3ra Jornadas Internacionales
Estado y Sociedad

LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ESFERA PÚBLICA

Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)

Octubre de 1998

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
https://www.equiponaya.com.ar/
info@equiponaya.com.ar
[CdC1] UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

Terceras Jornadas Internacionales

ESTADO Y SOCIEDAD: La reconstrucción de la esfera pública

30 de Setiembre, 1 y 2 de Octubre de 1998.

Por Lic. Ricardo Romero.

Datos Personales Título Profesional: Licenciado en Ciencia Política Institución: Instituto Gino Germani Domicilio: Córdoba 2860, PB3, Cap. Fed.

Teléfono: 961-2666.

Correo Electrónico: aromerr@econ.uba.ar Area: 2- El espacio del mercado y la esfera pública: entre la "mano invisible"y el "puño de hierro".

La desciudadanización de la Sociedad Civil: El Estado premoderno en la era del capital tecnológico.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Invierno de 1998.

La desciudadanización de la Sociedad Civil: El Estado premoderno en la era del capital tecnológico.

Resumen:

Contrario a las tendencias actuales, el presente ensayo pretende exponer algunos ejes tendientes a desarrollar una Teoría del Estado. Si queremos comprender lo "político", es necesario comprender su naturaleza. Se entiende que el Estado se expresa en el marco de las relaciones sociales de producción capitalista, por ende no esta separado de las contradicciones que subyacen en el proceso de acumulación de capital.

La hipótesis central reside en sostener que un análisis sobre la Sociedad Civil y el Estado debe conocer en profundidad la mutaciones en la forma de acumulación de capital, abierta por la crisis de 1973, buscando indagar sobre forma estatal que se desprende de esta nueva fase.

Sosteniendo que el Estado se expresa en una (post) modernidad, benévolamente explícita para el capital, perdiendo su carácter moderno de representar el "interés general". Donde el capital tecnológico tiene a la exclusión social como sus rasgos más relevantes.

Reconstruir la esfera pública implica reciudadanizar al individuo. Se necesita recuperar a los ciudadanos, para que nuevamente aseveren su representación en el Estado, construyendo una democracia real, desprendiéndose de los designios de la posmodernidad.

Es necesario buscar una nueva cultura que logre articular sujetos sociales capaces de desestructurar el proceso mercantilización del conjunto de relaciones sociales que alienta el Capital.

La desciudadanización de la Sociedad Civil: El Estado premoderno en la era del capital tecnológico.* Por Lic. Ricardo Romero**

No existe ciudadanía política cuando ésta se cambia por un plato de lentejas.

Platón

Introducción.

La modernidad estuvo montada sobre dos grandes revoluciones: en "lo político" la francesa y en "lo económico" la inglesa.1 Básicamente esos sucesos delimitaron el Estado Moderno, que aspiraba a garantizar la "igualdad, fraternidad y libertad" de todos los ciudadanos y la Economía de Mercado que convertía eventualmente a toda la Sociedad Civil en virtuales mercaderes. El creciente progreso material legitimó el discurso de la Ilustración.

Las consecuencias sociales que acompañaron al capitalismo industrial del siglo XIX, fueron lúcidamente descriptas por Karl Marx, quien cuestionó la paradójica situación que combina: un creciente desarrollo de las fuerzas productivas y un constante aumento de la pauperización social que socava la ciudadanía formal del Estado Liberal. Sólo luego de la crisis del |30 se replantearon las bases de la Economía de Mercado, dándole un nuevo rol al Estado.

A más de una centuria de la muerte del filósofo alemán, los Estados capitalistas vuelven a tomar la forma liberal y dejan a la Economía de Mercado a su libre albedrío trayendo consigo los efectos sociales que provocó en los años |30. Lo más extraño se encuentra en los círculos académicos que acompañan la religiosa fe en el mercado, donde se percibe una clara hegemonía del discurso Neoclásico.

El presente ensayo pretende recuperar los conceptos de Estado y Sociedad Civil desde la Economía Política, disciplina que entiende que "lo económico" está articulado con "lo político". Durante la primer parte del trabajo, se centra en hacer un breve análisis crítico de la situación en la que se encuentran la Ciencia Política y la Economía. Reflexionando sobre la necesidad de recuperar los ejes conceptuales analizados por Marx y desplegarlos críticamente para comprender la fase actual de acumulación de capital entendida como la: era del capital tecnológico. Concluyendo en que esta nueva etapa provoca la desciudadanización de la Sociedad Civil y consecuente expresión premoderna del Estado.

La Ciencia Política busca su objeto.

A pocos años del tercer milenio, la llamada "sociedad industrial" entró en una profunda mutación. Con ello, las Ciencias Sociales se encuentran ante una severa crisis de objeto. En los años '60, las disciplinas humanísticas se enfrentan al desafío de encontrar respuestas a la manifestación política de nuevos sujetos sociales que no responden al modelo tradicional de clase social. La radicalización juvenil fue una de las expresiones de este reciente escenario. Por ejemplo, el movimiento estudiantil irrumpe como una de las variantes de análisis, debido a su participación en hechos como los casos del "Mayo Francés-'68" o el "Cordobazo-69".

En lo que respecta a la Ciencia Política, ésta fue una de las disciplinas que, con la democratización latinoamérica en los '80, se presentaba con cierto aire juvenil, impartiendo una gran esperanza en su capacidad de comprender el nuevo destino que le esperaba a la sociedad. Sin embargo, la Ciencia Política fue hegemonizada por una corriente que aislaba la "política" de la economía y la sociedad, despojándola de su complejidad y reduciéndola a un mero juego institucional, que en forma acrítica aceptaba la ciudadanización de la democracia formal, y no reflexionaba sobre la desciudadanización material que produce el capitalismo, en especial en los países periféricos. En el XV| Congreso Mundial de la IPSA, algunas ponencias criticaron fuertemente el reduccionismo politico en que caía la visión "minimalista" de la democracia.2 Incluso se presentó una crítica a las corrrientes que veían la democratización desde la "Teoría de la modernidad".3 Con el diluvio neoliberal, la Ciencia Política quedó empantanada en el terreno del profesionalismo tecnocrático, buscando su objeto en los fríos promedios de las encuestas o las oscuras oficinas del Ministerio de Relaciones Exteriores, incluso encontrar su espacio en la triste microeconomía del Estado (administración pública).

Luego de ese interregno profesionalista, la Ciencia Política pareciese encontrar su deleite teórico nuevamente. Pero esta vez cae en un reduccionismo economicista al decodificar las categorías de la Teoría Neoclásica, traducida al Modelo de la "opción racional", pensando que la "política" es una mera sucesión de decisiones tomadas por un individuo con una racionalidad ahistórica y sin conflicto.

Recuperando la Economía Política.

Podemos situar el nacimiento de la Economía Política en los albores de la Sociedad Industrial. Momentos en que, simultáneamente, se producen: la conquista de América, el crecimiento del comercio mundial y el aumento progresivo de las ciudades. Estos cambios estuvieron antecedidos por las innovaciones tecnológicas, en el campo primero y en la industria después, que garantizaron los recursos necesarios para esta nueva era.

Si bien encontramos un serie de teóricos y corrientes, como los fisiócratas o los mercantilistas, que abordaron algunos aspectos relacionados a "lo económico", a partir de la obra del filósofo escocés Adam Smith, la comprensión de la Producción, la Distribución y el Consumo se constituyeron como aspectos ineludibles de la Economía Política. Tradición que continuaron David Ricardo y Karl Marx.4 La profunda crítica realizada por Marx a la Economía Política, renovó la capacidad de comprensión de esta disciplina. Analizando los conflictos subyacentes en la sociedad mercantil y describiendo las crisis recurrentes en la que cae la relación social establecida por el Capital, sometida por la Ley del Valor. Las investigaciones realizados por Marx incentivaron a relacionar "lo político" con el capitalismo en su interrelación dialéctica. Sin embargo, los economistas sucesivos se recluyeron al ostracismo del estudio de los precios y el mercado.

La modernidad estuvo caracterizada por la industrialización y urbanización en "lo económico", y la formación del Estado en "lo político". Esta manifestación secularizada permitió la separación, en apariencia, de ambas esferas y el abordaje por disciplinas diferenciadas. La Ciencia Política y la Economía caminaron separadas por largo tiempo. El progreso material permitió legitimar un discurso que reducía a la Economía, al análisis del comportamiento de mercado, y la Ciencia Política se dedicó a pensar formas de gobierno. Ambas caían en un reduccionismo metodológico que las empobrecía y vulgarizaba.

En Economía, la expresión sistematizada de este pensamiento, se dio a conocer como Teoría Neoclásica. Durante gran parte de principios de siglo, los economistas depositaban, apologéticamente, la confianza en el comportamiento de mercado, paradójicamente en momentos en que crecía trustificación de las empresas, que sólo se abandonó en la crisis del '30, cuando el accionar del Estado, recuperaría a las alicaídas economías capitalistas.

El nuevo rol del Estado estuvo sustentado en los análisis realizados por Keynes, quién propuso orientar el accionar estatal, a través de políticas monetarias y fiscales, hacia incrementar la propensión al consumo.5 Desde otro ángulo, Paul Baran y Paul Sweezy analizaron cómo El capital monopolista lograba recuperarse de sus crisis a través del gasto militar, la publicidad y las erogaciones del gobierno.6 Durante décadas, las políticas keynesianas se aplicaban como mecanismo para recuperar el crecimiento. Recién en los |70, los déficits fiscales recurrentes en que caían los Estados, sumados a las tendencias inflacionarias, provocaron el abandono de estas recetas. Ante esta crisis, los neoclásicos desempolvaron su libros y volvieron a la cargo hegemonizando el espectro académico.

Son muchas las críticas que podemos sostener sobre los principios de la Teoría Neoclásica, desde la ahistoricidad de sus axiomas, o su inconsistencia analítica, hasta su incoherencia interna, los trabajos citados a pie de página muestran lo antedicho.7 Lo cierto es que el análisis de "lo económico" ha caído bajo sus designios.

Contrario a las tendencias actuales, con el nombre "La desciudadanización de la Sociedad Civil: El Estado premoderno en la era del capital tecnológico", este trabajo intenta describir algunos ejes de interpretación alternativa de los procesos de transformación que vive el capitalismo, buscando comprender la forma que toma "lo político" en la era del capital tecnológico.

Globalización: fase superior del capital.

En el ámbito académico nos encontramos con numerosas investigaciones relativas a los temas que se aluden como: "globalizacion", "regionalización", y también referidas al "Mercosur", en los que puede percibirse una hegemonía del discurso neoliberal y el predominio del instrumental conceptual de la teoría neoclásica8.

La mayoría de estas interpretaciones toma estos temas como algo inédito, cuando en realidad se trata de una característica natural del desarrollo del capitalismo. Se resaltan aspectos como el crecimiento del comercio internacional, la integración cultural mass-mediática, la regionalización o la libre circulación de capital, cuando estas características podemos encontrarlas en otros períodos del capital.

Tal es el caso de la fase expansiva imperialista (1880-1914) que nos muestra tendencias similares con el colosal incremento del intercambio de mercancías, la propagación de las corrientes positivistas, la dominación colonial como forma de integración y la expansión del capital financiero condicionando el desarrollo de la periferia.9 No obstante, si bien la fase que se despliega en 1973 no es más que una modalidad específica de este proceso10, los indicadores macroeconómicos muestran tendencias que interpelan los marcos teóricos con los que se analizaba la economía. Por de pronto, los augurios de la modernidad, que planteaba que el crecimiento económico beneficia al conjunto social, es fuertemente interpelado por los altos niveles de desempleo y exclusión social. 11 Las tendencias en curso también gravitan en otras escuelas, tanto en el plano político como en la conceptualización académica. La irrupción de nuevos movimientos sociales plantea una crisis de los sujetos tradicionales, y cuestiona los paradigmas usuales de las Ciencias Sociales.12 Se abren discusiones sobre las clases sociales, el capitalismo y el Estado. Testimonio de esto es el debate sobre la naturaleza del Estado, protagonizado por Miliband y Poulantzas en los años '60 en la New Left Review"13, o el trabajo de Claus Offe sobre el Estado de Bienestar.14 Si bien este proceso ya se percibe a mediados de los '60, con la tesis doctoral de Michael Aglietta15, y con los trabajos de Muller y Neusus16, los análisis más sistemáticos toman cuerpo teórico hacia mitad de los '70. Aparecen entonces los debates en el plano de las modalidades de esta nueva forma de capital y las características que asume el Estado.

La crisis de acumulación de capital, producida en los países centrales en los años '70, con la caída de la productividad y la consecuente baja en la "tasa de ganancia", provoca el cuestionamiento, por parte del capital, de las formas institucionales del Estado de Bienestar. Se acusa al EB de desincentivar la inversión por la alta carga fiscal y de desalentar la productividad del trabajo, por la presión ejercida por los sindicatos. Al mismo tiempo el capital reclama para sí áreas económicas que estaban en órbita estatal y que ahora resultan rentables.

Se inicia entonces un proceso de recomposición del capital que, en respuesta al schok petrolero, abre paso a lo que se ha llamado "Tercer Revolución Industrial", en donde la informatización de los procesos productivos incluye a la creación científico-tecnológica en el desarrollo mismo del capital17. La innovación y el cambio tecnológico, necesarios para la reproducción del capital, se hacen ahora presentes en el mismo proceso de producción18.

Incluso desde perspectivas liberales, las características de este nuevo tipo de capital son analizadas por Jeremy Rifkin19, quien entiende que entramos a una "nueva era", donde la tecnología provoca una reducción acelerada de los puestos de trabajo, con lo cual se hace necesario pensar en un mecanismo diferente al salario como forma de acceso a la riqueza.

Desde otro ángulo, la tesis doctoral de Pablo Levín20, nos da una base para replantear las nuevas formas de la Mercancía que genera el capital tecnológico y que constituyen un eje esencial de las relaciones sociales del capitalismo actual, conceptos estos sobre los que nos detendremos más adelante.

Para ver la incidencia de este proceso en los países de América Latina, nos encontramos con los trabajos de Carlos Ominami21 y Alain Lipietz22, quienes lo hacen con categorías de la corriente "regulacionista", y siguiendo el marco conceptual del "derivacionismo", se puede seguir el texto de Pierre Salama y Gilberto Mathías.23 La riqueza de estas investigaciones reside en que no reducen el análisis de la región al ámbito exclusivamente político de "los procesos de democratización", suparándolos críticamente a partir de un análisis estructural de los cambios del capital.

Algunos comentarios teóricos sobre el Estado Contrario a las tendencias actuales, el presente ensayo pretende exponer algunos ejes tendientes a desarrollar una Teoría del Estado, acotada a analizarlo sobre su base material y en las relaciones sociales donde se despliega. Por ende, no se analiza al Estado en general, sino al Estado capitalista en particular, con sus caracteríscas modernas, y en cada fase específica de acumulación de capital. Así se busca la relación dialéctica del Estado ("lo político") con "lo económico", saliendo de la clásica división estructura-superestructura, y analizándolo desde una interrelación de ambas esferas.

El Estado se expresa en el marco de las relaciones sociales de producción capitalista, por ende no esta separado de las contradicciones que subyacen en el proceso de acumulación de capital y, lo que es más importante, no escapa a sus crisis. Además, el Estado, al presentarse como el garante del "interés general", debe garantizar la cohesión del conjunto social a la vez que es gendarme de las relaciones sociales de producción capitalista. 24 Se sostiene como hipótesis central que para hablar sobre Sociedad Civil y Estado es necesario conocer en profundidad la mutaciones en la forma de acumulación de capital en la nueva fase abierta hacia 1973, buscando indagar la forma estatal que se desprende de la misma. De esta manera es posible entender cómo impactan las crisis de acumulación de capital sobre el Estado y las formas que toma el mismo en cada situación concreta.

El Estado, más allá de presentarse como el garante del "interés general", debe garantizar la cohesión del conjunto social a la vez que es gendarme de las relaciones sociales de producción capitalista. En su seno se manifiestan contradicciones que varían a lo largo de la historia del capital y se expresan diferentes formas de intervencionismo, como veremos luego de exponer el desarrollo histórico.

Análisis histórico Como planteamos al principio, el proceso de globalización se presenta con un aire de frescura juvenil cuando en realidad representa la madurez de un desarrollo histórico. La internacionalización de las relaciones sociales de producción capitalista y la difusión de los valores culturales, sociales y políticos con el asociados, son una constante a través del largo derrotero del capital.25 Desde un inicio la expansión del capitalismo fue barriendo con las arcaicas estructuras feudales, generando instituciones económicas y políticas acordes a esta nueva modalidad social. Pese a que el discurso liberal presenta este proceso como un fenómeno natural, debemos señalar que la transición hacia el capitalismo se produce mediante una fuerte intervención estatal.26 El Estado absolutista es la forma que toma la manifestación estatal en el primer período de transición del feudalismo, en la era del capital mercantil.

Durante la Revolución Industrial podemos ver una serie de revueltas sociales que muestran a trabajadores y empresarios coincidiendo en el objetivo de eliminar los privilegios del antiguo régimen. Serán recién los sucesos de 1848 los que expresarán el conflicto entre el naciente movimiento obrero organizado y el capital.27 El Estado Liberal es un producto de la modernidad, donde se escinden, en forma aparente, la "política" y la "economía". Lo novedoso de este período es que irrumpe la sociedad mercantil, que opera en la circulación bajo un manto de igualdad. Por otra parte, la libertad individual da origen al Estado Moderno, ámbito donde los ciudadanos "libres e iguales" pueden pactar un gobierno.

Al expresarse el proletariado en la escena política, la igualdad se desfetichiza, el Capital refuerza la división técnica del trabajo e intensifica los tiempos de producción, siendo su expresión más acabada el taylorismo28, que tendrá como objetivo mantener altas tasas de ganancia y al mismo tiempo entablar una negociación política con el trabajo. En este contexto el movimiento obrero fue conquistando importantes derechos políticos y sociales, como el sufragio universal y la reducción de la jornada laboral. Esto se produce con la aquiescencia de esta nueva "gestión científica del trabajo", conjuntamente con los cambios tecnológicos que se producen en la fase imperialista, que habrá de integrar al resto del mundo a la lógica del capital, pregonando las virtudes del libre cambio. El soporte ideológico de este proceso será el positivismo y el darwinismo social.29 La crisis del '30, significó la fragmentación de una economía mundial que se había desplegado bajo la hegemonía del patrón oro. Además marcó un cambio sustancial en las sociedades industriales. El Estado Gendarme de la era liberal, comienza a intervenir en la economía. Se modifican los procesos de trabajo, orientándose a la producción en masa, y se aplican políticas sociales tendientes a aumentar el consumo, lo que dará origen al Estado de Bienestar y al fordismo como régimen de acumulación.30 A su vez, América Latina, escindida del mercado mundial, buscará su crecimiento a través del modelo de industrialización por sustitución de importaciones -ISI-. En el plano político, los Estados de tipo Nacional-Popular, intentaban un desarrollo autónomo de la región.31 Durante las décadas del 50-60, las sociedades occidentales entran en lo que algunos autores denominan la edad de oro32, caracterizada por un crecimiento sin precedentes en la historia, acompañado por el pleno empleo y el consumo masivo. La amenaza de expansión del proceso revolucionario que se inicia en la Rusia de 1917 constituye un factor relevante en las concesiones que el Capital está dispuesto a realizar en este período.

Este círculo virtuoso entra en crisis con la caída de la productividad hacia los años '70 y provocan una reorientación de las lógicas de acumulación de capital.33.

Por otra parte la crisis petrolera del '73 incentiva el reemplazo energético, informatizando la producción y permitiendo su descentralización. La organización del trabajo se mundializa, redefiniendo la relación capitalista. La alta tecnificación provoca desempleo y debilita el poder sindical. Irrumpen así, ideas que cuestionan al Estado de Bienestar, y que serán base para programas que reorientan la intervención estatal en el ámbito económico y político.

En América Latina la ISI entra en crisis, el Estado Nacional y Popular ya no integra a los sectores populares. Durante los '70, la zona enfrenta regímenes autoritarios que reestructuran reaccionariamente la región. 34 Cuando en la década del '80 se vuelve a la vida democrática, los países deben enfrentar una profunda crisis económica, con fuerte endeudamiento externo y una alta inflación.

A fines de los '80, las tendencias neoliberales hacen pie en el continente. Hacia finales de milenio nos encontramos con un nuevo orden mundial, que parece garantizar la extensión del capitalismo a escala planetaria. Los vicarios del mercado se apresuran a vociferar el fin de la historia y a vanagloriarse de las virtudes del liberalismo democrático.

Sin embargo, antes de sumarnos al jolgorio neoliberal, conviene reflexionar sobre los problemas que el capital todavía no superó y analizar las nuevas dificultades que enfrenta la acumulación capitalista35. Para ello es un sano trabajo buscar en la historia elementos que nos permitan evaluar los límites que tiene esta fase denominada globalización.

Sobre los dispositivos analíticos En los puntos que siguen se expondrá brevemente los ejes conceptuales a ser utilizados para el análisis de la nueva fase de acumulación de capital y la característica del Estado del período que se abre hacia 1970.

Sobre la regulación.

La Teoría de la regulación se despliega como una escuela de pensamiento a partir de la tesis doctoral de Michael Aglietta36. Su investigación sobre el capitalismo americano logró abrir un debate sobre las categorías de análisis del marxismo, saliendo de la escolástica conceptual más difundida e integrándolas a otras corrientes de pensamiento económico y social. En el trabajo se realiza una interpretación multidisciplinaria e intermetodológica. Se cruzan el neoclasisismo, el keynesianismo, y el marxismo, integrándolos a un análisis de diversas disciplinas sociales, como la historia, la sociología o la antropología.

Esta corriente plantea los conceptos de Estado y Capital para cada momento de la relación entre capital y trabajo. Además pondrán el acento en el proceso de valorización que trasciende las formas mercantiles de apropiación de plusvalor (absoluta y relativa), que se amplían con las modalidades de organización de la "fuerza de trabajo" que posibilitan intensificar su uso en el proceso productivo mediante mecanismos de reducción de tiempos muertos. Lo más interesante del análisis reside en el señalamiento de que en la actualidad el salario (valor mercantil del trabajo) no depende sólo de la "forma institucional" en que ha sido pactado, sino que además esta supeditado por lo que sucede en el ámbito de la circulación, con la depredación del salario nominal debido a la erosión inflacionaria de su expresión monetaria.

El "regulacionismo" entiende al Estado según su forma de intervención, bajo las instituciones que se generan en cada régimen de acumulación y por su relación con cada momento específico de un determinado tipo regulación social. Por ejemplo, en el caso del fordismo, se expresa como forma de intervención estatal el Welfare State. Las crisis son analizadas con una tipología en la cual se trasciende la mera expectativa de su "crisis final", permitiendo adentrarse en el devenir de su proceso cíclico y encontrar la rearticulación de la relación capital-trabajo para cada momento específico de las fases de acumulación.

Para sintetizar, el regulacionismo nos ofrece un conjunto analítico, como: modo de regulación o régimen de acumulación, y las formas institucionales, que nos permitirá ir perfilando un esquema de comprensión del Estado en esta nueva fase.37 Sobre la derivación del Estado La corriente derivacionista sale al cruce de los debates desplegados por Ralph Miliband y Nicos Poulantzas, y a diferencia de estos autores, que desarrollan la Teoría del Estado bajo una autonomía relativa de "lo político", y con textos "políticos" de Marx, contraponen un análisis que llega al concepto de Estado directamente desde Das Kapital.

El derivacionismo entiende que la secuencia fenomenológica (Mercancía- Valor- Dinero- Capital), sólo se garantiza con la categoría Estado, que deriva necesariamente de esta serie y forma parte de la propia relación social capitalista. El Estado es garantía del intercambio mercantil y hace posible, por tanto, la existencia misma de la Mercancía. Además emite y respalda la moneda, mercancía que se expresa como equivalente general y constituye, en la circulación, la expresión mercantil del Valor. El Dinero es lo que permite la escisión de las esferas de la producción y la circulación, dando nacimiento a la separación de la producción material respecto de la apropiación real de la Mercancía. El Estado garantiza las relaciones sociales de producción y la reproducción ampliada del capital y por tanto es el momento del Capital que, apareciendo como una relación social que combina el uso de "fuerza de trabajo" para la producción de Mercancías- Valores, bajo un intercambio desigual mediante el trabajo asalariado (valor pagado al trabajo y que no es igual al Valor generado por la "fuerza de trabajo") es donde culmina la secuencia fenomenológica.

Al igual que las formas desplegadas del Capital, que se presentan bajo las relaciones mercantiles de igualdad, pero esencialmente desiguales bajo el trabajo asalariado, el Estado aparece como expresión de la igualdad ciudadana. Así, la Lucha de clases, producto de la contradicción capital-trabajo, es atomizada en la "interacción" de ciudadanos independientes. En esta relación Capital-Estado, las "crísis económicas" de acumulación, tanto por caída de "tasa de ganancia" o de "realización", producen también una "crisis política" que desfetichiza al Estado y acentúa la lucha de clases, provocando cambios en la relación entre ambos.

Con las categorías analíticas de la Derivación podemos centrar la relación que existe entre el Estado y la acumulación de capital, relacionando a cada crisis del Capital con su manifestación política. Restará aplicar estas categorías al desarrollo histórico del capitalismo, para luego complementarla en el análisis de la fase que se despliega hacia 1973.38 Nueva forma de acumulación en la era del capital tecnológico El conflicto esencial en el capitalismo durante las distintas fases descriptas anteriormente, estuvo centrado en la relación capital-trabajo, donde la manifestación adquirida por el Estado dependía de la forma política que asumía la lucha de clases. Los cambios abiertos por la crisis del capitalismo en los años |70, hicieron pensar que podía darse una ofensiva del movimiento obrero en la superación del Capital. Sin embargo el resultado fue inverso, el capitalismo logró su reestructuración, que le permitió salir victorioso luego de la caída de los llamados socialismos reales.

La profunda crisis que vivían los colectivismos burocráticos y el fortalecimiento del capitalismo, que entraba en una nueva fase ahora llamada globalización, apresuró a muchos intelectuales a declarar la necesidad de descartar el análisis de clases propuesto por el marxismo y repensar la sociedad. El exponente más claro de este llamado fue Ludolfo Paramio.39 Algunos teóricos respondieron favorablemente al llamado del Paramio, otros en cambio, criticaron la apresurada expedición del certificado de defunción Karl Marx. Al respecto, Atilio Borón salió al cruce de estas afirmaciones interpelando a estas corrientes posmaxistas con los siguientes interrogantes: a) +Hasta qué punto las transformaciones recienttes en la anatomía de la sociedad buerguesa han alterado cualitativamente el carácter de las relaciones capitalistas de producción? b) +Ha desaparecido la explotación del hombre por el hombre, es decir, la "esclavitud del trabajo asalariado", en el "tardocapitalismo" de fines del siglo XX?.40 Para no caer en una exclamación ortodoxa de la defensa del pensamiento marxista, debemos analizar los cambios vividos por la manifestación del Capital, explicándolos desde los conceptos elaborados por Marx e intentar comprender cuales son los nuevos interrogantes que se afrontan en la sociedad capitalista actual.

Hasta aquí observamos el despliegue de distintas fases de acumulación de capital, a la vez que se distinguió de manera sucinta cada período histórico del capitalismo recurriendo al instrumental teórico del regulacionismo y el derivacionismo. Pero estas escuelas responden básicamente a las categorías tradicionales del análisis del capital, con lo cual, las crisis están encuadradas en los modelos clásicos que provoca el desarrollo capitalista, sea por "caída de tasa de ganancia" (1873 y 1973) o "de realización"(1930).41 De esta manera el regulacionismo, entiende a esta nueva fase sólo como una redefinición del régimen de acumulación.

Las crisis clásicas del capital provocaron mutaciones en el desarrollo capitalista. La pregunta clave es: +estos cambios trastocan los ejes esenciales desplegados en Das Kapital? 42. Y si es así, +de qué envergadura son estos cambios y cómo se expresa esto en el Estado?. En este sentido, el primer trabajo con ese horizonte lo encontramos ya en el año 1972, casi anticipando la crisis, en el libro El capitalismo tardío de Ernest Mandel43, donde se exponen los cambios esenciales en la tendencia de acumulación de capital. El aspecto central reside ahora en la modificación del proceso de extracción de plusvalor, provocado por la especificidad de los cambios que aporta la llamada Tercer Revolución Industrial, donde la innovación tecnológica se convierte ahora en parte esencial de los mecanismos de explotación. Esto está combinado con la reducción de la rotación del capital fijo y la concentración y centralización internacional del capital que transmuta el ciclo largo tradicional, debido a que así se evita la caída de la "tasa de ganancia" por el aumento de la "composición orgánica de capital". A su vez el Estado, con el gasto público, que no disminuye ni siquiera en la era neoliberal, garantiza el proceso de valorización y por último, la intensificación del comercio internacional habrá de contribuir también a evitar "crisis de realización".

Este es un análisis interesante, pero todavía pone énfasis en los ciclos tradicionales de acumulación. Será recién en la tesis doctoral de Pablo Levín44 donde se despliegan críticamente los conceptos desarrollados por Karl Marx.

Básicamente, Levín entiende que las formas adoptada por la Mercancía en la era del capital tecnológico transmuta las leyes generales del Capital. Las determinaciones específicamente históricas de la Mercancía y, por lo tanto del Capital, fueron analizadas por Marx sólo en el ámbito del capital no-diferenciado, predominante en el siglo XIX. Pero la nueva fase del capitalismo nos muestra un capital diferenciado, potenciado por el cambio tecnológico, y que domina la sociedad capitalista a finales de siglo XX.

La diferenciación del capital se establece en diversos planos En primer lugar, tomando las formas empíricas básicas del capital: industrial, bancario y comercial, donde el capital real es la unidad de estas tres formas y el capital formal pertenece a los capitales comerciales y financieros, el desarrollo del capital no-diferenciado está caracterizado por la preponderancia del capital real.

Con la diferenciación del capital, se observará una preeminencia del capital formal sobre el Capital.45 Pero la diferenciación del capital no es solo formal, se torna real en cuanto la innovación tecnológica pasa a ser parte inseparable de la relación capitalista, y no se ve trabada, como lo señala Mandel, mediante las tendencias que contrarrestan la baja tendencial de la "tasa de ganancia". Esta innovación constituye un capital diferenciado que genera ganancias extraordinarias y tiende a evitar la igualación de las tasas de ganancia, lo cual propicia crisis de carácter sustancialmente diferente. Por otra parte, subordina al subsistema de capital no-diferenciado, con sus leyes clásicas.46 El capital diferenciado provoca una metamorfosis en la "fuerza de trabajo". Esta mercancía no sólo tiene la peculiaridad de conformar un valor de uso y crear valor, sino que además, tiene la propiedad de conservar las condiciones de trabajo, o sea de las formas de producir. Con lo cual, al producirse la diferenciación del capital, la "fuerza de trabajo" comanda un valor, lo que será su característica más relevante. 47 Es así, que el capital tecnológico encuentra ganancias extraordinarias por el uso de "fuerza de trabajo" con capacidad productiva extraordinaria, con lo cual también se diferencia el trabajo. El capital incorpora trabajadores que por su nueva formación conllevan aspectos que son propios de los capitalistas no- asalariados (profesionales y gentes con oficio) que presentan el aspecto social propio de burgueses.48 Esto produce una diferenciación en la sociedad civil, parte de ella es condenada a la desocupación permanente y la parte empleada se ve ante la "... amenaza a un infierno social que le impone disciplina y sumisión al purgatorio del empleo...(en Levín, op. cit., p. 403). Esta forma cambia sustancialmente las posibilidades de existencia material de los trabajadores, condiciona su expresión política y se pierde así la igualdad que le daba la relación mercantil, complicando necesariamente la fetichización de la igualdad ante el Estado desvaneciéndose así la figura del ciudadano.

Esbozo teórico del Estado y el capital tecnológico Los cambios enumerados permiten una reflexión sobre la nueva relación Capital- Estado para redefinir el régimen de acumulación. En primer lugar la relación capital-trabajo, en el ámbito de la organización, se modifica en espacio y tiempo.

Se delega el control de los tiempos de producción, pero se condiciona la relación contractual a los tiempos de la circulación del capital, tanto el fijo como el financiero. El modo de regulación modifica las formas institucionales, siendo la más relevante la intervención del Estado propiciando la flexibilización laboral, y orientando su gasto hacia la educación. No es casual la preocupación del Banco Mundial sobre este tema.49 Si además derivamos el Estado en el capital tecnológico, observaremos que también se diferencia. Por un lado actúa garantizando la valorización de capital, tanto financiando la infraestructura del capital, como modificando la relación contractual capital-trabajo, a la vez que garantiza la estabilidad de la moneda, con lo cual es garante de la realización del plusvalor. Sumado a esto, el capital pierde relación con su base nacional. De esta manera el Estado Nación se subordina a la búsqueda de capitales que estén dispuestos a valorizarse en su espacio territorial. En suma, el Estado proclama abiertamente, como parte de su accionar, la necesidad de crear las condiciones de reproducción de capital, perdiendo así su carácter moderno de igualdad para todos. Ahora se expresará en una (post) modernidad, explícitamente benévola para el capital, perdiendo su carácter moderno de intentar representar el "interés general".La diferenciación se acentúa aún más cuando el Estado, en su relación con la sociedad civil, condiciona derechos modernos a la lógica del capital. Por ejemplo, en el caso de la educación, esta será instrumental y técnica y se orientará a la valorización del capital, despojándose de su carácter emancipador. Se torna así acrítica y meramente cuantitativa, o sea terriblemente vulgar. Incluso el amplio mundo de información que la mass-mediatización nos abre, cae en el efecto "zapping", acentuando la fragmentación social y la individualización que generan recursos como Internet, para aquellos que pueden acceder. En definitiva la exclusión social es uno de los rasgos más relevantes de esta fase.

Y aquí llegamos al punto esencial del debate con algunas versiones del marxismo vulgar, cuando afirman que la gran crisis de este período no es del "capital", sino del "sujeto". En crisis anteriores, donde primaba el capital no-diferenciado, el conflicto capital-trabajo se expresaba en "la política" en cada "crisis económica" y por ende se manifestaba en una crisis del Estado. En la era del capital tecnológico tenemos una exclusión que condena a los individuos al calvario de la marginación o a la subsistencia individual o familiar, con lo cual la identificación inmediata en la política, como sujeto colectivo, se torna remota, debido a que el conflicto no se plantea en una primera instancia contra la explotación, sino por su búsqueda!.

Se retorna de alguna manera a la (pre)modernidad del Estado, donde el individuo encontrará su ración de subsistencia a través de un renovado clientelismo tradicional. Se cae ante la humillación de no recibir sus "wage goods" desde el derecho que le otorga la igualdad formal, por el pago de sus impuestos, sino como dádiva del funcionario, que se ligará a él en la última relación mercantil que puede establecer: vender su ciudadanía formal que ahora se encuentra así mercantilizada. De esta forma se resignará a no votar, a despolitizarse. Desde lo económico se llega así a lo no-político en esta nueva relación que impone el capital diferenciado.

Esta nueva situación nos coloca ante el desafío de encontrar la política en una esfera mucho más compleja, en el ámbito de la sociedad civil, partiendo ahora de condiciones objetivas diferentes, donde existe un "nuevo proletariado", que carece de la homogeneidad de otros tiempos. Interpelando fuertemente a corrientes neoaristotélicas que teorizan sobre La Política sin comprender las bases materiales sobre las que se sustentan las repúblicas del capitalismo actual.

Pensar en reconstruir la esfera pública implica reciudadanizar al individuo.

No cabe duda que, a pesar de las diferenciaciones a que hemos aludido, existen intereses que pueden ser articulados en un proyecto político. El problema es cómo reciudadanizar desde esta base al individuo, para no dejarlo lumpenizarse, y recuperarlo para el cambio. Esto nos lleva a buscar una nueva cultura que logre articular sujetos sociales capaces de desestructurar el proceso de mercantilización del conjunto de las relaciones sociales que alienta el Capital en su fase actual. Se necesita recuperar a los ciudadanos, para que nuevamente aseveren su representación en el Estado, construyendo una democracia real, desprendiéndose de los designios de la posmodernidad. Experiencias de participación y organización social podemos encontrarlas en diferentes movimientos sociales y democráticos. El interrogante reside en observar si estos "nuevos sujetos sociales" pueden interpelar al capitalismo y trascenderlo. Sólo "la política" nos hará libres, necesitamos recuperarla para evitar caer en la barbarie.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Invierno de 1998.

Globalización: fase superior del capital.

Tomando : Regulacionismo y Derivacionismo.

Formas del Capital

1- M - M 2- M - D - M 3- D - M - D' 4- D - M- P - M' - D' 5- D - M - P - M'- D' K /W

Formas del Estado 1- Estado Absolutista 2- Estado Nacional 3- Estado Liberal 4- Estado de Bienestar 5- Estado Neoliberal

Formas Soc. Civil 1- Productor- Mercader 2- Mercader 3- Capital Comercial 4- Capital Industrial 5- Capital Financiero Kf-Ki-Wi-Wm-Kc

Estado y Capital Tecnológico

Forma del Capital (Tesis Levín): D-M-(P= Ktg/Wi)-M'-D'

Forma del Estado: Sin Tg = Desciudadanización y Exclusión Social.

Forma Sociedad Civil: Kf - (Ki - Wi)tg / (Wm- Kc)exclusión

Diferencias con Das Kapital

Capitalismo en Marx

Kf ^ Ki: Clase Dominante Wm: Clase Explotada Wi ^ Kc: Clase intermedias

Ciudadanía formal- inclusión material salarial

Capitalismo actual

Kf ^ Ki: Clase Dominante Wi: Clase Explotada Wm ^ Kc: Clase Excluída

Cuidadanía formal y exclusión material

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NOTAS

* Los puntos esenciales de este ensayo fueron elaborados para el Seminario: "Cambios en la intervención del Estado en la fase capitalista de globalización", a cargo del Dr. Marcelo Matellanes, en la Maestría de Historia Económica y Políticas Económicas, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires. Además será publicado en los Anales de la Asociación de Economía Política de 1998.

Agradezco los comentarios y sugerencias de los profesores Pablo Levín y Mario Toer, el Lic. Eduardo Crespo y la Lic. Sylvia Ruiz Moreno ** Licenciado en Ciencia Política-UBA. Especialización en Historia Económica.

1 HOBSBWAN, Eric, La era de la revolución 1789-1848, Crítica, Buenos Aires, 1997.

2 BORON, Atilio, "La transición hacia la democracia en América Latina: Problemas y Perspectivas", Ponencia al XV Congreso Mundial de la IPSA, Bs. As., 1991.

3 NUN, José, "La democracia y la modernización, treinta años después", Ponencia al XV Congreso Mundial de la IPSA, Bs. As., 1991.

4 SMITH Adams, Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, FCE, México, 1987; RICARDO, David, Principios de Economía Política y trubutación, FCE, México, 1987; MARX, Karl, El Capital: Crítica de la Economía Política,FCE, México, 1986.

5 KEYNES, John Maynard, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, FCE, México, 1992.

6 BARAN, Paul A. y SWEEZY, Paul M., El capital monopolista, Siglo XXI, México, 1969.

7 SALAMA, Pierre, Sobre el valor. Elementos para una crítica, Era, México, 1975 y SRAFFA Piero, La producción de mercancías por medio de mercancías, EIKOS Tau, Barcelona, 1965.

8 Concomitantemente puede observarse la creciente participación del Banco Mundial, con su orientación neoclásica, en proyectos de desarrollo económico para la región, desplazando al CEPAL, de inspiración keynesiana, del rol que tuvo décadas pasadas. Cfr. ONU, organismos multilaterales en Argentina 1995-1996.

9 Cfr. LENIN V.I. , Imperialismo, fase superior del capitalismo, Edit. Polémica, Bs. As. , 1974; LUXEMBURGO, Rosa, La acumulación del capital, Siglo XXI, Bs.As. , ; HOBSBWAM Eric., La era del Imperio, Labor, Barcelona, 1990; SCHUMPETER, J.A., Imperialismo y clases sociales, Madrid, Tecnos, 1986; ROSTOW, WW, Las etapas del crecimiento económico", México, Bs.As., 1961. entre otros.

10 MANDEL, Ernest (1972), El capitalismo tardío. Era, México, 1978.

11 Cfr. FORESTER Viviane, El horror económico, Fondo de Cultura Económica, Bs. As., 1997.

12 MARCUSE, Herbert, El hombre unidimensional, Planeta Agostini, Bs. As., 1993. (Orig. 1954).

13 Cfr. POULANTZAS, MILIBAND y LACLAU, Debates sobre el Estado capitalista, Imago Mundi, Bs. As. 1990.

14 OFFE, Claus, Contradicciones en el Estado de Bienestar, Alianza, Madrid. 1991.

15 AGLIETTA, Michael, Regulación y crisis del capitalismo, Siglo XXI, México, 1986.

16 MULLER, W. y NEUSUS, C. , The ilution of the State socialism and the contradiction between wage-labor and capital, Telos, vol.25, 1978.

17 GENTILI, Pablo, "Geografía del beneficio y monopolio del conocimiento en la tercer revolución", en El impacto social de las nuevas tecnologías. FUBA, Bs. As., 1992, p. 8.

18 Cfr. TOFFLER, Alvin, La tercer ola, P&J, 1987. CORIAT, Benjamin, Ciencia, técnica y acumulación de capital, Blume, 1978, DRUCKER, Peter, Las nuevas realidades, Sudamericana, 1990. entre otros.

19 RIFKIN, Jeremy, El fin del trabajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo: el nacimiento de una nueva era, Paidós, Bs. As., 1996.

20 LEVIN, Pablo, El capital tecnológico, Catálogos, FCE, UBA, Bs. As., 1997.

21 OMINAMI, Carlos, El tercer mundo en la crisis, GEL, Bs. As., 1987.

22 LIPIETZ, A., Mirages et miracles. Problemes de l'industrialisation das tiers monde, La Decouverte, París, 1985.

23 SALAMA, Pierre, y MATH-AS, Gilberto, El Estado sobredesarrollado, Era, México, 1986.

24 HOLLOWAY, Jhon, y PICCIOTTO, Sol, "State and Capital", en revista "Capital & Class", N| 2, Summer, 1977, pp.76-101.

25 RAPOPORT, Mario, "La globilización económica: ideologías, realidad, historia", en Revista CICLOS: en la historia, la economía y la sociedad, Año VII, VII, N|12, 1997, pp.3-42.

26 POLANYI, Karl, La gran transformación, Edit. Claridad, Bs. As., 1947, cap, 12.

27 MARX, Karl y ENGELS, Frederich, El Manifiesto Comunista, varias ediciones; HOBSBWAN, Eric, La era de las revoluciones, Labor, Barcelona, 1987.

28 Sobre Taylorismo, ver concepto en CASTILLO, José y RAUS, Diego, "Introducción a la Escuela de la regulación", op. cit., p. 8.

29 HOBSBWAN, Eric, La era del imperio,Labor, Barcelona, 1990, cap, 2.

30 Sobre Fordismo, ver definición en CASTILLO, José y RAUS, Diego, ídem, p.9. Por un despliegue histórico de los conceptos ver: FARRAN, Gabriel, "Taylorismo, fordismo y americanismo", en POZZI, P., ELISALDE, R., GONZALEZ CHIARAMONTE, C. y FARRAN G. (comps.), El conflicto en la historia de los Estados Unidos, Edic. Manuel Suarez, Bs. As. , 1992, pp. 241-250.

31 SALAMA, Pierre, y MATH-AS, Gilberto, op. cit.

32 HOBSBWAM, Eric, Historia del siglo XX, Crítica, 1996.

33LOPEZ, Andrés y DIAZ PEREZ, José Luis: "Tristeza y melancolía del capitalismo", en Realidad Económica, N| 92/3; Bs. As, 1990.

34ANDERSON, Perry, "Democracia y dictadura en América Latina en la década del '70, en Cuadernos de Sociología , N|2, Serie Teoría, Carrera de Sociología, UBA, 1988.

35 MANDEL, Ernest (1972), El capitalismo tardío. Era, México, 1978.

36AGLIETTA, Michael, Regulación y crisis del capitalismo, Siglo XXI, México, 1986.

37 Este breve resumen se realizó con BOYER, Robert e SAILLARD, Yves, Teoría de la regulación: estado de los conocimientos, Of. Public. CBC-UBA, Vol. 1, 1996, Vol.

2, 1997 y Vol. 3 1998; BOYER, Robert, Teoría de la regulación: un análisis crítico, Hvmanitas, Bs.As., 1989; CASTILLO, José y RAUS, Diego, "Introducción a la Escuela de la regulación", en "Episteme", DOXA, Año N|3, 1994.

38 Ver: HOLLOWAY, Jhon, y PICCIOTTO, Sol, "State and Capital", op. cit., JESOP, Bob, "Teorías recientes sobre el Estado Capitalista", tomado de Cambridge Journal of Economics, 1977, 1, 353-375.

39 PARAMIO, Ludolfo, Tras el diluvio: La izquierda ante el fin de siglo, Siglo XXI, Nov. 1988.

40 BORON Atilio, "Tras el diluvio siempre sale el sol. La Teoría Política marxista entre las transformaciones del capitalismo y el derrumbe de los socialismos realmente existentes", en Estado, Capitalismo y Democracia en América Latina, Imago Mundi, Bs.As., 1991, p. 243.

41 Para un estudio más amplio de las crisis capitalista, ver SWEEZY, Paul, Teoría del desarrollo capitalista, FCE, México, 1945.

42MARX, Karl, El Capital, FCE, México, 1986.

43 MANDEL, Ernest (1972), El capitalismo tardío. Era, México, 1978 44 LEVIN, Pablo, El capital tecnológico, Catálogos, FCE, UBA, Bs. As., 1997.

45 -dem, p. 317.

46 -dem, p. 332.

47 -dem, p. 346, Se cita Marx, Karl, Das Kapital, vs. eds., Tomo 1, caps, I y IV.

48 -dem, p. 351.

49 Cfr. ROMERO, R, WELP, Y., IGLESIAS, G. y POLIMENI F., "Hacia un análisis integral del FOMEC", ponencia del 2| Encuentro Nacional "La Universidad como objeto de investigación", CEA, UBA, Bs. As., 1997.

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