49 Congreso Internacional del Americanistas (ICA)

Quito Ecuador

7-11 julio 1997

 

María Beatriz Cremonte y Mercedes Angélica Garay de Fumagalli

ARQUEOLOGIA

13. Simposio " Intercambio y comercio en Los Andes: La interacción Tierras Altas - Tierras Bajas desde una perspectiva Arqueológica y Etnohistórica "

Ponencia:

El enclave de Volcán en las vinculaciones transversales de la región meridional del Valle de Humahuaca (Noroeste de Argentina).

Autores:

María Beatriz Cremonte

Mercedes Angélica Garay de Fumagalli

Las evidencias del registro arqueológico del enclave de Volcán, permiten generar hipótesis sobre la articulación entre el sector meridional del valle de Humahuaca y su borde oriental (Yungas Occidentales), con las cabeceras de la Quebrada del Toro (borde sudoriental de la Puna Salteña).

Esta interacción se habría visto impulsada por la necesidad de acceder a los recursos de Yunga. La característica distintiva de este sector meridional del valle es la proximidad del ámbito de Yungas, que se encuentra a menos de una jornada de marcha desde el Pucara de Volcán, o sea el piso ecológico de Prepuna.

Al analizar la localización de este bolsón ecológico, situado en la Cuenca Superior del río Corral de Piedra, se observa que sus recursos son fácilmente accesibles desde las tierras altas mencionadas. Los fechados cronométricos obtenidos indican que el mismo ha sido ocupado desde el 800 A.D. hasta por lo menos el 1440 A.D., denotando un intenso uso del espacio, ya que se detectaron 23 sitios en las cuencas de los ríos Tiraxi y Tesorero. Estos sitios presentan patrones estructurales distintos que se corresponden con sus emplazamientos en los diferentes pisos ecológicos de la formación de Yungas.

El Pucará de Volcán situado frente a la cuenca superior del río Corral de Piedra es el único sitio de primera jerarquía en la zona, probable cabecera de un señorío meridional que se desarrolló durante los períodos de los Desarrollos Regionales e Incaico (Intermedio Tardío y Tardío), a partir aproximadamente del 1200A.D.

DESCRIPCIÓN AMBIENTAL

La región sobre la que estamos desarrollando nuestras investigaciones forma parte del extremo meridional de los Andes Centrales, los mismos presentan en esta latitud un ensanchamiento y elevamiento general conocido como altiplano andino. A su vez, esta zona presenta tres franjas altitudinales que decrecen de Oeste a Este, generando hacia el sureste una serie de elevaciones, valles intermontanos y cuencas de desague que van perdiendo altura hasta llegar a la llanura chaqueña. Los sistemas hídricos, cuando no son endorreicos, llevan las aguas hacia la vertiente atlántica, por lo que todo este ámbito geográfico pertenece a los Andes Orientales

El sistema presenta un relieve abupto y escarpado, que corresponde a su estadio geomórfico. De acuerdo a las estructuras de bloques dominantes, se halla atravesado transversalmente, de Oeste a Este, por una serie de valles angostos, denominados regionalmente quebradas y valles intermontanos que en general se conectan con los dos grandes colectores que se destacan en la porción Norte de los Andes Meridionales: La Quebrada de Humahuaca y la Quebrada del Toro que, desde su génesis en el Plioceno constituyen los mayores sistemas hidraúlicos de la región. Estas quebradas se caracterizan por su ubicación en sentido longitudinal, netamente de Norte a Sur la primera y de N.O. a S.E. la segunda, sobre todo en su cauce superior y medio (Santillán de Andres,Barbieri de Santamaría y Ricci1968). Estos valles intermontanos, de acuerdo a su altura, presentan diferenciaciones ambientales internas, según se trate de las cabeceras o del curso medio e inferior de los mismos.

La Quebrada de Humahuaca, valle del río Grande, es la más septentrional de las existentes en nuestro pais, se inicia en las abras del Sur del cordón de Santa Victoria y Sierra del Aguilar y va perdiendo altura y ensanchándose hasta finalizar en el valle de Jujuy (Kuhn 1923 ) . A lo largo de su recorrido y según el gradiente de altitud que corresponda, van cambiando como dijimos, las condiciones ambientales, que en el curso superior y medio corresponden a un ámbito puneño y prepuneño respectivamente y en el inferior, a partir de la cuesta de Bárcena (Localidad de León) presenta un ámbito de Yungas Occidentales y más específicamente al piso de Selva Montana o pedemontana (Brown 1992 ) .

La Quebrada del Toro nace en el extremo norte de la sierra del Chañi, recibiendo el aporte fluvial que proviene de la misma y de las aguas del los Nevados del Acay por medio entre otros, del río Tastil. Esta poderosa quebrada que se presenta como un valle en forma de V de perfil simétrico en su tramo superior, va ensanchándose y aplanándose a medida que se acerca al valle de Lerma, hasta explayarse notablemente formando un amplio cono de deyección en la zona próxima a Campo Quijano. Como en la Quebrada de Humahuaca, el gradiente altitudinal va generando un cambio en el medioambiente que pasa de un ámbito puneño en el tramo superior al de monte chaqueño en la porción final de la Quebrada.

Estas quebradas intermontanas se conectan entre si, sobre todo la porción de las cabeceras de la Quebrada de Toro y el sector meridional de la Quebrada de Humahuaca, por las tierras altas del borde oriental de la Puna y las numerosas quebradas transversales que unen estas con la última. De Sur a Norte podemos enumerar las quebradas del Morado, Reyes, León, Tumbaya Grande, y el Abra de Pives que lleva a la de Purmamarca, todas ellas constituyen excelentes vías naturales de comunicación.

Por otra parte, las mismas se constituyen en un ecotono entre dos unidades geomorfológicas diferenciadas. Hacia el Oeste, en ambos casos, se eleva el macizo de la Puna en su borde oriental y hacia el Este y el Sur se extienden los valles pedemontanos, cálidos y húmedos de la vertiente también oriental de los Andes, que van decreciendo en altura hacia la llanura chaqueña. Según la terminología empleada por Brush (1982) para los Andes Centrales encontraríamos un ámbito de Jalka en las alturas del Oeste y las cabeceras de las Quebradas, un ámbito de Queshwua en el sector central de las Quebradas y un ámbito de Yungas en el extremo meridional y los territorios que se extienden hacia el S.E. de las mismas. FIG.1

Caracterización ambiental de la Quebrada de Humahuaca en su porción meridional.

El sector meridional de la Quebrada se extiende desde la localidad de Volcán (2.100 m.s.n.m.) hasta el valle de Jujuy, (1.300 m.s.n.m.) . En esta sección se produce un brusco cambio de altura desde la mencionada localidad de Volcán hasta el pie de la cuesta de Bárcena que a través de 20 Km. de distancia, desciende hasta los 1.700 m.s.n.m.

Este cambio altitudinal obedece a la presencia del gran conoide de deyección que provoca el Arroyo del Medio y que se constituye en el límite sur (climático y de vegetación) de la sección central de la Quebrada de Humahuaca (Ottonello,1994 a ) . En razón de lo anteriormente descripto, se presentan en este sector (donde está enclavado el yacimiento de Volcán) características transicionales entre el ámbito Prepuneño y el de Yungas empobrecidas.

Si bien esta zona recibe todavía el aporte de la humedad que proviene de las masas de nubes que chocan contra el conoide generando lloviznas, nieblas y nubes bajas, éstas llegan muy disminuidas por la altura y por lo tanto la formación fitogeográfica es la de estepa de gramíneas con desaparición de cubierta arbórea y con presencia de arbustos de tusca ( Acacia Aroma ) y churqui ( Prosopis ferox ) ( Ottonello, op. cit.) .

En esta latitud las tierras del fondo de quebrada están constituídas por sedimentos finos de composición arcillosa impermeables y anegadizos, originando un "ciénago" permanente, poco apto para la agricultura.

A partir del "Angosto de Volcán" , estrechamiento provocado por el Río Grande que disecta el gran cono de deyección, se produce un aumento de las precipitaciones y temperatura producto del descenso en la altitud del cono (cuesta de Bárcena), que genera la aparición del ámbito de Yungas en su piso de Selva Montana. Así, desde la localidad de León se observa una cubierta vegetal constituida fundamentalmente por árboles de gran porte como el ceibo ( Erytrina falcata) , tipa blanca ( Tipuana tipa ), lapacho ( Tabebnea avellanedae ), yuchán ( Chorisia insignis ) y numerosas epífitas y enredaderas. Hoy el factor antrópico ha dotado a la zona de especies domésticas como álamos, eucaliptus y sauces y provocado también la desaparición, en casi todo el fondo de valle, del bosque nativo.

Caracterización ambiental de las tierras altas

Hacia la región occidental del yacimiento de Volcán, las tierras se elevan considerablemente por la presencia del macizo andino, en esta latitud, representado por el Altiplano argentino-chileno. La zona ubicada entre los 3.500 y 4.500 m.s.n.m., se convierte a partir de los 3.700 m.s.n.m. en una estepa xerófila que presenta como flora característica tolares, cactáceas, yaretas y algunos churquis. Cuenta sin embargo, con importantes recursos entre los que se destacan la sal (las Salinas Grandes se hallan a la misma latitud que el yacimiento de Volcán), los camélidos y minerales muy buscados como la obsidiana.

Varias quebradas transversales comunican como ya hemos dicho a la Quebrada de Humahuaca con las tierras altas. Se destacan de Norte Sur la Quebrada de Tumbaya Grande que continúa en la Quebrada de la Cárcel y las Quebradas de León-Despensa y Reyes. Dos jornadas de marcha permiten acceder a la actual ruta nacional Nº 40, antiguo camino del Inca, que comunica directamente con la Puna jujeña y sitios como El Moreno (a la misma latitud) ó hacia el norte Casabindo, Cochinoca y otras localidades puneñas. Hacia el S.O. se accede directamente, en otra jornada de marcha, a las cabeceras de la Quebrada del Toro y sitios arqueológicos de la importancia de Tastil y Morohuasi. Continuando hacia el Oeste diversos pasos, entre ellos Jama, permiten llegar a las vertientes occidentales de los Andes y al Océano Pacífico.

Caracterización ambiental de los valles orientales

La porción a considerar de los valles orientales de Jujuy, al Este de la cadena de Volcán, pertenece al ámbito de las Yungas occidentales o empobrecidas (Cabrera 1971), denominadas también Selvas Occidentales y comprende desde el punto de vista ecológico los siguientes pisos altitudinales:

A más de 2.300 mts. s.n.m. Praderas o pastizales de altura.

2.300-1.600 mts. s.n.m. Bosque Montano.

1.600-500 mts. s.n.m. Selva húmeda.

500-350 mts. s.n.m. Selva de transición con la Provincia Chaqueña.

Todos los yacimientos prospectados se ubican en el piso que corresponde al Bosque montano y a su vez, dentro del mismo a la formación de Bosque del Pino del Cerro, ya que este piso comprende dos formaciones fitogeográficas: 1) Bosque del Aliso y Queñoa entre los 2.100 mts. y los 1.900 m.s.n.m..; 2) Bosque del Pino del Cerro y Parque, ambos entre los 1.900 mts. y 1.600 m.s.n.m.

La formación correspondiente al Bosque de Pino del Cerro ( Podocarpus parlotorei) se asocia a otras especies abundantes en la zona, principalmente nogal ( Yunglans australis ) y cedro ( Cedrella sp. ) y en la base del mismo, las mirtáceas como mato y arrayán y especialmente cebil ( Anadenanthera macrocarpa ) (Garay de Fumagalli 1992).

Este piso ecológico es especialmente apto para la instalación humana, ya que sus recursos económicamente potenciales combinan las especies vegetales antedichas con abundantes recursos de caza como corzuelas ( Mazama sp. ) y chancho del monte (Scrofa sp.) ; así como pava del monte ( Penélope sp.), oca del monte ( Mochen jubata ) y charatas (Ortalis sp.) ; recursos ictícolas y de recolección como la miel y plumas de diversas aves. Las formaciones de parque ofrecen asimismo, "campitos" naturales, muy aptos para la siembra. En este sentido es necesario acotar la posibilidad que aquí se haya podido realizar la michca o siembra anticipada de maíz (Sánchez y Sica 1994) pues a partir de agosto-septiembre las condiciones de calor y humedad medio ambiente así lo permitirían, como también la obtención de papa semilla (Albeck 1994).

EL PUCARA DE VOLCÁN

El yacimiento de Volcán está situado en un cono suspendido transversal a la Quebrada de Humahuaca. El mismo se eleva más de 150 metros sobre el fondo de la quebrada y presenta una altura de 2.070 m.s.n.m.. Está ubicado a N.O. del angosto del Volcán, antes de que se produzca el descenso de altura, producto del conoide de deyección del Arroyo del Medio, pero a no más de 10 Km. del mismo. Destacamos que esta ubicación es muy significativa, ya que se encuentra emplazado en un ámbito de prepuna, acorde al medio natural propio de los pueblos andinos, pero en un ecotono que lo acerca a los variados recursos de otros nichos ecológicos, propios de los valles más cálidos y húmedos. Por otra parte, el sitio recibe más humedad, debido a mayores precipitaciones y neblinas persistentes (lo cual atenta contra la conservación del registro arqueológico). Debido a estas condiciones las tierras de los faldeos occidentades se ven favorecidas para la agricultura y ofrecen excelentes pasturas.

Es un sitio conglomerado denso, que se presenta como una unidad estructural homogénea, con intervinculación entre los edificios; vías de circulación principales y secundarias; sector de enterratorios segregada; montículo artificial importante separado del resto del conjunto habitacional por una pirca muy bien elaborada; neta separación del área de vivienda en relación a la de cultivos y pastoreo y con forma externa definida por su adecuación a la geoforma que ocupa. Se extiende en el extremo oriental del cono suspendido siendo su eje máximo de 700 metros y variando el ancho según la forma del terreno, entre los 50 y 100 metros.

Presenta unos 600 recintos (todos rectangulares con ángulos redondeados) de distinto tamaño. Estos son tanto unidades simples como compuestas, a veces intercomunicadas y en el que se asocian recintos desiguales entre si. Se halla partido al medio longitudinalmente por una importante vía de circulación que divide al sitio en dos mitades, la Norte y la Sur. De la misma parten otras vías secundarias laterales que delimitan áreas habitacionales definidas, en ningún caso los recintos abren hacia el camino principal. FIG.2

El área de enterratorios está segregada del área de habitación y se ubica al N.O. del conglomerado principal. Se ha encontrado sólo un enterratorio en el piso de un recinto-habitación y éste es de características muy especiales (Suetta 1969). También se hallan tumbas dentro del área residencial, incluídas dentro de recintos más grandes ¿patios? y adosadas a las pircas que los delimitan. Tanto las pertenecientes a la necrópolis, como las que están incluídas en el área de residencia, son circulares. En general las pircas que las constituyen son dobles, a veces presentan grandes lajas puestas una a continuación de otra; el tamaño varía y algunas de ellas parecen haber sido grupales, esto está atestiguado por los hallazgos que se han realizado en su interior, donde se han encontrado huesos pertenecientes a más de un individuo (Gatto l946, Suetta l969).

El cono está limitado al Sur y al Norte por surcos de escurrimiento. Sobre las laderas contiguas se ubican otros recintos aislados de distintos tamaños que denotan una intensa ocupación del espacio y la saturación del mismo. En una elevación que está frente al sitio, dividida del mismo por la Quebrada de la Mina, hemos detectatado algunas estructuras que parecen presentar características diferentes a las estudiadas en el sector central. A pesar de la enorme disturbación producto de los corrimientos del terreno, algunos ángulos de recintos parecen ser rectos. En este sector se encontraron bordes de aríbalo y otro casi completo. Por ello, realizaremos excavaciones para constatar si presenta construcciones que muestren un patrón constructivo incaico.

Como dijimos anteriormente, hacia el Oeste se halla una zona de producción agrícola-ganadera que se extiende hasta el pedemonte occidental. En ella se detectaron grandes alineamientos de muros destinados a corrales y/o estructuras agrícolas, las mismas son abundantes y cubren los terrenos más cercanos al yacimiento.

CRONOLOGIA

Excavados tres basureros ubicados en diferentes sectores y datadas las muestras de carbón extraídas, obtuvimos los siguientes fechados cronométricos :

Volcán - B.1:

Proc. 12 - Nivel 5: 450±60 A.P Cal. A.D. 1.440

Proc. 23 - Nivel 8: 560±50 A.P. Cal. A.D. 1.410

Proc. 42 - Nivel 17: 530±70 A.P. Cal. A.D. 1.420

Proc. 64 - Nivel 21: 670+60 A.P. Cal. A.D. 1.350

Volcán- B.2:

Proc. 5. - Nivel 4: 440+60 A.P. Cal. A.D. 1.533

Volcan- B.3:

Proc.16 - Nivel 17: 60+70 A.P. Cal. A.D. 1.168

RELACIÓN DEL PUCARA DE VOLCAN CON OTROS SITIOS DEL SECTOR MERIDIONAL

El gran yacimiento de Volcán se presenta muy aislado de otros de su misma envergadura, hacia al Norte no hay otros similares hasta la Quebrada de Purmamarca y hacia el Sur es el último sitio de estas características. Las prospecciones encaradas nos permitieron individualizar otro sitios menores, pequeños ó medianos semi-conglomerados ó grandes recintos aislados en la localidad de Huajra, en la quebrada de Coiruro (situadas ambas al Norte, a menos de 5 Km. de distancia) y en los pedemontes occidentales y meridionales que lo rodean, todos en indudable asociación espacial con el sitio mayor.

Hacia el Oeste, a lo largo de las Quebradas de Tumbaya y León se encuentran numerosas estructuras que corresponden a grandes corrales, en la mayoría de los casos aislados y en otros como en Canchayoc, (ubicado en el faldeo del cerro Cobre), e Inticancha, (en las nacientes del río Despensa y del río Colorado), en asociación con otros del mismo tamaño (Ruiz 1995). Los sitios de Cerrillos y Río Colorado, con estructuras circulares, denotan una problemática distinta, posiblemente asociada a la presencia incaica en la región. Todos estos sitios habrían estado destinados al manejo pastoril o funciones de almacenaje.

Las investigaciones desarrolladas al oriente del yacimiento permitieron detectar numerosos sitios, pero ninguno presenta la dimensión ni la complejidad estructural del Pucara de Volcán y consideramos que funcionaron como asentamientos satélites del anterior, ( G. de Fumagalli, 1992, 1994). Estos asentamientos de los valles orientales, ubicados a sólo una jornada de marcha del Pucará de Volcán, presentan peculiaridades llamativas en cuanto a su instalación: entre los 23º 8' y los 24º Latitud Sur, o sea en la cuenca superior del río Corral de Piedra la ocupación prehispánica del espacio fue intensa, sobre todo en el piso correspondiente al bosque montano, en la formación de Pino del Cerro y la franja del Aliso.

En todos los casos, los sitios arqueológicos prospectados corresponden a núcleos semi-conglomerados que no exceden los cuarenta recintos de distintos tamaños, sólo Alto Cutana y El Tinajo son más grandes y debemos hacer constar que los fechados que brindan ambos difieren de los demás obtenidos, (por otra parte el fechado de El Tinajo, realizado por aceleración de partículas, tiene un sigma muy significativo que es necesario discutir). Estos núcleos semi-conglomerados presentan una serie de características estructurales semejantes: recintos mayoritariamente de planta rectangular, contruídos con pircas dobles, jambas bien definidas, los pisos aparecen a los 40 ó 45 cm. de profundidad.

Se han ubicado cinco sitios en el piso correspondiente a las praderas de altura, sobre los 2.100 m.s.n.m. en la cuenca del río Tiraxi Chico. Difieren del resto ya que corresponden a recintos-habitación aislados ó a grandes estructuras que parecen haber sido utilizadas como corrales.

En el piso correspondiente al bosque montano, formación de pino del cerro en transición al aliso (entre los 1.900 y 2.100 m.s.n.m.) se han detectado los yacimientos de: Laguna, Cebadilla, Mesada, Potrerillo, Alto Cutana, El Tinajo y Los Toldos, en la cuenca del río Tesorero. Todos ellos son yacimientos semi-conglomerados que responden a la descripción general, presentando sin embargo diferencias en relación a los sitios ubicados en la cota inferior a los 1.900 m.s.n.m. , ya que el patrón es más disperso, denotando menos concentración de recintos-habitación, los que aparecen espaciados por la presencia de recintos más amplios.

En la cota de los 1.900 a los 1.600 m.s.n.m. , en el bosque montano, (formación de Pino del Cerro) se prospectaron los yacimientos: A.P. I y A.P. 2, ambos sobre el arroyo Escalera, afluente del Tiraxi Grande; Lagunita, sobre el río Tiraxi Grande; La Bolsa, Piedra Parada , Media Loma y Puesto Méndez, todos en la cuenca del arroyo del Sauzal, que desagua hacia Ocloyas.

Estos sitios, que también responden en cuanto a su patrón de asentamiento al descripto en general, tienen la particularidad de ser semi-conglomerados concentrados y de estar ubicados en zonas de bosque más denso y no tienen recintos amplios dentro del núcleo de instalación, como sucedía en los ubicados en la cota superior.

Las dataciones cronométricas obtenidas en las excavaciones, pertenecientes todas a pisos de ocupación, dieron los siguientes fechados (calibrados con el programa de Struiver y Pearsons, 1993).

A.P. I proc. 36.1 530±50 Cal. A.D. 1.420 L.A.T.Y.R.

A.P. I proc. 37.1 580±60 Cal. A.D. 1.400 L.A.T.Y.R.

A.P. I proc. 63.6 590±50 Cal A.D. 1.400 L.A.T.Y.R.

La Bolsa proc. 83 530±70 Cal A.D. 1.420 BETA INC.

Alto Cutana proc. 88 980±80 Cal A.D. 1.030 L.A.T.Y.R.

El Tinajo proc.79 1260+170 Cal. A.D. 800 BETA INC.

De acuerdo a lo antedicho, los sitios ubicados en el piso superior del Bosque Montano y de datación más antigua, parecen haber correspondido a emplazamientos omaguacas, dedicados fundamentalmente a la producción agrícola, en tanto los correspondientes a las cotas inferiores y de datación más reciente, serían producto de una reorganización e intensificación en la búsqueda y obtención de recursos de Yunga, muy requeridos por su carácter complementario, en relación a la producción de las tierras altas y por lo tanto, bienes de gran interés y valor para las jerarquías políticas.

Los fechados cronométricos de API de Tiraxi y La Bolsa, así como el análisis cerámico, permiten afirmar que estos sitios fueron ocupados en momentos en que en la Quebrada de Humahuaca y específicamente en el yacimiento de Volcán, era indudable la presencia incaica. Por esta razón sostenemos que estos sitios fueron enclaves instalados en los valles orientales, bajo el mandato imperial a fin de incentivar la explotación de los recursos de Yungas. La circulación de este tipo de bienes pudo haber sido realizada de manera directa o indirecta; ya sea que se tributara en energía para su extracción, o mediante la organización de la obtención o producción directa de dichos bienes, destinados a sostener una red de intercambio de dones y contradones entre las jerarquías locales y las Cuzqueñas, como lo demandó el modelo económico y político que sustentó al imperio Incaico.

CERAMICA

La cerámica del valle de Humahuaca fue caracterizada y definida fundamentalmente a partir de contextos de excavación y de colecciones procedentes de los sitios de mayor visibilidad ubicados a lo largo del eje del Río Grande desde Purmamarca hacia el Norte. Las excavaciones llevadas acabo en el Pucara de Volcán a mediados de siglo, indicaron que su cerámica se integraba al patrón estilístico regional. El mismo y para el Período de los Desarrollos Regionales (Intermedio Tardío), se caracteriza por la profusión de vasijas decoradas con diseños geométricos en negro sobre engobe rojo (Tradición altiplánica tardía), tanto en el interior de pucos y escudillas como en el exterior y bordes internos de cántaros y ollas de cuerpos subglobulares y bordes expandidos. Los pucos Poma, únicos con decoración externa (banda curvilínea en negro sobre fondo rojo); los pucos con interior negro pulido y las ollas con decoración incisa circular o arrastrada en sus cuellos (Angosto Chico Inciso) forman parte también de los contextos de este momento así como del incaico.

A partir de este patrón general y en función de nuestra perspectiva de investigación, era necesario encarar el estudio de la cerámica del sector meridional con el propósito de detectar la existencia de atributos que reflejaran posibles idiosincracias locales de manufactura y decoración. Por otro lado, era necesario identificar al conjunto de vasijas no locales y/o con rasgos compartidos con alfarerías de otros ambientes que permitieran sustentar planteos sobre modelos de integración y redes de interacción con las tierras altas occidentales y con las bajas orientales, en relación con distintos momentos de la historia ocupacional.

Rasgos diferenciales de los contextos cerámicos del sector meridional y correlaciones.

A nivel de manufactura y como una tendencia general, las pastas de Volcán y las del borde oriental (Cuenca superior del río Corral de Piedras) presentan rasgos diferenciales en comparación con las del sector central de Humahuaca. En las del sector meridional se registra una mayor proporción de cuarzo, feldespato potásico y areniscas, mientras que los porcentajes de lutitas y pizarras molidas son más bajos. Son muy comunes las pastas de baja calidad tecnológica: poco compactas, parcialmente oxidadas y de textura gruesa. Estas diferencias no sólo se manifiestan en las vasijas ordinarias sino también en las decoradas en negro y rojo, pucos Poma y pucos con interior negro. Así como en las vasijas Angosto Chico Inciso que indican claramente su manufactura local en cada uno de los dos sectores. Si bien estas últimas poseen características texturales propias, los análisis petrográficos muestran estrechas vinculaciones con vasijas decoradas en negro sobre rojo. A su vez, los análisis por Fluorescencia de Rayos X (FRX) relacionan a las pastas Angosto Chico y a las de vasijas negro sobre rojo de Volcán con un grupo de arcillas locales.

Las piezas Angosto Chico Inciso con abundante cuarzo y areniscas son excepcionales en el sector central y corresponden a vasijas pequeñas fácilmente transportables. Por otro lado, la decoración de las mismas con puntos incisos delimitados por líneas en zig zag y con pequeños modelados en la base de las asas, es mucho más frecuente en la zona sur y oriental. Además, las pastas de fragmentos con decoración Angosto Chico Inciso forman un mismo grupo con las de cerámicas lisas marrones y amarillentas, tratándose de una modalidad de manufactura local muy común en el sector meridional.

Aproximadamente el 50% de los fragmentos de vasijas ordinarias de los basureros de Volcán tienen las superficies externas marleadas o con revoque. Este rasgo y la presencia de fragmentos con pintura roja postcocción (ambos presentes en AP1 y La Bolsa), solamente fueron registrados para Ciénaga Grande en la Quebrada de Purmamarca (Pérez Gollán 1976) y, curiosamente, para Tastil (Gigliano y Calandra 1973). Lo mismo sucede con el conjunto de pucos pequeños subelípticos de superficies muy pulidas hasta algunos rojos "espejados" (Fig.3.10). Estas piezas pueden tener ambas superficies rojas, castañas, negras o bien una de ellas ordinaria, beige naranja o negra. Son de excelente manufactura y aparecen en todos los contextos excavados de Volcán, mientras que en los sitios del sector central son excepcionales.

Las pastas de estos pucos conforman otro grupo diferente. La presencia de litoclastos graníticos con anfíboles muy desarrollados son hasta ahora únicos en la cerámica de la región. La ausencia de estas inclusiones en cerámicas del sector central y la presencia de estas piezas en Tastil nos llevan a pensar que pudo ser ésta el área de procedencia. En cuanto a la composición química, conforman también un grupo homogéneo y no se relacionan con las arcillas de Volcán analizadas.

Un caso similar al anterior plantean algunos fragmentos de pucos de pasta muy fina del Tipo Tastil Borravino sobre Naranja y de pucos Poma de bases cóncavo - convexas (pomeños). La comparación petrográfica y química entre las pastas de un fragmento Borravino sobre Naranja de Tastil con otro del basurero B1 de Volcán no reveló diferencias. Estos pucos son desconocidos en el sector central de Humahuaca. Es importante destacar que los Borravino sobre Naranja y los pucos rojos bruñidos son las cerámicas decoradas de mayor popularidad en Tastil (Cigliano y Calandra:op.cit). Las pastas de los pucos Poma (pomeños) procedentes del mismo basurero no se relacionan con ninguna de las cerámicas y arcillas analizadas, indicando claramente la manufactura no local de los mismos.

La decoración de los pucos Borravino sobre Naranja es similar a la de los Poma Negro sobre Rojo pomeños y Poma Negro sobre Rojo quebradeños (banda curvilínea externa) pero difieren en manufactura y tratamiento decorativo, mostrando diferencias locales. Los Poma Negro sobre Rojo quebradeños son piezas muy comunes en el sector central de Humahuaca y muestran un patrón de pasta estandarizado (Cremonte 1994), además sus bases son siempre planas. De la colección de vasijas de Volcán solamente el 6% corresponden a estos pucos y, tanto las pastas como la decoración, presentan variaciones (bandas separadas en U, líneas rectas asociadas con otras que terminan en voluta y ambas superficies pueden estar decoradas). Fig.3.6.

Dentro de las cerámicas de manufactura no local procedentes de las tierras altas incluímos a los fragmentos de tres o cuatro vasijas Santa María y a un fragmento con decoración geométrica en Negro sobre Ante (probable incaico no local), procedentes del Recinto 1 de AP1. Así como a fragmentos Yavi o Chicha de AP1 y basureros de Volcán (tipos Portillo Ante Liso y Portillo Polícromo) y pucos Inca Paya B de la colección de Volcán. La cerámica Yavi o Chicha (Krapovickas 1975;Raffino et al.1986) de amplia distribución en los sitios de puna y borde de puna, está poco representada en la Quebrada de Humahuaca (1 a 5%) mostrando una mayor incidencia para el momento incaico (Cremonte 1992).

Otro conjunto alfarero presenta pastas con agregado de tiesto molido. Se trata de fragmentos grises de paredes gruesas (lisos o con decoración grabada geométrica); corrugados; amarillos gruesos pulidos; un fragmento pintado en rojo sobre engobe amarillo y otro de un puco beige pulido con rastros de pintura roja externa. El agregado de tiesto molido es un comportamiento de manufactura extraño tanto en la Quebrada de Humahuaca como en las tierras altas, pero característico de la zona oriental, en el piso de transición hacia las llanuras chaqueñas. La comparación entre fragmentos grises pulidos y rojos sobre amarillo de Volcán y de sitios del Valle del Río San Francisco (Dpto San Pedro) indicó que se trata de las mismas alfarerías, asignables a tipos cerámicos de la Tradición San Francisco definida por Dougherty (1975).

Los fragmentos grises pulidos y los amarillos gruesos pulidos ya están presentes en los niveles inferiores de los basureros B1 y B3, indicando que los contactos con las tierras bajas parecen haber mantenido un ritmo constante a través del tiempo. Además, este conjunto alfarero se diferencia de las vasijas Angosto Chico Inciso (de aparición más tardía) y para las que también se establecen vinculaciones con la Tradición San Francisco. Si bien las piezas Angosto Chico son más populares en los sectores orientales, siempre aparecen asociadas con los tipos decorados en negro sobre rojo quebradeños.

En cuanto a las vasijas abiertas y cerradas con decoración geométrica en negro sobre rojo (Hornillos N/R y Tilcara N/R), las tendencias generales detectadas hasta el momento indican que las escudillas evertidas de paredes rectas y contorno compuesto son típicas del sector meridional; mientras que en el sector central predominan las subhemísféricas grandes a medianas con asas de sección plana. Además, en el sector meridional son más frecuentes las superficies alisadas. No se registran diferencias notables en la morfología de las vasijas cerradas. Los diseños presentan motivos y configuraciones similares en ambos sectores y corresponden a los caracterizados para las Fases Sarahuaico, Pukara e Inka (Nielsen 1997). El diseño de bandas en reticulado cuadrado a modo de "guirnaldas" (Gatto 1946) es bastante frecuente en la colección de Volcán (Fig.3.2). Esta decoración aparece también en Ciénaga Grande (Salas 1945) y es similar a la de un puco de Morohuasi en la Quebrada del Toro (von Rosen 1916). Tanto en la colección de Volcán como en los basureros B1 y B3 predominan los diseños pintados en línea media y gruesa y la banda horizontal reticulada es la decoración más frecuente sobre todo en el interior de las formas abiertas. Por el contrario, en B2 ( más tardío) predominan los diseños en líneas finas, tal como sucede en el asentamiento incaico de AP1.

Indicadores de diferenciación cronológica

Los niveles correspondientes a las bases de los basureros B3 y B1 (cal. 1.225 AD y 1.350 AD) indican que la mayoría de los rasgos que caracterizan a las cerámicas del sector meridional están presentes en estos momentos iniciales de la secuencia: características de las pastas, superficies marleadas, pintura roja fugitiva, fragmentos amarillos y marrones alisados o pulidos y naranja alisados. En estos niveles se registra un neto predominio de superficies alisadas en vasijas abiertas y cerradas decoradas en negro sobre rojo y de motivos en línea gruesa:

-Reticulados en red formando paneles verticales en el exterior de vasijas cerradas y formando una ancha banda horizontal en el interior de escudillas (Fig.3.1).

-Representación de "manos" (en realidad "alas") en el interior de escudillas evertidas de paredes rectas, formando guardas horizontales (Fig.3.4).

-Triángulos negros en el cuerpo de formas cerradas, formando guardas verticales.

-Semicírculos concéntricos en el borde interno de vasijas con cuellos evertidos (Fig.3.8) y en el interior de escudillas.

Los motivos pintados marcan estrechas similitudes con los que caracterizan a la Fase Sarahuaico (1.280 - 1350 A.D.) de la Quebrada de Humahuaca asignable a sitios residenciales de ocupación breve (Nielsen:op.cit). Por otro lado, es relevante destacar que en estos contextos preincaicos ya están presentes, aunque en frecuencia muy bajas, las cerámicas grises con tiesto molido; los pucos restringidos con ambas superficies rojas, castañas o negras pulidas o bruñidas (no se registró ningún fragmento rojo "espejado"); pucos con interior negro y exterior ordinario o rojo muy pulido y un puco pulido rojo interno y negro externo. Estas cerámicas presentan pastas similares a las de las mismas piezas bien representadas en los otros niveles de los tres basureros.

La cerámica de los niveles medios y superiores de los Basureros B1 y B3 (cal.1.410 a 1440 A.D) refleja una continuidad con la de los niveles inferiores pero con la incorporación de nuevos tipos y registros decorativos representados en la Fase Pukara (1.350 - 1.430 A.D):

-Espirales concéntricas de línea gruesa a fina asociados con área reticuladas en red o cuadradas.Fig.3.3.

-Triángulos reticulados formando guardas (pudiendo estar asociados con bandas reticuladas) o dispuestos radialmente en el interior de formas abiertas.Fig.3.5.

-Banda roja en el borde externo de escudillas con decoración negro sobre rojo interna.

-Mayor proporción de superficies pulidas en vasijas decoradas en negro sobre rojo.

-Ollas Angosto Chico con incisiones arrastradas (verticales u horizontales) o con incisiones circulares delimitadas por líneas en zig zag.Fig.3.9.

-Pucos de interior negro muy pulido o bruñido y de exterior ordinario o rojos pulidos.

-Vasijas abiertas de contorno inflexo (Baldes) decoradas en negro sobre rojo.Fig.3.7.

De estos niveles se recuperaron fragmentos correspondientes a siete pucos rojos bruñidos y "espejados"; ocho castaños bruñidos y dos negros bruñidos. Así como fragmentos con tiesto molido (grises lisos o con decoración grabada y dos pintados) No se registraron pucos Poma quebradeños. Fragmentos de tres pucos Borravino sobre Naranja provienen de los niveles medios mientras que los fragmentos de seis pucos Poma (pomeños) se hallaron en los niveles superiores. Estos pucos asociados con dos bordes de aríbalos locales lisos y con la decoración de banderines alternos corresponden al fechado cal.1440 A.D y son los indicadores más claros de cerámicas correspondientes a un momento incaico inicial.

El momento incaico pleno está representado en el pequeño basurero B2, ubicado a escasos metros del montículo artificial (calibr. 1533 A.D). El material cerámico de este basurero es muy homogéneo y las variaciones registradas, respecto de B1 y B3, corresponden fundamentalmente a un mejor tratamiento y acabado de las vasijas decoradas en negro sobre rojo (el 50% de los fragmentos con líneas finas y pulidos) y a una mayor variabilidad en los pucos de interior negro, rojos y castaños bruñidos dada por las combinaciones de colores entre ambas superficies.

Los fragmentos de dos pucos Poma en Negro sobre Rojo y de un puco Borravino sobre Naranja presentan superficies muy pulidas. Las cerámicas grises con tiesto molido son escasas y los fragmentos de aproximadamente 11 ollas Angosto Chico presentan incisiones como las descriptas. Completan la muestra un borde de aríbalo local (castaño claro pulido sin decoración), un fragmento con decoración incaica en negro sobre rojo y, en cerámica yavi o chicha bordes de escudillas del tipo Portillo Polícromo con líneas negras en hilera transversales al labio interno y fragmentos de pucos Portillo Morado.

En superficie se halló Inca Pacajes (sector del cementerio) y bordes y fragmentos de aríbalos, pudiéndose remontar el 50% de uno rosado pulido liso de excelente manufactura (sector del faldeo inferior en el espolón Norte). No se halló ningún fragmento Inca Cuzqueño o Imperial y el carácter predominantemente local de estas cerámicas dificulta (en el análisis de colecciones de fragmentos) su diferenciación respecto de las alfarerías del momento previo.

RESUMEN Y CONCLUSIONES

El valle del Río Grande (Quebrada de Humahuaca) se presenta como un corredor natural que se orienta en sentido Norte-Sur. La disposición geográfica de este valle longitudinal es un punto fundamental en el análisis de la conformación de las entidades sociopolíticas de la región, al convertirse en un vínculo natural que articula y a la vez separa las tierras altas del Oeste y las tierras bajas orientales.

Especialmente para el período de los Desarrollos Regionales, este estrecho valle y sus quebradas subsidiarias denotan uno de los más altos índices de densidad demográfica del N.O.Argentino. Sin duda, este fenómeno se relaciona con el surgimiento de núcleos sociopolíticos jerarquizados, que sugestivamente establecieron sus cabeceras a lo largo de la Quebrada de Humahuaca, en las desembocaduras de las principales vías naturales de comunicación hacia las tierras bajas y hacia las tierras altas. Estos asentamientos de primera jerarquía y la vinculación de los mismos con otros relacionados espacialmente y aparentemente subordinados, lleva a planteos sobre la conformación de territorios políticos que ocuparon y explotaron tierras y recursos tanto en el fondo de valle como en las tierras occidentales y orientales.

El Pucara de Tilcara es el único sitio de primera jerarquía en el sector meridional de la Quebrada de Humahuaca, comparable al Pucara de Tilcara y Los Amarillos, cabeceras políticas ubicadas en el sector central y septentrional del valle. Como ha sido expresado, el mismo es un sitio de gran tamaño, conglomerado denso, emplazado en una peneplanicie de difícil acceso (salvo por el Oeste). A su vez, presenta una saturación en la ocupación a partir de la segunda mitad del período de los Desarrollos Regionales. Las características de su emplazamiento y la saturación mencionada, indican el control de un espacio fácilmente defendible en situaciones de conflicto (reflejadas en el hallazgo de cráneos trofeo y de enterratorios tipo osario). Sitios de esta magnitud y complejidad no se han detectado hacia el Sur y a no menos de 20 Km hacia el norte. Sólo aparecen pequeños semiconglomerados y recintos aislados, aparentemente relacionados con el sitio mayor de Volcán.

El asentamiento está dividido en mitades por un camino principal, a partir del cual se desprenden otros secundarios que delimitan conjuntos de unidades habitacionales. La bipartición longitudinal del sitio nos remite al patrón de organización dual andino. Además de esta segmentación primaria, existen sectores segregados tales como plazas, el cementerio y un montículo artificial, separado del área residencial por un muro. Los últimos probablemente correspondan a una reorganización asignable al momento incaico.

En el faldeo inferior de un espolón situado al Norte del sitio se han detectado recintos con ángulos rectos y numerosos fragmentos de aríbalos locales. Debido a la marcada disturbación que presenta este sector, se preve realizar excavaciones en el mismo para poder caracterizar el patrón constructivo y los contextos asociados. La localización de estos recintos frente al montículo artificial con su plaza asociada y al basurero B2 (cronológicamente ubicado en un momento incaico pleno), conforman un conjunto de rasgos que evidenciarían un control incaico directo.

En cuanto a la obtención de recursos, en los territorios contiguos al núcleo principal, se extiende un área de explotación agro-pastoril con presencia de corrales, unidades cuadrangulares grandes asociadas a recintos pequeños y estructuras agrícolas. Se suman cotos de caza ubicados en los faldeos y pampas occidentales, los recursos de los ciénagos que rodean al sitio hacia el S-SE, los lacustres (laguna de Volcán) y el control de los recursos de Yungas en el borde oriental. En relación a la obtención de minerales, existe una mina de antimonio y cobre en la quebrada de Coiruro.

Evidentemente, la riqueza y variedad de recursos disponibles y la vinculación con importantes vías de comunicación con la puna (quebradas de Tumbaya Grande y León) y con el oriente (quebradas de Huajra y Jaire) fueron factores relevantes en la conformación de este señorío meridional a partir del 1.200 AD aproximadamente. La explotación directa de diversos pisos ecológicos y el intercambio como resultado de los procesos de interacción fueron sin duda, las estrategias económicas combinadas que sustentaron su crecimiento y expansión.

Como se observa en la Fig.2 el Pucara de Volcán y el sitio de Tastil presentan similitudes estructurales: recintos rectangulares de ángulos redondeados; muros dobles rellenos sin argamasa; enterratorios en cámaras circulares adosadas a los muros interiores de recintos mayores y no en el interior de las viviendas (alrededor del 50% de las tumbas del área residencial de Volcán). Este comportamiento funerario marca una clara diferenciación con respecto al patrón generalizado en la Quebrada de Humahuaca.

En cuanto a la cerámica, el Pucara de Volcán, Ciénaga Grande (Quebrada de Purmamarca), los sitios contemporáneos del borde oriental y Tastil comparten rasgos que son excepcionales en los sitios del sector central y septentrional de la Quebrada. Las similitudes entre Ciénaga Grande y Tastil ya fueron discutidas por Pérez Gollán (1976).

En todos los sitios mencionados son significativos los fragmentos con pintura roja postcocción (más comunes en el borde oriental) y las vasijas ordinarias con superficies alisadas con marlos de maíz (Tastil peinada) y con grueso revoque en las bases. Además, tanto en Ciénaga Grande como en en Volcán se reiteran los pucos de los tipos: Tastil pulida, Tastil Borravino sobre Naranja, Tastil Negra pulida y los pucos Poma Negro sobre Rojo (del tipo pomeños) de bases cóncavo convexas presentes en Tastil. En los diferentes lugares estas cerámicas comparten los mismos tipos de pastas. Por otro lado, de las excavaciones realizadas en Tastil se recuperaron algunas vasijas Tilcara Negro sobre Rojo y ollas Angosto Chico Inciso, alfarerías diagnósticas de los contextos tardíos de la Quebrada de Humahuaca que, en base a lo que venimos comentando, podrían proceder del sector meridional. Los fragmentos Tilcara Negro sobre Rojo de Tastil tienen superficies sin pulido (Cigliano y Calandra 1973) como ocurre en la mayoría de estas vasijas decoradas de Volcán y sus pastas se relacionan estrechamente con las de tipos locales de este sitio. A su vez, las ollas Angosto Chico Inciso de Tastil (con asas trenzadas y puntos incisos delimitados por línea en zig zag) corresponden a la modalidad decorativa que es más popular en el sector meridional de la Quebrada de Humahuaca.

En base al conjunto de similitudes comentadas, todo parece indicar que por lo menos desde el Siglo XIII sociedades de las cabeceras de la Quebrada del Toro y del sector meridional de la Quebrada de Humahuaca formaron parte de una misma esfera de interacción que, evidentemente no estuvo limitada al intercambio de bienes sino que fue resultado de situaciones de mayor integración social.

La conexión entre las tierras altas del borde oriental de la Puna Salteña (Jalka) y la queshwa y yunga del sector del valle de Humahuaca al que nos estamos refiriendo, se ve facilitada por la proximidad de las cabeceras de la Quebrada del Toro en relación a las cabeceras de las quebradas subsidiarias y transversales que la conectan con la Quebrada de Humahuaca. Por estas vías de circulación, en una jornada se accede a las Salinas Grandes y en otras dos jornadas se llega al Pucara de Volcán y a las Yungas de la cuenca superior del Río Corral de Piedra.

Cigliano y Raffino (1977) plantean un modelo de control vertical en el cual Tastil habría explotado en el valle de Lerma los recursos de las Selvas occidentales. Los autores interpretan que el sitio de Tinti fue un enclave tastileño que funcionó para tales fines. Más allá de este planteo, proponemos que los valles sudorientales situados frente a Volcán (casi a la misma distancia que Tinti en relación a Tastil) fueron también una fuente importante de recursos para estos grupos puneños. Es importante destacar que los mismos pertenecen a otro piso ecológico (Bosque y Selva montanas) y que por lo tanto ofrecen una mayor riqueza de recursos, tal es el caso de alucinógenos como el cebil (Anadenanthera macrocarpa).

A partir del 1.200 AD en Volcán verificamos una instalación omaguaca (niveles inferiores de B3) que asignamos a una fase previa a la de la conformación del señorío. La presencia de alfarerías vinculadas a la Tradición San Francisco y de pucos bruñidos tastileños indican contactos con las Selvas occidentales y con el borde de puna salteño. Por otro lado, constatamos otros sitios omaguaca contemporáneos como Alto Cutana en los valles orientales, que evidencian la explotación directa de los recursos de Yunga. La proximidad del enclave de Volcán respecto de estos recursos le habría permitido a sus habitantes tanto disponer de ellos como controlar el intercambio de bienes de alto valor para los puneños, quienes accederían a los mismos mediante ejes de movilidad interregional ( Nuñez y Dillehay l995)

Cigliano y Raffino (op.cit) plantean que situaciones de presión demográfica y de stress ambiental en Tastil habrían impulsado traslados de población ante una demanda creciente de recursos. De esta manera, Morohuasi y Puerta de Tastil serían enclaves derivados del núcleo principal. Ante esta situación podemos pensar en una mayor ingerencia económica y política de estas sociedades de las tierras altas en relación con las que habitaron pisos más bajos y con las que compartían una misma esfera de interacción. Esta presión tendría como resultado una intensificación en la obtención de recursos complementarios a través de las redes caravaneras (donde los textiles de Tastil pudieron ser un importante bien de intercambio) y, posiblemente también mediante la instalación de núcleos poblacionales. Las similitudes planteadas entre Tastil y Volcán (especialmente referidas a patrones de configuración espacial y mortuorio) se explicarían a partir de la necesidad de requerir recursos de queswa y yunga controlados por Volcán.

El proceso descripto parece continuar durante el momento incaico, tal como lo demuestran las similitudes con Morohuasi en relación a rasgos cerámicos, presencia de montículo artificial, camino principal que biparte al sitio y cementerio segregado. Por otra parte, los contextos excavados en Volcán (especialmente B2) muestran la presencia de los tipos tastileños previos asociados a cerámica incaica local o mixta y a escudillas puneñas Portillo Polícromo y Portillo Morado (yavi o chicha). Una situación similar se constata en el sitio incaico AP1 (valles orientales), donde si bien los pucos tastileños están prácticamente ausentes, la cerámica marleada y con pintura roja postcocción se asocia con algunos fragmentos Santa María, incaicos locales y otros yavi o chicha.

RESUMEN

Se presentan los resultados de las investigaciones que se están llevando a cabo en el asentamiento Volcán y el borde oriental (yungas occidentales). Se plantean hipótesis sobre la esfera de interacción de este núcleo principal con las tierras altas (puneñas) y las tierras bajas (valles meridionales de Jujuy)

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AGRADECIMIENTOS:

Agradecemos a la SECTER (Universidad Nacional de Jujuy) los subsidios otorgados para la realización de estas investigaciones. A la familia Bárcena de Volcán, a los Lic. Maria G. Ortiz y Luis Laguna, a los alumnos A. Delgado, D. Barconte y al Sr H. Genari.


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