V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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PRESENCIAS ANDINAS EN EL SUDESTE BONAERENSE: HORTICULTORES Y LADRILLEROS

Autora: Lic. Silvia Graciela Lucifora - Universidad. Nacional de Mar del Plata

La horticultura,

En el inicio de la explotación de este sector (1950-1960) la explotación fue predominantemente familiar generando una producción bastante diversificada en relación con las prácticas productivas previas de los colonos, así los agricultores de nacionalidad argentina orientaron su producción hacia los cultivos tipo chacra: papa, maíz, y la crianza de animales, reproduciendo los cultivos que se daban en las estancias de la zona. Diferencialmente los colonos de nacionalidad italiana continuaron con los cultivos hortícolas que producían en su tierra de origen, aunque empleando otras técnicas, esta producción tuvo buena colocación en el mercado y rápidamente homogeneizó la producción del área.

Como ya lo señaláramos, en sus inicios esta actividad se sustentó con mano de obra familiar donde la unidad productiva fue capaz de generar un excedente por encima de los requerimientos del consumo familiar y equivalente al fondo de reposición y a ciertas reservas para eventualidades. Esto permitió actuar en la década del 60, cuando se produjo una tecnificación al incorporar nuevos medios productivos en todo el agro argentino como consecuencia del modelo de acumulación desarrollista, de corte concentrador, que impulsa la industria liderando el crecimiento económico global, siendo ésta orientada a la sustitución de bienes intermedios y de consumo durable; el efecto se hace sentir en el agro promoviendo una fuerte mecanización en el sector con consecuencias importantes para el caso que nos ocupa. La década del sesenta es testigo de una expansión productiva sostenida por efecto de la inversión en los medios productivos: la presencia del riego por aspersión accionados por motores diesel o por electricidad, herbicidas, plaguicidas, fertilizantes y maquinarias posibilitó ampliar la producción y controlar mayores extensiones de tierra a través de la compra o el arrendamiento.

El incremento productivo produjo un cambio en las relaciones de producción, ya que la fuerza de trabajo que era aportada, en un primer momento, por la unidad doméstica del quintero resulta, para esta etapa expansiva insuficiente.

He aquí el momento, mediados de la década del 70, donde se asientan en el sudeste bonaerense las familias que provienen del los valles centrales bolivianos, que implican desde el punto de vista de los costos, una baja inversión intensiva de capital, promoviendo un desarrollo del sector que impacta de tal manera, que hoy por hoy, los productores deben atender y proponer una racionalidad productiva que prevenga la sobreproducción.

La presión demográfica acusa por el altiplano y los valles altos bolivianos encuentra una salida en la emigración a países limítrofes, como la Argentina. Esta emigración, inicialmente, fue un desplazamiento rural-rural operando en la década del 50 como una sustitución de la mano de obra nativa que emigró hacia la zona industrial, conformada alrededor de la ciudad de Buenos Aires.

A comienzos de los años sesenta, el mismo proceso de tecnificación que acusó el sudeste bonaerense impacta en la zafra azucarera experimentando una mecanización con el consiguiente ahorro de mano de obra para los empleadores; las operaciones de corte, pelado y juntado en las que era importante la ayuda familiar se realizan con maquinaria específica.

Así, la búsqueda de nuevos mercados laborales por parte de las familias trabajadoras bolivianas ocupadas hasta el momento en los ingenios y recortada esta posibilidad por la introducción de tecnología en las distintas fases de producción, ha coincidido temporalmente con el crecimiento de un mercado en el Partido de General Pueyrredon que demanda mayor producción hortícola.

Las familias bolivianas que constituyen la fuerza de trabajo en la horticultura trabajan bajo la modalidad de mediería, que se visualiza como una forma encubierta de contratación laboral guardando para el propietario, ciertas ventajas que no se mantienen en la contratación asalariada.

En este cordón hortícola el mediero recibe el 30% de la venta de los productos, éste se hace responsable de la parcela asignada cuya extensión depende del tipo de familia que la explote - nuclear o extensa-, el propietario pone la tierra y los medios de producción, maquinarias e insumos, los medieros el trabajo.

La migración es, desde un primer momento, de tipo familiar y las familias que nos ocupan funcionan como un conjunto económico en el cual la reproducción ampliada está relacionada con la cantidad de fuerza de trabajo disponible,que es el fondo de trabajo de sus miembros como único recurso aprovechable por parte de las unidades domésticas.

..."yo tengo 48 años he nacido en la zona , he visto crecer el cordón hortícola y hoy considero que la gran cantidad de productos no van a encontrar ubicación en el mercado interno por lo que la situación de los quinteros es muy dificil..la ruina fue la presencia de trabajadores bolivianos; porque trabajan como burros, no descansan, se turnan entre la familia las seis hectáreas, todo el día sobre el cultivo, dale que dale..." . Propietario de una quinta, argentino, 50 años.

Este fondo de trabajo, de característica mercantil se complementa con el trabajo doméstico de autoconsumo dirigido a satisfacer, de manera inmediata, las necesidades de los miembros de la unidad doméstica como son, la cría de animales de corral, de porcinos de los que se obtienen chacinados y grasa - entre 40 y 50 kg. por animal- con el que se produce el pan, las tortillas y demás comidas. También se cultiva al costado del sembrado principal verduras varias para consumo doméstico. La mediería posibilita que las familias desplieguen una estrategia tendiente a maximizar el esfuerzo laboral para posibilitar un acumulación que les permita acceder a una diferencial tenencia de la tierra o a la compra de medios de producción. Esto se acompaña por una máxima restricción en el consumo.

Si bien las familias provienen de la misma zona y más aún de la misma localidad, como es el caso de Carachimayo, una localidad cercana a San Lorenzo, Tarija, por lo cual el parentesco se presenta como un nexo facilitador en cuanto al traslado y ante la búsqueda de nuevas perspectivas de vida, ésto no implica una residencia en común por lo que no se constituyen familias extensas. Una vez ubicados en la zona se asientan en quintas vecinas y si es en la misma propiedad, en viviendas separadas.

Los hogares unipersonales - hombres solos- albergan a trabajadores muy jóvenes entre 15 y 18 años ocupados generalmente como tanteros1 2 que recorren los distintos ciclos productivos o van pasando de uno a otro cordón hortícola llegándose a Bolivia, por lo menos, una vez por año contribuyendo con el ingreso económico del hogar de origen. La adaptación a una nueva situación productiva implica cambios en las actividades de cada uno de los integrantes de la unidad doméstica: .." yo cuando estaba en Bolivia y mi marido iba a trabajar al Ledesma, yo vendía naranjas en el mercado y me sacaba el día para mí y para criar al chico..." Mediera, boliviana 40 años.

..."bueno, nos levantamos a las cinco de la mañana y vuelvo a las doce del campo y a cocinar y a las dos estoy de vuelta en el surco y a la noche lavo la ropa de trabajo mientras lavo los platos...y hago la cena... el trabajo de la quinta? de todo lo que haya que hacer yo hago: carpir, desbrotar, encañar, cargar..." Mediera boliviana. 36 años.

En sus actividades económicas los individuos persiguen fines coherentes entre sí y emplean los medios que consideren apropiados, racionalizan su comportamiento para obtener un ingreso máximo del uso de sus propios medios. Así, en estas condiciones laborales se vuelve racional la concentración de todos los individuos que conforman la unidad doméstica en la misma ocupación, a fin de obtener mayor producción que se traducirá en mayor porcentaje final reafirmando la lógica de la reproducción transgeneracional.

En caso de matrimonios con hijos muy pequeños suelen anexar algún pariente o paisano de su lugar de origen, contacto que se realiza en la época invernal cuando van de paseo a Bolivia, a fin de ampliar el grupo familiar y maximizar el rinde laboral.

El trabajo de los niños, estimado como una "ayuda" es muy significativo, a los diez o doce años ya siembran sus propios espacios por lo que, en algunos casos, reciben una paga por parte de sus padres aprendiendo asistemáticamente e informalmente el oficio de horticultor y en otros casos absorbiendo tanto tiempo que conflictúa los tiempos de educación formal .

El tema de la reciprocidad y de las redes de solidaridad, entendiendo por tales a la interacción de lazos afectivos como representaciones ideológico-culturales y de pertenencia social y/o territorial, como respuesta a las adversidades planteadas por el sistema es una estrategia que no aparece claramente delineada en el grupo referente, se establecen algunas líneas de relación entre parientes y/o compadres involucrando siempre a familiares, y como condición de que las familias actuantes pertenezcan o se sitúen en el mismo nivel social.

Los comportamientos observados en el área hortícola resumen un esfuerzo "centrípeto" donde el núcleo es el grupo familiar, es un volverse hacia los "propios" aunque la familia que vive en la quinta vecina sea un pariente o un paisano. Se estructura un red parental como camino migratorio para la bajada al sudeste argentino y como orientador para la ubicación y la obtención de empleo en la zona, pero ubicados ya en las quintas como mediero y/o tanteros a formar parte de la explotación hortícola ya no se generan mecanismos de contención para vivir tiempos de adaptación, búsqueda de empleos o períodos de desocupación como puede darse en una migración urbana.

La reproducción social de estas familias se cimienta con el aporte doméstico, la intensificación laboral con participación de todo el grupo familiar y el uso del salario indirecto, distribuido por un organismo socializado que no implica formas monetarias y que comprende prestaciones sociales y servicios colectivos tales como hospitales, comedores escolares, guarderías, escuelas etc., todo esto acompañado por una máxima restricción de consumo.

Desde la perspectiva micro - familiar estas opciones generadas por el Estado constituyen alternativas a las que las unidades domésticas recurren en la estructuración de sus estrategias reproductivas y son de vital importancia en países con larga trayectoria de intervención estatal en la reproducción de los trabajadores, como es el caso de Argentina.

Nuevas orientaciones en el mercado, El proceso contemporáneo (1980-1990) de globalización exige a América Latina abrir su mercado interno a la competencia mundial .

La globalización es un proceso de cambios estructurales y vertiginosos en el que se conjugan una nueva revolución tecnológica, la mundialización de los mercados, un nuevo balance de poder político en la esfera internacional y la predominancia del mercado como institución central. 3 Estas nuevas reglas de juego obligan a las empresas agrícolas a competir internacionalmente en un escenario que puede ser caracterizado "por la generalización de economías cada vez más abiertas y por la consolidación de procesos de integración con la conformación de grandes bloques económicos. Todo esto en el marco de la internacionalización del capital productivo y financiero y un gran desarrollo científico-técnico .

En este contexto los países del Cono Sur llevan a cabo profundos cambios centralizados en la desregulación de la economía y la apertura externa, donde se reafirma el papel fundamental del mercado y se trata de lograr una mayor inserción en el marco internacional .4 En una economía abierta no sólo debe pensarse el papel de los productores nacionales en el mercado externo, sino también en el mercado interno, ya que la competencia internacional se internaliza en la economía nacional, tanto por el establecimiento de empresas extranjeras como por la importación de productos .

En el cordón hortícola del Partido de Gral. Pueyrredon la producción de hortalizas, está a cargo, en un alto porcentaje, de los migrantes bolivianos, que de acuerdo al proceso de reproducción ampliada anteriormente descripto, han logrado posicionarse como propietarios, condición ésta que no modifica la orientación de su producción -hacia el mercado interno- ni la organización de trabajo familiar que la sustenta.

El ser propietario les ha posibilitado acceder al control de la comercialización de sus productos en puestos de ferias y mercados de abastecimiento (Mar del Plata, Avellaneda).

Desde el año 1988 se han instalado en la zona empresas dedicadas al congelado de vegetales. Estas contratan a productores con una modalidad antes desconocida para éstos que consiste en un sistema de subcontratación totalmente dirigido por la empresa, que no solamente abastece de semillas, fertilizantes, maquinarias a los productores sino que exige el cumplimiento del requisito de la calidad total para efectivizar la compra de la producción.

Las empresas congeladoras seleccionan productores medianos, con algún grado de capitalización y que tradicionalmente asumen la comercialización de su producción en fresco - este tipo de productores actúan con una lógica empresarial capitalista- manifestando inquietudes en la búsqueda de nuevas alternativas. Este perfil propio del subsistema de la economía capitalista no se percibe en el sector de propietarios de origen boliviano que aun denotan las pautas del subsistema de economía popular.

También se percibe en las grandes empresas agroalimentarias una clara intención de desarrollar el mercado de vegetales congelados, en detrimento de los productos en fresco, Las legumbres y hortalizas congeladas constituyen productos de la "modernidad " en el sentido que nacen con las transformaciones del sistema alimentario a nivel mundial , su expansión está vinculada tanto a los cambios en los hábitos de consumo (aumento del consumo fuera del hogar, incorporación de alimentos de rápida preparación, valorización de alimentos naturales,etc.) como a las transformaciones en la distribución, en particular el crecimiento de las cadenas de super e hipermercados y la prolongación de la cadena de frío hacia los puntos de venta minorista y el consumo familiar.

La instalación de grandes empresas agroalimentarias en la zona de Mar del Plata, para la producción de hortalizas y legumbres congeladas, vinculadas a productores medios con excedente de capital y además de la importación de este tipo de productos, no favorecerán el crecimiento de los pequeños productores, propietarios o arrendatarios, bolivianos, dedicados en su mayoría a la producción en fresco y sin redes de solidaridad entre ellos que les permitan la producción en común, o al menos el aliarse para organizar en común algún eslabón productivo, como puede ser el empaquetamiento de las verduras, para así hacer posible obtener contratos con las empresas agroindustriales como forma de insertarse en las nuevas modalidades de producción .

La ladrillera, Esta actividad minera presenta diversos grados de complejidad y conlleva su propia historia de ocupación espacial influenciada la mayoría de los casos por el agotamiento de los terrenos y el crecimiento urbano que ha empujado a los primeros productores a desplazarse a tierras distantes del casco urbano.

En los inicios los productores eran propietarios o arrendaban terrenos en la zona de Chapadmalal, donde predominan las serranías chatas y las lomadas y planicies mientras que la zona del Coyunco -palabra de origen mapuche: Koyuncó- que significa barro mojado; la zona recibe el nombre justamente por la instalación en ella del primer horno de ladrillos - corresponde a los valles que presentan un paralelismo coincidente con las direcciones principales de los sistemas de fallamientos que son típicos de las sierras septentrionales.

Desde sus inicios la actividad ladrillera estuvo ligada al dinamismo de la industria de la construcción y a las posibilidades de colocar ventajosamente el producto en un mercado distributivo más amplio.

La ladrillera estuvo a cargo de familias propietarias: en los primeros tiempos los hornos estaban explotados por sus dueños interviniendo en el trabajo la familia, mujeres y niños en cuanto a las tareas de arrime y apilado del material. Hoy se puede presentar una clasificación de grandes, medianas y pequeñas propietarios donde los primeros no intervienen directamente en el proceso productivo, poseen más tierras, hornos de gran tamaño, gran número de trabajadores bajo contrato salarial y producción continua durante todo el año. Los medianos y pequeños poseen tienen tierras a su cargo participando en los distintos pasos del proceso productivo, administrando, controlando y realizando la quema del adobe. En los últimos 10 años han accedido a la compra de hornos familias bolivianas que previamente se han desempeñado en la zona como moldeadores, peones, llegando a posicionarse como arrendatarios. Por lo general la asociación entre varios paisanos les permite alcanzar esta categoría.

Familias arrendatarias: el arrendamiento en la zona de terrenos que venían siendo explotados para horno o el avance sobre nuevas extensiones está protagonizado por familias migrantes bolivianas que se han asentado en la zona desde mediados de la década del '70, y que según el volumen de producción realizan explotación de tipo familiar o contratan peones modeladores, caso del Bajo Florida, en Chapadmalal donde se asientan 40 familias y el lugar es conocido como el pueblito boliviano.

Trabajadores independientes: actualmente todos los moldeadores son trabajadores bolivianos que si están contratados por arrendatarios o medianos y pequeños propietarios realizan un trabajo de temporada, de setiembre hasta el otoño y por lo general es una migración de hombres solos, pero cuando la contratación es con los grandes propietarios que les aseguran trabajo durante todo el año la radicación es familiar.

La presencia andina en el Partido de Gral. Pueyrredon se constata desde el año '65, otros grupos habían realizado esta actividad pero sin efectivizar la radicación ni conformar circuitos migratorios constantes.

"...los bolivianos vienen desde hace 20 años a veces se acomodan en cualquier rincón con dos chapas, nosotros no podemos tenerlos así, qué hacemos? llamamos gente de barrio, criollos, que ya tienen vivienda para que trabajen para nosotros, pero siempre llegan tarde, no tienen tanto aguante como el boliviano en una época venían los paraguayos siempre solos, vienen con lo justo y así se iban, los brasileños llegaban del sur de Brasil pero esta nos vida para ellos son exigentes como los chilenos. manejan bien el lápiz el criollo hace en medio día el trabajo que al boliviano le lleva todo el día y parte de la noche así el de acá anda limpio porque tiene tiempo de cambiarse y gastar lo que ganó...

Pequeño propietario, 65 años, zona del Coyunco.

"... al principio nadie los quería, pero cuando se dieron cuenta de cómo trabajaban: constantes, comienzan su jornada a las 6 de la mañana y no abandonan hasta que terminan, poco comunicativos y muy vivos en sus compras y sus negocios; si se proponen algún objetivo, callados lo van a conseguir... empleamos mano de obra boliviana pero son muy inestables, encendida se asocian y comienzan a producir en forma independiente arrendando pequeñas parcelas entre varios..." Gerente de una gran empresa 50 años.

Esta mano de obra proviene de los departamentos de Potosí -zona este: Norchichas y Sudchichas y de Oruro. Esto habilita un corredor migratorio desde las zonas del altiplano a la costa que es independiente del establecido desde la zona de los valles centrales a las quintas , ya que no hay intercambio de actividades entre ambos grupos provenientes de lugares de expulsión claramente definidos.

Las migraciones de tipo temporal siempre, sin excepción son protagonizadas por hombres solos, muy jóvenes que despliegan estrategias de reproducción y consumo específicas.

Si la migración se efectiviza con el grupo familiar las expectativas son de radicación y si son empleados por hornos chicos siempre hay una acción a concretar para conseguir trabajo y posteriormente ubicar a la familia , ya sea en el mismo horno o en un barrio cercaEl funcionamiento de la familia como una unidad biológica productiva está relacionado con la participación de la mujer, hijos menores y otros familiares en las tareas del horno de ladrillos y en las actividades de diversificación.

Esta migración protagonizada por familias cumplen un papel relevante en el proceso productivo, pero no porque la lógica productiva de la actividad lo requiriera como en el caso de la horticultura, sino para asegurar la reproducción de sus miembros al mínimo costo.

La incorporación al proceso productivo de esta mano de obra familiar genera una renta en trabajo obtenida desde el propio grupo y ampliada en determinadas épocas del año con la diversificación laboral, mostrando un empleo funcional - productivo de sus domicilios que no se ve en los hornos de la zona.

Estas estrategias familiares de abordar la tarea productiva, son imprescindibles al momento de ocupar un espacio en una actividad que no se caracteriza en esta etapa por un crecimiento y una expansión destacable, entonces proliferan hornos pequeños que aseguran mínimamente la reproducción biológica y social de la familias que los explotan.

Propietarios, arrendatarios y moldeadores, La participación del grupo familiar, mujeres y niños, en el laboreo del ladrillo adquiere distintos grados según el estrato ocupado. en el caso de los moldeadores cabe hacer la salvedad que es en el único estrato que promueve la migración de hombres solos sobre todo cuando son contratados por temporada ( octubre-marzo) , el trabajo temporario es complemento de las actividades realizadas durante el resto del año en el lugar de origen.

Si estos moldeadores son contratados por grandes empresas es más factible que la migración involucre al grupo familiar, pero aun así el trabajo de la mujer no sobrepasa la ayuda en el "apilado" y los patrones, en general, "observan" la participación de la mujer en la elaboración del ladrillo.

Cuando se trata de arrendatarios, el panorama cambia notablemente, generalmente se da que dos o más moldeadores se asocian para comenzar su propia producción y aquí es fundamental el aporte de la fuerza de trabajo familiar para producir un máximo productivo con un mínimo costo de producción a fin de mantenerse en este nuevo estrato.

El arrendamiento se arregla bajo palabra o a veces con contratos, pero siempre el pago del mismo se concreta a través de materiales.

Los propietarios a cargo de hornos pequeños también presentan ayuda familiar en su producción y a diferencia de los anteriores pueden posicionarse mejor a la hora de la comercialización contando con vehículos donde transportar la mercadería.

En el caso de un moldeador contratado por una gran empresa recibe su jornal semanalmente, se contabiliza por galpón la cantidad de adobes apilados y sobre esto se calcula el jornal, el promedio en la zona es de $18 el mil en cancha y $22 si se entrega apilado, en jornadas de 8 horas, un moldeador corta de 1800 a 3000 adobes5 .

En la zona de Chapadmalal, barrio de La Florida, en una extensión de siete hectáreas existe un domicilio productivo y reproductivo que involucra a 40 familias bolivianas migrantes de la zona de Potosí, la ocupación de ese área data de hace 10 años, allí Juan, arrienda las tierras a un propietario criollo y desde esa época se las utiliza para la explotación de hornos de ladrillos, a su vez Juan sub-arrienda a todas las familias restantes una porción de terreno para el desarrollo de su trabajo.

La característica de tal organización es que allí no circula dinero para efectivizar el arrendamiento, Juan entrega al propietario de las tierras un 30% de la producción a su vez los sub-arrendatarios entregan a Juan un 60% de lo producido, es decir de 10.000 ladrillos, 4.000 son para el moldeador y 6.000 son para el arrendatario.

Los productores artesanales utilizan diversas formas de comercialización, entre éstas se destacan la venta directa por parte del propietario y la venta del intermediario.

Los grandes empresas cuentan con mecanismo propios de distribución que incluyen oficinas céntricas de venta, sistema comercial y crediticio que elimina la necesidad de mediadores y los posiciona ventajosamente al momento de poner el precio a la mercadería.

La situación más apremiante la vivencia, en este momento de venta, el moldeador que recibe su paga en ladrillo y que no posee ningún medio de transporte para llegar a los corralones o a los centros de distribución y debe esperar a los corralones o a los centros de distribución y debe esperar en el horno a escuchar los ofrecimientos de los intermediarios, esta situación empeora en el invierno cuando la producción decae y se hace imperioso vender el producto para contar con efectivo para la obtención de alimentos y bienes de uso.

Este escenario convierte a los artesanos ladrilleros bolivianos en una competencia inalcanzable a la hora de poner el precio al ladrillo, pero quién se resiente por esta situación? los horneros pequeños que desde el primer momento están en la zona con su situación administrativa formalmente en regla y los mismos bolivianos que si rebajan el precio de sus productos es porque no encuentran otra vía para el expendio del mismo, ante esto se han desplegado estrategias de producción inusuales en la zona, a más de integrar a su familia en la producción ellos implementan un sistema de auto ayuda, podría denominarse de esta manera, que consiste en el intercambio de trabajo, cuando alguien necesita entregar un sotck determinado de material cuenta con la ayudan de otros horneros paisanos y en algún momento éste va a recibir la contraprestación.

Al ser el trabajo del horno bastante intermitente, si lo comparamos con las quintas, las mujeres ladrilleras no pierden oportunidad de trabajar fuera del horno cuando la demanda laboral lo requiere, así se emplean en servicio doméstico, en las fábricas de pescado o en los frigoríficos de liebre o en las fábricas de elaboración de trapos de piso.

La historia de los ocupantes está en estrecha relación con la constitución familiar ya que el lugar de trabajo ha sido definido como un espacio social atravesado por fuertes lazos parentales, todo el proceso migratorio existe un lazo de consanguinidad entre los ocupantes del mismo espacio productivo.

..." ya saben que acá somos todos negros, no como al principio...veníamos y no teníamos quien nos acercara un plato, al conocido6 se le da, con otro no nos confiamos, pero te dicen que es pariente de él y te da la imaginación y le prestas.." Moldeador boliviano, 32 años- La adopción de estos comportamientos, autoexplotación familiar, diversificación laboral, restricciones alimentarias, no son más que comportamientos destinados a posibilitar la reproducción de los grupos familiares apremiados por una situación socio económica global de ajuste estructural a nivel latinoamericano y por los cuales son sumamente criticados por el entorno social, críticas que asumen perfiles discriminatorios .

Estas actitudes de discriminación son más visibles entre los horticultores por la alta competitividad que adquiere esta producción, ya se trate del abastecimiento a comercios citadinos o por la competencia para acceder a los mercados nacionales.

Una de los comportamientos siempre tomados en cuenta para hacer blanco a este grupo de actitudes prejuiciosas es la práctica del consumo ejercidas por las familias migrantes ejemplo de esto puede ser la adquisición de automóviles o camionetas, siempre se espera que inviertan sus ahorros en los mismo objetos que valoriza el grupo crítico, como podría ser el mejoramiento de la vivienda, se trata de homogeneizar el gusto, las preferencias o sino lo esperable de un grupo considerado externo, es que por lo menos mantenga las mismas prácticas que ejercía en su lugar de origen.

Se fractura la visión que se tiene del otro y por lo tanto la carga valorativa que generó en tanto y en cuanto me comporto como juez de una situación en la que me involucro porque se desea decir al otro cómo debe comportarse, qué debe consumir o cómo debe vivir.

Esta dimensión valorativa intencional podrá constituirse en un campo de trabajo por su dinamicidad al confrontar e interactuar distintos sectores que participan en ambas actividades, pero se encontrará sujeta a los cambios y modificaciones que las actividades, en su nueva estructuración lleguen a presentar.

 

Bibliografía

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NOTAS

1 Trabajadores temporarios a porcentaje que dependen de los medieros y su permanencia coincide con el tiempo de cosecha.

2 3 Coraggio,J.L. : Economía urbana : La perspectiva popular. Instituto Fronesis. 1994.

4 Ghezan,G. Mateos, M : Las grandes empresas agroalimentarias frentea a la integración regional .Revista Realidad Económica . Nº 123 . Bs. As.

5 Estas cifras fueron registradas en el año l995.

6 se considera conocido a aquella persona que proviene del del mismo pueblo .

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