V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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LA ANTROPOLOGÍA Y SUS REVISTAS EN DEMOCRACIA:un abordaje bibliotecológico sobre los procesos informacionales en la constitución del campo de la Antropología Social en la Argentina

María Cristina Cajaraville[1]

La recuperación de la democracia en nuestro país a fines de 1983 abrió nuevas perspectivas para las Ciencias Sociales. La apertura de los espacios académicos brindó un ámbito propicio para el desarrollo de la investigación. A partir de entonces comenzaron a publicarse nuevas revistas junto a otras ya existentes que continuaban o volvían a aparecer. Esta situación se dio con especial significación en la Antropología donde la Antropología Social logra consolidarse.

La investigación que llevamos a cabo se propone conectar, desde una perspectiva bibliotecológica, la situación de la investigación en Antropología Social desarrollada durante este período, con el ciclo de la producción - circulación - uso de las revistas de Antropología publicadas en la ciudad de Buenos Aires desde 1983/4 hasta 1995.

Este trabajo presenta algunas reflexiones teóricas, objetivos, hipótesis y metodología empleada en la investigación y ofrece algunos de los resultados obtenidos hasta ahora, a modo de un panorama  de las revistas y la relación establecida entre éstas y los antropólogos sociales.

Se hace hincapié en la relación entre los procesos informacionales emergentes a partir de las publicaciones periódicas y el desarrollo de la investigación en Antropología Social, considerándolas como un elemento de importancia en la constitución y afianzamiento de este campo.

1. Introducción

En este trabajo presentamos un panorama general de la investigación que estamos desarrollando acerca de las revistas de Antropología publicadas en Buenos Aires en el período comprendido entre 1983/84 y 1995. La investigación se propone focalizar su atención en dos relaciones:

1) la relación entre la producción, circulación y utilización de las revistas por parte de los investigadores en Antropología Social, y

2) la relación entre el ciclo de la literatura periódica recién enunciado y el desarrollo de la Antropología Social en el período democrático.

Nos planteamos como hipótesis que si las características del desarrollo de la Antropología Social determinan la configuración del sistema de la literatura periódica, entonces, el restablecimiento de sus espacios de investigación e identidad en la última década se verá reflejado en la producción, circulación y utilización de las revistas especializadas en el área.

En dicho sistema se articulan relaciones de circularidad y complementariedad entre los subsistemas involucrados en el proceso de transferencia de información especializada (de su producción, circulación y uso).

Trabajamos a partir de la propuesta metodológica de la dialéctica de las matrices de datos de Juan Samaja (1993) definiendo un sistema de matrices en varios niveles de integración que se articulan. Utilizamos una estrategia de triangulación metodológica combinando diversas técnicas de recolección y análisis de la información según el tipo y el nivel de las unidades de análisis.

Estamos analizando seis revistas publicadas en Buenos Aires, cinco de ellas de Antropología en general: Relaciones, Runa, Cuadernos del INAPL, Revista de Antropología y Publicar; y una especializada en Antropología Social: Cuadernos de Antropología Social.

Seleccionamos una muestra de fascículos estratificada por revista en tres momentos del período: 1983/84, 1988/89 y 1994/95. De dichos fascículos trabajamos con todos los artículos publicados por autores argentinos que desarrollan sus investigaciones en Antropología Social en nuestro país y analizamos las referencias bibliográficas citadas por ellos. La muestra está compuesta por seis artículos del primer momento, trece del segundo y veinticuatro del tercero.

Se están realizando entrevistas semi-estructuradas a investigadores en Antropología Social con sede de trabajo en el Instituto de Ciencias Antropológicas, ya sean, participantes en proyectos UBACYT como becarios de las categorías iniciación y perfeccionamiento, seleccionados a partir de una muestra estratificada según su función en el grupo y el tipo de beca. Se entrevistaron a dieciséis investigadores: doce mujeres y cuatro varones. Su promedio de edad es de 41 años (+- 8 años). Nueve de ellos son licenciados y uno profesor en ciencias antropológicas, 3 alcanzaron un título de maestría, e igual cantidad, el doctorado. Más de la mitad cursa algún posgrado. Todos son docentes universitarios, ocho profesores, seis auxiliares y dos de ellos se desarrollan en ambas categorías según la institución.  Sus temas de investigación se distribuyen en las siguientes áreas de la Antropología Social:  salud, educación, problemas epistemológicos, antropología económica, urbana, rural, político-jurídica y simbólica. Trece de los dieciséis entrevistados comenzaron sus actividades del investigación durante el período democrático.

Se están realizando entrevistas a los editores de las revistas seleccionadas. Además se llevó a cabo un estudio sobre el estado de dos hemerotecas del área que incluyó entrevistas con los bibliotecarios.

La información obtenida por tales medios se complementa con la investigación Modos de acceso y utilización de la bibliografía en el campo de las Humanidades y las Ciencias Sociales (UBACYT FI172) en la que participamos.

Michael Keresztesi (citado en Fink, 1989) estudia la relación entre investigación y bibliografía y describe cuatro dimensiones de las disciplinas: epistemológica, sociológica o social, histórica y bibliográfica. Este trabajo procura mostrar cómo la dimensión bibliográfica atraviesa las otras tres por medio de la dinámica de los procesos de comunicación científica. Se estructura en dos grandes partes, en la primera se presentan algunos elementos de nuestro marco teórico referidos a la relación entre comunicación científica y publicaciones seriadas haciendo una breve revisión de algunas investigaciones que guardan ciertas similitudes con la nuestra.

La segunda parte ofrece un panorama de la producción, circulación y uso de la literatura periódica en tres momentos: la época de la dictadura, que se aborda brevemente, los primeros años de la democracia y el momento actual.

Nuestra exposición acerca de algunos de los problemas involucrados en los procesos de información se basa en los datos recabados mediante las técnicas que fueron mencionadas pero no se los puede considerar definitivos ya que, tratándose ésta de una investigación en curso, se continúa trabajando en su recolección y análisis.

2. Las revistas y la comunicación en la comunidad científica

Varios autores (Mikhailov (1984), Fink (1989), Lievrow citada en Mueller (1994), Romanos (1996), etc.) coinciden en afirmar que el proceso de comunicación científica o de transferencia de la información tiene carácter cíclico y progresivo y sus etapas podrían sintetizarse en tres grandes fases: producción, circulación y uso.

Consideramos que este proceso describe una estructura análoga al proceso de la investigación científica, tal como es conceptualizado por Juan Samaja (1993) y que, por lo tanto, asume la forma de producción-circulación-uso-nueva producción y puede ser representado con la figura de la espiral (Cfr. Samaja, 1993: 212).

Mueller (1994) describe el modelo propuesto por Lievrouw quien distingue entre proceso y estructura de comunicación. Define al primero como cualquier actividad o comportamiento que facilita la construcción y el compartir significado entre individuos[2] y la estructura como el  conjunto de relaciones entre individuos que están ligados por los significados que construyen y comparten.[3]

La comunicación científica pone en circulación información científica mediante canales formales e informales. Ambos tipos se relacionan y complementan formando un sistema único. Los canales informales son aquellos que se dan de persona a persona, por ejemplo: conversaciones, cartas, mensajes de correo electrónico, listas electrónicas de discusión, etc. La literatura científica es el canal formal por excelencia y su materialización se concreta en el documento. A través de él se operacionaliza el control de calidad científico por la evaluación de los pares.

Existen muchos tipos de documentos, uno de ellos es la publicación seriada o periódica. Comprenden un amplio espectro que incluye las revistas científicas o especializadas. Su surgimiento está estrechamente ligado al origen de la ciencia moderna en el siglo XVII como un producto de las sociedades científicas. (cfr. Houghton, 1975; Romanos, 1996).

La revista científica puede ser conceptualizada en dos planos que se articulan. Uno es el de la revista como documento publicado por entregas sucesivas que tiene la intención de continuar a través del tiempo y posee un título común y una designación numérica o cronológica para sus partes. El otro plano es el de la revista como una institución científica en la que participan editores, autores, árbitros y lectores.

Estas publicaciones son materia de interés no sólo para la Bibliotecología y la Ciencia de la Información sino también para otras disciplinas, en sus diferentes aspectos. Uno de ellos es el que dirige su atención a las revistas en tanto fuentes de información sobre una comunidad científica o una disciplina determinada.

Vessuri ha realizado trabajos en el caso particular de algunas revistas y señala la importancia potencial de la investigación sobre este tema desde los Estudios Sociales de la Ciencia:

"Casi todas las instituciones formales de la ciencia merecen estudios socio-históricos, y algunos de sus participantes claves merecen consideración especial. El papel de las revistas científicas locales y regionales también queda por ser explorado. Hasta la fecha su importancia sólo puede ser captada muy indirecta e imperfectamente a través de los estudios de productividad científica. La medida plena de su influencia colectiva sólo puede ser imaginada." (Vessuri, 1993: 123)

Rodríguez García (1994) analiza la Revista Colombiana de Física con el objeto de identificar qué, quiénes, cómo, dónde y sobre qué se realizan las investigaciones en esta área de conocimiento en su país. A través de su investigación logra identificar  una red de comunicación que:

"origina relaciones inter e intra institucionales a través de las cuales se consolida el grupo como comunidad y su trabajo, la investigación, como producción de conocimiento en [un] área".  (Rodríguez García, 1994: 291).

Pagano y Buchbinder (1994) seleccionan un grupo de revistas de historia cuyo análisis brinda información sobre áreas temáticas, períodos históricos y enfoque de las investigaciones en Historia argentina y americana desarrolladas en nuestro país en la década del '80.

Los autores parten de una observación similar a la nuestra según la cual la reactivación de la actividad académica a partir del retorno de la democracia motivó el aumento en la publicación de revistas especializadas.

Lehmann (1995) realiza una aproximación similar sobre la Bibliotecología alemana, cuyos desarrollos son bastante ignorados en el país de procedencia del autor, los EE.UU. Estudia las seis revistas principales y entrevista a editores y bibliotecarios alemanes. Esto le permite conocer no sólo los desarrollos y discusiones teóricas de la disciplina sino también el impacto de la unificación alemana en las bibliotecas, el debate entorno de la política bibliotecaria y la lucha de poder entre las mismas revistas y sus entidades editoras.

El taller internacional Publicaciones científicas en América Latina, organizado por el International Council of Scientific Unions y realizado en México en 1994, brinda un completo panorama de la problemática de las revistas latinoamericanas de ciencia y tecnología desde el punto de vista de los editores y los científicos. Aunque no incluye Ciencias Sociales ni Humanidades, los problemas identificados son comunes. Las conclusiones generales resaltan la importancia de las revistas científicas como medios de comunicación de nuevos conocimientos, como instrumentos de formación de recursos humanos y como canales de cooperación entre científicos. Sin embargo, en América Latina, prolifera una gran cantidad de títulos efímeros o de aparición esporádica con escasa circulación y visibilidad internacional. También señalan la falta de medios eficientes en la evaluación académica de las revistas científicas latinoamericanas y la dificultad de no contar con editores profesionales, en la mayoría de los casos. Sugieren estrategias de fortalecimiento de las publicaciones a fin de promover las consolidadas, fusionar las inestables, aumentar su difusión y control bibliográfico, así como también la internacionalización de los comités editoriales y el mejor aprovechamiento de las nuevas tecnologías de edición.

3. La situación de la Antropología Social en el país: una mirada sobre los procesos informacionales

3.1 Accesos vedados, rupturas y exclusión

Las rupturas institucionales que sufrió el país determinaron sucesivas construcciones, destrucciones y reconstrucciones de las Ciencias Sociales, tal como lo describe el título de un  trabajo de Vessuri, con la metáfora del mito de Sísifo[4].

Lovisolo (1996), quien compara la constitución y desarrollo de las comunidades científicas de Argentina y de Brasil, señala obstáculos y los factores impulsores de las mismas en ambos países. En el caso argentino, identifica un conjunto de hechos que generaron un patrón de enfrentamientos entre intelectuales y científicos por un lado, y el estado y las élites económicas, políticas, religiosas y militares por otro. Este enfrentamiento dio lugar a intervenciones, persecusiones, exilios y renuncias masivas que, entre otros factores, impidieron la continuidad del desarrollo de la investigación y de la formación de investigadores:

"cada diez años [1943, 1955-56, 1966, 1975-76] a partir de la década del cuarenta, las universidades argentinas pasan por violentos procesos de reestructuración con inmensos costos en términos de los recursos humanos y de la continuidad de proyectos de docencia e investigación" (Lovisolo, 1996: 55)

Lebedinsky (1995) señala el perfil heterogéneo de la comunidad antropológica por adhesión a compromisos políticos más que académicos (Lebedinsky, 1995). Es más, relaciona este hecho con las rupturas que mencionáramos anteriormente, coincidiendo con la tesis que Lovisolo (1996) postula para la comunidad científica argentina en general:

"Las convicciones políticas en nombre de las cuales la mayoría de los antropólogos sociales renunciaron voluntaria o involuntariamente a cargos académicos de docencia e investigación desde 1966 hasta 1984, en ámbitos públicos y privados, influyeron también en la conformación de biografías surcadas por exilios externos e internos, muertes o desapariciones." (Lebedinsky, 1995: 5).

Tales rupturas institucionales también ejercieron efectos nocivos sobre las bibliotecas y quebraron procesos de socialización científica que constituyen un factor clave en la generación, reproducción y modificación de hábitos de producción, acceso y utilización de la información especializada.

La Antropología fue especialmente atacada por la última dictadura al igual que la Sociología y la Psicología, pero en su caso, en un estado más elemental de desarrollo (Cfr. Bartolomé (1980 y 1982), Herrán (1990), Vessuri (1990), etc.).

Las carreras de Antropología de Rosario, Mar del Plata y Salta fueron cerradas, y la de Buenos Aires reformó su plan con materias no antropológicas. Las de La Plata y Misiones sobrevivieron pero controladas y limitadas (tal vez menos en el caso de Misiones, debido a su ubicación geográfica). La carrera de Sociología de la UBA pasó a posgrado.

Herrán (1990) comenta la historia de la Antropología Social en el país y su artículo permite ver cómo paralelamente a la Antropología oficial se siguió trabajando en espacios marginales, ya sea en la Universidad Nacional de Misiones o en Instituciones privadas como el IDES (Instituto de Desarrollo Económico y Social), donde se dio refugio a la Antropología Social.

Algunos autores como Bartolomé (1982) y Herrán (1990) señalan los problemas que existían durante la dictadura para publicar, y el obstáculo que esto significó para la difusión y avance de la investigación en Antropología Social, así como también las dificultades para acceder a la literatura internacional de la disciplina. Ya que no sólo se ejerció represión sino también censura política e ideológica sobre las publicaciones y las colecciones de las bibliotecas con vigilancia y control permanente sobre las ideas (Oteiza, 1993).

Muchos investigadores, estudiantes y profesores tienen en  este período el acceso prohibido a la biblioteca del Museo Etnográfico.

Las relaciones personales con los colegas se convirtieron prácticamente en el único medio para acceder a la información.

Tal acceso no sólo estuvo vedado en la utilización de la información sino también para su publicación:

"había camarillas que publicaban, no era fácil" (entrevistado 5)

"[las revistas] estaban coptadas por la gente de Bórmida" (entrevistada 4)

"a nadie se le hubiera ocurrido publicar, a nadie, bah!, a mí no se me hubiera ocurrido publicar, no estaba en Antropología, tampoco hubiera buscado leer Runa" (entrevistada 15).

3.2 El retorno de la democracia

Con la recuperación de la democracia a partir de diciembre de 1983, se abrieron nuevas perspectivas para las Ciencias Sociales. El estado de derecho y la democratización de los espacios institucionales brindaron un ámbito propicio para el desarrollo de la investigación y la docencia.

En 1986 se abrió un nuevo edificio para la Facultad de Psicología y en 1988 para la de Filosofía y Letras. En el mismo año  se creó la Facultad de Ciencias Sociales.

En instituciones como el CONICET y la Universidad de Buenos Aires se establecieron programas de financiamiento de proyectos y de formación de recursos humanos, y la reincorporación y búsqueda para su reinsersión de investigadores argentinos residentes en el exterior.

Las instituciones mencionadas fueron normalizando su gestión. En la Universidad, se abrieron los concursos docentes, se reincorporaron profesores, se revisaron y reformaron los planes de estudio. Al ser dejados sin efecto los exámenes de ingreso y los cupos impuestos por la dictadura, se produjo una explosión de la matrícula entre los años 1984 y 1987.

Se incrementó el número de proyectos de investigación y de investigadores, algunos de los antropólogos que habían permanecido en el exilio retornaron al país, se ampliaron las temáticas abordadas y se renovaron los enfoques. La Antropología Social adquiere peso y ocupa un lugar preponderante.

Bayardo (1992) ha caracterizado a la Antropología en este período por la gran expansión de la Antropología Social "a costa de otras ramas", cambio en las temáticas, y apertura a otras disciplinas que implicó el abandono de los temas anteriores y de la tradición teórica antropológica. Esto último es señalado por Lebedinsky  (1995) como el núcleo de una crisis de identidad.

Desde la recuperación del estado de derecho proliferó una gran cantidad de nuevos títulos de publicaciones periódicas en Ciencias Sociales en general, y en Antropología en particular, junto a otros ya tradicionales que continuaban o volvían a publicarse. Entre los primeros podemos mencionar: Ciclos, Sociedad, Delito y Sociedad, Estudios del trabajo, Entrepasados, Pensamiento Universitario, Doxa, Espacios, etc. Y entre las de Antropología: Cuadernos de Antropología Social (1988), Revista de Antropología (1986), Revista de Investigaciones  Folklóricas (1986), y más recientemente: Arqueología (1991), Memoria Americana (1991), Avances en Arqueología (1991), Publicar (1992), Noticias de Antropología y Arqueología (1996), etc.

De estas revistas una se dedica a la Antropología Social y otra aunque es de Antropología en general, la mayor parte de sus artículos que ha publicado corresponden a la misma subdisciplina. Nos referimos a Cuadernos de Antropología Social y a Publicar, respectivamente. La primera, en sus primeros números, publicó traducciones de artículos de autores extranjeros o de argentinos que desarrollaban investigaciones en el exterior. Más tarde publica producción nacional.

En cambio, en las revistas tradicionales como Runa, Relaciones y Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología[5], las temáticas de Antropología Social se van incorporando más lentamente y es interesante ver cómo se refleja en ellas el cambio que representa el advenimiento de la democracia.

Runa en su volumen 14 de 1984 señala el inicio de una "nueva etapa" planteándose como objetivos:

"contemplar las necesidades bibliográficas de las cátedras; ser órgano de expresión de los americanistas; ser multidisciplinaria en todas las especialidades de la antropología; ser pluralista en el sentido teórico y metodológico.  Lograr un papel protagónico en la antropología regional".

También se propone reflejar una amplia variedad de intereses temáticos, teóricos y metodológicos teniendo como única exigencia el nivel científico y para ello inaugura el referato en las revistas argentinas de Antropología con un Comité Consultivo Internacional que participa de la selección del material.

Cuadernos del INA se propuso en 1986 "iniciar un nuevo período con el compromiso de reorganizar la política editorial mantenida hasta la fecha con una visión más crítica de la producción científica". A partir de este número se constituyó un referato con especialistas destacados del área para evaluar y seleccionar los trabajos destinados a Cuadernos y otras publicaciones del Instituto.

Es imprescindible destacar la importancia de algunas revistas del interior que surgen en el período constitucional o que vuelven a editarse durante el mismo, aunque nuestra investigación actual no ha incluido su estudio por circunscribirse al ámbito de la Capital Federal. Nos referimos, entre otras, a Etnia, Cuadernos de Antropología (Universidad Nacional de Luján),  etc.

Años más tarde, la hiperinflación provoca tanto baches en las colecciones de publicaciones periódicas de las bibliotecas como problemas de continuidad en la publicación de las revistas locales:

"Hoy nuestra situación puede calificarse de dramática. El empobrecimiento salarial y la falta de medios para investigar o para publicar trabajos científicos han hecho desaparecer la dedicación exclusiva, han obligado a las instituciones a trabajar a media marcha y a las revistas especializadas a aparecer con menor frecuencia. Creemos que es bueno recordar que una ciencia sin publicación es como si no existiera. Es penoso observar cómo merman los cuadros de investigadores, particularmente entre los jóvenes y las generaciones intermedias, obligados a buscar mejores perspectivas que las que ofrecen nuestras disciplinas" (Nota editorial. Relaciones, Tomo 17, no. 2 (1988/89))

El cambio de gobierno en 1989 produjo cambios en la conducción y las políticas de instituciones como el CONICET y el INA que pasa a ser el INAPL. Los conflictos desatados a raíz de ello en relación con el CONICET pueden verse en Cuadernos de Antropología Social de 1990 a través de varios documentos allí publicados.

3.3 La década del '90

3.3.1 Producción y posibilidades de publicación: entre presiones y demoras

El programa de incentivos a docentes-investigadores de las universidades nacionales diseñado e implementado por el Ministerio de Educación de la Nación tiene por objetivo estimular la investigación por parte de los docentes universitarios. Es un monto anual de dinero cuyo valor depende de su categoría como investigador y el tipo de dedicación en su cargo docente. Tiene como condición la participación en un proyecto de investigación acreditado por una institución reconocida. Basa su funcionamiento en la evaluación de pares sobre el desempeño en tareas de investigación, formación de recursos de recursos humanos y responsabilidades académicas[6]. La principal medida productividad en la investigación se basa en las actividades de difusión, especialmente en las publicaciones, privilengiándose la efectuada en revistas con referato. Como consecuencia, este programa ha introducido sobre los investigadores una presión por publicar que anteriormente no existía. Nueve de los dieciséis investigadores entrevistados resaltaron esta cuestión.

Frente a tales exigencias de productividad medida por la publicación, las revistas de Antropología que hemos estudiado, generales de Antropología o especializada en Antropología Social, tienen una frecuencia de publicación muy baja.

El cuadro 1 detalla los fascículos publicados por revista y por año, para las revistas de Antropología estudiadas. Permite ver su escasa e irregular frecuencia de publicación.[7]

Cuadro 1: Frecuencia de las revistas de Antropología en general y de Antropología Social, publicadas en Buenos Aires 1983-1996.

Revista

Período

Años

Cantidad de fascículos publicados en el período

Fascículos por año (promedio)

último año publicado

Cuadernos del INAPL

1983-1996

14

6

0,43

1994

Relaciones

1983-1996

14

6

0,43

1993/94

Runa

1983-1996

14

8

0,57

1995 (1996)

Publicar

1992-1996

5

5

                         1

1995

Revista de Antropología

1987-1995

9

16

1,78

1995 (cerrada)

Cuadernos de Antropología Social

1988-1996

9

9

                         1

1996 (1997)

No haremos comparaciones de frecuencias con revistas extranjeras pero sí lo haremos con revistas argentinas, también en el ámbito de Ciencias Sociales. El Cuadro 2 ofrece datos similares al anterior pero referidos a Desarrollo Económico del Instituto de Desarrollo Económico y Social (trimestral), Redes del Instituto de Estudios Sociales de la Ciencia. Universidad Nacional de Quilmes (cuatrimestral), y Ciclos del Instituto de Investigaciones de Historia Económica y Social. Facultad de Ciencias Económicas. UBA y Sociedad  de la Facultad de Ciencias Sociales. UBA (ambas semestrales).

Cuadro 2: Frecuencia de algunas revistas Ciencias Sociales publicadas en Buenos Aires 1983-1996

Revista

Período

Años

Cantidad de fascículos publicados en el período

Fascículos por año

último año publicado

Desarrollo económico

1983-1996

14

52

4

1997

Ciclos

1991-1996

6

11

2

1997

Sociedad

1992-1996

5

9

2

1997

Redes

1994-1996

2a y 8 meses

8

3

1997

Esta contradicción entre la presión por publicar y la escasa frecuencia de las revistas se vio reflejada en las entrevistas a los investigadores. De los últimos trabajos escritos y presentados a revistas argentinas de la especialidad, para la consideración de su publicación, 15 fueron publicados y 22 se encuentran en proceso de evaluación o en prensa. Los autores perciben esta situación con angustia y ansiedad. El envejecimiento de los trabajos los desalienta a presentarlos, así como también a comentar o a replicar artículos de colegas.

Opciones alternativas de publicación están representadas por otras revistas nacionales y extranjeras, ya sean de Antropología, interdisciplinarias de Ciencias Sociales o Humanidades o especializadas en una disciplina o problemática con la que su investigación tenga afinidad. Por ejemplo: Desarrollo Económico, Redes, Estudios Migratorios Latinoamericanos, etc.

La presentación/publicación de trabajos en revistas extranjeras se produce en revistas latinoamericanas, generalmente por algún tipo de contacto personal previo, dado a raíz de actividades académicas desarrolladas en el exterior, como asistencia a reuniones científicas o estudios de posgrado.

Hasta ahora hemos visto que, a pesar de las presiones por publicar planteadas por el Programa de incentivos, la baja periodicidad de las revistas estudiadas dificulta las posibilidades de publicación de los investigadores que se suman a otros problemas: 1) escasa publicación fuera de la disciplina y/o fuera del país; 2) por lo general, los congresos y reuniones en Antropología Social realizadas en Argentina no publican actas. Esto deriva en trabajos que quedan sin difusión o que se presentan para su publicación en revistas, lo que disminuye aún más las posibilidades de publicación de los artículos especialmente escritos para ellas; 3) se pondera la revista temática, es decir, la que dedica cada fascículo a un tema determinado.

El modelo de revista temática, la aplicación de este modelo a varias revistas y la muy escasa frecuencia con la que aparecen restringen, en alto grado, las posibilidades de publicación entrando en contradicción con un sistema de evaluación basado en las publicaciones realizadas, especialmente en revistas con referato. Por otra parte, reunir trabajos sobre un tema determinado para cada número prolonga más los plazos de la publicación, y en campos pequeños o muy especializados se corre el riesgo del "referato endogámico", es decir que las mismas personas sean evaluadores en el fascículo en el que publican.

Algunos de los investigadores entrevistados consideran que en las revistas siguen operando factores de índole personal antes que académicos para acceder a la publicación de artículos. Sin embargo, no dudaron en admitir que la situación es muy diferente al período de la dictadura ya que, por lo general, son más "abiertas" y que este problema no se da en todas las revistas. El sistema de referato es visto como una garantía de transparencia y un medio de democratización de los espacios de publicación aunque también tendría deficiencias y no sería imparcial en todos los casos.

El referato también fue relacionado, como es obvio, con la calidad de los trabajos  publicados, y con el nivel académico general de la disciplina, sosteniendo el papel que pueden ejercer colectivamente las revistas de la disciplina en el mejoramiento de la producción y el crecimiento del campo. Los investigadores entrevistados que ejercen este tipo de tareas, resaltaron la importancia de la introducción de modificaciones y correcciones de los trabajos a partir de las observaciones de los evaluadores.

3.3.2 Difusión de investigaciones: circulación, acceso y visibilidad

Las revistas locales tendrían por rol fundamental, según los antropólogos entrevistados, la difusión de las investigaciones y serían leídas principalmente "para saber qué están haciendo los colegas" y luego como fuente de datos empíricos o para la comparación de casos. A diferencia de esto, las extranjeras, además de la actualización disciplinar, aportarían elementos del "marco teórico".

La difusión de las investigaciones publicadas en las revistas se ve seriamente restringida por los factores que afectan la circulación, el acceso (físico e intelectual) y la visibilidad de éstas.

En primer lugar, la circulación comercial de las revistas estudiadas es reducida. Las causas de ello son múltiples y varían en cada caso: ausencia de la modalidad de suscripción, distribución por medio de librerías especializadas, etc.

En segundo lugar, la falta de control bibliográfico de la producción local en general y de los contenidos de las revistas en particular. Es decir, la falta de herramientas como índices individuales de las revistas, con algunas excepciones como Relaciones y Cuadernos del INAPL y de revistas de índices o bibliografías corrientes (en curso de publicación) generadas en el país. Un aporte muy valioso en ese sentido fue la Bibliografía argentina de Antropología que abarcó el período 1979-1986 y fue compilada por Catalina Saugy. Aportaba información a la Bibliografía Argentina de Ciencias Sociales y a la International Bibliography of Social and Cultural Anthropology.

La catalogación analítica que realizan las bibliotecas de Antropología no es compartida ni difundida más allá de sus catálogos individuales, cuando podría ser planteada como una catalogación cooperativa y exhaustiva de la producción nacional[8] de la disciplina.

Con algunas excepciones, estas revistas no están indizadas por las revistas de índices o de resúmenes internacionales y sus equivalentes electrónicos, las bases de datos bibliográficas [9]. Por otra parte, las bibliotecas tienen serias deficiencias en la existencia de estas herramientas en sus colecciones y cuando las poseen, son muy poco consultadas por los investigadores ya que, por lo general, las desconocen.

Las bibliotecas no poseen políticas formales establecidas para el desarrollo de sus colecciones generales ni de publicaciones periódicas. Lejos de procurar cubrir con exhaustividad la producción local y regional, quedan libradas a la suerte y las posibilidades del canje.

Estos problemas no sólo dificultan la accesibilidad de las revistas y de sus contenidos a nivel nacional sino que también limitan seriamente su visibilidad internacional.

La búsqueda y obtención de información por parte de los investigadores se realiza con un alto costo en términos de esfuerzo, tiempo y dinero marcándose por eso un acceso diferencial a la información determinado por la posición académica del investigador, los ingresos personales, su inserción en proyectos subsidiados, las posibilidades de viajar al exterior, los contactos personales, etc. Predomina el uso de canales informales sobre las bibliotecas como modos de acceder y de obtener la información.

Cuando se utilizan bibliotecas éstas corresponden a otras disciplinas con las que guarda afinidad temática la investigación desarrollada. Esta realidad contrasta notablemente con la opinión muy favorable que los entrevistados virtieron sobre las bibliotecas extranjeras que tuvieron oportunidad de consultar.

3.3.3 Del uso a la nueva producción de información: lectura, debate y citas bibliográficas

Desde el punto de vista de la comunicación entre especialistas, la revista no constituye un espacio de difusión en un único sentido del autor al lector, sino que existen formas de realimentación en el ciclo de producción-circulación-uso que se concretan en una nueva producción. Esta realimentación da la medida del intercambio producido en la comunicación. A continuación describiremos dos de las formas detectadas. Por un lado, el debate científico-académico propiciado por las revistas en cuanto espacios institucionalizados del intercambio y la comunicación entre especialistas y, por otro, el "aprovechamiento" de los trabajos de los colegas para la producción de los propios artículos evidenciado en las referencias bibliográficas citadas. A través de ellas también puede rastrearse un debate de ideas aunque sea más sutil que el de los artículos de réplica o los foros de comentarios.

En el primer caso, el modelo de la revista Current Anthropology es referido como paradigmático por los investigadores entrevistados, en especial por quienes ejercen algún tipo de actividad editorial en las revistas.

Si bien, la opinión generalizada remarcó la falta o escasez del debate entre los participantes de la investigación en Antropología Social en nuestro país, también hubo consenso en señalar la ausencia de tradición en esta práctica por razones vinculadas con la historia de la disciplina aquí, signada por serios enfrentamientos internos que desplazan el disenso teórico y metodológico al plano de la confrontación y el conflicto en términos personales y políticos. También han coincidido en remarcar la mejora que se ha producido en este aspecto con respecto a la época de la dictadura.

Sin duda, ha tenido un fuerte impacto el debate surgido a raíz del artículo de Carlos Reynoso  "Antropología: perspectivas para después de su  muerte" publicado en el primer número de la revista Publicar (1992) y continuado a partir de aquél en todos los aparecidos. Fue recogido por la Revista de Antropología en la organización de la mesa redonda "¿Es posible un conocimiento científico de lo social?" que tuvo lugar en la Facultad de Filosofía y Letras y fue publicada en la revista en 1993[10]. Etnia también se hizo eco de la polémica con la publicación de un artículo.

Cuadernos del INA organizó "Talleres de Discusión" como un espacio abierto de debate de los especialistas con la finalidad explicitada de mejorar la comunicación y estimular la producción científica. Estos talleres eran reuniones de debate, con carácter público, sobre los artículos que los autores presentaban con ese fin. Cada trabajo tenía un comentarista y el autor respondía sus comentarios y los de  la audiencia. Se realizaron tres que fueron publicados en el Vol. 11 de 1986.

Algunos de los entrevistados sostuvieron que es poca la lectura y la valoración de los trabajos producidos por los colegas argentinos. En el análisis de los artículos, que aún no hemos concluido, y de las referencias citadas hemos hallado algunos elementos interesantes que comentaremos brevemente.

Las referencias bibliográficas citadas son tomadas como un indicador de la realimentación del proceso de comunicación según el modelo explicado anteriormente y que nos permite tener una medida de la influencia de las revistas en la comunidad local. De ningún modo debe ser interpretado como una medida de evaluación académica.[11]

Cuatro datos nos permiten inferir el crecimiento del campo de la Antropología Social a partir de la publicación y uso de la literatura periódica: el incremento de la cantidad de revistas, de la cantidad de artículos publicados, de citas a revistas argentinas de Antropología (en términos absolutos y relativos), y de "autocitas".

Entendemos por "autocita" la referencia bibliográfica que efectúa una cita a un documento cuya autoría o coautoría corresponde a uno o más de los autores del documento citante (cfr Dimitroff y Arlitsch, 1995)  y por "heterocita" entendemos la referencia bibliográfica que efectúa una cita a un documento cuya autoría o coautoría difiere de la del documento citante.

Consideramos que el aumento de la autocita, además de las interpretaciones tradicionales que se dan sobre esta medida, puede considerárselo indicador de la formación de recursos humanos y de la continuidad en trayectorias de investigación, en la medida en que implica haber realizado y publicado previamente otro u otros trabajos en la misma línea temática.

Cuadro 3: Cantidad de referencias bibliográficas citadas. Agrupadas por período de publicación del artículo citante con autocita y heterocita

 

Cantidad de citas

% de

autocita

Período

autocita

heterocita

Total

 

1983/84

  3

146

149

2,05

1988/89

  7

191

198

3,66

1994/95

28

524

552

5,07

Total

38

861

899

4,41

Cuadro 4: Cantidad de citas a revistas argentinas y extranjeras según autocita y heterocita

 

cantidad total de citas a revistas

% de cita a revistas argentinas

Momento

revistas argentinas

revistas extranjeras

Total

 

1983/84

6

30

36

16,67

1988/89

9

29

38

23,68

1994/95

55

94

149

36,91

Total

70

153

223

31,39

Cuadro 5: Cantidad de citas a revistas argentinas según disciplina, autocita y heterocita

 

Antropología

otras Cs. Sociales

otras disciplinas

Total

Momento

autocita

heterocita

total

autocita

heterocita

total

autocita

heterocita

total

 

1983/84

0

5

  5

0

1

 1

0

0

 0

 6

1988/89

0

0

  0

1

6

 7

0

2

 2

 9

1994/95

10

26

36

2

7

 9

0

10

10

55

Total

10

31

41

3

14

17

0

12

12

70

Si bien, la lectura de las tablas demuestra un incremento en la cantidad de artículos de revistas, de cita a revistas argentinas y en especial a revistas argentinas de Antropología, aumento en la autocita. A pesar de todo esto, las revistas son apenas el 24,8 % de total de las citas efectuadas. Y las revistas argentinas 7,8 % de ese total de citas. Los libros representan el  51,28 % y la cita a capítulos de libros que reúnen trabajos de diferentes autores editados por un compilador constituyen el 16,24 %. El resto, 7,68 %, se divide entre diferentes tipos de materiales (congresos, manuscritos, tesis, informes, etc.). Pueden hipotetizarse explicaciones sobre la cita a partes de libros y determinadas características de las revistas de Antropología que estamos analizando.

A partir del análisis de citas puede verse una medida de la influencia que las revistas ejercen sobre una comunidad de investigadores, redes sociales, líneas teóricas, diferentes modalidades de uso y posibilidades de acceso a la información, preferencia de determinados materiales sobre otros, etc.

Sin embargo, por razones de extensión sería imposible agotarlas en este trabajo.

4. Reflexiones finales

A lo largo de estos años las revistas han ido cambiando. Mejoran su presentación gráfica, adoptan normas para la presentación de colaboraciones, se  incorpora y sistematiza el referato. Si bien la frecuencia de publicación es baja todavía,  mejora con respecto a etapas anteriores.

Se amplía la variedad y cantidad de autores que publican. Aparecen nuevas temáticas, nuevas revistas, más artículos de Antropología Social, más cita a revistas argentinas y a trabajos propios lo que refleja un crecimiento del campo y la formación de recursos humanos.

A través de este trabajo hemos querido presentar globalmente la nuestra investigación y esbozar una caracterización de los procesos informacionales de producción-circulación y utilización de la literatura periódica en estrecha relación con el desarrollo de la investigación en el campo de la Antropología Social en nuestro país, según los datos relevados y analizados hasta este momento. En este sentido hemos tomado la perspectiva de nuestra disciplina, la Bibliotecología, en un intento por contribuir a la comprensión de las revistas especializadas como instituciones científicas, desde el punto de vista de los procesos de información.

5. Bibliografía


Fuentes:

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Como Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología Vol. 4 (1964)-13 (1991). En este período el título también aparece con la variante: Cuadernos. Instituto Nacional de Antropología Publicar : en Antropología y Ciencias Sociales. Año 1, no. 1 (mayo 1992)- . Buenos Aires : Colegio de Graduados en Antropología, 1992- . nos. ISSN 0327-6627 Relaciones. Sociedad Argentina de Antropología. Tomo 1 (1937)- . Buenos Aires : Sociedad Argentina de Antropología, 1937- . t. ISSN 0325-2221 Revista de Antropología : una búsqueda del hombre desde el tercer mundo. Año 1, no. 1 (1987)- Año 10, no. 16 (1995). Buenos Aires : [s.n.], 1986-1995. 16 nos. ISSN 0327-0513.

En 1986 apareció el número cero.

Runa : archivo para las ciencias del hombre. Vol. 1 (1948)- . Buenos Aires : Instituto de Ciencias Antropológicas, Museo Etnográfico "J. B. Ambrosetti". Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, 1948- . v. ISSN 0325-1217

Bibliografía:

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Notas

[1] Beca de Iniciación a la investigación para graduados (UBACYT). Dirección: Prof. Lydia H. Revello. Se enmarca en el proyecto "Modos de acceso y utilización de la bibliografía y la información en el campo de las Humanidades y las Ciencias Sociales" (UBACYT FI 172, 1995-97) dirigido por la Prof. Susana Romanos. Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas

Ayte. de 1ra. en  Fuentes de Información Especializadas en Humanidades y Ciencias Sociales. Departamento de Bibliotecología y Documentación. Facultad de Filosofía y Letras (UBA).

e-mail ccajarav@filo.uba.ar

Deseo agradecer la valiosa colaboración que prestan a esta investigación la Prof. Susana Romanos y la Lic. Débora Yanco; y a los antropólogos y a los bibliotecarios entrevistados que dedicaron generosamente su tiempo y atención.

A quienes leyeron las versiones preliminares del manuscrito: a Susana Romanos, a la Lic. Mirta Barbieri desde su perspectiva antropológica, y por supuesto a mi directora. Queda bajo mi responsabilidad todo lo expresado aquí.

[2] "O processo de comunicaçao é qualquer atividade ou comportamento que facilita a construçao e o compartilhamento de significado entre indivíduos..." (Mueller,1994 : 314)

[3] "Uma estrutura de comunicaçao é o conjunto de relaçoes entre indivíduos que estao ligados pelos significados que construíram e compartilham." (Mueller,1994 : 314)

[4] Sísifo: en la mitología, hijo de Eolo y rey de Corinto, condenado en los infiernos después de su muerte, a subir una enorme piedra a la cima de una montaña, de donde volvía a caer sin cesar.

[5]Actualmente,  Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano por el cambio en la denominación del Instituto.

[6]Para un detallado análisis de los efectos de la aplicación de este programa sobre la comunidad universitaria en relación con los conflictos que ha motivado o puesto de manifiesto, véase Fernández Berdaguer y Vaccarezza (1995).

[7]La cantidad de artículos de Antropología Social de autores argentinos con investigaciones en el país en las seis revistas en el período 1983/84-95 es de 140.

[8]En el caso de las extranjeras es innecesario realizar este trabajo ya que casi todas están analizadas en las revistas de índices, resúmenes y bases de datos internacionales.

[9]No profundizaremos en detalles técnicos sobre este tema pero podemos remitir al lector interesado a un directorio internacional de publicaciones seriadas: Ulrich's International Periodicals Directory (edición de 1997) donde sólo aparece registrada Runa en cuyo asiento se indica que está indizada por el Hispanic American Periodicals Index. Sin embargo, es necesario un rastreo exhaustivo en los índices y bases de datos, ya que esta revista también ha sido incluída en Antropological Index to current periodicals in the Museum of Mankind Library (Royal Anthropological Institute, London). En ediciones anteriores del mismo directorio aparecen Etnia y Cuadernos del INAPL.

[10]Revista de Antropología. Año  8, no. 13  (1er. cuatrimestre de 1993), pp. 26-47.

[11] Sobre este tema, véase  King (1987), y  Sancho (1990).

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