1er Congreso Internacional "Pobres y Pobreza en la Sociedad Argentina"

Universidad Nacional de Quilmes - Argentina

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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POBREZA Y HABITAT: EL PARTIDO DE BERAZATEGUI EN EL CONURBANO BONAERENSE

Guido P. Galafassi *

El crecimiento acelerado, desordenado y no planificado del área metropolitana a partir de mediados de siglo, agrava toda una serie de problemas urbanos ligados a sectores pobres de la población. Estos, además de sus bajos ingresos y debido precisamente a esto, conviven en condiciones de habitabilidad sumamente precarias en donde la regla es la ausencia, o en el mejor de los casos la insuficiencia de la infraestructura de servicios, el asentamiento en muchos casos en terrenos inadecuados para la urbanización y la calidad de la construcción que generan condiciones difíciles para la salud.

Ahora bien, la configuración de la ciudad obedece en forma importante a la acción de los regímenes políticos que se suceden y que implementan políticas urbanas específicas.

Así, se regula la actividad privada, y se realizan inversiones directas en el territorio, a través de la instalación de redes de servicios más o menos vinculadas a las políticas globales, afectando el funcionamiento del mercado de tierras, y modificando las condiciones de acceso al habitat urbano de los diferentes sectores sociales (Clichevsky, 1987).

En la provincia de Buenos Aires, recien en 1968 se implementa un código de urbanización (el decreto 14381/68) reglamentando la provisión de infraestructura básica (agua corriente y desagues) en los nuevos loteos contiguos a las áreas urbanas. Se aplican normas sobre la prohibición de fraccionamientos inmobiliarios sin infraestructura de servicios colectivos. Esta reglamentación es modificada en 1977 por el autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional" con la ley 8912/77 que regula el ordenamiento del territorio en la pcia de Bs.As., tipificando uso, subdivisión, ocupación y equipamiento. Obliga a los municipios a la definición de usos del suelo, y exige obras de infraestructura básica, definiendo dimensiones y equipamientos. En la teoria, esta reglamentación técnica debería mejorar las condiciones de habitabilidad, disminuyendo contaminación y riesgo de inundación, favoreciendo la provisión de equipamientos colectivos; pero produjo el efecto contrario en los sectores populares, al encarecer el valor de la tierra, reduciendo la oferta de lotes accesibles a estos sectores.

De esta forma, la infraestructura de equipamientos colectivos afectando el valor de la tierra, definió mejores condiciones de habitabilidad, pero paradojicamente, reduce el acceso a los sectores populares.

En este trabajo se intenta definir las condiciones que definen los diversos habitats urbanos del partido de Berazategui, ubicado en el segundo cordón del conurbano, tomando como premisa el proceso de recrudecimiento de la situación económica de los últimos años, afectando de manera más dura a aquellos sectores de población de menores ingresos. Para esto se estudiará la interacción de procesos sociales con estructuras físicas, en un proceso de construcción social del entorno, lo que implica contemplar características sodiodemográficas, variables ambientales y la red de infraestructura de servicios que definirán condiciones de habitabilidad particulares.

La inserción histórica de Berazategui en el area metropolitana

La ciudad de Buenos Aires que se origina en la colonia y extiende su influencia a la zona vecina a través de la provisión de productos agrícolas se enfrenta a un proceso novedoso a fines del siglo pasado que favorecerá en forma importante su crecimiento. La inmigración europea, fundamentalmente de España e Italia, que llegan atraidos por el crecimiento económico argentino, incrementará notablemente el volumen de población de esta ciudad. Así, la conformación espacial del área metropolitana se caracterizará por la presencia de tres áreas particulares: 1) el área urbanizada, constituida por una gran parte de la Capital Federal y los partidos inmediatamete limitrofes, 2) un sector que se extiende hacia el oeste y el sur (en el corredor hacia la ciudad de La Plata, incluyendo a Berazategui) en proceso de urbanización, llegando a un 25% de su superficie, y 3) una periferia rural que abastece al área urbana con productos agricolo-ganaderos.

El área urbanizada presenta una gran densidad poblacional en su zona céntrica en donde se instalan mayoritariamente los inmigrantes (los conocidos "conventillos"). Y la incorporación de la zona lindante del sureste se efectúa gracias a la actividad industrial en desarrollo, especialmente de frigoríficos, curtiembres y depósitos de mercaderia de importación (Gutman et al, 1988).

Pero en los años 1940-50 el proceso de crecimiento demográfico sufre una aceleración importante. La creciente industrialización de Buenos Aires en un contexto mundial favorable y con políticas internas que favorecen este proceso influyen positivamente en la inmigración de importantes grupos de pobladores del interior del país. La oferta de empleo en el área metropolitana, y la falta de incentivos en el campo y en las pequeñas ciudades refuerza este proceso. Los ingresos de los obreros industriales y los trabajadores en general observan un incremento, lo que posibilita la adquisición de un lote en la periferia urbana para autoconstruir su vivienda.

Esto genera un acelerado crecimiento del espacio urbano que se efectiviza mayoritariamente siguiendo la traza del ferrocarril. En 1960 el 71% de las tierras rurales de 1947 se habían urbanizado, 18 partidos ya son reconocidos por el censo de Población de 1960 como mayoritariamente urbanos e integrantes del Gran Buenos Aires, constituyendo un área urbanizada de 3880 km2. Esta urbanización acelerada y con casi nula planificación generó situaciones de insuficiencia de infraestructura urbana que se prolonga hasta hoy agravada en muchos de sus aspectos.

A partir de 1960 el crecimiento demográfico sufre una desaceleración, pero de todas formas se continúa generando un paisaje heterogeneo compuesto por densas áreas urbanas con servicios, lindantes con áreas carenciadas, tierras rurales en producción, lotes urbanos, pequeñas y grandes propiedades sin uso, clubes de campo y complejos industriales.

Así, se reconocen en la periferia de la ciudad de Buenos Aires tres situaciones diferentes: 1) La primera corona integrada y conformada totalmente en el conglomerado urbano de Bs. As., en donde los espacios abiertos solo llegan al 10% de la superficie total.

2) La segunda corona formada por tierras situadas entre 25 y 40 km. del centro, en donde la urbanización es más reciente, observando un ritmo sostenido de crecimiento de la población en los últimos años. Las tierras rurales ocupan más del 40% de la superficie total. Abarca los partidos del oeste y del sur del área metropolitana, sector este último en donde está situado Berazategui, formando el límite sur del Gran Buenos Aires, con más del 60% de su superficie en uso agrícola.

3) La tercera corona, más allá del Gran Buenos Aires. Las tierras rurales cubren 3/4 partes de su territorio, y junto con algunos de la 2da corona son los abastecedores de productos hortícolas, lacteos y aves del área metropolitana.

Ahora, teniendo en cuenta la calidad del habitat , Hardoy et al (1992) enumeran los principales problemas físicos que afectan al mismo en las ciudades argentinas, y que en mayor o menor medida estan presentes en el partido de Berazategui: - ausencia de un sistema de provisión de agua potable que garantice volumen y calidad aceptable para toda la población; - inadecuada e insuficiente provisión de cloacas y sistemas de evacuación de excretas; - inadecuada recolección y disposición de los residuos sólidos domicialiarios y los efluentes indusrtriales; - contaminación del aire, de cursos de agua que atraviezan la ciudad y de los acuiferos subterraneos; - desastres producidos por inundaciones.

Estos problemas se manifiestan de manera diferencial según tipo y tamaño de la ciudad y afectan diferencialmente a los sectores sociales de acuerdo a niveles de ingreso, distribución en el espacio y posibilidades de palearlos.

Los sectores más empobrecidos son los que sufren más directamente la carencia en cuanto a infraestructura de servicios básicos, y diferentes grados de contaminación al ocupar las áreas de menor valor inmobiliario.

Todos estos problemas se presentan en mayor o menor medida en el área metropolitana de Buenos Aires, ocurriendo de forma sumamente heterogenea de acuerdo a ubicación y características de la urbanización. La particular diversidad que presenta este espacio urbano con sectores de alta cualidad estructural y otros con características de marginalidad y bajo desarrollo urbano, conforma una situación sumamente compleja que se manifiesta en todos los partidos del conurbano, pudiendo diferenciarse un área central con mejor calidad urbana y áreas perífericas con graves problemas ambientales y de habitabilidad.

El Conurbano hoy: caracterización sociodemográfica

La Argentina es uno de los países con más alto índice de urbanización del mundo. Según el Censo Nacional de Población de 1980, el 83,3% de la población es definida como urbana, creciendo a un 84,5% para 1991. En el período 1970-1980 el aumento de la población que vivía en concentraciones urbanas de más de 2000 habitantes fue un 25% mayor que el crecimiento de la población total del país (INDEC, 1980). Pero esta población argentina presenta notables diferencias en cuanto a su distribución territorial. La temprana urbanización de los márgenes del Río de La Plata y Paraná Inferior, dieron como resultado la actual estructura urbana con más del 45% de la población del país sobre este eje de apenas 400 km. de largo, desde Rosario hasta La Plata. Si bien en las últimas décadas se revirtío la tendencia hacia un más rápido crecimiento de las ciudades intermedias, aún la tradicional distribución espacial de la población argentina concentrada en el área metropolitana y alrededores sigue siendo la dominante.

Los 19 partidos del conurbano concentraban en 1991 7.969.824 habitantes, un 24% de la población total del país y el 63% del total de la pcia. de Buenos Aires. De esta población la primera corona concentraba en 1991 4.592.794 habitantes (considerando el 50% de La Matanza) lo que equivale al 57% del total del conurbano y con un crecimiento intercensal del 6%. La segunda corona concentraba 3.376.530 habitantes (considerando el otro 50% de La Matanza) lo que equivale al 42% del total del conurbano y con un crecimiento intercensal del 31%.

Los partidos que forman parte de la primera corona han entrado en una curva de saturación demográfica mientras que los pertenecientes a la segunda corona crecieron en un porcentaje mayor, insinuándose un crecimiento relativo en la incipiente tercera corona (299.268 hab. en el '80 y 442.189 en el '91), ello equivale a un crecimiento intercensal del 47%.

El grado de concentración demográfica promedio para todo el conurbano es elevado. Los 3680 km2, equivalentes al 0,001 de la superficie total del país, contenían una densidad al año 1991 de 2165,6 hab/km2 de promedio. Pero esta concentración es variable a lo largo de todo el espacio del conurbano. Las diferencias entre la primera y segunda corona son notables al respecto. Mientras la primera corona concentra su población con una densidad por km2 de 2664 hab. y satura sus posibilidades de crecimiento, los valores para la segunda corona son de 1726 hab. por km2, territorio que crece en virtud de los nuevos loteos y asentamientos, especialmente en los últimos períodos intercensales.

Los valores por partido son aún más dispersos. Lanús (10.412,5 hab/km2) posee el territorio con mayor densidad de población y San Fernando (156,7 hab/km2), Tigre (714,7 hab/km2), Esteban Echeverría (731,16 hab/km2), Florencio Varela (1237, 8 hab/km2) y Berazategui (1302,8 hab/km2) son los de menor densidad de población. No olvidemos que en Berazategui, el 60% del territorio está definido como de uso agrícola, por el cual en la porción urbanizada la densidad debe ser mayro que promedio aquí indicado.

Las diferencias en la estructura demográfica entre la primera y segunda corona son también significativas. Existe un mayor peso relativo para el grupo de 0 y 14 años en la segunda corona respecto a la primera. El mayor peso relativo de la segunda corona con respecto al total del conurbano se debe al segmento etario de 0 a 14 años. Los valores para el grupo 0 a 14 en el partido de Berazategui se encuentran en los rangos de la segunda corona.

Estos indicadores están reflejando la condición de distritos con un proceso de urbanización más reciente y en crecimiento poblacional.

El crecimiento de la población manifiesta en el período '80 - '91 respecto al '70 - '80 una desaceleración en el ritmo de crecimiento general para el conurbano (de 24,34 para el período 80/91). No obstante, algunos partidos aún crecen a un ritmo importante. Moreno, Florencio Varela y Esteban Echeverría presetan valores elevados aunque menores que para el período intercensal anterior.

Los partidos que más han crecido corresponden a la segunda corona, mientras que los más cercanos a la Capital Federal tienen un crecimiento bajo, pudiéndoselos considerar que ingresan en una etapa de expulsión.

Si consideramos la distribución espacial del incremento demográfico para el territorio analizado, el 70% del crecimiento del total corresponde a los partidos de la segunda corona. A pesar de esta desaceleración, la concentración demográfica respecto de la población total del país se ha incrementado, los 19 partidos del GBA representan en la actualidad aproximadamente dos tercios (63%) de la población total de la pcia., mientras que en el año 1980 era del 57%.

Se observa una primera corona consolidada con baja proporción relativa de niños y jóvenes, con persistencia de grupos mayores de 65 años, con bajas tasas de natalidad, alta mortalidad y saldo migratorio negativo.

La segunda corona se caracteriza por tener una población joven formada por grupos que no han superado el período procreativo y tampoco alcanzan los límites de la esperanza de vida, esto se relaciona con una natalidad alta o estable y una mortalidad general baja.

De acuerdo al último censo se puede afirmar un nivel de crecimiento de la población menor al esperado, con una desaceleración del flujo migratorio. Observándose no obstante ello un incremento de las migraciones de países limitrofes. En el período '80 - '91 el conurbano creció de acuerdo a una tasa de incremento medio anual de 16,48%, un poco superior al total de la provincia (14,3%).

Desde el punto de vista demográfico, el partido de Berazategui presenta indicadores cuyo comportamiento está por debajo de la media correspondiente a la segunda corona del conurbano. Tiene una población de 244.929 hab. (120.870 varones y 124.059 mujeres) cuyo crecimiento (21,3% para el período '80 -'91) si bien continúa estando por encima de la media del conurbano (16,4% presenta una desceleración respecto del incremento demográfico intercensal anterior (46,82%) y está por debajo de la media que presentan los partidos de la segunda corona.

La antiguedad de los loteos así como la existencia aún de espacios rurales acerca los valores de densidad de población de 1302 hab/km2 a los que presentan los partidos de la segunda corona (1331 hab/km2).

Berazategui: situación sociosanitaria y distribución de la Pobreza

Algunos de los problemas ambientales urbanos se expresan al nivel de la vivienda, en cuanto se consideran las condiciones de vida en el interior de las mismas y en su entorno inmediato. Los factores que influyen en estas condiciones de habitabilidad son diversos, entre ellos los más destacados son: tamaño de la familia y edad de sus integrantes; ingresos familiares; forma de ocupación del barrio; condiciones del terreno donde fue levantada la vivienda y las características de esta. La precariedad de las viviendas y el grado de hacinamiento que en general define a sus ocupantes convierte a cualquier condición de vida urbana en negativa. Las casas son casi siempre autoconstruidas, muchas veces con materiales desechados, existiendo problemas de ventilación y calefacción, pisos de tierra, presencia de humedad o falta de iluminación. A estos factores se agrega generalmente la deficiencia de una infraestructura de servicios básica (provisión de agua potable y cloacas) y de condiciones ambientales mínimas en el barrio (Hardoy y Satterhwaite, 1989).

De aquí, que considerar la distribución de la pobreza en el partido es un paso previo y necesario para poder definir las condiciones negativas de habitabilidad de los sectores de bjos ingresos del segundo cordón.

De los 224.929 habitantes que presetaba Berazategui para 1991 según el censo, 54.947, un 22% tienen necesidades básicas insatisfechas. Estos valores son inferiores a la media de los partidos del conurbano que presentan un 29% de su población en esas condicines y están por debajo de los promedios para la segunda corona (INDEC, 1989) Aproximadamente la mitad de la población NBI (47,62%) está dispersa en territorios que no llegan al 25% de población NBI s/total y un 19% de la población NBI se encuentra residiendo en territorios cuyos niveles de NBI superan el 40%. La zonas que presentan una especial concentración son las siguientes: el área de interfase con Quilmes (al norte), hacia el este (antes de la traza de la autopista), en el territorio entre el arroyo Las Conchitas y el límite con el Partido de La Plata, al este de la Avenida Vergara, y en loteos cercanos a El Pato, territorio especialmente segregado desde el punto de vista geográfico del conjunto del partido. Las mayores concentraciones de población NBI están localizadas en asentamientos en vías de regularización y en barrios populares, algunos de ellos de gestión provincial (Protierra-Platanos).

La distribución de la población NBI por grupo de edad según rangos de concentración de NBI evidencia una incidencia relativamente mayor para la población infantil, mientras un 52,39% del total de la población NBI se localiza en territorios cuyos niveles promedio de NBI son superiores al 25%, en el caso de grupo etareo 0-1 el porcentaje de niños en esas zonas es del 58,06%. Teniendo en cuenta la población total del partido, mientras el porcentaje promedio de población NBI es de 22%, el grupo etareo 0-1 presenta un 38,26% en esas condiciones, el grupo de un año un 38,08% y el grupo de niños entre 2 y 5 años un 37,56% en condiciones NBI.

Teniendo en cuenta (según el INDEC) la división de la población en cuatro estratos socioeconómicos, considerando al estrato 1 como el más bajo y el estrato 4 como a los sectores de mayores ingresos, podemos ver que el 92% de la población del partido pertenece a los estratos 1 y 2 y solo el 8% a los des restantes, lo que evidencia grandes diferencias de orden laboral, habitacional, de educación y salud. Aproximadamente dos terceras partes de los menores de un año y de los niños entre uno y cuatro años pertenecen a los hogares más pobres (INDEC-Mun. Berazategui, 1992).

Las pirámides de población por estrato nos permiten afirmar que lo correspondiente al estrato 1 es típico de poblaciones en condiciones de subdesarrollo con dificultad para superar limitaciones, con características de población jóven en la cual casi la mitad son menores de 15 años y menos de un 3% supera los 65 años. A medida que se asciende en la escala social, las pirámides van ensanchando sus vértices y angostando sus bases. La estructura por edades del grupo 4 se caracteriza por una baja fecundidad y un elevado porcentaje de población de más de 65 años. La Tasa Global de Fecundidad (promedio de hijos al final del período reproductivo) de los estratos 1 y 2 casi quintuplica la de los estratos más acomodados. Mientras la tasa del grupo 1 es de 5,85, la del grupo 2 es 5,13, la de los grupos 3 y 4 apenas llega al 1,15.

Todos estos parámetros están definiendo un carácter de bajos ingresos y hacinamiento en las viviendas, dos características presentes (como ya se dijo) entre las condiciones ambientales del habitat de sectores pobres.

La estrategia seguida por estos sectores para procurarse una vivienda indica claramente las condiciones de precariedad en la que se encuentra. Esta población urbana con bajos ingresos, formada por trabajadores asalariados y por un creciente sector informal y desocupado, no reune las condiciones mínimas para comprar o alquilar una vivienda ofrecida por el mercado público o privado y construida de acuerdo a normas oficiales, dado que sus costos superan sus ingresos. Ante esta situación las alternativas son varias.

Una de ellas, muy frecuente en los últimos años constituye la de invadir y ocupar un terreno público o privado, sin equipamiento sanitario, a través de una acción colectiva en la cual cada unidad familiar autoconstruye su vivienda precaria, mejorándola (si puede) gradualmente.

Otra, de carácter individual, es instalar una casilla o los cimientos de una vivienda precaria en un sector marginalmente urbanizado y alejado, y en general carente de servicios de infraestructura y con tenencia dudosa de la propiedad. Con un poco de dinero, es posible adquirir una construcción en cualquiera de los dos casos mencionados, comprando solo el derecho a ocuparla, sin contar el derecho de propiedad. Invadir una casa privada y subdividirla, o alquilar un cuarto en una pensión o conventillo son otras alternativas (Federovisky, Hardoy et al, 1992). Las tres primeras son las que prevalecen en los barrios periféricos de Berazategui.

Todas estas alternativas se caracterizan por el hacinamiento, la falta total o deficiencia en el equipamiento de servicios básicos, los diversos grados de estabilidad legal de la ocupación y un entorno degradado y con frecuencia contaminado1 .

Situación Habitacional

En todo el país, la mayor parte de las viviendas en asentamientos marginales, ocupadas por grupos de bajos ingresos, tienen una deficiente cobertura de servicios básicos. Para 1987, se ha calculado que el 67% de la población urbana del país tenía cobertura de agua potable.

Mucho más carente aún, es un servicio adecuado de evacuación y disposición de excretas, con las consecuencias negativas que trae la falta de un mecanismo correcto de disposición final de los efluentes domiciliarios. Esta deficiencia genera serios problemas de contaminación de los receptores elegidos para evacuar las aguas servidas, que en general coinciden con las fuentes de agua de las que se abastece la población. Otra causa de deterioro la constituye la filtración de los cursos de agua contaminados a las napas subterraneas, que en Berazategui constituye la única fuente de agua tanto a través del servicio municipal de prestación de agua corriente, como de las perforaciones individuales o por barrio.

Los niveles de cobertura de servicios del municipio podrían reunirse en dos categorías: - buena cobertura (casi total) en: agua potable, electricidad, alumbrado público y recolección de residuos, - cobertura diferencial (heterogenea por zonas) en: red cloacal, pavimentos, desagues pluviales y gas natural.

Es en los sectores bajos y medios con respecto al resto en donde se presentan notables diferencias de cobertura de los servicios englobados en el último grupo.

Agua potable y electricidad poseen casi un 98% de la población total del partido, disminuyendo levemente esta cifra para los estratos 1 y 2, 90% en agua potable y 95% en electricidad. Pero la cobertura del servicio de agua corriente es notablemente diferente, pues un 63% del total de la población tiene acceso a este servicio, en cambio, si consideramos la población de bajos recursos, solo un 50% posee agua corriente, el restante 50% utiliza agua procedente de perforación en un 35% y por otro sistema en un 65% 2 . Por lo tanto al considerar la diferencia entre agua potable y agua corriente, queda en evidencia la carencia de este servicio básico, afectando muy especialmente a los sectores de bajos ingresos, salvo el sector residencial de Ranelagh con amplia cobertura por perforaciones individuales.

Escasamente menor son los porcentajes de alumbrado público y recolección de residuos. Un 93% para el primero y un 90% para el segundo si consideramos el total de hogares.

Para los estratos 1 y 2 disminuye a un 80% para alumbrado público y un 78% aproximadamente para recolección de residuos. Esto para los servicios catalogados como de buena cobertura.

En cambio para el segundo grupo las diferencias son notables. Mientras el gas natural es el más abundante de estos servicios con casi un 70% de cobertura si tenemos en cuenta el total de los hogares, la red cloacal y los desagues pluviales apenas llegan a un 50% para el mismo universo, y el paviemnto supera levemente un 40%. Pero si analizamos por estratos las diferencias son muy importantes. El gas natural para los estratos 3 y 4 ronda el 87%, mientras que para los estratos 1 y 2 apenas supera el 41%; la red cloacal cuenta con una cobertura del 65% para los estratos 3 y 4, y desciende a menos de la tercera parte para los estratos 1 y 2 con valores que rondan el 20%. Las situaciones para pavimento y desagues pluviales son igualmente diferenciales. Si el primero tiene un porcentaje de case el 55% para los estratos 3 y 4, solo llega al 19% para 1 y 2; y por último los desagues pluviales superan un 60% para los estratos 3 y 4 y solo rondan un 30% para los estratos más pobres (INDEC - Mun.

Berazategui, 1992) Estos indices definen una situacioón habitacional crítica para un sector importante de la población. Así, del total de hogares del partido, el 22,4% presenta NBI habitacional. En los estratos 1 y 2 el 41,4% de los hogares presenta NBI habitacional y el 13,4% de los correspondientes a los estratos 3 y 4 tienen esta característica.

El partido tiene el 34% de los hogares con techos regulares y malos y el 32% de los hogares con pisos en igual condición. De estos últimos un 71% también presenta techos regulares o malos. Del total de hogares con pisos buenos (baldosas, cerámica) un 83,2% presenta también tehos buenos (material, tejas, etc.) y un 16,5% regular o malo (chapa, cartón, etc.). En cambio del total de hogares con pisos regulares o malos (cemento, tierra) solo un 29% presenta características de techo bueno y un mayoritario 71% techos regulares o malos.

Del total de hogares con jefes asalariados un 47,3 presenta condiciones de precariedad laboral y un 22,8% condiciones de NBI habitacional. Los datos sugieren la existencia de una fueerte asociación entre precariedad laboral y habitacional: del total de hogares con NBI habitacional, el 67,7% de los jefes son precarios laborales, mientras que el restante 32,3% no los son. En cambio en los grupos sin NBI habitacional, el 41,3% tiene características de precariedad laboral, estando el restante 58,7% fuera de esa categoría.

El 70% de los hogares del municipio tienen infraestructura de distribución de gas frente a sus domicilios. Una cuarta parte (24,7%) de esos hogares cocinan con otro tipo de combustible, lo que indicaría que no realizaron la conexión particular correspondiente entre sus viviendas y la red.

El 37% de los hogares de Berazategui presenta alguna de las características de ubicación en áreas problemáticas.

En los estratos 1 y 2 represetan el 49,9% de este agrupamiento y en los estratos 3 y 4 el 57,2%. Mientras que los que están fuera de áreas problemáticas se reparten entre un 24,3% en los estratos 1 y 2 y un 75,7% para los grupos 3 y 4.

Consideraciones finales

A partir de mediados de este siglo se agravan ciertos problemas urbanos del área metropolitana ya existentes desde tiempo atrás: ocupación de territorios poco aptos a la urba zación; degradación del ambiente físico a través de diversos procesos de contaminación; construcciones con condiciones inadecuadas para la salud de la población; ausencia de infraestructura de servicios adecuada a la demanda; escasa presencia de espacios verdes y públicos; y red de transporte y comunicación inadecuados.

Estos hechos se conjugan con un alto crecimiento poblacional debido tanto a procesos inmigratorios como crecimiento vegetativo y a la falta de una política de planificación urbana acorde. De aquí que se genera una situación de crisis de las condiciones de habitabilidad urbana que tiene consecuencias sanitarias, sociales y ambientales, y que admite diferentes estrategias en los sectores sociales para superarla.

Estas condiciones de habitabilidad están directamente relacionadas también con las tipologías de viviendas, diseño y calidad de los materiales y construcciones, nivel de equipamiento individual, disponibilidad de espacios interiores, etc. Las condiciones socio-habitacionales, responden entonces, a una compleja trama de factores socioeconómicos, políticos y ambientales, que tienen como resultado estructuras físicas del habitat. La complejidad, diversidad, utilidad y accesibilidad de estas estructuras, define el nivel de habitabilidad de una vivienda a nivel individual y de un barrio a nivel social. Mientras que el concepto pobreza/riqueza cualifica a las personas, el concepto condiciones ambientales cualifica al espacio. Pero es de la articulación de ambos parámetros que surjen las maneras y formas de diseñar y construir los asentamientos humanos. De aquí que poder definir indicadores de infraestructura colectiva, de equipamientos individuales, y construir una tipología de viviendas, y de parámetros físicos espaciales, contribuyen, en suma, a construir indices de condiciones socio-habitacionales. Esto ayuda a interpretar y explicar los complejos y diversos procesos sociales urbanos generados por la articulación de factores sociales y factores ambientales.

Bibliografía

CLICHEVSKY, N.: "Política urbana y mercado de tierra.

Buenos Aires 1970-1986". En: Boletín de Medio Ambiente y Urbanización, año 5, n§20, pp. 80-87.

INDEC: La pobreza urbana en la Argentina. Buenos Aires, 1989.

INDEC - MUN. BERAZATEGUI: Sistema de información estratégica para niveles municipales. Buenos Aires, 1992.

FEDEROVISKY, S., HARDOY, J., MAZZUCCHELLI, S. Y M. DI PACE: Medio ambiente urbano en la Argentina. Buenos Aires, CEAL, 1992.

GUTAMN, P., GUTMAN, G. Y G. DASCALL: El campo en la ciudad.

La producción agrícola en el Gran Buenos Aires. Buenos Aires, CEUR, Informe n§ 6., 1987.

HARDOY, J. Y D. SATTERTHWAITE: Environmental problems in third World Cities: a gloal issue ignored?. Londres, IIED, 1989.

PESCUMA, A. Y M.E. GUARESTI: "Gran Buenos Aires: contaminación y saneamiento", en Medio Ambiente y Urbanización, n§ 37.

NOTAS

*. CEIL (Centro de Estudios e Invesstigaciones Laborales), CONICET y Facultad de Filosofía y Letras, UBA.

1 . Una mención especial reconocen todos aquellos asentamientos ubicados sobre las cuencas de los arroyos que cruzan el partido. El arroyo Jimenéz y el Platanos son dos de los más importantes, cruzando el territorio en sentido O - E y desembocando en el Río de La Plata. Sus causes se vuelven divagantes en la terraza baja, y por efecto de las crecidas del Río de La Plata y las lluvias en las cuencas de aporte, se producen inundaciones importantes en la planicie urbanizada generando serios disturbios en las condiciones de vida de estos sectores generalmente margiandos. Durante las épocas de estiaje, estos cursos conducen en una muy alta proporción descargas cloacales y descargas industriales, constituyendose en foco permanete de enfermedades.

2 . La población servida con agua corriente en toda el área metropolitana varía entre porcentajes muy altos de cobertura (98% para Capital Federal, 97% para Vicente Lopez) y otros con una escasa red del servicio básico (entre 4 y 5% para Merlo, Moreno y Gral. Sarmiento, 8% para Fcio. Varela, 10% para Esteban Echeverria, todos del segundo cordón) (Pescuma y Guaresti, 1991).

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