1er Congreso Internacional "Pobres y Pobreza en la Sociedad Argentina"

Universidad Nacional de Quilmes - Argentina

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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LOS JUICIOS DE VALOR EN EL DISCURSO Y EN LOS COMPORTAMIENTOS DEL DOCENTE: UN CAMINO POSIBLE PARA ANALIZAR EL FENOMENO DE LA EXCLUSION SOCIAL.

Lic. Viviana Mancovsky.

Noviembre de 1997.

0). Introducción.

La siguiente comunicación tiene dos finalidades que guiarán la estructura de la misma: - La primera apunta a reflexionar sobre las características del proceso de exclusión en tanto que efecto posible (deseado o no deseado?) de la socialización, priorizando un análisis de las funciones de la escuela.

- La segunda finalidad propone una descripción del proyecto de investigación, ya realizado, de alcance exploratorio, titulado: "La place des jugements de valeurs en le discours et les comportements des enseignants; Une étude à l'école élémentaire". El mismo fue presentado y defendido en la Universidad de Paris X, Nanterre, Francia, como parte de mi formación pre-doctoral.

De esta manera, en un primer apartado incluiré una reflexión teórica en torno a las nociones de exclusión y de socialización, en relación con las funciones de la institución escolar.

En el segundo párrafo realizaré un resumen de la investigación llevada a cabo sobre los juicios de valor en el discurso y los comportamientos del docente.

Por último, en las conclusiones, intentaré complementar el estudio sobre los juicios de valor con el análisis teórico en torno al proceso de exclusión, a partir del planteo del problema de investigación, vislumbrando una instancia futura de concreción de mi proyecto.

1). El proceso de exclusión, la socialización y las funciones de la escuela.

Antes de iniciar esta reflexión teórica, quiero incluir las ideas de Armando Gatti: poeta y dramaturgo de origen italiano, participante de la Resistencia Francesa y deportado a un campo de concentración por los nazis, durante la Segunda Guerra Mundial. Actualmente vive en Francia y en un reportaje que le hace la Revista Télérama responde a una intervención del entrevistador sobre por qué no le gusta utilizar el término de "excluídos". El responde: "Dígame, usted cree que Jacques Chiriac o Alain Juppé son ? Ni una de sus palabras corresponden a nuestra realidad cotidiana! Ellos están desconectados de la vida común y ordinaria de los ciudadanos. Ellos son los verdaderos excluídos. Para los otros, los de las villas, los de la calle, los que están en las prisiones, los que están sin hogar, yo prefiero llamarlos los "míos", "mis hermanos". Yo vengo del mismo mundo..." (Gatti A. 1995)

Más allá de la poesía de estas palabras, quiero plantear la relatividad de los términos "exclusión- integración". Retomaré esta afirmación al finalizar el primer apartado.

En primer lugar, una de las características del proceso de exclusión es que no puede describirse a partir de la sola dimensión material, de privación económica. Es decir, no se puede caracterizar a la exclusión solamente en función de los niveles de salario, de consumo o de posesión de bienes materiales. Dicha afirmación no quita la importancia de esta dimensión real que apelaría a la necesidad de políticas sociales de distribución más igualitarias y más justas. Sin embargo, la realidad de los excluídos desborda ampliamente la lógica monetaria y material. En este sentido, las reflexiones de Alba Zaluar, investigadora brasilera de la Universidad de Río de Janeiro, coinciden con esta primera característica. La autora parte de la idea de que la exclusión es interpretada comúnmente desde la lógica capitalista. "La experiencia de la exclusión política y social y de la arbitrariedad y la violencia institucionales fue pensada sobre la base de códigos morales de la vida privada y no sobre la del derecho, la justicia y la ciudadanía, cuya lógica además les resulta extraña y distante a los pobres". (Zaluar A. y otros. 1992.). Es decir, dicho enfoque de la pobreza se centra en la carencia material y no es analizada en relación con las desigualdades civiles, políticas y sociales que se refieren al derecho de la ciudadanía.

De esta manera, es necesario considerar a la exclusión a partir de un análisis que integre múltiples dimensiones, relativas a: la escolaridad, la relación con el saber, la salud, la relación con el otro, la vida social y política.

Una segunda característica de la exclusión es la que propone la existencia de un deterioro en el vínculo de lo social, por parte del sujeto marginado. Es decir, la exclusión coloca al individuo a distancia de los procesos de participación social y de intercambio simbólico. Más específicamente, en la situación de exclusión es el vínculo social en sí mismo que es atacado o devitalizado. Siguiendo los aportes valiosos de un pedagogo y sociólogo francés Jean-Yves Rochex este vínculo se define a partir de la capacidad del sujeto de ser solicitado por los otros, permitiéndole salir de sí mismo. Es importante destacar el rol que tiene el otro en la constitución y definición de dicho vínculo social.

En relación con esta segunda característica, me parece oportuno presentar el siguiente ejemplo: el hecho de tener un trabajo, más allá de sus condiciones más o menos precarias o de explotación, no se reduce a la situación de percibir un salario ni de tener un empleo o un status relativo. Tener un trabajo implica ocupar un lugar en la red de intercambio de actividades y de normas que trasciende a las personas. Por eso, Jean-Yves Rochex explica que la población excluída del trabajo, del saber, de la cultura, del cuidado de su propio cuerpo, entra en una situación deshumanizante..."Los excluídos son de esta sociedad sin serlo; sus vidas y su desarrollo están amputadas de las actividades de intercambio, de saber, de reflexión, de elaboración simbólica necesarias para ser ellos mismos actores de las transformaciones que se despliegan delante de sus propios ojos. El acceso a estas transformaciones les es dado y negado a la vez". (Rochex J- Y. 1993.)

Una tercera característica de la exclusión que se relaciona con lo mencionado precedentemente, plantea que el divorcio creciente entre la apertura social del campo de lo posible y la negación subjetiva a participar de esas transformaciones sociales, provoca reacciones de resentimiento contra sí mismo (como el suicidio o la toxicomanía) o contra el prójimo (como los actos de violencia o delicuencia). Esta característica abre un tema de actualidad que es la relación entre la población excluída, la violencia y la exacerbación al consumo de la sociedad actual.

Creo oportuno hacer dos referencias someras sobre el abordaje de la violencia que considero útiles para enriquecer una discusión en profundidad.

Una primera reflexión apunta a definir a la violencia en función de la representación social acerca de lo considerado "violento". Es decir, más allá de la descripción de un fenómeno en distintos ámbitos particulares (violencia familiar, violencia escolar, en el futbol, etc.), esta noción depende de los criterios de asignación que se construyen socialmente en contextos históricos concretos. Teniendo en cuenta las ideas de Gerardo Guthman expuestas en su libro "Los saberes de la violencia y la violencia de los saberes", la calificación de "lo violento" dependerá, entonces de los juicios de valor sobre los que se fundan dichos criterios. Ahora bien, estos criterios se presentan socialmente ocultando sus condiciones de producción y la posibilidad de existencia de otras concepciones alternativas. Es decir, se legitiman mostrándose como "naturales" a sabiendas de que expresan consensos gestados socialmente.

La otra idea sobre el abordaje del tema hace referencia a la multiplicidad de prácticas que responden a actos de violencia y que van más allá de los reconocidos en los policiales de los diarios. Al respecto, Paul Ricoeur, filósofo francés contemporáneo, expresa con claridad: "Cuando yo digo violencia no pienso necesariamente en la violencia física. Evidentemente ésta es la más visible.

Pero también puede considerarse como violento la captación de la voluntad del otro por medio del halago, la mentira y la astucia. Existe, en efecto, un abanico muy extenso de violencia: desde formas extremadamente suaves de influencia, por ejemplo en la enseñanza, hasta las peores violencias físicas como la muerte, la tortura, pasando por las formas extremas de destrucción de la voluntad del otro.

Más allá de la destrucción del cuerpo del otro, hay una destrucción de la estima que el otro va a cargar sobre sí mismo; es el caso de la humillación". (Ricoeur P. 1994).

Me parecen importantes estas dos reflexiones porque ambas se entrelazan con mi tema de investigación actual. Uno podría preguntarse al respecto: Cuánto hay de humillación y de destrucción de la autoestima a partir de los juicios de valor negativos de un docente formulados hacia ciertos alumnos provenientes de sectores desfavorecidos? O al contrario, Cuánto influye un docente en la construcción o mejora de la imagen de sí mismo, a partir de sus apreciaciones positivas sobre estos mismos alumnos? Un cuarto y último aspecto del proceso de exclusión, sabiendo que esta caracterización no es exahustiva, hace referencia a la inexistencia de una frontera clara y definida entre los "excluídos" y los "integrados", representantes del centro y de la periferia entre los distintos sectores de la sociedad. La crisis del vínculo social que define a la exclusión no está circunscripta a la periferia, donde se podría llegar a pensar que el centro no esta "afectado". Por el contrario, existe un continum donde se reconoce una vasta zona diferenciada y graduada de precariedad en relación con la integración laboral, escolar y cultural.

En síntesis, a partir de la caracterización presentada, se define a la exclusión como un proceso multidimensional a partir del deterioro del vínculo social que obstaculiza o impide la participación y el intercambio de todo sujeto con sus semejantes.

Esta última idea me permite presentar la noción de socialización, en función del papel que ocupa el otro en la constitución de la identidad (1) de los sujetos.

Ahora bien, esta noción puede ser estudiada desde un enfoque multidisciplinar, recibiendo aportes de la psicología, la sociología, la antropología, etc.

Si bien en un principio fue definida a partir de la dicotomía "individuo-sociedad" y basada en la presencia de un sujeto pasivo que internalizaba las normas y los valores de la cultura en una sociedad determinada, actualmente esta visión es superada y enriquecida con los aportes de la antropología y de la etnografía. Más específicamente, el determinismo sociológico postulaba la existencia de un sujeto que es socializado a partir de la acción y de la intención de las instituciones. En el caso particular de la escuela, ésta tenía como función la transmisión de la cultura de la sociedad. Es decir, la institución escolar debía homogenizar los valores básicos a los jovenes para que éstos pudieran ser incluídos a la vida social. Siguiendo las ideas de E. Durkheim, la educación debía transmitir a las nuevas generaciones, este modelo consensual de sociedad.

Hacia fines de los años setenta, una serie de investigaciones etnográficas y antropológicas interesadas en los contextos multiculturales planteó algunas objeciones a la relación vigente entre cultura-sociedad y socialización. Dichos trabajos han sido reseñados en un interesante artículo llamado "La dinámica cultural en la escuela", escrito por Elsie Rockwell. A los fines de esta comunicación, sólo intentaré presentar algunas de las conclusiones recopiladas y elaboradas por esta autora.

Es así que, a partir de las investigaciones etnográficas, comienza a desdibujarse la noción de cultura en tanto que sistema simbólico con coherencia interna, incompatible con otros modelos culturales y se empieza a pensar en la cultura en términos de diálogo, en el cual la comunicación intercultural constituye un espacio de construcción de nuevos significados y prácticas. E. Rockwell plantea al respecto: "En lugar de privilegiar significados culturales internalizados de una vez y para siempre en la infancia, se enfatizan aquellos significados construídos en contextos cotidianos variables". (Rockwell E. 1992). De este modo, la noción de cultura en tanto que conjunto de pautas de y para el comportamiento empieza a ser reemplazada por la consideración de la acción del sujeto, en contextos sociales específicos. En relación con esta nueva visión de la cultura, creo oportuno incluir una reflexión sumamente clara que explicita este cambio conceptual: "Para que haya verdaderamente cultura, no es suficiente el hecho de ser autor de prácticas sociales; es necesario que esas prácticas sociales tengan significado para aquél que las realiza". (De Certau M. 1987).

De este manera, la noción de socialización comienza a ser reconsiderada a partir de los resultados de la investigación etnográfica. Por un lado, se relativiza el peso determinante otorgado al proceso de socialización primaria en relación con la formación de la identidad del sujeto y con la homogenización de comportamientos. Por otra parte, se replantea la idea de la socialización como internalización y se considera a este proceso en relación con la complejidad del aprendizaje humano. Es decir, se valora la capacida humana de aprender múltiples significados contextuales e infinitamente variables. E.

Rockwell suguiere, de esta manera, contraponer esta noción de socialización al proceso de apropiación presentada y estudiada por Agnes Heller. Esta última autora propone partir de la acción del sujeto aunque ésta no sea voluntaria ni intencional en lugar de priorizar la acción de las instituciones sobre los individuos. En este sentido afirma: "La apropiación es un proceso contínuo de la vida humana, que ocurre dentro de los ámbitos heterogéneos que caracterizan a la vida cotidiana. El sujeto se enfrenta contínuamente a tareas nuevas, debe aprender nuevos sistemas de usos, adecuarse a nuevas costumbres... vive al mismo tiempo entre exigencias diametralmente opuestas, por lo que debe elaborar modelos de comportamiento paralelos y alternativos" (Heller A. 1977).

Finalmente, me interesa contextualizar estos aportes teóricos sobre la exclusión, la dinámica cultural y la socialización en función de la institución escolar. De este modo, cada escuela según su historia y su contexto determinado puede generar distintos procesos culturales: -algunas, pueden reproducir contenidos ideológicos y de relaciones de clase, etnia y/o género.

-otras, pueden impedir o contrarrestar la apropiación de elementos culturales escolares o extraescolares, fomentando la destrucción cultural.

-otras, aún, pueden generar transformaciones y posibilitar la construcción de significados alternativos.

A partir de todo esto, resulta difícil aceptar el supuesto de una "cultura escolar" que represente de una manera relativamente simple, la cultura dominante. El hecho de pensar a la exclusión-integración de los distintos grupos sociales como fracaso o como éxito es una manera de pensar desde la lógica de una cultura dominante. En cambio, la posibilidad de pensar en las múltiples producciones culturales que sustentan valores alternativos permitiría "romper" con la "lógica del éxito-fracaso, "adentro-afuera" , en tanto que pares de términos relativos y penetrar en el mundo de significados que se producen en esa diversidad cultrural. Desde esta posición, se podría trabajar a la exclusión como un emergente y una posibilidad para cuestionar, dentro de la escuela misma, ciertos valores como aquellos que fomentan la competencia, la exacerbación del consumo, la falta de solidaridad, el individualismo, etc. Por eso afirmé en el inicio de este trabajo que los efectos posibles, deseados o no deseados, de la socialización son relativos y dependen de las intenciones, los contenidos y los valores culturales que se resignifiquen en cada contexto escolar.

2). Relato de la investigación realizada:

Con respecto a la descripción del proyecto de investigación titulado: "La place des jugements de valeur dans le discours et les comportements des enseignants. Une étude à l'école élémentaire", voy a acotar dicho relato en función de tres ejes de discusión: 2.1) una presentación general de lo realizado.

2.2) un resumen del estudio de la noción de juicio de valor.

2.3) un resumen de la construcción teórica realizada sobre la noción de discurso didáctico.

2.1) Presentación general del proyecto: La investigación realizada dentro del cuadro de mi formación pre-doctoral consistió en la descripción y el análisis del proceso de evaluación implícito e informal (2) que se manifiesta en el proceso de comunicación y en la relación pedagógica entre el docente y los alumnos.

Desde un punto de vista teórico, la problemática de la evaluación me condujo a un estudio inicial y esclarecedor sobre las nociones de juicio de valor (ésta se presentará en el próximo párrafo) y de juicio, según los aportes de diferentes disciplinas como la filosofía, la ética y la psicología moral. También consulté diversos aportes teóricos de diferentes especialistas que han analizado el proceso de evaluación y la noción de juicio de valor, según distintas corrientes de la didáctica. Además incluí a la sociología de la evaluación según los aportes del sociólogo Phillipe Perrenoud quien presenta ideas interesantes sobre el acto de evaluar desde un enfoque microsocial de la clase. Finalmente, realicé un trabajo de elucidación teórica sobre las nociones de discuro y de discurso didáctico, teniendo en cuenta distintas perspectivas disciplinarias como la lingüística y la sociología. En el siguiente párrafo presentaré un resumen de la noción de discurso didáctico.

Desde un punto de vista metodológico, trabajé con clases de nivel primario ya grabadas en video, con el fin de reconocer y categorizar los diversos juicios de valor formulados por el docente, a partir de su discurso y de sus comportamientos. Por ejemplo, analicé el tono de la voz, la entonación, los desplazamientos, la postura corporal del maestro, en tanto que reveladores valiosos de significación para reconocer la formulación de distintos juicios de valor sobre los alumnos. Para tal fin, utilicé las ventajas que ofrece la técnica de video:pasaje de la filmación con y sin sonido, observación a cámara lenta, etc. También realicé un análisis por intervalos de secuencia en función de criterios internos de división, según las actividades propuestas en cada una de las clases observadas.

Las conclusiones de esta investigación exploratoria dieron cuenta de la presencia de un control permanente ("un climat de jugement") instalado de una forma más o menos difusa, más o menos explícita en la práctica pedagógica. Frente a esta realidad, los intercambios de la clase son teñidos por las apreciaciones del docente que evalúa constantemente y de manera informal, el hacer y el decir de su grupo de alumnos.

2.2) Resumen del estudio de la noción de juicio de valor: Como mencioné recientemente, esta noción fue abordada desde diferentes campos disciplinarios. Haciendo una integración de los diferentes aportes, se puede resumir diciendo que: -el jucio de valor implica un proceso de toma de decisión y a su vez este último, nos remite a un proceso de valorización, según su acepción jurídica.

-es un enunciado que relaciona dos o más términos y que se formula como verdadero.

-es una afirmación del sujeto que refleja una instancia valorativa y que expresa apreciaciones, gustos, elecciones, evaluaciones,decisiones, etc.

Una característica importante que aporta la filosofía es que el juicio esta mediatizado por el lenguaje y por lo tanto, está subordinado a la estructura de éste.

Desde algunos aportes de la psicologia moral, los jucios de valor pueden ser analizados como reguladores de la conducta del sujeto (por ejemplo, las recompensas y los castigos) La ética y más precisamente la meta-ética, siguiendo la clasificación de E. Rabossi, propone tres tipos de enunciados que caracterizan a los juicios de valor : los descriptivos, los persuasivos y los prescriptivos. A partir de éstos, se puede deducir las funciones de los juicios de valor.

2.3) Resumen de la noción de discurso didáctico: Antes de comenzar la presentación de la noción de discurso didáctico creo necesario hacer una diferenciación terminológica. A los fines de esta investigación, se considera al discurso didáctico como aquel que se concretiza en la situación de clase, ya sea en función de la producción discursiva del maestro, de los alumnos o de los intercambios entre ambos.

De esta manera dejo de lado el estudio del discurso pedagógico que se centra sobre la educación y sus diferentes aspectos ideológicos, sociales, institucionales, etc.

Primeramente, el discurso didáctico se concretiza en la situación específica de la comunicación pedagógica. La misma supone un tipo de comunicación asimétrica donde los roles del docente y de los alumnos están inscriptos dentro de la división de los roles institucionales y sociales. En la situación de clase, estos roles se sitúan en relación al saber escolar.

En segundo término, considero importante retomar la siguiente idea: todo proceso de comunicación despliega una serie de comportamientos no-verbales de la parte del locutor y del destinatario que juegan un rol central en el intercambio con el otro. Estas producciones no-verbales pueden ser más o menos implícitas, fácilmente decodificables o no. Retomando estas afirmaciones dentro del contexto de la clase, me interesa destacar la importancia del estudio de estos procesos, en el discurso didáctico, en tanto que reveladores implícitos (conscientes o inconscientes) de los aspectos fundamentales de la relación pedagógica.

En tercer lugar, el discurso didáctico es una producción a la vez individual y colectiva. Esta afirmación no entra en contradicción consigo misma ya que depende de la unidad de análisis que se tome, el discurso del docente, del alumno o de la interacción de ambos. Más específicamente, podría pensarla como un juego de espejos que varía según el lugar desde donde me paro para considerar la imagen reflejada. De esta manera, el discurso existe como producción individual y colectiva ya que son dos opciones simultáneas que se materializan en la realidad de la clase. A partir de esta idea puedo pensar a la clase como el lugar donde se encuentra una pluralidad de discursos intrapersonales e interpersonales. Es decir, en el discurso del docente se materializan otros textos discursivos productos de su historia, de sus experiencias, de su rol institucional y social. Por otra parte, el alumno también dispone de una pluralidad de discursos que se dibujan desde su pasado y su presente. De este modo, el encuentro de los discursos intra e interpersonales se ubica dentro de la situación particular de la comunicación pedagógica y permite la construcción de un discurso colectivo.

En esta concepción de discurso didáctico se integran todos los comportamientos, todas las intervenciones, las respuestas, los silencios de todos y de cada uno de la clase. Creo necesario hacer una aclaración: "encuentro" no quiere decir consenso, armonía, encastre perfecto de las diversas producciones discursivas. Tampoco, la construcción del discurso didáctico colectivo no es el resultado de la suma de los discursos individuales.

Finalmente, la construcción del discurso didáctico colectivo abarca un proceso de negociación a partir del encuentro de discursos intra e interpersonales. En ese proceso de negociación, ya estudiado por las corrientes interaccionistas de la comunicación y por la etnometodología, los juicios de valor ocupan un lugar central y primordial ya que el docente los utiliza para guiar las intervenciones de los alumnos. Ellos son sus "herramientas" para "edificar" este discurso colectivo. De este modo, los juicios de valor positivos o negativos que ponen al alumno bajo la mirada crítica del docente, los juicios que estructuran diferentes maneras de reaccionar de los alumnos, que funcionan para distender o para reforzar el poder del maestro, los juicios que expresan explícitamente una orden, un consejo, una apreciación, una selección de los alumnos o un desprecio producen efectos claves en la producción discursiva de la clase.

3). Conclusiones:

A partir del estado actual de conocimiento sobre el tema de los juicios de valor del docente, por un lado y la elaboración teórica iniciada sobre el proceso de exclusión social, me interesa definir como problema de investigación al análisis de los fundamentos, las características y las funciones de los juicios de valor en relación con el proceso de socialización de los alumnos. Es decir, me parece importante priorizar el estudio del proceso de construcción de la identidad y de la autoimagen, desde la perspectiva microsocial de la clase, con el fin de analizar la influencia de los juicios de valor del docente sobre los alumnos. Me interesa describir y reflexionar sobre los efectos de la evaluación informal sobre el proceso de socialización.

Este problema de investigación se contextualiza dentro de los estudios ya iniciados sobre el proceso de la evaluación informal, difuso e implícito que se desarrolla en la clase.

Más específicamente, me propongo realizar un estudio cualitativo y cuantitativo de los juicios de valor, formulados implícita y explícitamente por el docente, en el intercambio de la clase, para analizar: - Cuáles son los comportamientos más sancionados y premiados por el docente? - Los juicios de valor positivos son más numerosos que los negativos o viceversa? Se equilibran entre ellos? Cómo se manifiestan y con qué frecuencia según los distintos momentos de una clase? Y según los distintos contenidos disciplinarios? - Los juicios de valor positivos y negativos varían según los diferentes alumnos? Si lo hacen cómo se manifiestan estas variaciones? - Determinados juicios de valor se concentran sobre algunos alumnos? - Existen diferencias entre los juicios formulados sobre los varones que sobre las niñas? La creación de una tipología de los juicios de valor podrá ayudar a responder a esta serie de interrogantes.

De esta manera, abordar el tema de las apreciaciones informales y difusas del docente formuladas en el intercambio cotidiano con los alumnos, me permitirá aportar elementos de análisis y de reflexión más precisos sobre uno de los temas reales pero "no-deseados" de la escuela: la exclusión y la marginalización social de la población infantil.

Notas:

(1). La noción de identidad es un término que supone una teoría del sujeto y puede ser abordada desde dos disciplinas centrales: la sociología y la psicología. A los fines de este trabajo, la noción puede ser entendida de la siguiente manera: "La identidad de un sujeto es aquello que lo define como distinto de los otros, presentando una forma de permanencia y de coherencia. Esto no excluye a las transformaciones ni a las contradicciones que puede llegar a tener un sujeto. (Charlot B.1992.). Siguiendo los aportes interesantes de este sociólogo francés, él explica que la identidad se constituye a partir de: - un conjunto de representaciones, valores y significaciones que permiten poner el mundo en orden y jerarquizarlo.

- un conjunto de prácticas sobre el mundo, organizado en función de esas representaciones y de esos valores.

- un conjunto de motivaciones, de metas y de objetivos.

- una historia que incluye los tres momentos de la temporalidad: el pasado, el presente y el futuro en tanto que dimensión proyectada con su proceso de reinterpretación permanente.

(2) Cuando se hace referencia al proceso de evaluación informal se siguen los estudios del sociólogo y pedagogo francés Phillipe Perrenoud quien expresa: "Yo pienso que para el sociólogo la evaluación se define ante todo como el juicio social de desvío o de conformidad a una norma de excelencia escolar (...) Existe evaluación, en el sentido amplio del término, cada vez que se forma en el espíritu del maestro, un juicio de valor sobre la competencia del alumno, su inteligencia, su personalidad o su conducta. Que quede claro que la evaluación desborda ampliamente la administración de una prueba escolar, de un test o de una lección oral y que ella no implica solamente la atribución de una nota numérica o cualitativa". (Perrenoud P. 1979).

Por el contrario, la evaluación formal se desenvuelve dentro del contexto de la organización escolar y comprende diferentes rituales, normas y funciones específicas. "La escuela y más específicamente la autoridad escolar debe codificar a la evaluación de tal manera de hacerla legítima y válida. De este modo, ella debe establecer el nivel de excelencia reconocido en cada alumno". (Perrenoud P. 1984)

Citas bibliográficas y bibliografía de consulta:

Aclaración: La bibliografía de consulta citada solo incluye los libros que han sido mencionados explícitamente en el artículo.

Charlot B. et al: Ecole et savoirs dans les banlieues... et ailleurs. Ed. A. Colin. Paris. 1992. pag. 30.

De Certau M. La culture au pluriel. Ed. Seuil. Paris. 1987. pag. lll.

Durkheim E. Educación como socialización. Ed. Sígueme. Salamanca. 1976.

Gatti A. "Le poète des maudits". (Entretien) In: Télérama. Nø 2382. Paris. Septembre 1995. pag. 11.

Guthman G. Los saberes de la violencia y la violencia de los saberes. Ed. Nordan. Montevideo. 1990.

Heller A. Sociología de la vida cotidiana. Ed. Península. Barcelona. 1977. pag. 23.

Perrenoud P. et al. L'évaluation formative dans l'enseignement différencié. Ed. Peter Lang. Berne. 1979. pag. 21 y 23.

Perrenoud P. La fabrication de l'excellence scolaire. Libraire Droz. Genève. 1984. pag. 136.

Rabossi E. "Relativismo: diversidad de sistemas morales y conducta racional". En: Cuadernos de filosofía. Nø 14. Jul- Dic. 1970.

Ricoeur P. Ethique et responsabilité. Ed. A la Baconnière. Neuchâtel. 1994. pag. 52.

Rockwell E. "La dinámica cultural en la escuela". En Cultura y escuela: la reflexión actual en México. E. Gigante (Coord.). Conacult. México. 1992. pag. 18.

Rochex J-Y. "Penser l'exclusion pour mieux la combattre". In: Dialogue. Nø 76. Paris. Juillet 1993. pag. 2.

Zaluar A. y otros: Violencia y educación. Ed. Libros del Quirquincho. Bs. As. 1992. pag. 35.

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