V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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V CONGRESO ARGENTINO DE ANTROPOLOGIA SOCIAL COMISION DE ANTROPOLOGIA URBANA

AMIGOS Y RECURSOS: EL "CAPITAL SOCIAL" EN LAS ESTRATEGIAS DE REPRODUCCION SOCIAL

Alicia B. Gutiérrez
Becaria FOMEC. Coordinadora del Programa de Antropología social del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades (CIFFyH) de la U.N.C.

INTRODUCCION: EL CAPITAL SOCIAL

En estas páginas, nos interesa mostrar la importancia del capital social como fuente de recursos y de poder en las estrategias de reproducción. Para ello, se tomarán los resultados obtenidos del estudio de un grupo de 34 unidades domésticas que conforman el barrio Altos de Yapeyú -cuya población es de origen villera- de la ciudad de Córdoba, realizado entre 1989-1993.

En este sentido, las reflexiones y los datos empíricos que se muestran aquí, remiten al tipo de estudios de "estrategias de vida", aunque tomados desde una perspectiva analítica que toma en cuenta las distintas prácticas sociales puestas en marcha en los procesos de reproducción social, los diferentes tipos de recursos y poderes con los que se cuenta para ello, y las tendencias a percibirlos, a evaluarlos y a actuar, aún sin ser conscientes de los mecanismos implicados en las prácticas analizadas. (BOURDIEU, Pierre, 1988 y 1994).

El capital social es sólo uno de los tipos de recursos utilizables por las familias para crear y poner en marcha distintos tipos de acciones, que les permitan hacer frente a sus necesidades cotidianas y de reproducción social. Este recurso cobra importancia fundamental, en la medida en que estamos tratando de comprender y explicar un conjunto de prácticas que son implementadas por un grupo de agentes que poseen un escaso volumen de capital económico y cultural, los principios básicos que estructuran el espacio social y que definen las diferentes posiciones de las unidades domésticas y la de los miembros que la componen.

El "capital social" ha sido y es objeto de distintas discusiones teóricas respecto a su importancia y a su relación con otras especies de capital, como el "capital humano", especialmente desde un marco de teoría de redesi .

Por otra parte, la importancia de las relaciones sociales como recurso de los "marginados", ya ha sido destacado por Lomnitz (1978, 1979) y Ramos (1984).

En el contexto de la investigación de referenciaii , se adopta el concepto tal como es trabajado por Pierre Bourdieu y, por supuesto, en relación con su perspectiva analítica global.

Así, el capital social es definido como "conjunto de recursos actuales o potenciales que están ligados a la posesión de una red durable de relaciones más o menos institucionalizadas de interconocimiento y de inter-reconocimiento" (BOURDIEU, Pierre, 1980: 2) El capital social está ligado a un círculo de relaciones estables que son el producto de "estrategias de inversión social consciente o inconscientemente orientadas hacia la institución o reproducción de relaciones sociales directamente utilizables, a corto o a largo plazo". (Ibídem).

En otras palabras, sería el conjunto de relaciones sociales que un agente puede movilizar en un momento determinado, que le pueden proporcionar un mayor rendimiento del resto de su patrimonio (los demás capitales, económico y cultural especialmente). Además, son también una fuente de poder, y por ello constituyen "algo que está en juego", que se intenta acumular y por lo cual se está dispuesto a luchar.

El capital social es, por otra parte, como todo capital, un poder que exige inversiones permanentes, en tiempo, en esfuerzo, en otros capitales, y que puede aumentar o disminuir, mejorando o empeorando las chances de quien lo posea. Se fundamenta pues, en lazos permanentes y útiles, que se sostienen en intercambios, a la vez, materiales y simbólicos.

Precisando un poco más el concepto, es necesario tener en cuenta que lo que se "moviliza" no son estrictamente "personas", sino los capitales o recursos de los cuales están dotados esas personas: se ponen en marcha mecanismos que mueven poder, asociados a posiciones que ocupan agentes determinados, posiciones que tienen propiedades independientes de los individuos que las ocupan.

Entre los vecinos del barrio Altos de Yapeyú, el capital social está ligado especialmente al ámbito de las estrategias de obtención de ingresos, aunque también incide en las redes de unidades domésticas que comparten la unidad habitacional, y en otros aspectos de las estrategias ligadas al ámbito de la vivienda, procesos a los cuales haremos referencia a continuación.

"AMIGOS" Y CAPITAL SOCIAL: LAS ESTRATEGIAS INDIVIDUALES

Señalemos en primer lugar, que el capital social actuaría proporcionando una suerte de rendimiento diferencial al escaso patrimonio cultural y económico que poseen las unidades domésticas en general y cada uno de los miembros que la componen en particular., y que éste incide en ciertos agentes y no en otros, desposeídos de "relaciones". Y ello es especialmente notable, entre las estrategias de obtención de ingresos, en las prácticas laborales: para algunos, el poseer "amigos" en posiciones claves, "conocidos" a los que se puede apelar movilizando los capitales que éstos disponen, permite obtener un mayor rendimiento del escaso capital escolar que se posee, y, con ello, acceder a un tipo de trabajo más apreciado.

Analizando la estructura ocupacional tanto de los hombres como de las mujeres de Altos de Yapeyú, observamos que la mayoría de las ocupaciones de los agentes sociales -tomadas tanto en el momento de realizarse el estudio, como en relación a la trayectoria laboral- están ligadas a actividades manuales y de baja calificación, y se encuentran asociadas a un capital cultural reducido. Este se fundamenta en un escaso volumen de capital escolar (predominan nivel primario incompleto y luego nivel primario completo entre los jefes de familia y sus esposas) y en la incorporación práctica, a través del ejercicio de oficios, de ciertas habilidades técnicas que suponen baja calificación (especialmente diferente tipo de tareas relacionadas con la albañilería entre los hombres y con el servicio doméstico, entre las mujeres).

Teniendo en cuenta otro punto de la trayectoria, y, concretamente, el volumen y la estructura del capital de origen familiar (de los padres de ambos cónyuges y de sus hermanos), observamos que las situaciones son semejantes a las de los miembros del grupo en estudio: entre los hombres predominan los trabajos en changas de todo tipo (talleres metalúrgicos, construcción, gomería, carga y descarga de camiones, mercado de abasto, etc.) o empleos en fábricas (de papel, de calzado, etc.) o en talleres de chapa y pintura, saladeros de cuero, etc. Entre las mujeres sobresale ampliamente el trabajo como empleada doméstica y con una trayectoria similar a las de las mujeres que residen actualmente en el barrio: en la mayoría de los casos, se toma un empleo cama adentro antes de casarse, luego es abandonado por un tiempo, mientras los hijos son pequeños, para retomarlo posteriormente, medio día o por horas, es decir, con una inversión de tiempo más reducido.

Sólo una de las familias de origen de las unidades domésticas estudiadas posee un capital económico diferente (la de José, jefe de uno de los grupos familiares analizados) y que realmente constituye una excepción dentro del barrio. Se trata de pequeños propietarios de la provincia de Santa Fe, que lograron realizar inversiones escolares importantes en los hijos: José tiene estudios de nivel medio completos y trabaja como empleado de comercio y sus hermanos poseen estudios universitarios completos (uno de ellos es médico y el otro, ingeniero).

Pero en general, todos cuentan con un capital económico disponible que se fundamenta especialmente en los ingresos laborales, con un capital escolar reducido y con la incorporación de habilidades no calificadas.

Sin embargo, hay agentes sociales que lograron un mayor rendimiento de ese capital que otros, y ello en virtud de la posesión de cierto capital social, capital de relaciones que pudieron movilizar en circunstancias determinadas y que fue utilizado en algunos casos para obtener un empleo.

Así, por ejemplo, en el ingreso de los únicos tres empleados estatales de Altos de Yapeyú, hubo participación de "gente importante", conocidos de la familia que ocupaban cargos en distintas dependencias gubernamentales. Antes de conseguir ese empleo, los tres hombres se habían dedicado a hacer changas de distinto tipo, y nunca habían tenido un trabajo estable: Bartolo y Roberto trabajan como empleados estatales desde hace 24 años y Carlos, desde hace 15 años. Sus historias laborales muestran que todos sus trabajos anteriores eran inestables -changas de distinto tipo-, tanto en la periodicidad de los mismos, cuanto en los ingresos que les proporcionaban.

La posibilidad de acceder a este tipo de trabajo, desde las representaciones de los agentes, aparece como una opción práctica apreciada, ("se gana menos, pero es un trabajo mucho mejor", "se gana casi lo mismo, pero se cobra todos los meses") en la medida en que se encuentran asociadas a la estrategia laboral, una serie de beneficios accesorios, que son valorados positivamente: además de la estabilidad de los ingresos, ese tipo de ocupación les permite gozar de protección social (aportes jubilatorios y obra social) y de cierta posibilidad de crédito proporcionada a través de sus mutuales: "Si no sería por la mutual, no podríamos comprar los remedios para la madre del Bartolo. (...) ¿Y que vamos a hacer cuando nos pongamos viejos?,(...) los hijos hacen su familia y a veces se olvidan de los padres, en cambio con la jubilación..., aunque sea poco, pero algo es".

Por otra parte, para uno de ellos, su empleo también significa la posibilidad de hacer y de mantener relaciones en un ámbito donde se crean, se manejan y se distribuyen distintas ofertas de bienes que son apreciadas por agentes de escasos recursos: Bartolo -que tiene segundo grado de la escuela primaria aprobado- es chofer en el Ministerio de Desarrollo Social. Por estar en contacto diario con esa dependencia gubernamental, tiene conocimientos respecto a posibilidades de obtener subsidios ( objetivos, condiciones necesarias, montos a otorgar); es decir, su capital social, le permite acumular capital "información" que luego utiliza como recursos. Se trata de conocimientos y relaciones que maneja como fuentes de poder y que le han permitido acceder a estos beneficios en varias oportunidades: además de diferentes subsidios individuales que fueron aprovechados por la unidad doméstica, su suegra, Doña María, posee la única pensión graciable que existe en el barrio.

Los otros dos hombres empleados de comercio (además de José), que tienen estudios de nivel medio incompletos, también obtuvieron sus trabajos gracias a la intervención de algún "amigo" que los puso en contacto con sus empleadores, amigos que habían conocido en sus anteriores ocupaciones como empleados: "El Luis y yo somos amigos, aunque trabajamos en otro negocio.¿Cómo encontré ese trabajo? Por un amigo de la tornería que consiguió ahí y me presentó a mi, igual que el Luis (...) Uno va buscando siempre donde ganar unos pesos más (...) gano igual, pero tengo el porcentaje, que es poco, pero es algo..." Otro tipo de ocupación en la que es importante también el manejo de ciertas relaciones, es el de empleada doméstica: con excepción de una de las mujeres, que consiguió su trabajo a través de una agencia, todas las empleadas domésticas recuerdan que lograron ocuparse por medio de referencias proporcionadas por alguna amiga o familiar que las presentó a sus patrones y a quienes luego le hicieron "un regalito".

Pero el poseer cierto capital social, y con ello poder de movilizar relaciones sociales que comprometen a agentes que, a su vez, están provistos de poderes -su propio volumen y estructura del capital-, está ligada a la posibilidad de obtener otro tipo de ingresos monetarios y no monetarios.

Esta situación hace que algunos grupos familiares puedan aprovechar ofertas que teóricamente son accesibles para todos, pero que efectivamente son posibles para quienes manejan ese tipo de poder, como una buena carta en un juego. Y la eficacia de este mecanismo, es especialmente notable en la distancia que existe entre el conocimiento, la gestión y la obtención de subsidios monetariosiii .

En relación con el "conocimiento" de la posibilidad de obtener subsidios, quienes están en mejores condiciones, son quienes manejan ese capital información y lo usan estratégicamente: no todos los vecinos del barrio se enteran de esa opción en el momento oportuno, con lo que el universo de las estrategias posibles no es igualmente posible para todos. Quienes están en contacto con algunos empleados del Ministerio de Desarrollo Social (son "amigos") se aseguran un rendimiento diferencial de ese instrumento de reproducción, que les permite acceder a ese conocimiento y cierta garantía en el éxito de la gestión.

La apelación a subsidios individuales, como estrategia de obtención de ingresos, es importante dentro del barrio, aunque es muy limitado el número de grupos familiares que lograron acceder a ellos. Sobre un total de 18 gestiones realizadas hasta el momento en que se llevó a cabo la investigación, sólo tres unidades domésticas tuvieron éxito en su gestión: Una de ellas es la familia de Bartolo, que obtuvo dinero para mejorar su precaria vivienda, en 1972, gracias a la intervención de una asistente social conocida, y que trabajaba en el Ministerio en aquél momento; luego ella misma "lo presentó" y lo ayudó a conseguir su trabajo como chofer. Otra es la familia de Olga, quien obtuvo un subsidio individual para la compra de materiales en 1991, y que fue "ayudada" por una amiga que también trabajaba en esa dependencia gubernamental. Por último, Rosita consiguió un subsidio para familias que tienen hijos discapacitados, "por que el Bartolo le avisó que daban para que los chicos vayan a escuela especial", aunque luego el dinero fue utilizado para la compra de cuchetas y colchones.

"POLITICOS" Y CAPITAL SOCIAL: ESTRATEGIAS COLECTIVAS

Un tiempo que es especialmente importante para desplegar un conjunto de estrategias de inversión en capital social y de mantenimiento de ese capital, para luego hacerlo valer en momentos adecuados, es el tiempo preelectoral.

En ese tiempo, la imagen del barrio cambia, los movimientos son diferentes, la vida cotidiana se transforma, como si "lo habitual" quedara por momentos en suspenso.

Algunos miembros de las unidades domésticas trabajan especialmente en este tiempo, guiados por su sentido práctico, y de manera colectiva o individual, pero siempre orientados objetivamente a la utilización de una serie de estrategias que tienden a la obtención de beneficios económicos puntuales (ingresos monetarios, no monetarios, empleos, etc.) y también de beneficios sociales, en la medida en que el capital social exige, como cualquier capital, inversión en tiempo, esfuerzo, etc.

Todo ocurre como una suerte de juego, y la utilización de estas prácticas, si bien no modifican la posición del grupo en el espacio, ni los mecanismos que sustentan las relaciones de dominación, cuestión que es visualizada, sentida y representada de ese modo, les permite aprovechar al máximo el margen objetivo de libertad que les brinda ese juego: "Nosotros somos peronistas de Perón, no de estos de ahora. Pero gane quien gane nosotros vamos a estar siempre igual, por eso mangueamos a todos, a radicales, a peronistas y a todo el mundo, si nos van a dar algo. Les decimos que los vamos a votar a ellos, total después quien sabe"...

Una de las estrategias utilizada regularmente en el barrio, es la de ponerse en contacto con punteros políticos de los principales candidatos o pre-candidatos de varios partidos, y ofrecer realizar allí un pequeño acto y comida para los vecinos. Todo es detalladamente preparado: pegar los afiches, preparar lo que se va a comer, tender la gran mesa para el homenajeado...y luego repetir cada paso con los demás: "Para las elecciones, primero nos comimos los choripanes de los peronistas, después sacamos los carteles de Balestrini [candidato peronista] y pusimos los de Martí [candidato radical]. Ahí nos comimos las empanadas de los radicales"...

Esta práctica, además del beneficio inmediato de participar en una comida gratis, proporciona el beneficio accesorio y rentable a mediano o largo plazo, de crear y mantener relaciones con agentes que tienen poderes que les permiten manejar recursos apreciados por la gente (subsidios, empleos, etc.) Otra estrategia implementada con regularidad, es la de acercarse a la sede de los principales partidos políticos a ofrecerse para actuar de fiscales de mesa en algún lugar alejado de la provincia: "Nosotras con la Beba somos peronistas, pero fuimos a ofrecernos de fiscales en la interna de los radicales. Nos gusta más Martí, pero fuimos de fiscales de Mestre por que nos pagaron el viaje, la comida y nos dieron unos pesos"...

En relación con la estrategia anterior, se encuentran una serie de prácticas en torno a las actividades que los distintos partidos políticos organizan en su campaña electoral: "trabajar para la campaña" permite obtener dinero inmediato, y sentar la posibilidad de recibir otro tipo de beneficios ligados al establecimiento de relaciones sociales con quienes ocupan posiciones de poder: "Yo trabajo para de la Sota [candidato peronista]. Me dan 500 australes [50$] para pegar carteles y repartir propaganda"(...) "Mi marido trabaja para la campaña de Martí [candidato radical], pero también con los peronistas, va aquí, va allá. Antes era retraído, después de la crisis se volvió más caradura"...

Finalmente, otra estrategia clave dentro de este ámbito es la de regresar a la sede de los principales partidos políticos luego de finalizada la etapa electoral -tanto a aquella del partido triunfante, como a la de los perdedores-, especialmente, con la expectativa de obtener rendimientos puntuales de las inversiones realizadas. Pero también, casi como completando el rito del juego, con el interés de recordar, reforzar y mantener las relaciones sociales establecidas.

Un ejemplo claro de los beneficios que se obtienen de este tipo de prácticas, es el acercarse a la sede de los partidos antes de algún festejo colectivo en el barrio, como en el día del niño o en el día de la madre, y obtener ingresos monetarios y no monetarios para organizar la fiesta. Luego de finalizada una elección, en la sede del partido peronista se esgrimía este argumento: "...después que nos piden que los votemos, se olvidan de nosotros, no nos han dado nada todavía para la fiesta del día del niño"....

Mientras, en la sede del partido radical: "...ahora que perdieron se olvidan de nosotros que los apoyamos y trabajamos con ustedes. Necesitamos cosas para la fiesta del día del niño"...

De ambas agrupaciones políticas obtuvieron cajas de leche, facturas, azúcar, cacao y dinero en efectivo, con lo que se realizó una fiesta para todos los niños del barrio: "...Para la fiesta del día de la madre, Brandán [puntero peronista] nos dio 500 australes [50$] que usamos para comprar material para el taller"iv ...

Todo este conjunto de prácticas constituyen estrategias de obtención de ingresos (y por ello, de inversión en el campo económico) inmediatos y a mediano o largo plazo. Pero también, todas estas prácticas significan inversión en capital social, en capital relaciones, que los agentes pueden movilizar en circunstancias determinadas. De todos modos, aunque permiten salvar situaciones puntuales y obtener algún beneficio accesorio (empleo, subsidio, etc.) explotando el margen de autonomía que les brinda sus limitadas condiciones objetivas, estas estrategias constituyen meramente mecanismos de sobrevivencia y no implican la posibilidad de modificar esas condiciones, sobre todo por que refuerzan las relaciones de dominación-dependencia que las sustentan.

ESTRATEGIA HABITACIONAL Y CAPITAL SOCIAL

Las estrategias habitacionales y las relativas a la organización doméstica dominante -al menos en cierta etapa del ciclo vital familiar, y considerando la práctica actual y la trayectoria de la misma- consisten en una asociación de grupos familiares corresidentes, que intercambian sus recursos, a través de diversos mecanismos y en distinto grado. La transacción cobra diferentes modalidades, según se trate de los hijos o de otros parientes, amigos o conocidosv . Es en este último caso donde es indispensable contar con "capital social": un desalojo, una enfermedad, la pérdida del trabajo, la migración a la ciudad, todos ellos han constiuido motivos para compartir la unidad habitacional con "amigos" o "conocidos".

Pero además, la casi totalidad de los grupos familiares estudiados, conforman, en cierto modo, una red de unidades domésticas en torno a una organización que nació y se fue consolidando hasta adoptar la forma de una cooperativa, con motivo de la implementación de una estrategia habitacional conjunta: un Plan de Viviendas que benefició a nueve familias, financiado con un subsidio externo y coordinado por una O.N.G. que ha tenido varias acciones en el barrio.

En efecto, simultáneamente con los primeros contactos que tomó la comunidad con esa O.N.G., surgió una primera estructura organizativa entre los pobladores del barrio, con la cual se instrumentaron los mecanismos relativos a la primera etapa del plan: diseño de las viviendas, pago de materiales, mano de obra, etc.

Luego, esa primera organización se formalizó como una sociedad civil sin fines de lucro, estrategia que estuvo ligada al interés de conseguir rápidamente un respaldo legal para gestionar un subsidio que permitiera realizar otro plan de viviendas, con el cual se construirían las unidades habitacionales de las 21 familias que no habían participado del plan anterior.

Finalmente, luego de una serie de marchas y contramarchas, las gestiones fracasaron al mismo tiempo que la Cooperativa de Vivienda Unión Altos de Yapeyú obtenía su personería jurídica.

Vemos cómo, con motivo de la implementación de una estrategia habitacional, se pone en marcha una estrategia organizativa, tendiente a reforzar la posibilidad de concretarla. Si bien el Plan de viviendas fracasó para la mayor parte de las familias de Altos de Yapeyú, no podemos negar la importancia que tuvo la organización como instrumento de reproducción, asociada al apoyo económico externo y a la ayuda de la O.N.G. a la que hemos hecho referencia.

Por otra parte, si bien no se concretó el plan de viviendas pensado en segundo término, las familias que quedaron postergadas obtuvieron a través de la Cooperativa, ayuda material para mejorar sus viviendas precarias (con un subsidio externo otorgado en 1984, con el que se creó un Banco de materiales), y de algún modo también se beneficiaron con las mejoras del barrio que fueron hechas con tansferencias formales canalizadas por la organización (subsidio del Ministerio de Bienestar Social, en 1980, con el que se construyó al Salón Comunitario, y subsidio externo, en 1982, con el que se hizo la mayor parte de las veredas, murallón de contención, red de agua y desagües, y pavimentación de la calle interna del barrio).

Ahora bien, a nuestro entender, y por la información que hemos obtenido, la Cooperativa constituye una red de unidades domésticas que se pone en marcha en momentos puntuales, ante coyunturas especiales y en relación con las estrategias habitacionales, pero que no está consolidada como organización, aunque actuó como nexo entre las transferencias formales y las diferentes unidades domésticas, en distintas etapas de construcción del barrio.

Pero luego, su historia muestra un período que va aproximadamente desde 1984 (último subsidio) hasta 1990 en el cual no se pagaban las cuotas de los asociados, no se actualizaron balances, hubo retrasos en el cobro de los materiales, en el pago de impuestos del terrenovi , etc., hasta que todo ello fue hecho rápidamente en otra coyuntura especial: en 1990, cuando se comienza a tramitar la subdivisión de los lotes, y se empieza a organizar individualmente el pago de impuestos.

Estos aciertos y dificultades, de alguna manera son también percibidos por los socios, y con respecto a la organización y administración de la Cooperativa, las representaciones son claramente opuestas entre quienes han ocupado cargos directivos, y quienes no lo hicieron.

Sin embargo, a pesar de la diferente percepción respecto al funcionamiento de la organización, todos los socios reconocen como positivo el hecho de que la Cooperativa, por intermediación de quienes ocupan los cargos directivos, haya sido quien instrumentara las gestiones para conseguir fondos que permitieron la construcción del Salón Comunitario y las mejoras del barrio, el banco de materiales y todos los trámites relativos a subdivisión de los lotes, pedidos de aplazamiento de pagos de impuestos, etc., cuestiones que, por falta de información general respecto a trámites y de relaciones que favorezcan las gestiones, no hubiesen podido realizar de otro modo.

Esto nos permite introducir un último elemento: la red de unidades domésticas que conforman la Cooperativa es un sub campo de relaciones donde está en juego la diferente posesión de capital social, al que está asociado también la disponibilidad de cierto tipo de capital de conocimientos -concretamente, cierto capital ligado al manejo de información relativa a trámites en general, mecanismos burocráticos, etc.- Este subcampo de relaciones se articula, a su vez con un sistema mayor donde se posicionan también otros agentes sociales que están por su parte, dotados de poderes (es decir, de cierto volumen y estructura de capital) ligados a recursos apreciados por la red Cooperativa.

Entre quienes intervienen en la red, entonces, ese tipo de capital específico que está en juego se distribuye desigualmente: no todos disponen de igual volumen de capital, por lo tanto no todos se posicionan de igual manera. Quienes tienen cargos directivos ocupan las posiciones dominantes, en la medida en que constituyen nexos con los otros agentes que manejan los recursos, recursos frente a los cuales ellos hacen valer su capital social. La fidelidad a la red, de quienes ocupan las posiciones dominadas, está en relación con la posibilidad concreta de recibir bienes económicos (materiales de construcción, aplazamiento de pagos, créditos, etc.) y sociales (formar parte de la red es pertenecer a un grupo de relaciones, que hay que conservar, mantener y reforzar, y que pueden ser movilizadas en ciertas circunstancias). El capital específico que se juega dentro de la red tiene, por otra parte, un valor adicional en otros juegos, especialmente para algunos agentes que ocupan posiciones dominantes en la Cooperativa y que tienen apuestas en otros campos de podervii .

A MODO DE CIERRE: CAPITAL SOCIAL, RECURSOS Y PODER

En la medida en que estamos tratando de comprender y explicar las estrategias de reproducción que ponen en práctica familias que viven en condiciones económicas precarias el campo más importante (y por lo tanto el que tiene mayor peso en la coexistencia de los campos) es el campo económico. Partimos de la hipótesis de que aquellos grupos de agentes más desprovistos de capital económico intensifican sus inversiones en el campo económico, no por que esa sea la especie de capital que predomina en su estructura patrimonial, sino al contrario. En otras palabras, siendo el capital económico muy escaso, es necesario intensificar las prácticas tendientes a obtener un nivel de ingresos que asegure al menos la subsistencia de la familia.

Al hablar de estrategias de obtención de ingresos nos referimos a los distintos mecanismos que utilizan los grupos familiares para acceder a bienes, que pueden significar tanto ingresos monetarios como no monetarios, y que constituyen la base de su reproducción material. Es decir, se trata de aquellas prácticas que implementan, que son consideradas como opciones tomadas en relación con las ofertas derivadas de los instrumentos de reproducción disponibles, y que se explican en función del volumen y estructura del capital que poseen y de sus habitus incorporados. Con un escaso volumen de capital económico y cultural, la disponibilidad de capital social dentro de su estructura, vendría a actuar como una suerte de "plus" de los otros capitales -especialmente del escaso capital escolar- y es especialmente rentable en la puesta en marcha de ciertas estrategias de obtención de ingresos tanto individuales como colectivas. Es pues, fuente de recursos, capital que necesita inversiones permanentes, que exige "obligaciones" de reconocimiento, de inversión en tiempo y esfuerzos.

Pero es también fuente de poder -especialmente si se encuentra asociado a capital información-, y , en ciertos ámbitos, constituye algo que está en juego (enjeu), que se distribuye desigualmente y que genera posiciones diferenciales entre los agentes.

Ello implica que los recursos de "solidaridad" se entrecruzan con los recursos de "poder" y constituyen así una compleja trama de relaciones donde se crean y ponen en marcha los diferentes tipos de estrategias de reproducción social.

NOTAS i Ver, por ejemplo, los distintos artículos de: Revue française de sociologie, XXXVI-4, octubre-diciembre 1995, especialmente LIN, Nan, "Les resources sociales" y BURT, Ronald, "Capital social et trous structuraux".

ii El planteo general de la problemática y los principales resultados de la investigación pueden verse en GUTIERREZ, Alicia, 1995.

iii Los subsidios se relacionan especialmente con las ofertas derivadas del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia. Hace unos años este organismo privilegiaba el otorgamiento de subsidios que implicaran un beneficio comunitario, luego se comenzó a favorecer más bien la oferta de subsidios individuales o familiares. En el momento de realizarse el estudio, las ofertas giraban más bien en torno a la posibilidad de obtener fondos para instalar un centro comunitario o guardería infantil, para microemprendimientos productivos, o para cubrir diferente tipo de necesidades familiares puntuales.

iv Se trata de un taller de costura y tejido que agrupaba a unas 14 mujeres del barrio, que nació como un microemprendimiento productivo con un subsidio del Ministerio de Desarrollo Social, pero que desapareció poco tiempo antes de terminar la investigación.

v En algunos casos -cuando se trata de los hijos-, el compartir la vivienda propia constituye una especie de transacción económica y social si la analizamos en su dimensión histórica: es una suerte de apoyo socio-económico que se hace con los hijos que conforman su pareja y corresiden con sus padres, y que luego se encuentran obligados a implementarla con sus descendientes. Aquí entonces, la transacción se visualiza más claramente en términos de trayectoria. Constituye una práctica que se repite cotidianamente en distintos períodos históricos, y se internaliza en forma de habitus, sistemas de disposiciones a percibirlas como pensables y posibles, como permitidas, y por lo tanto, como tendencias a actuar de esa manera. Si estos esquemas de percepción, de apreciación y de acción, incorporados en condiciones objetivas determinadas (condiciones sociales de producción de habitus) se ponen en marcha en condiciones similares, tienden, al repetir la misma práctica, a reproducir esas mismas condiciones objetivas. Se trata entonces de mecanismos de solidaridad comprensibles por su sentido práctico, por una racionalidad -razonabilidad-limitada a la vez, por lo social externo y por lo social incorporado. Cuando se trata de "amigos" o "conocidos" o incluso otros parientes, el propietario de la vivienda está en condiciones de imponer las reglas de juego y establecer así una transacción visible en términos sincrónicos: el pago de un pequeño alquiler, reorganización de las tareas domésticas según diferentes modalidades, etc.

vi El terreno se obtuvo por una cesión realizada por el Gobierno de la Provincia, en 1972, a un grupo de 30 familias que habían sufrido las constantes crecientes del río Suquía en las "villas" donde residían, ante la gestión realizada por la organización de varios vecinos.

vii Concretamente, nos referimos a quien es presidente de la Cooperativa desde 1982. No tiene un volumen de ingresos importante, no posee capital escolar, pero si tiene un volumen relativamente alto de capital social, asociado a cierto volumen de capital información: trabaja desde hace muchos años en la O.N.G. que tuvo acciones en el barrio, lo que le aseguró el establecimiento de relaciones con sus miembros y la posibilidad de acumular ese capital información. Esos poderes, sumados a los que están ligados a la posición de presidente de la Cooperativa, le permite posicionarse mejor en otro campo: fue Secretario del Encuentro Comunitario Popular de Córdoba, desde que se formó en 1986 y luego ocupó -y ocupa- una posición dominante en la Unión de Organizaciones de Base por los Derechos Sociales. Por otro lado, el poder relacionado a este campo, le asegura un mayor rendimiento del capital que se juega en el ámbito de la red Cooperativa.

BIBLIOGRAFIA CITADA

BOURDIEU, Pierre 1980, "Le capital social", en: Actes de la Recherche en Sciences Sociales, No. 31, pág. 2-3.

1988, La Distinción, Madrid, Taurus.

1994, "Stratégies de reproduction et modes de domination", en: Actes de la Recherche en Sciences Sociales, No. 105, pág. 3-12.

BURT, Ronald 1995, "Le capital social, les trous structuraux et l'entrepreneur", en: Revue Française de Sociologie, XXXVI-4, pág. 599-628.

GUTIERREZ, Alicia 1995, "La diversificación de estrategias de reproducción social en el barrio Altos de Yapeyú, Córdoba", en: GRAVANO, Ariel (comp.), Miradas urbanas, visiones barriales, Montevideo, Nordan.

LIN, Nan 1995, "Les ressources sociales: une théorie du capital social", en: Revue Française de Sociologie, op. cit.

LOMNITZ, Larissa 1978, Como sobreviven los marginados, México, Siglo XXI.

1979, "Mecanismos de articulación entre el sector informal y el sector formal urbano", en: TOKMAN, Víctor (comp.), El subempleo en América Latina, Buenos Aires, CLACSO-El Cid Editor, pág. 243-271.

RAMOS, Silvina 1984, Las relaciones de parentesco y ayuda mutua en los sectores populares urbanos: un estudio de caso, Buenos Aires, CEDES.

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