V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
https://www.equiponaya.com.ar/
info@equiponaya.com.ar

CAMBIO RURAL: ¿RECONVERSION PRODUCTIVA O RECONVERSION PROFESIONAL?

Mauricio Fernando Boivin*

Ana Rosato**

Fernando Alberto Balbi***

Cecilia Ayerdi****

Introducción

1

Una de las características de la política agraria argentina de la década del '90 ha sido el marcado énfasis puesto en la promoción de formas asociativas para los pequeños y medianos productores a través de programas como el Plan Social Agropecuario (PSA) y el Programa Federal de Reconversión Productiva para la Pequeña y Mediana Empresa Agropecuaria - Cambio Rural (CR). Estos programas nacionales -y otros de orden provincial- son presentados por los organismos que los implementan como mecanismos tendientes a lograr una reconversión productiva que se supone imprescindible vista la crisis que afecta a los pequeños y medianos productores agropecuarios.

Esta fundamentación de los programas no parece haber sido puesta en duda en la bibliografía especializada. En publicaciones ligadas a los organismos que los implementan -como es el caso del Instituto de Economía y Sociología Rural del INTA- se llega, a lo sumo, a afirmar que la existencia o no de programas de esta clase parece estar asociada con la capacidad de presión de los sectores sociales afectados (Tort y Lombardo 1995:62), pero -desde luego- no se pone en duda su carácter de respuestas a "crecientes reclamos" de sectores afectados por una crisis que se describe extensamente y que se atribuye a las políticas macroeconómicas y a las circunstancias cambiantes de la economía mundial (1995:57 a 61). Por otra parte, en trabajos donde se cuestiona duramente la versión oficial, las discrepancias con ella se centran ,básicamente, en el diagnóstico acerca de los orígenes de la crisis. Así, De Nicola et.al. (1996:9) afirman que la posición vulnerable de los pequeños y medianos productores se debe al alto grado de concentración operado por las políticas implementadas por el gobierno nacional a partir de 1991 en la comercialización, la distribución, el transporte y la prestación de servicios, y a la retirada del Estado en lo que respecta a la protección de los intereses de los sectores en cuestión. Programas como Cambio Rural habrían surgido como contrapartida de esas políticas globales, con el objetivo de "desacelerar el proceso de concentración y expulsión explícito en el modelo económico vigente" (1996:10). De esta forma, ese tipo de programa se vería limitado como alternativa realista a aquellos productores del sector que gozan de mejores condiciones económico-financieras o que son capaces de articular estrategias productivas acordes al nuevo contexto. En esta certera crítica se asigna la responsabilidad de la crisis al gobierno de Carlos Menem y se atribuye a los programas una intencionalidad política oculta, pero no se cuestiona su supuesta condición de respuestas a la crisis experimentada por los productores: se trataría, simplemente, de una respuesta política más que práctica a la crisis de los pequeños y medianos productores.

Por nuestra parte, quisiéramos presentar la hipótesis de que estos programas centrados en el asociativismo constituyen -tanto, al menos, como una respuesta política a la crisis del sector al que están dirigidos- una forma de reposicionamiento en el mercado laboral de los profesionales agrarios (ingenieros agrónomos, veterinarios, etc.) y de los organismos oficiales de asistencia técnica responsables de su promoción. Creemos que, en efecto, estos programas responden al retroceso del Estado, pero no sólo de cara a los pequeños y medianos productores sino, fundamentalmente, como empleador de profesionales agrarios y prestador de servicios de asistencia técnica. En las próximas páginas presentaremos algunos elementos en apoyo de esta hipótesis, centrándonos en el caso de Cambio Rural.

Cambio Rural: reconversión productiva, reorganización institucional y reposicionamiento laboral

Cambio Rural fue puesto en marcha en mayo de 1993 por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGyP). El objetivo general del Programa es el de: Promover y facilitar la intensificación y reconversión productiva, como un medio para superar la actual crisis económica y propender al desarrollo agropecuario, conjugando una mayor competitividad con los principios de equidad social y de sostenibilidd de nuestra base ecológica (Anteproyecto Cambio Rural 1993:13).

La población objetivo de CR la constituyen 128.000 pequeñas y medianas empresas agropecuarias que debido al tamaño de sus predios y al tipo de organización del trabajo y el capital obtienen ingresos anuales inferiores a los requeridos para financiar sus necesidades familiares y la evolución de la empresa. La estrategia de intervención contempla dos módulos. El de Asistencia Técnica opera a través de la conformación de grupos de productores a fines de recibir la asistencia de un "promotor-asesor", técnico cuyo salario es co-financiado por el Estado y por el grupo (el Estado paga un porcentaje decreciente durante tres años). El Estado se hace cargo de la capacitación de estos profesionales y de sus coordinadores en todas las áreas en que ellos deben asesorar a los productores (organización social y productiva, financiera y comercial). El Módulo de Articulación al Crédito aparece mediado por el de Asistencia Técnica: los grupos CR, junto con sus promotores-asesores, deben elaborar un plan técnico-financiero viable para acceder al crédito; en este sentido, se supone que la asistencia técnica garantiza la eficiencia de la asignación crediticia.

Cambio Rural según el INTA: hacia la reorganización institucional y la reinserción profesional

El análisis del anteproyecto elevado por el INTA a la SAGyP (ACR 1993) y de un Documento de Trabajo editado en ocasión del segundo aniversario del Programa (DT18 1995) ofrece ciertos elementos en respaldo de nuestra hipótesis. CR fue presentado desde el primer momento por el INTA como una respuesta a las necesidades de los pequeños y medianos productores ante la crisis: Las reglas del juego que plantea la economía mundial en el momento actual ha llevado a que el sector primario, en particular los pequeños y medianos productores rurales, se encuentren en una comprometida situación económica y financiera (ACR 1993:10).

... Si se acepta que en el corto y mediano plazo la situación de la política comercial y de los mercados en el contexto internacional no se modificará substancialmente, y que el gobierno nacional precisa mantener inquebrantables los lineamientos básicos de la política monetaria y fiscal, los mayores excedentes económicos tienen que ser generados a partir de un aumento en la competitividad. Este aumento deberá ser sustentado principalmente por el cambio tecnológico, la inserción del sector agropecuario en la transformación agroindustrial y la profundización en los agronegocios, en el marco de los avances que puedan lograrse en los procesos de integración subregional (ACR 1993: 11).

Inmediatamente, este diagnóstico lleva a plantear la necesidad de intensificar el asesoramiento técnico en coincidencia con las demandas de los propios productores: [Trabajos recientes del INTA] ...ponen de manifiesto que el apremio económico del sector puede ser reducido acelerando la incorporación de la tecnología disponible y que ese impacto tiene posibilidades de ser acrecentado promoviendo la propia reorganización económica y social de los factores de producción, ampliando a su vez los componentes y el valor agregado de la oferta agropecuaria. No obstante, dicho proceso no podrá ser viabilizado sin que se incremente la capacidad de decisión y gestión del productor, que debería lograrse mediante el refuerzo del sistema de asistencia técnica y una amplia acción de capacitación (AC R 1993:9).

...La complejidad de la propuestas superadoras ha hecho que los productores rurales intensifiquen la demanda de asesoramiento técnico, buscando construir bases mínimas de sustentación para el proceso de reconversión (ACR 1993:11).

Las "necesidades" invocadas por el INTA se extienden al crédito (ACR 1993:11), y a otras que exceden al nivel de las unidades productivas y que requieren de un desarrollo político- institucional específico: [La situación descripta] ...conduce a la necesidad de intensificar y/o diversificar nuestra producción primaria sobre bases individuales y/o asociativas, dentro de un contexto mayor del desarrollo regional que garantice la realización de procesos y servicios complementarios para satisfacer competitivamente los mercados internos y externos. Vías de comunicación, medios de transporte, agroindustrias e investigación de mercados deberán formar parte entre otros, de los objetivos de la reconversión productiva.

Este desafío no se logra sin un mínimo grado de articulación político-institucional entre las áreas del sector público y privado encargadas de asegurar la integración de la producción primaria, procesamiento agroindustrial, fortalecimiento del capital social básico, planificación del comercio externo e interno y del abastecimiento alimentario, dentro de las heterogeneidades que caracterizan a nuestras economías regionales (ACR 1993:12).

Ante estas "necesidades", el INTA presenta su estructura organizativa como una fuente de recursos válidos pero, al mismo tiempo, necesitados de desarrollo: El INTA dispone de una estructura organizativa que cubre las principales zonas productivas del país y tiene en ejecución más de 100 proyectos de experimentación adaptativa y extensión, que articulan su oferta tecnológica con los diferentes sistemas productivos que en ellas predominan. Estos proyectos, fortalecidos en su estructura humana y organizativa, pueden ser la base operacional más eficiente para viabilizar un mayor flujo de asistencia técnica y la incorporación del crédito en los sistemas productivos pequeños y medianos (ACR 1993:9).

...El programa de reconversión productiva [CR], busca consolidar en primer término una estructura de asistencia técnica que potencialice el esquema operativo que el INTA dispone en el nivel nacional, sobre la base de sus proyectos de extensión y experimentación adaptativa, y consolide en toda su potencialidad las acciones que vienen desarrollando otros organismos y entidades agropecuarias, integrando un gran esfuerzo interinstitucional.

De esta forma, el sistema agropecuario estaría preparado para orientar la asignación y supervisar la incorporación y uso de nuevos recursos financieros, con la finalidad de que los mismos sean utilizados en todas sus posibilidades para reconvertir e insertar a las pequeñas y medianas empresas agropecuarias en las nuevas estrategias de la expansión agroindustrial (ACR 1993:12).

En definitiva, es necesario implementar un programa que combine los esfuerzos en marcha del INTA con los de otras entidades del agro: El conjunto de las acciones ya iniciadas por el INTA y las que se buscan operacionalizar con este programa, en el nivel nacional, provincial y local en estrecha articulación con las instituciones y entidades agropecuarias, propone que la tecnología y el cambio organizacional y empresarial, asociado a medidas adecuadas de política económica, entre las que figura el crédito y una intensa acción comercial, promuevan la reconversión productiva (ACR 1993:10).

Recapitulemos. La crisis hace necesario (a) incrementar la asistencia técnica a los productores y requiere de (b) créditos empleados eficientemente. El INTA (c) considera su estructura operativa como una base adecuada para proporcionar la asistencia técnica, la cual (d) habría de preparar al sector agropecuario para orientar adecuadamente la utilización del crédito. Por otra parte, se necesitan (e) ciertos servicios que proporcionen las condiciones imprescindibles para complementar la reconversión de los productores: medios de transporte, investigación de mercados, etc. La implementación de estos servicios supone (f) un cierto grado de articulación político-institucional que sería posible alcanzar (g) articulando estrechamente -para potenciarla- la estructura del INTA con las distintas instituciones y entidades del agro a través de un programa pensado específicamente para ello: Cambio Rural.

Toda la fundamentación del Programa, como hemos visto, lo presenta como una respuesta a las necesidades de los pequeños y medianos productores agropecuarios. Sin embargo, el énfasis permanente que se hace sobre la capacidad potencial del INTA para asistir técnicamente a los productores, permitirles asignar eficientemente el crédito, y articular un esfuerzo interinstitucional para proporcionarles los servicios necesarios para aprovechar la asistencia técnica y crediticia, conduce a plantear que el programa a implementar debe atender fundamentalmente al desarrollo de esas potencialidades, esto es, al desarrollo del INTA: es preciso desarrollar la capacidad operativa del INTA para hacer posible la reconversión productiva del sector. Y, para ello, se propone capacitar e incorporar a profesionales ajenos al INTA, quienes habrán de permitir la incorporación de los productores. El siguiente pasaje expone claramente la vinculación central que el INTA establece entre el potenciamiento de su capacidad operativa y la capacitación de los profesionales agrarios: La asistencia técnica estará orientada a fortalecer la intervención dirigida a los pequeños y medianos productores rurales, aumentando la capacidad operativa y profundizando las acciones que el INTA, en forma articulada con las entidades intermedias y otras instituciones del sector viene desarrollando en sus Centros Regionales a través de los proyectos de extensión y experimentación adaptativa como parte de los respectivos planes de tecnología agropecuaria.

Con esta finalidad se incorporarán a los proyectos en marcha unos 100 profesionales, denominados agentes de proyecto, y se habilitarán aproximadamente 1500 promotores-asesores, que garantizarán la integración plena al programa de reconversión productiva de un número cercano a los 30-35000 productores rurales (ACR 1993:14).

En suma, el INTA afirma que la fórmula para superar la crisis de los pequeños y medianos productores rurales consiste en potenciar su estructura operativa a través de la capacitación de profesionales externos y de su incorporación a CR. Cabe recordar, en este punto, que CR promueve la contratación de la asistencia técnica por grupos de productores a través del pago parcial de los salarios de los profesionales por parte del Estado durante un tiempo limitado al cabo del cual los productores, se espera, mantendrán esa asistencia con recursos propios. De esta forma, puede decirse que el Programa apunta a generar 1500 puestos de trabajo para profesionales a través de la co-financiación entre el Estado y los productores, para luego dejarlos en manos de estos de manera progresiva. Y esta generación de empleo en el sector privado a través del estímulo estatal es postulada como una operación destinada a potenciar la estructura operativa del INTA a fin de contribuir a la promoción de la reconversión productiva.

Lo que se propone, pues, no es solamente generar una reconversión productiva en el agro; al mismo tiempo, y presentándolos como prerrequisitos de la reconversión, se proponen un reposicionamiento de los profesionales agropecuarios en el mercado laboral y una reconversión del mismo INTA de cara a la crisis diagnosticada en la fundamentación del Programa. Así, en un documento celebratorio de los dos años de vigencia del Programa se presenta como uno de sus "logros" al incipiente proceso de "Reingeniería Institucional y Organización Profesional" (DT18 1995:21 y 22).

Por un lado, el Programa apunta a reorganizar al INTA para orientarlo más claramente hacia el mercado y a generar una estrecha asociación con entidades representativas de los productores. Así, en los primeros dos años de vigencia de CR, se ha observado un ...proceso de reingeniería institucional que promueve un programa de intervención orientado desde la demanda y los mercados. Los cuerpos técnicos del INTA, que es el organismo más comprometido operativamente en la ejecución del Programa, han ido adecuando su concepción y formas de trabajo para satisfacer con mayor eficiencia las demandas de los pequeños y medianos productores rurales. Este proceso exige tener un mayor conocimiento de los mercados y en particular, de las cadenas agroalimentarias, así como, de las demandas (presente y futura) por tecnologías y servicios de los agentes que las integran. El Programa Cambio Rural ha sido un factor importante en los dos últimos años para promover en la Institución el tratamiento de estas áreas. De igual forma, ha generado iniciativas para que se creen o mejoren las estructuras institucionales que innoven en las modalidades de "marketing", promuevan los agronegocios y faciliten un mejor posicionamiento en los mercados externos.

El segundo producto [de CR] consiste en los requerimientos concretos que se crean para ampliar y profundizar el esfuerzo de cooperación institucional. El Programa Cambio Rural está generando cambios en la concepción de la planificación y coordinación institucional promovida históricamente desde la oferta, con los riesgos reconocidos que plantean las desarticulaciones, superposiciones e incompatibilidades de sus líneas operativas. Por el contrario, las exigencias de la demanda, en un cuadro de mayor participación social, comprometen y consolidan los acuerdos institucionales, por encima de las competencias de sus estructuras internas (DT18 1995:21 y 22).

La reforma del INTA y la inserción profesional de los profesionales que se promueven a través de CR aparecen como necesidades de los productores: este es el sentido de la oposición entre "la planificación y coordinación institucional promovida históricamente desde la oferta" y "las exigencias de la demanda". El reposicionamiento laboral de los profesionales se relaciona, precisamente, con esta orientación hacia la demanda. Así, un tercer producto de CR sería: ...el ámbito propicio que crea el Programa para alentar el diseño y consolidación de nuevas formas de organización profesional e institucional... [A partir de la Primera Reunión Nacional de Representantes de Grupos de CR, realizada en 1994] ...se intensificaron las reuniones intergrupales y por ende, se acrecentó la necesidad de la articulación entre los asesores técnicos... [Esa reunión] ...puso sobre relieve la necesidad de acelerar la organización profesional e institucional de los productores y técnicos del Programa, en articulación con sus entidades representativas y los sectores público y privado, como principal reaseguro para profundizar las transformaciones que impulsa Cambio Rural (DT18 1995:22).

Se apunta, de esta suerte, no sólo a generar empleo para los profesionales en el sector privado, sino a conferirles un papel clave como articuladores de la futura estructura autónoma intergrupos de CR. El resultado final sería, idealmente, un INTA reorientado hacia el mercado a través, fundamentalmente, del contacto de esa estructura intergrupos CR orientada por los profesionales.

De cara a esta reorganización institucional, el Anteproyecto elaborado por el INTA apuntaba claramente a dejar el control del Programa en manos de la institución, a través del monopolio de ciertos nódulos organizacionales. Por ejemplo, se preveía la conformación de un Comité Nacional para implementar y ejecutar el Programa, integrado -además de por el INTA- por la SAGyP y diversas entidades agropecuarias, pero se asignaba el trabajo de "monitoreo, control y evaluación" de CR a la Dirección Nacional del INTA (ACR 1993:21). Por otro lado, la aplicación inmediata del programa en el nivel provincial sería responsabilidad de un comité integrado por un representante del gobierno provincial, uno de las entidades de productores, y el Director del Centro Regional del INTA;. sin embargo, el manejo cotidiano de CR pasaría por los Comités Técnicos provinciales, que tendrían mayoría de miembros del INTA (ACR 1993:22). En la práctica, al ser implementado CR, la integración de estos Comités Técnicos quedó librada al juicio de cada provincia; ello no obstante, la propuesta original del INTA le atribuía su control, y son esos comités -como veremos en el caso entrerriano- los que controlan de facto el reclutamiento de productores y de profesionales.

Llegados a este punto es necesario preguntarnos si CR apunta realmente a producir un reposicionamiento de los profesionales en el mercado laboral o si -como parecen sugerirlo el énfasis puesto en la "reingeniería institucional" y el intento por concentrar la toma de decisiones clave- se trata únicamente de reposicionar al INTA. En nuestra opinión existe una auténtica preocupación por generar ambas transformaciones en la medida en que -como hemos visto- son concebidas como procesos interrelacionados: el INTA debería ser rediseñado en función de una demanda expresada por los profesionales de CR, quienes, a mediano plazo, tendrían que ser empleados de los productores y estar integrados en una estructura intergrupos autónoma. La voluntad institucional de ejercer el control sobre un programa que involucra un presupuesto importante y que supone una buena cuota de poder no es incompatible con la de generar una transformación que abarque al conjunto de los profesionales agrarios quienes, a fin de cuentas, representan la mayoría de los cuadros del INTA. El objetivo implícito de CR parece ser, en definitiva, el de generar no sólo una transformación del INTA, sino también una reconfiguración del mercado laboral para los profesionales agrarios bajo el comando del organismo.

Programas de asociativismo rural en Entre Ríos: necesidades de los productores, intereses de los profesionales

En la presente sección nos referiremos brevemente a la implementación de CR y del muy similar Programa Grupos de Intercambio Solidario de Entre Ríos (GISER) en la provincia de marras. Las entrevistas con profesionales entrerrianos vinculados con su ejecución han sido, de hecho, la fuente de nuestra hipótesis. Antes de examinarlas será necesario, sin embargo, referirnos brevemente al programa entrerriano.

El proyecto que, en 1988, dio origen a GISER, fue elaborado por el Instituto Provincial de Transformación y Colonización Agraria (IPTYCAER), en relación con un detallado diagnóstico de crisis del sector agropecuario provincial (PG 1988:1 a 10). Entre los objetivos generales se menciona el de proporcionar ...alternativas productivas válidas para pequeños y medianos productores, cuya problemática radica en la escala inadecuada para la realización de actividades tradicionales, por medio de su organización en grupos que mediante el asesoramiento de un profesional recepcionan e incorporan tecnologías, intercambian experiencias productivas y/o se integren horizontal y verticalmente (PG 1988:11).

A estos fines, la provincia financia parcialmente y de manera decreciente la asistencia técnica durante tres años (PG 1988:13). El técnico actúa como coordinador del grupo y se tiende a consolidar la organización inter-grupal (PG 1988:16). Se preveía la organización de cursos de capacitación para profesionales y productores (PG 1988:16) y la gestión de créditos ante el Banco de Entre Ríos, pero este último aspecto nunca fue implementado con éxito.

¿Qué "profesional" necesitan los productores?

El discurso de los profesionales entrerrianos vinculados a la implementación de CR y GISER -tanto si representan al INTA como si pertenecen a la Secretaría de Asuntos Agrarios de la provincia (SAA-ER), en cuyo caso normalmente provienen también de aquel organismo- tiene un doble contenido que se presenta en dos niveles distintos. Explícitamente, manifiestan que los programas responden a las necesidades de los productores y que todas sus características tienden a satisfacerlas. Al mismo tiempo, de forma casi siempre implícita, hacen referencia a sus propios intereses. Ello ocurre a través del siguiente argumento: se afirma que los productores no entienden la necesidad de contar con asesoramiento profesional y/o no pueden contratarlo, y que CR y GISER apuntan a hacerles ver que lo necesitan -a través de la extensión- y a brindarles la posibilidad de contratarlo -a través del asociativismo-.

Un ingeniero agrónomo que participó de la implementación de GISER como técnico de la SAA-ER -y que antes y después de hacerlo trabajó en el INTA-, explicaba así la situación de los productores antes del inicio del Programa: ...en Entre Ríos el 70% de los productores tiene menos de 200 hectáreas, y el 60% menos de 100 hectáreas. Y es gente que no está en condiciones, a veces, psicológicas podríamos decir, más que prácticas, de pagar a un profesional...

Pregunta- ¿Por qué dice psicológicas? Respuesta- Porque a veces hay ciertos sectores que están en condiciones de pagar a un profesional pero no lo ven... recién ahora, como algo fundamental... Pero para ellos es un lujo, hasta el día de hoy -esto cambió mucho en los últimos años-: "¿cómo vamos a pagar? ¿no tenemos plata para pagar la máquina y vamos a pagar a un profesional? ¿qué nos aporta el profesional?". [También hay] Cierto sector más bajo que no estaba en condiciones de pagar. Por eso digo que a veces es una cuestión de actitud.

Este diagnóstico le lleva a concluir que era necesario promover un cambio de actitud: "Entonces", afirma, "a toda esa gente había que convencerla de que el acceso a la tecnología pasa por un profesional que lo asesore". Otro técnico, un veterinario que participó en la implementación de CR por parte de la SAA-ER, coincidía con este diagnóstico: Pregunta- En el Programa [CR] se enfatiza la importancia de cambiar la mentalidad del productor. ¿Por qué? ¿Cuál era antes?.

Respuesta- Lo que pasa es que la idiosincracia del productor, sobre todo de Entre Ríos, es muy particular. Es un productor chico, generalmente tiene poca superficie de tierra. Es de por sí individualista, no está acostumbrado a trabajar en grupo, y además está muy aferrado a lo que podríamos llamar costumbres de tradiciones productivas. Es decir, normalmente es muy reacio al cambio.

Finalmente, un ingeniero agrónomo del INTA que ocupa un puesto de importancia en la organización provincial de CR, comenta las dificultades existentes para lograr que los productores comprendan las ventajas que comporta la asociación: ...asociarse, tener voluntad de juntarme es, casi casi, pedirle a la gente que ponga el corazón sobre la mesa y que esté dispuesta a que se lo agarren con el cuchillo [y] lo partan, y esto es un problema actitudinal. Y por orígenes étnicos de la provincia, que hay de todos -ustedes lo saben- por historia,... las actitudes no todas son abiertas y dispuestas a compartir. Con lo cual nos juntamos porque el asesoramiento es barato, pero si encima me piden que empiece a contarles lo que tengo y me piden que confíe en mi vecino, no, me están pidiendo dos cosas que me superan y dejo el grupo.

Así, estos profesionales ubican a CR y GISER en un marco de (a) individualismo de los productores, (b) resistencia a la innovación tecnológica y técnica en general, y (c) pobre capacidad de inversión debida a la pequeña escala de los establecimientos y a la crisis económica. En este contexto, las herramientas más adecuadas para impulsar una reconversión productiva serían estos programas que promueven el asociativismo y, a través de éste y de la ayuda financiera estatal, facilitan la contratación de asistencia técnica. El aspecto más importante de estos programas para nuestros hombres es, sin embargo, el hecho de que ellos promueven la contratación de "profesionales" entre los pequeños y medianos productores. Interrogado acerca de si le preocupaba que el Programa GISER desapareciera por falta de interés de las nuevas autoridades provinciales, el ingeniero agrónomo de la SAA-ER respondía: Si desaparece GISER queda Cambio Rural. De cualquier manera, el objetivo está logrado: lo importante es que el ejemplo queda, nomás, que la gente ve que se puede agrupar, ve asesoramiento en el campo.

Al mismo tiempo, los programas tienden a definir cualitativamente la oferta de asesoramiento técnico, porque se diagnostica que los profesionales no están preparados para la nueva coyuntura. En primer lugar, los "profesionales" no están habituados a prestar un asesoramiento integral, abarcando todos los aspectos de la empresa (financieros, comerciales, etc.). La capacitación de los profesionales en este sentido es uno de los logros de CR según el veterinario de la SAA-ER: Una de las cosas que más rescato [de CR] es la posibilidad de haber insertado en el medio rural a un grupo muy grande de técnicos que antes no tenían la capacitación suficiente. Sí para resolver problemas puntuales, pero no para analizar una explotación agropecuaria, un conjunto de explotaciones agropecuarias, hacer un buen diagnóstico de tipo técnico y económico y prever un escenario productivo futuro de rentabilidad. Eso es fundamental,... una formación que en la facultad no nos dieron... Y esto es lo que el productor muchas veces necesita, aparte de contar con datos para realizar un análisis de la realidad, de mercados, ver cuáles son sus posibilidades, de ver cual puede llegar a ser su evolución, si se está descapitalizando. Hay muchísimos productores que no saben dónde están parados, y que haya tantos técnicos capacitados para ayudar a los productores a hacer ese análisis me parece fundamental. Esa capacitación se la dio el INTA [en el marco de CR], y existe un gran reconocimiento por parte de los técnicos, tanto agrónomos como veterinarios, de esa capacitación.

En segundo término, los profesionales tampoco están preparados para coordinar el trabajo grupal, una de las funciones que les asignan los nuevos programas. Así, el mismo informante explica los criterios de selección de promotores-asesores para CR: ...la búsqueda no estaba orientada tanto a la excelencia técnica, sino más a que haya tenido antecedentes de trabajo con productores, especialmente en algún tipo de asociativismo, en algún programa anterior -como ser los grupos GISER-, en dinámica de grupos...

Por su parte, el ingeniero agrónomo del INTA considera que uno de los problemas observados en la implementación del CR fue que "no todos los promotores estaban capacitados para lograr la integración grupal, a partir de lo cual no supieron generar las condiciones de motivación adecuadas". Asimismo, para el técnico de GISER: El problema más serio es el profesional.... El problema es conseguir el profesional, porque tiene que reunir dos condiciones. La más difícil es la personal, porque la técnica lo armás, lo preparás. Justamente, los grupos son un poco el Hospital de Clínicas de los profesionales...

...Pero el problema es la inserción del técnico en el medio... Hay una solución de continuidad entre la facultad y el productor, y eso para algunos profesionales es difícil saltarlo. Hacía falta un poco el Hospital de Clínicas, los GISER, los grupos estos...

Si bien no se lo explicita, esta preocupación por la incapacidad de los profesionales para manejar grupos se relaciona con el hecho de que, de acuerdo con el diagnóstico referido a la crisis del agro, los productores sólo pueden contratar a los profesionales si se asocian. En este sentido, la preocupación por capacitar a los "profesionales" para tratar con grupos de productores es excluyente, tanto en el discurso de nuestros informantes como en la documentación emanada de los organismos responsables por los Programas. Significativamente, el Programa GISER estableció la obligatoriedad para los profesionales de asistir a cursos de capacitación en dinámica de grupos, mientras dejaba librada a su elección la asistencia a cursos de capacitación técnica (PG 1988:16). El INTA, por su parte, consideraba como uno de los principales "limitantes" para el desarrollo de CR, a la débil capacidad de los promotores-asesores "para cumplir sus funciones de facilitar el trabajo grupal... [y dar asistencia] ...en los aspectos técnicos, económicos y financieros de las empresas agropecuarias" (DT18 1995:27). Otra traba sería la representada por sus dificultades "para comprender la necesidad de reconvertir los esquemas de asistencia técnica puntual por [sic por ´en´] un trabajo profesional dirigido al enfoque integral de la empresa" (DT18 1995:27).

De esta forma, tanto nuestros informantes como los organismos responsables por los programas promueven una transformación del perfil del técnico, de consejero sobre asuntos técnicos puntuales de productores individuales a orientador general técnico-económico-financiero-mercantil y coordinador de grupos de productores. Esta transformación es presentada generalmente, según hemos visto, como una respuesta a las necesidades de los productores, si bien algunas referencias aisladas muestran de manera más explícita la preocupación de nuestros informantes por la inserción laboral de los profesionales. Sus acciones son, quizás, más elocuentes. Por ejemplo, varios de ellos han integrado el Comité Técnico provincial de CR, responsable de examinar las solicitudes de ingreso al programa presentadas por profesionales y productores. Este Comité -integrado, dicho sea de paso, exclusivamente por profesionales, pertenecientes al INTA, la SAA-ER y asociaciones agrarias- no sólo no rechazó a casi ningún técnico, sino que sólo rechazó a aquellos grupos de productores que fueran de un nivel económico inferior o superior a los establecidos por la reglamentación: esta amplitud de criterios es significativa dado que los grupos son presentados a CR por los propios profesionales que se postulan como promotores-asesores, de modo que no rechazar a un grupo supone aceptar a un técnico.

La preocupación de nuestros informantes por la posición de los profesionales en el mercado laboral también está estrechamente relacionada con su interés por el INTA, al cual todos ellos pertenecen o han pertenecido. Así, el veterinario de la SAA-ER piensa que "Cambio Rural salvó al INTA, que tenía muy poca actividad en Entre Ríos". Y el agrónomo de CR sostiene que: Nuestro gran desafío... es cuando el Programa quede totalmente destetado,... cuando no les paguemos más [a los promotores-asesores]. El Programa se pudrió si no fuimos capaces de generar un Programa con entidad propia que tenga una relación con el INTA...

...lo que estamos visualizando es que cada agencia de extensión [del INTA] tenga en su consejo asesor... por lo menos dos representantes de los grupos de Cambio Rural. Entonces sí, la estructura de INTA hasta el nivel de estación experimental estaría siendo influenciado e influenciando [sic] a los grupos de Cambio Rural per se... En el larguísimo plazo, mi visión es una entidad de grupos de productores manejada por los productores, eligiendo a sus técnicos, pidiendo el apoyo del INTA cuando lo necesiten, y en una relación de convenio con el INTA, que es el que le brinda todo el apoyo logístico, es decir todo el apoyo metodológico-tecnológico...

En todo lo expuesto se advierte que la preocupación por la situación laboral de los profesionales ante la crisis es un tema dominante del discurso de estos sujetos, equiparable a la preocupación expresada por la situación de los productores rurales. Sin embargo, ella casi nunca aparece explícitamente, como un tema en sí mismo. Es porque los pequeños y medianos productores necesitan asesoramiento técnico, se dice, que CR y GISER desarrollan actividades de extensión (para que se den cuenta de ello), promueven la asociación y pagan parte del salario del técnico (para que puedan contratar asistencia profesional), capacitan a los profesionales en manejo de grupos, economía y marketing (para que asistan a los productores según lo requiere la situación actual), y tienden a consolidar una estructura independiente pero vinculada al INTA donde los profesionales cumplan un rol de mediadores (para que el INTA pueda servir eficientemente a los productores). Sin embargo, los principales logros que estos hombres atribuyen a los programas en cuestión no son la reconversión productiva ni el aumento de la rentabilidad de las pequeñas y medianas empresas agropecuarias, sino la inserción de profesionales jóvenes en el campo, la preparación de los profesionales para coordinar grupos y para ocuparse de finanzas y márketing, la demostración a los productores de que pueden acceder a la asistencia profesional y, por último, el haber "salvado" al INTA. Es evidente, pues, que al hablar de las "necesidades de los productores" nuestros informantes -al igual que el INTA- están expresando los intereses de los profesionales agrarios y de los organismos promotores de los programas de reconversión productiva.

Varias preguntas surgen de manera inmediata en relación con esta constatación: ¿cómo es posible esta duplicidad en sus discursos?, ¿acaso estos programas no son nada más que instrumentos tendientes a reposicionar al INTA y a los profesionales?. Las respuestas radican, pensamos, en la inextricable conexión existente, desde el punto de vista de estos sujetos, entre su profesión y las actividades productivas del sector que es objeto de los nuevos programas. Los pequeños y medianos productores rurales no pueden acceder a las innovaciones técnicas y a la tecnología de punta sino es a través de la asistencia barata que les brindan los profesionales ligados a organismos públicos; correspondientemente, proporcionar esa asistencia aparece como el cometido profesional de estos profesionales. Existe, en estos términos, una relación de mutua implicación entre la pequeña y mediana producción rural y la asistencia técnica brindada por los profesionales del sector público: en palabras de uno de nuestros informantes, "el INTA hace falta, justamente, para el productor chico y mediano". Desde la perspectiva de estos hombres, hablar de sus propios intereses es, siempre, lo mismo que hablar de las necesidades de los pequeños y medianos productores rurales.

Así las cosas, en una coyuntura en que coexisten la crisis de ese sector productivo y el retroceso de la actividad estatal de asistencia técnica, es natural que las búsquedas de soluciones para ambos problemas se identifiquen: la creación de fuentes de trabajo para los profesionales a través del asociativismo y el rediseño del INTA como fuente de asesoramiento económico y comercial aparecen como formas de promover la reconversión productiva. No existe, pues, en la perspectiva de los profesionales pertenecientes a organismos públicos dedicados a proporcionar asistencia técnica, contradicción alguna entre la prosecución de sus propios objetivos corporativos e institucionales y la promoción de medidas que se considera adecuadas en términos de los intereses de otros actores, en este caso, los pequeños y medianos productores rurales.

BIBLIOGRAFIA

a- Textos

De NICOLA, M., P. PROPERSI y T. QUESTA 1996: "Efectos del Plan de Convertibilidad sobre el sector de pequeños y medianos productores del agro pampeano". Ponencia a las Jornadas Regionales: Agriculturas Latinoamericanas y las Transformaciones Sociales. Asociación de Universidades del Grupo Montevideo - CLACSO. La Plata 7 al 9 de noviembre de 1996.

TORT, M.I. y P. LOMBARDO 1995: "Formas asociativas en el agro: una alternativa para los pequeños y medianos productores". En: J. Romano et.al. El estudio de formas asociativas alternativas en la agricultura. Los casos de Argentina y Brasil. IESR-INTA/REDCAPA. Buenos Aires. pp. 55 a 79.

b- Documentación

Anteproyecto Cambio Rural - Programa de Reconversión Productiva para la Pequeña y Mediana Empresa Agropecuaria. INTA-SAGyP. Buenos Aires. Marzo 1993

Dos Años de Cambio Rural: Logros, limitantes y pautas para su fortalecimiento. Documento de Trabajo No.18, Cambio Rural. INTA-SAGyP. Buenos Aires. Julio de 1995.

Proyecto GISER - Grupos de Intercambio Solidario de Entre Ríos. IPTYCAER, SAA-ER. Paraná. 1988.

NOTAS

* Profesor Regular Asociado, Departamento de Cs. Antropológicas, FFyL-UBA.

** Investigadora Asistente, CONICET.

*** Becario de Perfeccionamiento, UBACyT, Instituto de Cs. Antropológicas, FFyL-UBA.

**** Jefa de Trabajos Prácticos, Antropología Social y Cultural, Carrera de Cs. de la Comunicación. FCS-UBA.

1 La presente ponencia se inscribe en el marco del proyecto Nuevas formas de asociación productiva y transferencia tecnológica: un análisis de políticas de desarrollo rural (Programación UBACyT 1995-1997), dedicado a un análisis comparativo de la implementación de los programas GISER y Cambio Rural en la provincia de Entre Ríos.

Buscar en esta seccion :