V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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V Congreso Argentino de Antropología Social/ La Plata. 1997

"Demanda y reconocimiento en el campo de lo barrial. La configuración de los barrios populares en la ciudad de Salta".

Autor: Jorge Fernando Pantaleón. Universidad Nacional de Salta.

Area Temática: Antropología Urbana

La presente ponencia tiene por meta descifrar las formas en que en la ciudad de Salta se produjo la creación de unidades socialmente reconocidas como barrios populares, sobre todo durante los últimos quince años.1 Si se apela a una definición primigenia que ofrece cualquier diccionario, tal como "Cada una de las partes en las que se divide un pueblo grande o un distrito"2, es fácil presumir que hablar de este tema se trate de una mera tarea mensuradora. Lo cierto es que además de esta cualidad inclusiva en un todo, -cualidad que emerge de un primer intento de precisión-, existe una serie de operaciones sociales para que la idea de inclusión tenga la eficacia social que la transforme en una realidad tangible.

El surgimiento y prescencia de los barrios populares muestran cabalmente este cruce que se da entre una dimensión físico administrativa de carácter público, con otra relacionada a estrategias de creación y constitución de lo oficial, estas últimas menos visibles a lo público.

Si bien se entiende que los barrios de una ciudad tienen la capacidad de demarcar físicamente sino tambien de cristalizar las diferencias sociales de sus habitantes, los barrios son además objetos que muestran el esfuerzo de determinadas franjas poblacionales por hacer más estrecha aquella diferencia desigual.

Barrios populares, demanda y gestión.

La hipótesis de trabajo general es que el surgimiento y establecimiento de los barrios populares se dan bajo un conjunto de estrategias práctica, que muestran un conjunto de relaciones establecidas entre los demandantes, con instituciones políticas, jurídicas, gubernamentales y no gubernamentales.

En la ciudad de Salta, se fue dando sobre todo a partir de los últimos quince años un estado de necesidad producido por desigualdades socioeconómicas, que entre otras cosas genreró un déficit habitacional. La población que hizo mella en este proceso, se encuentra pues bajo un fuerte condicionamiento. Sin embargo, se producen a partir de esta situación un conjunto de salidas. Estas soluciones -observadas muchas veces por los cientistas sociales como de carácter "ad hoc" o "provisorias" -entre las que se encuentra la ocupación del suelo urbano y la conformación de unidades barriales, no son invenciones surgidas del ingenio estratégico que los sectores populares ante miles de opciones, ni tampoco productos que "necesariamente" están sumidos a una lógica socioeconómica ineluctable.

El hecho de que los sectores populares no aparezcan como creadores tácticos de los barrios, permite consecuentemente validar dos puntos. Uno, es descentrar como grupo protagonista a los sectores populares en el hacer de los barrios populares. Se entiende aquí, pues, que las estrategias de conformación barrial vinculan el accionar de diversos agentes sociales pertenecientes a distintas esferas. Estos agentes han de conformar lo que se ha de llamar el campo de lo barrial; es decir el conjunto de instituciones -estatales, privadas, y no gubernamentales-, representaciones, acciones, que hacen eficaz y legitima lo que se entiende socialmente por barrio popular. El otro punto implica una doble desustancialización. La primera, acaso más evidente, consiste en como se dijo, no dar por hecha la existencia -naturalizada- de los barrios como meros espacios físicos. La segunda, acaso más dificultosa de emprender y por lo tanto más necesaria, es de no dar por supuesto a los "sectores populares". Es decir que no solo los procesos de conformación atañen a los "objetos" -como en este caso los barrios- sino tambien a los "sujetos" -los individuos que se van construyendo e identificando como grupos reales-, y que por lo mismo se conforman imbricadamente.

De asentamiento a barrio

Si bien hasta el momento no se ha hecho una distinción conceptual entre estas dos categorizaciones, se hace necesaria una primera diferenciación para comprender la ligazón que las une.

Se entiende por asentamientos urbanos a las ocupaciones realizadas por pobladores, en virtud de una serie de factores característicos, como lo son la organización y la planificación de la instalación, la motivación a partir de una carencia de un espacio doméstico propio, y la instalación masiva en cortos períodos de tiempo. En términos jurídicos son distinguibles como "ocupaciones ilegales", ya que la ley destaca el carácter de invasión e intrusión al suelo estatal o privado, opuesto a la forma de adquisición por compra.

La distinción entre asentamiento y barrio, es fundamentalmente la distinción social que conlleva un categoría respecto de la otra. Es por lo tanto menester tratarlas como categorías sociales de enclasamiento. Es decir éstas son producidas y reproducidas dentro de los contextos que conforman campos de pertinencia que hace creíble la delimitación arbitraria de grupos, sectores y agentes sociales. Dentro de este campo, la categoría asentamiento tiene un menor valor simbólico de posicionamiento que la categoría barrio, ya que esta última categoría implica un acto de reconocimiento social como unidad legítima, de base territorial.

Es por ello que a pesar de que los grupos definidos administrativa y jurídicamente como asentamientos u ocupaciones, luchan contra esta clasificación, autocategorizándose como barrios con nombres propios.3 Actualmente la ciudad de Salta está delimitada ciento cincuenta y un barrios, de los cuales cincuenta son categorizados como asentamientos. De estos últimos, la mayoría ha surgido en los últimos quince años. Vale acotar que a pesar de que domialmente aparecen como asentamientos todos las unidades que se a continuación se ennumeran, se autodefinen como barrios .Ellos son: 1.SOLIZ PIZARRO .Sobre terreno privado (P)
2.ALTA TESION Sobre terrenos fiscales provincial (F)
3.OLIVOS (P) 4.ISLA SOLEDAD (P) 5.PALMERAS I,II y IV
6.SAN RAMON (P) 7.PALERMO I, II y III (P) 8.ALTO LA VINA (P)
9.PUERTO ARGENTINO (F) 10.LOS PROFESIONALES (P/F)
11.LAS COSTAS (F) 12.PALMERAS III y V (P)
13.MARTIN MIGUEL DE GUEMES (F) 14.ISLAS MALVINAS (COOPERATIVA PRIVADA) 15.SAN SILVESTRE (P/F) 16.CIRCUNVALACION I,II (F)
17.SAN CAYETANO (F) 18.LA TRADICION (COOP. PRIV.)
19.17 DE SETIEMBRE (P) 20.JUAN MANUEL DE ROSAS (P)
21.MIGUEL RAGONE (P) 22.JUAN PABLO II (P) 23.17 DE OCTUBRE (P)
24.UNION (P) 25.1ro. MAYO (P) 26.UNIVERSITARIO 27.CANILLITAS (P)
28.SAN LUCAS (P) 29.TORINO (P) 30.AUTODROMO (P)
31.CONSTITUCION (F) 32.JARDIN (F) 33.FLORESTA (P)
34.DON CEFERINO (F) 35.ALEM (F) 36.16 DE SETIEMBRE (F)
37.JUANITA (F) 38.EL MILAGRO (F) 39.JUANITA (F) 40.EL MILAGRO (F)
41.LAVALLLE (F) 42.JAIME DAVALOS (F) 43.APOLINARIO SARAVIA (F)
44.MANANTIAL SUR (F) 45.26 DE MARZO (P) 46.2 DE ABRIL (P)
47.CALCHAQUI (F) 48.SANTA CLARA DE ASIS (F) 49.VIRGEN DEL ROSARIO DE SAN NICOLAS 50. ROBERTO ROMERO.

Una vez detectados, se relevó la cobertura de infraestructura y servicios urbanos para cada asentamiento 4. Luego se agruparon los valores de los porcentajes por zonas - en este caso norte, sur, este y oeste-, obteniendo los siguientes valores.

CUADRO 1: COBERTURA DE INFRAESTRUCTURA Y SERVICIOS URBANOS DE ASENTAMIENTOS DE LA CIUDAD DE SALTA.

    ZONA
Cob.Infr.(%) Cob.Servic (%) Infr./Serv (%) NORTE 31,4 60 45,7 SUR 27,5 70 48,7 ESTE 20 60 40 OESTE 18,8 42,2 30,6 TOTALES (%) 24,5 58,1 41,2
Lo que muestran estos valores es que los asentamientos de la ciudad de Salta, poseen casi un poco menos de la mitad de cobertura y servicios urbanos, lo cual puede enterderse bajo una doble óptica. Aparece como un valor significativo en la medida que se sabe que son unidades territoriales sin regularizar totalmente su situación dominial. Se podría ver como que "han conseguido bastante" desde esta situación no enteramente legalizada. Pero si desglosamos los datos y los conjugamos con otros vemos que barrios como Villa Asunción o Villa Costanera que tienen más de veinte años, ocupan el rango de ocupaciones y como tales no han podido lograr una cobertura satisfactoria. Además se observa que lo que hace a lo más básico para la reproduccción social de un núcleo habitacional, que es lo que corresponde a la infraestructura urbana, muestra solo menos de un cuarto de cobertura.

Proceso de creación de barrio: demanda y agentes.

Se entiende aquí que la constitución de los barrios populares, activan por un lado, un conjunto de prácticas de demanda, relacionado a los sectores populares con el estado, y con los partidos políticos. Es en estas prácticas, que se generan agentes específicos que actúan en nombre de los grupos demandantes y los instituyen. Se habla en este caso de los dirigentes vecinales, de los funcionarios públicos y los políticos de partido.5 Se observará cómo se relacionan estos agentes en las formas de creación de los barrios.

La mayoría de los asentamientos que se han conformado en el período 1986-96 han tenido un modo similar de conformación. Se comienza con un grupo reducido de personas que buscan alguna información sobre terrenos pasibles de ser ocupados. Esta información tradicionalmente proviene de tres entes: la oficina de Inmuebles de la Provincia, y los dos más recientes, oficializados como los especializados en tratar las ocupaciones de tierra, como lo fue el ente de Tierras Fiscales, y el actualmente en ejercicio Programa Familia Propietaria. Lo interesante de ver es que estos entes estatales creados para regular, ordenar el fenómeno de las ocupaciones, se convierten siempre paralelamente en generadores discrecionales de información para que surgan nuevas ocupaciones. A pesar de ser bocas institucionalizadas de información, el origen de ésta tambien está en los círculos de políticos-funcionarios (generalmente de jerarquía) de otras áreas de gobierno, quienes saben que conocer qué terrenos son fiscales y pasibles de ser ocupados, es un capital de alto valor a la hora de ofertar recursos.

Este paso constituye una primera ligazón entre quienes se van conformando como encabezadores de la ocupación y la institucionalidad oficial y para-oficial. La moneda de cambio de este enlace es comose dijo, la información de la localización de la tierra.

Una vez comprobada la veracidad y certeza del dato, una persona o un grupo pequeño, convoca a un grupo mayor, que generalmente son habitantes de barrios próximos a la zona de ocupación. Es entonces que de un primer vínculo entre el dirigente con las instituciones públicas, surge un segundo vínculo que es el generado entre el dirigente y el grupo a asentarse, al cual se le muestra como su cabeza. Aquí el vínculo depende de la capacidad de organización que tenga el dirigente, de demostrar alguna experiencia previa enla planificación de la toma, y de la veracidad de la información sobre las posibilidades reales de que el terreno pueda ser ocupado.

Es así que inmediatamente se produce la ocupación, generalmente realizada en horas de la noche, para evitar los posibles envates obstaculizadores de la policía o de los pobladores de los barrios aledaños. Las ocupaciones se hacen generalmente con un mínimo primigenio de quince familias (se ven exepciones como el barrio Pto. Argentino, que la realizaron con tres).

Comparando estos momentos de las diversas ocupaciones, se observa que ha habido una mayor planificación de estas acciones en los tiempos más recientes -desde 1990 en adelante-, siendo las modalidades de las instalaciones mayormente masivas mas que paulatinas; los tiempos de la primera ubicación, menores; la idea previa de distribución del espacio, con trazado de calles, formación de manzanas, y zonas delimitadas para escuela, iglesia, centro de salud.

Los conflictos que se dan en este momento de la ocupación, el posible monopolio del encargado de la organización con la gente que va ingresando. Se observaron muchos casos de acusaciones a estos encargados cuestionados por la venta de los lotes fraccionados. Esta venta es vista como ilegal ya que los terrenos son fiscales o privados, pero no de la propiedad de los organizadores de la toma. Otra acusación regular hacia los encargados es la discriminación que haría hacia gente que cumple con los requisitos entendidos como los legítimos para acceder a un lote: tener una familia, no poseer propiedad de inmuebles, y la voluntad real de instalarse para vivir en el lugar, no especulando con posibles ventas o cesiones.

De la agudeza que puedan tener estos conflictos depende en mucho la consecusión de las próximas acciones por la constitución del barrio. Cabe decir además que el posible vínculo que se da en esta etapa, entre un político partidario y el dirigente (o encargado de la ocupación que más tarde se transforma en presidente del barrio), adquiere la asunción de compromisos que se formalizan como padrinazgos. Es decir que el político se compromete con la ayuda en las gestiones (la mayoría burocráticas) que hagan a la consolidación del barrio, a cambio de un reconocimiento de esta ayuda y de la figura de aquel, lo más explícito posible.6

Fundación Institucional: Barrio y Centro Vecinal

Los ocupantes luego de hacer la toma, inmediatamente se nominan y se entienden como barrio, y se tiene para canalizar este esfuerzo, como uno de sus fundamentos, la creación del centro vecinal, órgano creador de la realidad barrial.

Se observa que la importancia de la oficialización del centro vecinal como entidad jurídica a ido creciendo exponencialmente, ya que faculta de existir "seriamente", sobre todo para la potencialización de las demandas de infraestructura y servicios que hacen los pobladores barriales.

El ente de Personería Jurídica, donde se demanda este título que permite a los dirigentes vecinales peticionar en una mejor posición, exige como requisito la conformación de un centro vecinal con espacio propio; cargos fijos de presidente, secretario, vocales y tesorero, elegidos periódicamente cada dos años, además de presentar los balances contables del ejercicio de cada mandato, y poseer estatuto propio. Además de este organismo estatal que controla y otorga las oficialidades, el estado provincial ha creado recientemente por medio de la Secretaría de Desarrollo Social de la Provincia, la oficina de Fortalecimiento Institucional, donde se promueve la juridización de grupos vecinales entre otros. Es decir que los programas estatales generan una idea de focalizar la demanda social, promoviendo y regulando la oficialidad que se transforma necesaria, y conforma grupos bien delimitados y detectados, como otra forma de entender a los barrios.

Una vez institucionalizado el centro vecinal, las diferencias se concretan de dos modos -diferencias que pasan a tener el caracter de "internas", ya que el centro vecinal da la razón de ser al objeto que desea poseer internalidad-. Un modo es que otro dirigente con su grupo se presente a las elecciones para disputarle el puesto al que cuestiona. El otro modo es aquel en el que el dirigente o grupo opositor a la comisión directiva en vigencia confronte a través de la apertura y oficialización de otras organizaciones barriales independientes y autónomas al centro vecinal. Estas organizaciones comprenden:
a)comedores infantiles (ej. Barrio Palmeritas, con grupos dividos entre el centro vecinal y comedor) b)grupo de madres
c)cooperativas (ej.Barrio Municipal, división entre centro vecinal y coopertiva de trabajo)
d)grupos religiosos. Dos tipos de estos grupos son las denominadas comisiones pro-templo -de origen católico- (ej.Barrio San Francisco Solano) y los grupos evangelistas con sedes en gran cantidad de barrios.

Demanda de infraestructura y servicios.

Lo que se deja aquí entrever es que la demanda que realizan los dirgentes vecinales por servicios urbanos -una vez qu la población está asentada y siempre dentro de en espacio de tiempo que función de alguna garantía mínima de afincamiento desde la voz estatal- comporta un movimiento pendular. Desde un extremo de este movimiento muestra a representaciones y/o actos que demuestran petición bajo la forma de "derechos ciudadanos" y que denota un acto de exigencia ante los entes oficiales del estado. Mientras que en el otro extremo del movimiento, se da la demanda en un contexto de "petición de favor", es decir representaciones y actos que apelan a la red de contactos y relaciones que pueda reproducir el dirigente vecinal en las bocas de expendio de infraestructura y servicios urbanos, tomando la figura del "favor por amistad" o "favor por necesidad". De ambos lugares de ese movimiento el dirigente vecinal adquiere la agencia social de gestor de satisfactores comunitarios.

A pesar de que estas modalidades de demanda son diferentes, no es de extrañar que una misma gestión las combine simultáneamente. Y esta simultaneidad aparentemente contradictoria, deja de serlo en la medida en que se comprende que existen diferentes ámbitos de despliegue, exposición y eficacia.

Es de destacar que una vez gestionada la instalación de algún servicio, el esfuerzo de los ahora vecinos entra en un momento álgido ya que se instrumenta las formas denomindas "trabajo comunitario" o "ayuda mutua". Estas consisten en el trabajo de los mismos pobladores y la compra de los materiales que hacen posible la obra de instalación del servicio. Este despliegue de voluntad y empeño se hace a partir de una idea de barrio/comunidad, y genera muchas veces un sentido de identificación para los con los pobladores que incide en la conformación misma de la idea de barrio.

Este momento de "efervecencia participativa" 7, y de interés de los vecinos, comprende generalmente el tiempo donde se da la delimitación colectiva de los lotes, la apertura de calles, pasando por la búsqueda del agua, luego la luz eléctrica, y la instalación del comedor comunitario. Si bien en los primeros tiempos de un asentamiento las instalaciones son clandestinas -como lo fue el caso de la ruptura de los caños maestros de la red de agua para su provisión en los barrios Palmeritas y Olivos, y el conocido "enganche" para obtener la luz domicialiaria en casi todos los asentamientos-, el esfuerzo de los pobladores es regularizar la situación gestionando la instalación legal. Este fenómeno tiene que verse como parte de la voluntad de los asentados a posicionarse de ocupantes ilegales a vecinos barriales reconocidos.

Una vez instalada parte de la infraestructura urbana (agua y luz sobre todo), el planteo de nuevas acciones colectivas de trabajo y gestión queda circunscripta a la labor del la comisión vecinal o sólo el dirigente. Es entoces que se entiende que el papel del dirigente en la consolidación del barrio se asienta en la etapa primera, en: a) capacidad de generar una red de contactos y conocimiento del aparato burocrático donde se concreta la demanda, b)capacidad de exigencia ante los órganos de petición, c)capacidad de motivación y aglutinamiento de grupos vecinales de trabajo, d)capacidad de demostrar como evidente esta motivación, organización y participación de los vecinos, ante los organismos oferentes de recursos.

Esta peregrinaje de los asentamientos por el logro de espacio, infraestructura y servicios, si bien reconoce frutos, lejos está de completarse en un tiempo no menor a los quince años. Los barrios como Villa Costanera, Esperanza, Unidad, Asunción, y Finca Independencia, son ejemplos de barrios que tienen una antigüedad mayor de más de quince años sin cubrir que hacen a la totalidad de la infraestructura urbana (sin contar los correspondientes a los de servicios). Los barrios Puerto Argentino y 1ro de Mayo son ejemplos de barrios nuevos (dos y ocho años respectivamente), que si bien sus porcentajes de cobertura son bajos en relación absoluta a otros, muestran una mayor acumulación de capacidades operativas. Es decir, la capacidad de mantener amplios niveles de contacto con el ámbito público de gestión, manejo de la capacidad de exigencia, movilización de los pobladores, y del manejo de una capacidad locutoria del dirigente que exhibe un discurso político-vecinalista.

El éxito de la fuerza colectiva radica en que se mantenga el círculo virtuoso de legitimidad del dirigente/gestión/logro/ renovación de legitimidad. Cuando algunos de estos eslabones se corta, los tiempos de los logros obviamente se retrasan y los pobladores entran en un estado de decepción y por ende en la no-colaboración. La otra causa de la potencialidad de la demanda colectiva es considerar por parte de los vecinos que ya "se tiene lo suficiente". Cuando esto sucede, el centro vecinal tanto como el dirigente de turno prosiguen las gestiones de los servicios no conseguidos (que pueden seguir siendo muchos), pero en forma más personal y bajo modo menos intenso e insistente.

Rangos y extensión de demanda: focalización y zonalización.

Se ha visto que dentro de los ámbitos constitutivos de los barrios populares, están las estrategias de creación de barrios como unidades cuasiaisladas. Estas estrategias se corresponden con las de un aparato administrativo de los oferentes oficiales que han montado la interacción con los demandantes facilitando este tratamiento individualizado, y reconociendo la pertinencia de estas unidades aisladas. A este fenómeno de fuerza centrípeta se le ha denominado focalización. El otro fenómeno que ha cobrado alguna fuerza es el denominado zonalización, quien al inverso al anterior, genera una expansión espacial de la demanda y gestión, aglutinando múltiples barrios bajo una demanda común.

Tres casos evidencian esta última forma. El primero es la conformación del frente de barrios del Sur. El mismo está constituído por dieciocho barrios de la zona sur de la ciudad, barrios con diversas modalidades de ocupación como los barrios Santa Cecilia y San Francisco Solano, surgidos mediante programas estatales de lotes y servicios (PROVIPO), y tambien por asentamientos precarios como el de Jaime Dávalos. Estos barrios se han mancomunado para el pedido, en este caso, de la colocación de una línea de transporte urbano que ofrezca un mejor servicio al ya existente. En el trayecto de esa demanda puntual, han logrado la pavimentación dela ruta que hace la línea de transporte, con fondos nacionales. Lo que agrega interés a este caso es que ha sido este grupo el núcleo promotor de las movilizaciones de los usuarios del transporte público de la ciudad, en contra de la suba del boleto, en el curso de 1996. Lo mencionado mostró la potencia que puede adquirir la capacidad expansiva de la zonalización de la demanda bajo la forma de "reclamo social", encabezada por un conjunto de dirigentes vecinales.

El segundo caso pertenece a la conformación del frente de barrios de la zona norte de la ciudad, cuyos convocantes y representantes son los dirigentes de los barrios Juan Pablo II, Unión, 1ro. de Mayo, y 17 de Octubre. La demanda puntual que llevan a cabo es la de la regularización conjunta de la propiedad de los terrenos, ya que estos barrios componen una misma oleada de ocupación del área norte (1988/1992).

El tercer caso se refiere a la agrupación de los barrios nuevos de la zona oeste. Los barrios integrantes son Alto la Viña, San Silvestre, Roberto Romero, Gustavo Leguizamón, Pto. Argentino, San Ramón y Palmeritas. Siendo que la idea que mueve a este frente es ser un canal de las necesidades zonales, como en los otros se convocaron por una demanda específica, que en su momento fue el pedido de la red de agua domiciliaria. Los barrios que integran este frente han sido asentamientos que se instalaron desde 1990 a la fecha. Después de la demanda primera, cada barrio volcó más sus esfuerzos en procurar soluciones individuales.

El obstáculo que afronta la emergencia de algún proceso de zonificación de la demanda para que tenga consistencia en el tiempo y en el espacio, es que las redes de constitución han sido construídas para crear e identificar barrios, y no zonas aún. La creación y convalidación de la existencia de los barrios como realidades dignas de ser creíbles, por un lado permite la consecución de la satifacción de algunas demandas bajo la unidad de sentido común "más fácil es conseguir para cien que para mil familias". Pero esto por otro lado esconde y obstaculiza la posibilidad de accionar ante problemas y necesidades comunes y despotenciar las exigencias.8 Cabe hacer mención que uno de los elementos relativamente noveles que ha afirmado la tendencia individaulizante es la implementación de las políticas neoasistenciales en todo el país. Estas tienen la característica de ser selectivas en cuanto a los destinatarios (los pobres construídos técnicamente mediante indicadores de medición), compensatorias en tanto que mitiga muy parcialmente los efectos de una creciente desigualdad dada por la política neoliberal, focalizando y concentrando a la población que busca ser beneficiaria de estas políticas.9

Habilidades y disposiciones.

a) La lógica necesidad-poder.

La capacidad estructurante del campo de lo barrial puede evidenciarse en lógicas prácticas convertidas en disposiciones incorporadas en determinados agentes sociales como en este caso los dirigentes vecinales. Se ha observado en los relevamientos de carácter cualitativo, que existe un fundamento implícito en el juego de la representatividad barrial. Esta lógica conlleva dos direcciones inversas que el dirigente ha de manejar si desea mantenerse como tal: debe exhibir y demostrar necesidades y carencias de su barrio hacia el exterior -más precisamente a los ámbitos públicos de las demandas- con la misma fuerza que debe exhibir logros y avances para sus representados, los vecinos del barrio. La posibilidad de mantenerse en la actitud de demanda por un lado, y por el otro recrear su legitimidad en base a los avances que pueda manifestar, hace al éxito del dirigente en el reconocimiento, en una lógica nunca explicitada más que a nivel de prácticas. exhibiendo de acuerdo a cada situación imágenes enfrentadas de mismo objeto.

Esta lógica muestra una posible correspondencia (entre otras tantas que pueden surgir) de mayor necesidad-mayor poder (de demanda) que le permite al dirigente seguir en el espacio de la negociación política con los funcionarios y lo políticos partidarios 10. Tambien se ve, con lo mentado, de que un barrio -como cualquier otra realidad social creada- no se funda una vez y luego se hecha andar de por sí, sino que es una realidad convalidada e invalidada, que implica la tarea constante de recreación por parte de agentes sociales específicos.

Otra disposición que hace a esta lógica es la forma del dirigente de exhibirse como el "real" (y único) conocedor de la realidad de "su" barrio. Conocer al barrio es sinónimo de conocer desmenuzadamente las carencias y las necesidaes que son vivenciadas por todos los pobladores, y además traducir esos problemas en la búsqueda segura de las soluciones. Incluso dentro de este conocimiento necesario y necesariamente evidenciado, pesan las historias personales, la propia vivencia de la necesidad, asumiendo así una representatividad más "concienzuda" del colectivo barrial popular.11

b)La representación del agradecimiento.

El dirigente puede vincularse con el aparato político gubernamental mediante el manejo de los agradecimientos. La mecánica de lo político, muestra que mientras el grado sea mayor de la figura y jerarquía del político y/o funcionario con el que se toma un eventual encuentro, la representación del agradecimiento por concretar alguna demanda, se hace más dramatizada, bajo las maneras de las formas oficiales. La premisa del dirigente es demostrar que toda la gente del barrio está comprometida y agradecida, buscando la realización de los actos públicos en las zonas de su imcumbencia. La forma menos dramatizada del agradecimiento es el reconocimiento persona a persona, hacia el dirigente político que pertence a los niveles más bajos del aparato político, y al que ve con mayor frecuencia que a los primeros. De ambas situaciones, aunque los bienes y recursos fque se ponen en juegos son diferentes, la representación del agradecimiento significa tambien la reactivación del vínculo, y la posibilidad de seguir demandando con mayor éxito.

c)Ofertas partidistas y la generación de barrios.

Además de los programas gubernamentales de carácter público, que buscan promocionar la "participación barrial", existen otros modos de vínculo político, menos explícitos, que tambien han buscado crear unidades barriales.

Básicamente, lo que se presenta aquí como destacable, es que el aparato de un partido político actúa planificadamente, en la búsqueda de lealtades puntales donde afincarse, facilitando -y algunas veces tomando una deliberada participación- en la creación de un barrio. La mecánica de esta búsqueda y afianzamiento de las lealtades dentro de un espacio físico -ahora ya un espacio politizado-, da lugar en este aparato político a la parte conocida como "apoyos políticos". Esta denominación hace referencia al grupo de militantes del partido, quien recibe no solo bienes a la vieja usanza clientelística (como materiales de construcción, mercaderías, o cualquier otro beneficio de los programas de asistencia social), sino que implica el abastecimiento con un monto monetario regular para la propaganda y el sostenimiento de la figura política de mayor jerarquía, quien proporciona esos recursos. Es decir que esta tarea se transforma en labor frecuente, "profesionalizada", y que exige la presencia constante, por lo que se valoriza que estos apoyos políticos sean reisidentes afincados en el barrio. Se crean así -además de los centros vecinales en sí y las otras organizaciones vecinales mencionadas al principio- unidades polílico-partidistas evidentes ("unidades básicas", "comités", etc).

Vale acotar que estos apoyos políticos se sostienen en otros grupos de menor jerarquía (denominado en la jerga política "la perrada"), para comandar actividades que combinan grandes despliegues en extensión territorial con un esfuerzo por particularizamente, cara a cara, a quienes desean convencer (ejemplo de ello son las denominadas "peinadas barriales" en las época de elecciones).

Cabe agregar en este punto que es importante entender las separaciones de formas en un ámbito implican la conjugación de las mismas en otro. La referencia es que lo que se separa como políticas tecnocráticas (ejemplo de las políticas neoasistenciales que desean promover entre otras cosas una racionalización-economización de los recursos), de formas de hacer política "premodernas" (como se entiende a las prácticas denominadas clientelísticas), son categorizaciones sociales mucho más ambigüas en los usos concretos y en la práctica misma de la política.

Conclusión

Se ha intentado dar cuenta de los barrios como realidades sociales objetivadas que legitiman no sólo un conjunto de demandas de determinados grupos, sino que también han ido configurando un campo compuesto por instituciones, agentes y representaciones sociales, en el que convergen intereses de diversos sectores sociales, y en el que se observan formas negociadas y conflictivas. De esas instancias, en las que aquí se subrayó la forma de pasaje de asentamiento a barrio, es por la que sobre todo los últimos quince años, se ha plasmado en la ciudad de Salta el surgimiento de los barrios populares. Tambien dentro de ese proceso conformativo, se ha puesto el foco en el papel del dirigente vecinal, como agente clave en la creación del barrio.

Bibliografía

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NOTAS

1.El presente trabajo se realizó en base a la investigación "La conformación de los barrios populares en la ciudad de Salta y la constitución de los dirigentes vecinales", Beca de Investigación Científica para Estudiantes Avanzados, Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Salta, 1997.

2.Vox. Diccionario de la lengua española. Seg.Edición, 1973.

3.Según Bourdieu (1978, pgs.13-19), los agentes sociales ponen en juego prácticas y estrategias simbólicas que buscan modificar su posición social identificándose con los grupos calificados como superiores (efecto de homologación), al mismo tiempo que buscan evitar ser identificados con grupos poco cotizados (efecto de diferenciación). Se comparte con la observación de Carman (1995, pg.5) en que esta perspectiva ve la "pluralidad potencial de estructuraciones posibles".

4. El indicador de infraestructura urbana fue compuesto por los ítems Agua, Cloacas, Luz Electrica Domiciliaria, Pavimento, y Gas. Asimismo los correspondientes a los servicios urbanos fueron Espacios Verdes, Recolección de Residuos, Limpieza de Calles, Alumbrado Público y Teléfonos, como así también Equipamiento Comunitario Urbano compuesto por Escuelas, y Centros de Salud. En la investigación original se incluye los cuadros con los valores de cada asentamiento/barrio, pero dada la extensión fijada para este trabajo, solo se mostrará los porcentuales generales. La recolección y ordenamiento de esta información,-encuadrada en lo que se denomima calidad de vida urbana- permitió un acercamiento más sistemático a las condiciones sociales de conformación de la demanda en la generación de los barrios.

5.La distincinción entre funcionario gubernamental y político partidario muchas veces no existe ya que una misma persona puede representa estas dos agencias.

6.Se puede agregar que este reconocimiento se da en el ya conocido compromiso del voto, pero además de ello, el reconocimiento tiene un sentido de cumplir con éxito el imaginario del político, que es "llegar a las basaes y estar en un constante e íntimo contacto con ellas", identificando a barrio popular o asentamiento como la expresión como la expresión más cabal de estas "bases".(Al respecto ver Gravano, op.cit.1996)

7.Se colocan estos términos entre comillas, ya que más que describir una realidad, la noción de participación ha sido adquirida por casi todos los programas de promoción social (gubernamentales y no-gubernamentales) como el objetivo ideal a ser alcanzado, como un imperativo escencial. Generalmente presentada como una conducta que debe ser adquirida por toda la sociedad, el uso que estos programas hacen de participción, está en la utilización de la mano de obra de los pobladores de escasos demandantes para realizar las obras, economizando el gasto social que debe realizar el estado. Es decir que en paralelo al retiro de la inversión estatal en los ámbitos de educación, vivienda y salud -ámbitos donde se asienta la fórmula clásica de ciudadanización en base a derechos-, surge el énfasis en la instalación de nuevas lógicas como en este caso de que la base de ciudadanización está en la adquisición de habilidades por parte de los demandantes (habilidades como capacidad de gestión, formulación de proyectos, capacidad motivacional, etc).

8.La falta de eco de la Federación de Centros Vecinales -que funciona desde antaño- tiene que ver en parte tambien por esta dinámica del peso de lo barrial como unidad territorial-individualizante.

9.Para ver más explícitamente la relación de estas políticas y los barrios, ver el trabajo "Prácticas y agentes en las políticas neoasistenciales", de Alvarez, S. y Pantaleón, J. Ponencia en las Jornadas de la Cuenca del Plata, Rosario de Sta.Fé, Agosto de 1996.

10.La proposición de esta idea está colocada con mayor detalle, en Pantaleón, J.(1996).

11.Auyero, J.(1995, op.cit) identifica esta personalización de los necesitados por un lado y recreación de líderes políticos admirados por estos dirigentes, bajo el concepto de "performances", es decir de demostraciones que actualizan mitos identitarios de los sectores populares.

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