Buenos Aires como capital del país. Alberdi afirmaba que había que cambiar la masa y para ello se hacía necesario incorporar al hombre europeo y sobre todo al hombre anglosajón ya que estaba más adaptado al progreso. Para Juan Bautista Alberdi se trataba del establecimiento de un gobierno republicano representativo y federal que impusiera su autoridad sobre un espacio escindido internamente por un desequilibrio regional entre el puerto y el interior. Para Canal Feijóo el Proyecto Constitucional Argentino se basó en la intención de crear un país nuevo con una constitución idealista que negaba realidad a la tierra, a la raza, a una historia existente creando un país de la nada en donde todo viniese de afuera. Esta es otra oposición que recorrió todos los discursos de los filósofos : espacio vacío vis-a-vis espacio lleno. Según Canal Feijóo, Alberdi, siguiendo a Hegel, consideró que la única historia existente es la europea ya que los pueblos americanos eran antihistóricos porque no tenían todavía consciencia universal de la libertad. Algunos de los intérpretes del pensamiento de Canal Feijóo expresaron que este viraje histórico fue traumático. La Argentina que había sido fundada mirando hacia adentro, hacía el Perú, y la provincialización del país en lo que antes era región, habrían convertido al interior en un mosaico de provincias desconectadas entre sí y sólo comunicadas con Buenos Aires, dando como resultado un país macroencefálico, con una gran cabeza y con un cuerpo raquítico que no piensa en sí mismo como un todo, negando consecuentemente la tierra y el interior.. La otra negación metafísica ha sido la negación del sujeto. Estas dos negaciones han conducido a otro par de oposiciones que pusieron de relieve los discursos de los expositores: español vis-a-vis indígena y ambos vis-a-vis del mestizo. Esta última categoría fue poco desarrollada ya que es fuente de conflictos por oposición al criollo, - hijo de españoles nacidos en América. En este punto se presentaron diferentes posiciones ya que el filósofo tucumano, Gaspar Risco Fernández perteneciente a una genealogía católica e hispánica dio una interpretación "sui generis" según la cual el sincretismo cultural se realizó sin conflictos y sin el sometimiento de una cultura a otra, desafiando con su interpretación la posición de los otros panelistas que reivindicaron la teoría de Canal Feijóo sobre la superposición de capas culturales, encontrándose el indígena en las bases de las mismas.

La distintas posiciones expresaron las versiones recurrentes acerca de la conquista española y el rol de los conquistadores en América.

Los filósofos santiagueños, interpretando a Canal afirmaron que la violencia de la cultura española sobre la indígena no produjo un verdadero sincretismo ya que la cultura indígena se encontraba disimulada en algunas fiestas religiosas tradicionales, tales como la de San Esteban, en los mitos, en las leyendas, en la lengua. Siguiendo esta interpretación el nativo se habría preservado y defendido a través de una cosmología predominantemente religiosa que se consubstancializó con la naturaleza: "todo es divino para el indígena".

En todas estas interpretaciones, predominaron los abordajes idealistas, espiritualistas y culturalistas.

Para algunos de los filósofos, estas reflexiones estarían relacionadas a un pensar situado en el NOA como una manifestación de un compromiso vital que muchas veces adquiriría el carácter de Misión. Esta misión consistiría en resolver el dilema: el divorcio entre lo que pasa en la Universidad y la vida de la gente. Se trataría de acercar y de encontrar un lenguaje común a estas dos racionalidades contrapuestas, motivo de la incomprensión entre los académicos y el pueblo. En efecto, se señaló que el ideal de la Ilustración, la universalidad de la razón, no ha podido ser realizada porque el mismo ha impedido comprender que todo pensamiento se desarrolla en una tradición, en un suelo histórico, desde donde parte todo pensamiento y práctica. Aquí apareció una nueva oposición: la Ilustración y la Universalización de la razón vis-a-vis el pensamiento anclado en una tradición, provincial y regional, que permitiría a los pobladores del NOA afirmarse como sujetos. Esta voluntad de autoafirmación sería aquello que posibilitaría -según los panelistas- superar la situación conflictiva del pensar. Dos de los filósofos santiagueños, Auat y Carrereas, acordaron gran importancia a la política como momento que integra la responsabilidad del pensar y la acción. Se trataría de volver al sujeto regional tal como lo planteara Canal Feijóo. Esto abriría el camino para un pensar vivo y situado lejos de una academicismo estéril. Esta valoración del hombre de la región, de la élite y de su pueblo en la línea de los valores humanistas y espirituales los situaría frente al desafío de construir un proyecto de Nación, al que consideraron inconcluso.

Las propuestas coincidentes de estos estudiosos fueron: la necesidad de refundar el país mediante una planificación en todos los órdenes que tuviese en cuenta la participación activa del interior argentino. El elemento articulador sería la región y la unión de las provincias lo que permitiría su fortalecimiento. Se trata, afirmaron, de tomar la gesta dejada por Canal Feijóo como un camino a seguir, superando algunos límites y lagunas en su pensamiento.

La Historia

El historiador tucumano, Dr. Ramón Leoni Pinto, comenzó su disertación afirmando que el planteo en relación a la cultura del aborigen es ambiguo en Canal Feijóo. Presentó las dos líneas historiográficas posibles de deducir de su pensamiento. La primera afirma que el español llega a ocupar un espacio vacío, como si el indígena no fuera dueño de su tierra, como si hubiese "bajado los brazos". Siguiendo esta interpretación su respeto por el aborigen se reduce a la admiración por la plástica y por la capacidad que muestra en su adaptación al medio. La segunda línea historiográfica, expresada en trabajos relacionados a costumbres, mitos y tonadas considera importante la presencia indígena en un espacio ocupado por una cultura de la cual la lengua quichua, expresión de la dominación incaica, es hasta hoy vigente y paradigmática.

Sin embargo, según este historiador Canal no defendió un indigenismo excluyente ni es un crítico hispanista a ultranza; trató de encontrar un equilibrio entre ambos. Aunque en todas sus obras está presente el indígena, el tucumano advirtió un cambio ideológico en la última producción de Canal Feijóo que expresaría una revalorización de la cultura indígena y de su relación con el paisaje. Según este historiador, en la obra de Canal Feijóo se advierte la presencia del aborigen manifestándose en lo hispánico que aparece como lo dominante, que surge y se mantiene en una lucha que no ha encontrado aún su catarsis. Es decir, que en todas las manifestaciones culturales convivirían las dos influencias: la del indio y la del español, sin lograr algo en común predominando lo hispánico pero estando subyacente lo indígena.

Esta posición del historiador tucumano lo enfrentó al filósofo Gaspar Risco Fernández que afirmó la integración completa y sin conflicto de lo indígena a lo hispánico..

Estas dos líneas historiográficas serían centrales para plantear algunas de las discusiones más serias que han tenido lugar en la Historia Argentina y sus argumentaciones serían fundamentales para comprender problemas relacionados a la identidad nacional.

Otro problema histórico que resaltó este historiador es la oposición del Atlántico vis-a-vis del Pacífico, una visión geopolítica contrapuesta. También incursionó en la oposición entre la Nación, Alberdi y el pensamiento constitucional, y el Interior, coincidiendo con los filósofos en que la idea de Nación de Alberdi era una idea utópica, era una idea de creación. La noción que se contrapone a ésta, afirmó, es la idea de Renan, la idea romántica de Nación que surge como un elemento constitutivo de ese pasado que va construyendo el presente. La Nación, según el expositor, no es una ruptura, un cambio como lo fue para Alberdi que cambió la matriz del país, dio la espalda al interior haciéndolo portuario y cambiando la masa de la población. Para Alberdi la imagen de Nación es un enjambre de abejas volando y así justifica toda la estructura del esquema sociológico constitucional que él mismo creó.

La Sociología

Los dos sociólogos santiagueños, Carlos Zurita y Alberto Tasso, presentaron una interpretación bastante diferente, sobre todo, a la de los filósofos. Adscriptos a tradiciones y genealogías distintas a las de la región, ambos se formaron en Buenos Aires y a pesar de tener contactos con los académicos de la región, su radio de acción excede los límites de la misma.

El Profesor Zurita señaló la limitación de los aportes de Canal Feijóo al pensamiento sociológico propiamente dicho, en cambio, le parecieron importantes los conceptos de regionalización, planificación, etc. y planteó la necesidad de incorporar nuevos conceptos a situaciones nuevas tales como las de realidades supranacionales, los contextos de posmodernidad y globalización y la necesidad de adaptarlas a éstos para que el NOA se transforme en una región viable en la República Argentina.

Este mismo sociólogo hizo una afirmación provocativa para el resto del panel diciendo que los mejores años para la Argentina habrían sido los transcurridos entre 1880-1930. Durante aquel período en Santiago del Estero, dos preclaros personajes tuvieron un papel relevante: al comienzo del ciclo, Absalón Rojas, gobernador de esta provincia, propulsor de la modernización y al final del mismo Canal Feijóo "porque Canal Feijóo no es sino un epígono del pensamiento de la generación del '80", situándolo así como perteneciendo a esta generación, caracterizada por: sus ideales modernizadores, la consolidación del Estado-Nación con epicentro en Buenos Aires, la ideología liberal, la Ilustración y el progreso; interpretando así, el pensamiento del propio Canal Feijóo de forma diametralmente opuesta a la de los otros panelistas. En relación a la idea de progreso este catedrático afirmó que no toda forma de progreso fue rechazada por el ilustre santiagueño sino sólo aquél que fue engendrado desde afuera promoviendo la industria forestal y un determinado trazado del ferrocarril que condenaba a la muerte a los pueblos históricos de la provincia en beneficio del puerto de Buenos Aires, lugar estratégico de salida de los productos argentinos hacia Europa.

El otro panelista sociólogo, el Profesor Tasso, centró su disertación no tanto en saber qué dijo B. Canal Feijóo sino en porqué lo dijo. Para responder a esta pregunta siguió el decurso de su formación y la época que le tocó vivir. De profesión abogado, siempre gozó de prestigio no sólo por su prolífera producción sino también por la formación de grupos, la articulación de empresas culturales, la vida dentro de las instituciones. Canal Feijóo fue interlocutor de los más grandes pensadores y estudiosos porteños de la época. En todo ello, habría sido clara la impronta dada por su origen de clase. En efecto, este notable escritor según la interpretación que hizo este sociólogo nació en una "cuna de oro", en un estrato aristocrático que se reflejó tanto en la conducta intelectual como en el legado de sus obras.

La pregunta que el orador se formuló fue ¿"Cuál es la impronta que la condición social deja en un escrito de una provincia mediterránea y periférica que arrastra el síndrome de la marginalidad desde hace casi tres siglos ?".

Según su análisis, esta concepción de la realidad y de la cultura de su provincia, en el marco de la nación, lo condujo a enfatizar la condición provinciana, devaluada y despontenciada que presentaba el Santiago del Estero de aquella época, erigiéndose en observador de la condición económica y social del país, que asignaba un papel secundario a su provincia mediterránea, reservando un rol decisivo, central, articulador y creativo a Buenos Aires. Así, el tema principal, abordado por todos los panelista y también por éste, fue la forma en que se realizó la fundación de la Argentina moderna, basada en el proyecto de Alberdi que asignaba un carácter formal al proyecto constitucional, olvidando el sustrato geográfico y la raza preexistente.

Hasta aquí, la presentación que hizo el académico de la oposición entre Nación y Provincia no difirió demasiado de la interpretación hecha por los otros expositores. Sin embargo, señaló que en el análisis del siglo XIX y del polémico tema acerca de la apertura a la civilización europea, Canal Feijóo consideró que este proceso tuvo lugar en un momento particular del mundo occidental y que no hubo otra alternativa más que seguirlo. Lo contrario "es decir, la proposición heroica (de rechazarlo), hubiese sido en ese siglo mortalmente estéril, acaso ridícula y desde luego anacrónica". Esta interesante interpretación planteó una nueva oposición en el discurso Nación vis-a-vis Europa. A pesar de este reconocimiento, Canal Feijóo habría propuesto una inversión casi copernicana de los términos: el centro fundante estaría en la provincia y sería una deformación asignar un rol hegemónico a Buenos Aires.

El reconocimiento del fracaso de la promesa fundacional, la hegemonía regional primitiva, la primera ciudad fundada en el país y posteriormente, en el período de la organización nacional, la postergación y el retraso que acaeció en la provincia, fue una constatación y un lugar común de casi todas las reflexiones de las jornadas.

La Crítica Literaria

La presentación de la ponencia del literato tucumano, Octavio Corvalán, el biógrafo más importante de Canal Feijóo no puedo hacerla porque no llegó a mis manos en tiempo deseado ni la grabación ni el escrito de la misma. Por lo tanto, me referiré sólo al crítico literario santiagueño, José Andrés Rivas, de procedencia porteña. Comenzó su exposición poniendo de relieve la multiplicidad de facetas, de temas abordados y la riqueza del pensamiento de Canal Feijóo, a quien definió como un escritor insatisfecho, un antropólogo que estudió al hombre para comprenderse a sí mismo, un ensayista de la envergadura de Sarmiento, Mallea y Lugones. Gran pensador de la realidad hispanoamericana como Octavio Paz en México y Mariátegui en Perú y cuyas preguntas fundamentales fueron ¿de dónde venimos y hacía dónde vamos?.

Se abocó a exponer la poesía y el teatro de Canal Feijóo a quien definió como un escritor vanguardista de la talla de Borges y Neruda y como un renovador por excelencia, multifacético, abordando temas como el deporte, el tiempo, la fugacidad de la vida, el sentir que estamos de paso, la angustia del hombre que se resiste a morir, la implicación del ingreso de las multitudes motivada por la migración, retratista e indagador de la vida cotidiana, frecuentador de ceremonias, bares y confiterías buscando con ese espíritu de "sospecha" que lo caracterizó, la realidad americana regional y provincial, expresando a través de figuras representativas la angustia y el drama de su provincia y del hombre santiagueño.

SIGNIFICADOS DEL DEBATE

En este punto me propongo presentar el contexto histórico de estos debates. La constitución del Estado-Nación como forma de organización política, económica y social dominante del mundo moderno no deriva de comunidades culturales preexistentes sino de la creación de aparatos burocráticos centralizados para la acumulación de capital (mediante la recaudación impositiva, el cobro de derecho aduanero), la guerra, el ejercicio de la coerción interna (FF.AA. y la policía)12 .

Estos procesos necesitaron de la constitución de una misma matriz témpero- espacial, la Nación donde formaciones políticas y culturalmente diversas y hasta entonces independientes pudieran percibirse unitariamente bajo un mismo gobierno y una misma legislación. La creación de esta matriz implicó reivindicar cierta continuidad histórica, cultural y territorial "en el marco del poder político"13 . Sólo así los nuevos ciudadanos en el caso que nos ocupa argentinos, porteños, correntinos, santiagueños y tucumanos podrían imaginarse como miembros de una comunidad política.14 Esto implica reconocer que el estado desempeña un papel directriz en la generación del sentimiento de pertenencia a la Nación 15 . A través de sus agentes nacionalizadores - la iglesia, la escuela, la burocracia y las fuerzas armadas16 , y un papel contrastante en el surgimiento de otras pertenencias (definidas como religiosas, raciales, étnicas o lingüísticas). Por eso, la presencia del estado no asegura sentidos uniformes ni al interior de sus instituciones, ni de la sociedad. La "ficción" de la unidad no está dada ni se impone automática y coercitivamente, sino que debe ser reproducida de manera constante.

La mayoría de los estados modernos se han afirmado en la contigüidad territorial como un principio de nucleamiento interno y de diferenciación externa. Al interior de la fronteras el estado afirma el gobierno sobre sus habitantes, calificados diferencial o igualitariamente como individuos, ciudadanos, pueblos, etc.. Para imponer su régimen los estados adoptan criterios diversos para su organización jurídico - política territorial - "departamentos", "estados", "gobernaciones", "provincias", donde cada parte es asignada con rangos y poderes distintos según sea la organización de la totalidad nacional - centralista, confederal, federativa etc. Esta organización interna, que resulta de procesos histórico-sociales específicos, es como otras formas de clasificación de naturaleza cultural17 . Así las naciones, deben generar la ficción de que la pertenencia a la unidad mayor es irreflexiva, primordial, ahistórica y homogénea y por lo tanto superadora de las pertenencias locales, regionales y religiosas. Pero para que el imperio del estado nacional sea efectivo debe contar con el acuerdo de las partes, es decir, con la convicción de sus habitantes de que participan de la unidad mayor desde los ámbitos sub-nacionales. Pero esto suscita una tensión inherente a la pluralidad de dichas pertenencias que son a la vez culturales y políticas, y por consiguiente se expresan y dirimen entre el estado y la sociedad18 .

Para el caso argentino, nos podemos preguntar ¿por qué aparecen las "provincias" y no otras pertenencias raciales, étnicas o religiosas - como los contendientes más firmes pero a la vez más constitutivas de la Nación?. La literatura histórica responde a esta pregunta parcialmente tratando a la provincia como entidad jurídico - política.

Según su acepción contemporánea la "provincia denota la parte de un todo mayor. Sin embargo la primera denominación admitida en la historiografía argentina refiere a una unión igualitaria: "Provincias Unidas del Río de la Plata". Si para la historiografía oficial escolar la Nación surgió con el grito autonómico de Bs.As. en 1810 y se confirmó con El Congreso de Tucumán de 1816, las provincias habían ingresado a ella como herederas del legado español en las nuevas tierras soberanas19 .

Otros autores sostienen que en el período 1810-1853 sólo hubo débiles alianzas entre "provincias" que continuaban en su ambigua condición de estados libres e independientes, pero a la vez incapaces de una total soberanía, y que la República Argentina nació con la centralización administrativa, política, económica y militar del estado con asiento en Buenos Aires, entre 1853 y 1880. Las provincias habrían preexistido a la Nación, tal como lo demuestran las diversas facultades de que disponían - justicia, finanzas públicas, comercio exterior, relaciones interprovinciales, ejercicio del patronato y organización de la enseñanza20 - que el poder central pudo arrebatar en el curso de una larga disputa.

El primer período de vida independiente 1810-1825 significó un profundo reacomodamiento territorial y político. Las ficciones provinciales comenzaron en 1810 en las ex-intendencias, de Buenos Aires, Córdoba de Tucumán y Salta de Tucumán, debido según San Martino de Dromi, a "razones de buen gobierno y un intenso sentimiento localista de cada ciudad territorial".

En estos "localismos" estribaría la difícil evolución hacia la Constitución Nacional de 1853, inspirada en el programa político de Las Bases de Juan Bautista Alberdi, un nativo de la ciudad de San Miguel de Tucumán, y el establecimiento de un gobierno republicano, representativo y federal, que imponía su autoridad sobre un espacio escindido internamente por el desequilibrio regional entre el puerto y el interior. La Constitución instauraba una autoridad presidencial y un poder ejecutivo "Con plena capacidad para ejercer en todo el territorio el monopolio de la coacción física y el monopolio de los recursos fiscales. Para lo primero (se instrumentó) ... el estado de sitio y la intervención federal. Para realizar el segundo cometido era necesario que el gobierno federal controlase los recursos de la aduana de la Provincia de Buenos Aires"21 .

Además, paralelamente a la centralización estatal y la creación de las instituciones nacionales modernas tuvieron lugar entre la Batalla de Pavón en 1861 y 1880 tres gestiones presidenciales decisivas para la conformación de la nacionalidad argentina. Las gestiones del historiador y militar porteño Bartolomé Mitre (1862-1868), el sanjuanino escritor, educador y estadista Domingo F. Sarmiento (1868-1874) y el tucumano Nicolás Avellaneda (1874-1880), promotor de la inmigración y colonización europea en la Argentina, contribuyeron decisivamente a la nacionalidad argentina a través de los héroes de la independencia22 , los símbolos patrios y la lengua castellana. Para ello sería menester crear las instituciones modernas propagadoras de esta nueva religión civil: el sistema escolar, el universitario, y más tarde la conscripción (1901).

Así, para 1880 se completaba la formación del estado federal, se habían reducido las últimas rebeliones provinciales y a sus jefes, se expandían las tierras pampeanas hacia el sur y el oeste desterrando las poblaciones indígenas en la llamada "Campaña del Desierto" que condujo el General y luego presidente Julio Argentino Roca, otro tucumano.

Esta apretada síntesis permite entrever el papel que jugaron las provincias en el desarrollo de la Nación, un papel que no es ni homogéneo, ni siempre contrapuesto al poder centralista de la ciudad-puerto.

En relación a Santiago del Estero y a la provincia de Tucumán, por tratarse de un origen casi afín marcado por su proximidad, trataré de presentarlas conjuntamente.

Al momento del arribo español, ambas se encontraban densamente pobladas por culturas sedentarias, agro-alfareras y de amplia preparación estratégico-militar, aunque los españoles que llegaron a la región desde el Perú, bastión hispánico en Sudamérica, describían su misión como de "conquista" y "poblamiento". La primera expedición fue conducida por Diego de Rojas en 1542, quien se dirigió a la provincia de "Tucumán".

Tras la muerte de Rojas, sus sucesores regresaron al Perú sin concretar la misión. En 1548 se comisionó para reiniciar la tarea a Juan Nuñez del Prado, quien en 1550 fundó la ciudad de "Barco", en el actual territorio provincial tucumano. Barco sufrió sucesivos traslados, hasta que en 1552 emplazó "Barco III" sobre el río del Estero23 . En 1553 Francisco de Aguirre, enviado desde la Capitanía de Chile, decidió trasladarla nuevamente debido a las inundaciones fluviales, a sólo un kilometro y medio del asentamiento anterior. Este traslado implicó, además, la redenominación de la ciudad como Santiago del Estero, "considerada por los argentinos como la primera fundación de su actual territorio".

En 1563, por Real Cédula de Felipe II se creó la "Gobernación del Tucumán, Juríes y Diaguitas", cuya capital y sede del Obispado, Santiago del Estero, dependía del Virreynato del Perú en lo administrativo-político y de la Audiencia de Charcas en lo judicial. Santiago del Estero se constituyó, desde entonces, en sede de la educación laica y religiosa, pero además en el punto de partida para nuevas conquistas y "poblamientos" o fundaciones. Por eso Santiago fue apodada "Madre de Ciudades" y lo fue de Córdoba (1573), Salta (1582), La Rioja (1591), Jujuy (1593) y Catamarca (1683), 24 y en primer lugar, de su futura gran competidora en lo económico, político y cultural, San Miguel de Tucumán (1565), que a excepción de Córdoba constituye lo que se denomina la Región del Noroeste Argentino. Sin embargo, en 1699, la precariedad de Santiago asediada por las inundaciones y el suelo salitroso, provocó el traslado del Obispado a Córdoba, una de las "ciudades-hijas", perdiendo así su hegemonía religiosa y educativa con el desplazamiento de la "escuela de primeras letras", a cargo de las Ordenes Jesuita y Franciscana.25 Entre tanto, San Miguel de Tucumán se fortalecía con la afluencia de hacendados, comerciantes en la ruta hacia el Potosí, y encomenderos de indios. La región se transformó, durante el siglo XVII en campo de batalla, lucha de la que formaban parte indígenas lules, tonocotes, quilmes y diaguitas26 . Para el siglo XVIII la zona había sido "pacificada" gracias a la deportación y el exterminio. Este recorrido suscinto y algo esquemático revela un interés por la conformación de "las provincias" en tanto que unidad jurídico-política. Lo que el pensamiento de Canal Feijóo aspira a contribuir es dar una mayor entidad teórica y empírica a otra dimensión, esa dimensión por la cual las provincias se transformaron en realidades capaces de expresar particularismos, de marcar centros y periferias y afirmar o desafiar la continuidad cultural, temporal y espacial de la Nación Argentina. Estas expresiones culturales y sociales, aunque a veces se afirme lo contrario, no son el producto de una transformación endógena, de esencias prístinas y originarias, como en las teorías sustancialista de la identidad, sino de relaciones sociales, políticas y económicas de alcance regional, nacional e internacional de los cuales los productores de cultura nacionales y locales fueron sus más notorios artífices. Los poderes federales, regionales, provinciales y locales convirtieron a las provincias en las unidades significativas, a través de las cuales inventar, negociar y dirimir las políticas culturales, económicas y sociales en la Argentina 27 .

Yo espero que esto permita situar y comprender la obra y personalidad de Canal Feijóo y los contenidos discursivos de los académicos presentes en estas Jornadas.

¿ POR QUÉ CONSIDERO LAS JORNADAS SOBRE EL PENSAMIENTO DE CANAL FEIJÓO COMO UN RITUAL?

El 16 de diciembre de 1993, en Santiago del Estero, sucedió un hecho social y político trascendente. La noticia se expandió por todo el mundo en pocos segundos. La CNN daba cuenta de lo sucedido.

La insurrección o rebelión del pueblo santiagueño, sin líderes o conductores visibles, culminó con el incendio de las sedes donde funcionaban los tres poderes, pilares del sistema republicano: El Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Además, se incendiaron y saquearon casas de funcionarios, repartiendo luego el botín entre los pobladores de los barrios carenciados: botellas de champagne, sombreros y trajes lujosos, enseres domésticos de última generación pasaron a integrar los nuevos bienes de sus habitantes El pueblo estaba harto de la clase política, de la corrupción, de la falta de pago de salarios a término, de interminables huelgas de docentes y empleados administrativos, de servicios de salud deficientes y de una justicia dependiente del poder político. Estas fueron algunas de las razones que llevaron a este punto de inflexión en la sociedad, marcando un antes y un después en la vida de los santiagueños.

La provincia de Santiago del Estero en particular y las que integran el NOA en general, son de las más pobres del país: altos índices de mortalidad infantil, analfabetismo, carencias de servicios elementales de salud, vivienda, desnutrición, son algunos de los indicadores que dan cuenta de su situación. A esto se agrega que Santiago del Estero es una de las provincias más expulsora de población en edad económicamente activa, sobre todo, hacia el conurbano de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, lo que resulta sorprendente del 16 de diciembre es la magnitud del escarmiento que pretendió dar ese pueblo sumergido a su clase dirigente.

En ese clima de desconcierto, desazón y desorientación había que reconstruir un nuevo Ethos cultural que hiciera viable la convivencia social.

Los primeros intentos para normalizar la situación provinieron del gobierno nacional, quien inmediatamente intervino la provincia y la inundó de cordobeses y porteños.

Frente a este colapso político-institucional y social, en febrero de 1994, se creó una agrupación política de origen y alcance provincial, con un discurso y una propuesta basada en la recuperación de la ética y los valores. Los mentores de "Memoria y Participación", un nombre cargado de significaciones, en ese momento, provenían de sectores progresistas de la Iglesia Católica, con algunas reminiscencias de la Teología de la Liberación o de las Comunidades Eclesiásticas de Base. Algunos de los dirigentes eran sacerdotes, ex-sacerdotes y gente ligada a la Iglesia.

Posteriormente, el juego de alianzas políticas los llevó a unirse con sectores identificados con la izquierda tradicional: partido comunista, socialista, etc..

Dos de los filósofos santiagueños expositores en estas Jornadas estuvieron en los comienzos de esta organización política.

En Marzo de 1994 se realizaron elecciones nacionales para elegir convencionales constituyentes con el objeto de reformar la Constitución Nacional. "Memoria y Participación", presentó por primera vez su lista de candidatos e hizo una muy buena elección.

Este es el contexto político-institucional que precedió a las Jornadas sobre Canal Feijóo.

En octubre de 1995, habrían nuevas elecciones, esta vez para elegir gobernador de la provincia, después del largo período de intervención nacional. El candidato a Gobernador por la nueva agrupación sería uno de los filósofos organizadores del evento.

La sucesión de estos hechos políticos, el vacío cultural e institucional-jurídico justificaba apelar a un pensador paradigmático y arquetípico, de autoridad moral e intelectual indiscutible - para al decir de Hobsbawm - "inventar la tradición".

Los debates de las Jornadas trataron temas cruciales y vitales para los santiagueños: su relación con la Nación, Europa y la Civilización, su pasado indígena y español su cultura mestiza, el espacio lleno/vacío, la generación del '80 y el proceso de modernización, y a pesar de que la interpretaciones, en muchos casos, no fueron coincidentes, todos acordaron a través de la personalidad y obra del ilustre convocante, sobre la originalidad, la autenticidad y la riqueza de su pensamiento. Un pensamiento que todos reconocieron estaba anclado en la provincia; una provincia que conoció durante la Colonia épocas de gloria y esplendor, que luego los procesos históricos transformaron en épocas de decadencia y marginalidad.

Los sucesos recientes fueron la culminación de su infortunio. Sin embargo, era posible recuperar un Ethos espiritual y cultural para esa provincia, rescatando del olvido y de la muerte a uno de los padres fundadores de la santiagueñidad.

Este ritual permitió por un lado reconstruir la personalidad social, - al decir de Marcel Mauss - y por el otro transformar en orgullo y arrogancia la humillación de los santiagueños.

Notas

1 -Bernardo Canal Feijoó, nació en Santiago del Estero en 1897 y falleció en Bs. As. en 1982. Abogado, ensayista y dramaturgo, fue autor de obras sustantivas en la indagación de la realidad nacional, como De la Estructura mediterránea argentina, Teoría de la ciudad argentina, Constitución y revolución, Burla , credo y culpa en la creación anónima, Ensayo sobre la expresión popular argentina en Santiago del Estero, entre otras. Fue fundador del grupo cultural "La Brasa" (1925- 1947), que reunió a los más nombrados intelectuales santiagueños de la época, organizador del IPINOA (Instituto de Planificación Integral del Noroeste Argentino), integrante de la Revista Sur, Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de la Plata, Secretario de Cultura de la Universidad de Bs. As. y Presidente de la Academia Argentina de Letras.

2 - Este trabajo forma parte de un Proyecto de investigación titulado "Tucumanos y Santiagueños. Los provincialismos entre la etnicidad y la Nación" que integro junto a los antropólogos Carlos Kuz y Patricia Arenas y que dirige Rosana Guber.

3 - Panelistas: Auat, Alejandro (UNSE);Carreras, Gustavo (UNSE); Corvalan, Octavio (UNT); Herrera, Liliana (Profesorado Letras, Santiago del Estero); Leoni Pinto, Ramón (UNT); Risco Fernandez, Gaspar(UNT); Rivas, José A.(UNSE); Tasso, Alberto (UNSE); Zurita, Carlos V. (UNSE).

4 - Verdery, K. ,1991.

5 - Verdery, K.,1991.

6 - Guber, Roxana, 1996..

7 - Turner, Victor, 1967.

8 - Voguel, Arno. Seminario dictado en la Maestría de Antropología social en Misiones en 1996.

9 - Hobsbawm, Eric. and Ranger, 1983.

10 - Hobsbawm , Eric. and Ranger, 1983.

11 - Debo agradecer la buena disposición y generosidad de uno de los profesores organizadores que me facilitó las grabaciones de las casi totalidad de las ponencias. Agradezco también a los otros colegas con quienes tuve conversaciones e intercambios que me ayudaron a aclarar y avanzar en el trabajo.

12 - Tilly, 1993.

13 - Trouillot, 1990.

14 - Anderson, 1983.

15 - Verdery, 1991.

16 - Hobsbawm E., 1990 y Hosbawn and Ranger, 1983 17 - Durhkeim y Mauss., 1971.

18 - Verdery, K. ,1983.

19 - Para José María Rosa, por ejemplo, el derecho provincial surgido "espontáneamente" a partir de 1820 es una expresión del "derecho argentino nacido de las modalidades comunales y elaborado a través de años de vida provinciana". Rosa 1973.

20 - Chiaramonte, 1993.

21 - Botana, 1993.

22 - Shumway Nicolás, 1971.

23 - Bazán, 1995.

24 - Bazán, 1995.

25 - Alen Lascano, 1970, Bazán 1995.

26 - Bazán 1986.

27 - Rosana Guber . Proyecto de investigación sobre "Los provincialismo tucumanos y santiagueños", 1996.

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