V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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MUJERES AGROPECUARIAS EN LUCHA. UN ANÁLISIS ANTROPOLÓGICO

Maria Ines Piriz, Roberto Ringuelet y Maria del Carmen Valerio

U. N. C. P. B. A.

En esta presentación, se sintetizan algunos resultados derivados de una investigación en marcha que se enmarca en un Proyecto mayor titulado: "Procesos de transformación de las localidades rurales de la región pampenana. Estudio centrado en el Partido de Olavarría, Pcia. de Buenos Aires", bajo la dirección de Roberto Ringuelet (NURES, Facultad de Ciencias Sociales de la U.N.C.P.B.A.). Asimismo, una primera versión de la ponencia fué discutida en las II Jornadas de Antropología de la Cuenca del Plata, Rosario, octubre de 1996. .

Introducción: Irrupción de un movimiento social agrario

Lo que aquí se presenta, es el análisis del movimiento social denominado: "Mujeres Agropecuarias en Lucha", que agrupa a mujeres que tienen parte en la dirección de explotaciones agropecuarias pequeñas o medianas de la Región Pampeana.

De este agrupamiento, bastante extendido regionalmente, se podría afirmar que está vinculado indudablemente a los cambios económicos actuales de acumulación capitalista y a las transformaciones sociales generales que modifican el espacio agrario regional. Pero, a su vez, no podríamos explicar estas modificaciones sin estudiar la dinámica social endógena local - regional que asimismo complementa y completa las interpretaciones macrosistémicas.

El movimiento comenzó en la provincia de La Pampa en el año 1995, vinculado específicamente al remate de campos endeudados. La convocatoria de una mujer productora "desesperada" en la radio consitó el apoyo de productores (sobre todo mujeres) y, a partir de esa situación, se fué organizando un movimiento de protesta que adquirió resonancia interprovincial en el centro de la región pampeana, debido a la circunstancia generaliza de una crisis agropecuaria sectorial. Los reclamos inmediatos y específicos refieren a la extensión de los plazos de pago de las deudas y a una política especial de crédito:

"...Por un llamado de Dios, cuando nos remataban el campo llamé a la radio y recibí respuestas de mujeres de toda la Provincia. Y sin saber lo que era un petitorio, formulamos uno con las mujeres de todos los distritos. Recorrimos más de sesenta mil kilómetros, a veces a dedo, llegamos a todas las autoridades, de Senadores hasta el Secretario Bauzá. Este movimiento traspasó el país. En un encuentro frente a seis mil mujeres expresamos nuestra problemática. Llegamos a la Presidente de la Nación. Dejé un año solo a mi marido, que le costó un derrame cerebral que lo tiene paralizado. Y ahora se van a rematar nuestros bienes. Si no nos desprendemos de lo que tenemos de particular vamos a perder todo..." ( palabras de la Presidenta del movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha, de la Pampa. Jornadas de la Mesa Agropecuaria, Olavarría, 14/9/96)

"...y entonces, entusiasmadas, empezaron a recorrer la pampa y se encontraron con que el problema de ella era uno entre muchos, un granito de arena en el desierto, o sea muchísimos..." (mujer del movimiento, Olavarría, agosto de 1996)

"...Las medidas no se toman, los intereses aumentan, la refinanciación es impagable, siendo que dicen que es el sector que cubre el 60 % de la producción existe una corrupción y quienes pagan: 'Juan Pueblo'. Debemos dialogar para la confrontación. Cual es el rol del Estato ?: La coima, la impunidad, la falta de seguridad..." (palabras de una mujer de Coronel Suarez (Bs. As.) en las Jornadas de la Mesa Agropecuaria, Olavarría, 14/9/96)

La situación económica y social general y la expresión de las demandas

Actualmente la región sufre, en consonancia con el pais, una situación económica de ajuste que alcanza a las actividades agropecuarias y también experimenta un cambio histórico que llevaró a una retracción general de los servicios locales.

En tal sentido, podemos diferenciar metodológicamente dos tipos de precondiciones sociales generales en la base del estallido que lanzó públicamente el movimiento: 1ro.) Aquellas circunstancias técnicas y económicas que fueron constituyendo una nueva situación económica con nuevas limitaciones financieras y exigencias organizativas a determinadas capas de explotaciones agrarias; y 2do.) La configuración histórica de un nuevo escenario regional, en donde las localidades del interior del municipio fueron experimentando un achicamiento de la infraestructura comunicacional, de transportes y de servicios, con un consecuente proceso de despoblamiento, quiebra de pequeños y medianos emprendimientos productivos locales y un creciente desaliento generalizado de la población.

Estos cambios sociales fueron impregnado todo el tejido social: El sistema productivo, el hábitat, las formas familiares, etc.

En el partido de Olavarría, en el transcurso del siglo XX se fué dibujando la actual distribución de los asentamiento del interior del municipio. Caseríos dispersos referidos a los establecimientos agrícolas y dos zonas de concentración de pequeños poblados: Una de ellas en el entorno de la ciudad capital, reune núcleos derivados de actividades agrícolas o mineras, en parte desactivadas. El otro se despliega hacia el noroeste en la linea de una via ferroviaria actualmente sin uso.

Pocas decadas antes del momento actual , en los años de 1950, la región pampeana entraba en un proceso de modernización expansiva de dos o tres décadas, cuyo mismo desarrollo sesgado contribuyó en parte a fundar el actual escenario de exclusión. Eran los tiempos de la revolución verde, de la ampliación de la red caminera y de las comunicaciones, de la electrificación rural y de la instalación de las agencias del INTA.

Las actuales transformaciones productivas afectan a amplios sectores agrarios. Son habituales los diagnósticos del agro que aluden a un crecimiento desparejo y heterogéneo y profundo: "...el agro argentino está atravesando, con cierto rezago, cambios tan profundos como el resto de la economía argentina. Es temprano aún para medir tanto las orientaciones como las consecuencias sociales de estas transformaciones. El Censo Nacional Agropecuario de 1988 daba cuenta de cambios en el tamaño de las explotaciones y de la apoarición de nuevos actores sociales (el contratista accidental), pero creemos que desde ese momento hasta ahora las transformaciones han sido de mayor magnitud. Los cambios tecnológicos que se introducen necesitan transformaciones en las relaciones sociales, situación que comporta conflictos sociales y diferente tipo de respuesta de los sectores involucrados..." ( Giarraca 1996: 124)

El nuevo panorama económico pone en situación de ventaja comparativa a los productores mayores y a los vinculados a la producción exportable, lo que en contraposición pone en situación de riesgo comercial a los pequeños y medianos productores de la región estudiada, sobre todo aquellos orientados a la ganadería bovina para el mercado interno. Se puede ver entonces el privilegio, dadas las actuales reglas de juego, de la economía de escala: La posibilidad de ampliación de la superficie bajo producción, menores costos relativos, mayor flexibilidad productiva comercial.

Una clave y expresión de la crisis lo es el momento financiero de las explotaciones agrarias: En general, hubo un notable aumento en los años 90' de las tasas de endeudamiento agrario y los índices de precios agropecuarios han tenido aumentos varias veces menores que el costo de la intermediación financiera. Por otra parte, el panorama para pequeños y medianos tomadores de crédito, se presenta más rígido dado el actual proceso de privatización bancaria y sus condiciones más exigentes.

"...yo empecé con tres créditos por 14 mil pesos y se me hizo una bola de nieve de 140 mil más 80 mil de gastos. Djé de pagar en el 94' cuando comprendí que no podía salir. Otros de autoejecutan, bajan los brazos. También hay otros dramas: una productora de Trenque Lauquen se pegó un escopetazo en el pecho y en San Pedro otra se ahorcó. Muchos se enferman, como mi marido..." (L. A. de Cornelius, fundadora del movimiento. Cita en Furmann, pag. 3) "...cuando salieron las cédulas hipotecarias rurales decidimos tomarlas cómo única chance de refinanciar una deuda de 100 mil dólares sin vender la mitad de las 100 hectáreas que tenemos en Camilo Aldao, entre Santa Fé y Córdoba. Son lo que se dice un salvavidas de plomo pero tienen la rasa más baja del mercado, 7,95 %. Más la comisión del banco y el IVA del 21, es un 10 o un 11% anual. Además como son negocialbes, está el riesgo que el banco las venda y terminen en Wall Street y no te entres. Solo 15 mil productores las tomaron. Como mi marido es veterinario, nos fuimos a Rosario y vivimos de su trabajo. La tierra la alquilamos y con la renta pagamos cuotas anulaes de 26 mil a siete años. Con 62 mil dólares pagados, reduje la deuda de capital en sólo 32 mil. Si vivi;eramos sólo del campo, deberíamos tener una renta de 2.500 dólares mensuales sólo para pagar la deuda y a pariter de allí sumar gastos para vivir, cosechar y renovar maquinaria. Lo que se dice imposible..." (A. Galmarini, titular del movimiento en Rosario. Cita en Furman, pag. 4).

La voracidad financiera es la expresión simtomática inmediata del movimiento y el punto crucial de las protestas. El discurso de las productoras alude a las falsas expectativas creadas por el Gobierno Nacional en su discurso original de la "revolución productiva". A lo que agregan la falta de políticas de desarrollo regional, la corrupción y la ineptitud administrativa.

"...vamos a presentar un petitorio al Poder Ejecutivo Nacional con los puntos siguientes: a) suspender los embargos y las ejecucciones, b) aceleración de los sistemas de financiación, c) refinanciación de las deudas con un plazo de 20 años, d) nuevos créditos para la producción, con un plazo de 10 años, e) rehabilitación de las cuentas corrientes, f) disminuxción de la carga tributaria, g) ley antimonopolio, h) mayor presencia del poder judicial y legislativo en la problemática rural, y) barreras arancelarias, j) emergencia climática, k) elaboración de políticas regionales, l) políticas nacionales, m) que la obra social ISSARA sea útil, n) créditos blandos, o) evitar la mal venta de los bienes, p) eliminar el IVA y los procentajes..." (mujer de Pellegrini, Pcia. Bs. Aires, en las Jornadas de la Mesa Agropecuaria, Olavarría, 14/9/96)

Las conclusiones de la Mesa Agropecuaria de Olavarría con la participación básica del movimiento de Mujeres Agropecuarias en lucha del 14/9/97, refieren en gran medida a la cuestión de modificación y disminución de impuestos y a modificaciones de la política bancaria. Las propuestas en la ocasión del "taller de política bancaria" refieren entre otrso puntos a: 1) Paralización de todos los juicios y ejecuciones hasta que se reconozca la legitimidad de las deudas, 2) Creación para el tema de un curpo jurídico descentralizado al servicio de los productores, 3) Eliminación del IVA por todo concepto, 4) Refinanciación de las deudas del Banco provincia hasta fines de 1995, 5) Hacer gestiones ante la banca para obtener créditos blandos y cancelación de obligaciones tomadas a tasas usurarias...

Organización, unidad y diversidad del movimiento

El movimiento se base en la participaicón de productores cuyo nucleo básico que podríamos caracterizar de "medianos", con un alto nivel de uso de insumos agropecuarios y pertenecientes a estratos medios de la población. Se trata de propietarios de 200 has. hasta 1000 has. , aunque los hay de 2500 has. y de 80 has.

Si bien la variable "tamaño de las explotaciones" no es muy precisa, nos da una idea aproximada del tipo de unidad productiva para la región.

En un estudio anterior realizado en el partido de Olavarría con datos de 1982 (Cittadini y Otros, 1991), se sugería una cierta asociación entre superficie y organización social de la produción, si bien existe una gran dispersión de tamaño dentro de cada grupo. Predominaban según esta fuente las explotaciones familiares que representaban el 50% del total y el 16 % de la superficie; la mayoría se encuentraban en el rango que va de la 80 a las 350 has.

Las explotaciones del tipo familiares capitalizadas, representaron un 18% del total, ocupando una superficie del 19%; las superficies predominantes se encontraban en el rango de 350 a 900 has.

Las explotaciones empresariales, representaron el 33% del total y el 65% de superficie; el rango predominante va de 400 a 3000 has.

En el caso de las explotaciones familiares, sus propietarios suelen tener una historia de trabajadores rurales y/o arrendatarios. Los familiares capitalizados, a su vez, han tenido un acceso a la tierra habitualmente por herencia, pudiendo haber aumentado la superficie a posteriori; con una ligazón histórica a la producción agropecuaria.

Las explotaciones empresariales implican un acceso a la propiedad por herencia y forman parte de economías más diversificadas.

De manera general para el pais, los datos censales muestran disminución de las explotaciones, tanto de menos de 200 hectáreas cuanto del estrato de entre 200 y mil hectáreas.

Actualmente, el tamaño de las explotaciones autosustentables comercialmente en la región, ha aumentado sensiblemente. En el estudio realizado por Alicia Villafañe en la zona de Blanca Grande - Espigas entre productores familiares, estos tenian entre 200 y 370 hectáreas. Un 44 % eran "familiares capitalizados" típicos con actividad de ganaderia y granja. El resto, debido a la falta de capital, implementa estrategias de arrendamiento de parte de la tierra parta mantenerse en la actividad o ha abandonado el control directo.

"...ahora, cada vez se necesita mayor cantidad de hectáreas. Anters, un mediano productor era aquel que tenía 2 mil hectáreas de campo (6 o 7 años atrás). Hoy, para ser un pequeño productor necesitá 600, 700 u 800 hectáreas, vá subiendo la porción de tierra que debe poseer..." (titular del movimiento en Olavarría)

Si bien existe un núcleo directivo, en reuniones generales pueden ser convocadas mujeres de otras áreas de actividad. También, al interior del movimiento, se fué incorporando un sector de "pequeñas productoras", mujeres de pequeños productores y peones que crian animales y a las que el nucleo original de mujeres, sirve de referente y organiza acciones de ayuda vinculadas a la comercialización.

El moviento, por ende, tiene cierta flexibilidad derivada de la propia definición de los estratos de origen, y comporta asimismo una estrategia de alianzas que implican actividades extraagropecuarias y amplitud de sectores, siempre siguiendo el eje de género.

Podríamos decir que esta (o estas) capas de productores son las representadas por el movimiento de "Mujeres..." cuyos lazos integrativos son laxos y son activados por un sector interno mas o menos restrigido de líderes. No hay consejos directivos sino coordinadoras regionales elegidas en asamblea y constituyendo comisiones internas o sectores temáticos. A principios de 1996 se alcanzaron a reunir unas 150 mujeres en Olavarría y actualmente se mantienen activas unas 15 (cuya base económica sufre las constricciones generales del sector aunque la mayoría no está en situación personal crítica). En los actos y reuniones generales se convocan muchos más participantes. En el año 1996 se hacian reuniones muy seguidas y numerosas, de frecuencia semanal.

La participación de las mujeres en el movimiento, pareciera facilitarse en las situaciones familiares de independencia femenina derivadas de circunstancias "normales": Mujeres de edad "mediana" o mayores; mujeres "solas" o casadas. Esto tendría que ver también con una variable legal cual es ejercer la propiedad directa sobre los bienes. Por otra parte, pueden ser importantes para el caso, las experiencias previas de acción pública en movimientos vecinales y regionales. No hemos profundizado el estudio de las eventuales modificaciones y conflictos que la participación pública de las mujeres pueda general en el seno familiar, presionando hacia algún tipo de redisposición en el poder y en la división del trabajo.

El movimiento implica una cierta identidad de intereses derivada del hecho de que el movimiento nace desde un sector agropecuario determinado. Se trata, como hemos visto, de un sector social o, en todo caso de sectores sociales cuyas posiciones en el proceso productivo se define fluctuantemente en los sectores sociales medios, con posibilidad histórica de acumular pequeños y medianos capitales o al menos de poder gozar de un consumo ampliado. Se trata asimismo de propietarios de tierras con arraigo regional, con presencia efectiva en los establecimientos. En tal sentido, el movimiento expresaría una visión del mundo (rural), pero, a su vez, con una heterogeneidad basada en historias familiares y situaciones productivas distintas y en un espectro político mas o menos amplio. Existen posiciones más o menos "tradicionales" y actitudes más o menos combativas.

El discurso común, refiere a la reivindicación directa de un estilo de vida regional agrario definido por la producción y expresado por conceptos tales como el de Hombre de campo: "...por Hombre de campo entiendo fundamentalmente el dueño del campo, Hombre de campo es el que nació en el campo y no lo tiene, por ejemplo un empleado consustanciado con el campo..." "...el Hombre de campo es el que tiene el gran amor al campo y quiere defenderlo y que difícilmente si tiene la posibilidad se va a otro rubro que no sea el campo..." "...Yo siempre digo que las une el amor a la tierra. Eso sí somos iguales todas..." "...lo que nos va a unir, no es el número de hectáreas sino el amor al campo, las ganas de producir, de defenderlo y de conservarlo y hacer una Patria grande..." (mujeres del movimiento)

La faceta más tradicionalista expresa el modelo histórico de la estancia patriarcal, paternalista (Strickon, 1977). De todas maneras se trata de una reiterpretación actualizada en donde se eluden los términos de estanciero, terrateniente, cuya significación connota grandes propiedades.

"...el terrateniente es el que tiene tierras y el hacendado hacienda, pero suenan otra cosa más grandilocuente. Yo prefiero decir Hombre de campo, vos fijate que la palabra estancia se usa en la ciudad, nosotros decimos en caso nos llovió, no decimos la estncia; el de afuera nos dice estancieros..."(mujer del movimiento).

La heterogeneidad del movimiento la manifiestan sus mismas participantes: "...es lo más heterogeneo de lo que puedas imaginar. Está desde la que tiene 80 hectáreas de campo a la que tiene 2mil, 2.500, 800. Está la que heredó el campo y está la que lo compró, por ejemplo una señora grande que compró el campo con un crédito a 30 años. También se puede dividir entre las más combativas y las menos combativas, hay una diferenciación bien clara; está la que es docente y se casó con un hombre que tenía campo, y está la señora que logró heredar un pedazo de campo y con la producción comprar otro pedazo de campo. Está la que se mueve por un sentimentalismo muy particular como es el amor a la tierra. Yo siempre digo que las une el amor a la tierra. Eso sí somos iguales todas. Y tenés la empleada doméstica que sus patrones tuvieron que alquilar el campo y a ella la tuvieron que despedir y ella de campo no sabe nada pero se unió a nosotras para ver en que puede colaborar..." ( titular del movimiento en Olavarría, 35 años, casada, 3 hijos)

"...somos un grupo muy heterogéneo, que creo que lo único que tenemos en común es ser mujeres. Hay gente que pertenece al movimiento que tiene poca preparación y dice cosas desubicadas, por ejemplo parar los remates, creo que cae en lo ilegal. Yo considero que hay que hacerlo, pero si vos pedís crédito, sabés los risgos que corrés. Necesitamos el apoyo legal para no caer en la ilegalidad, los bancoas cobran ususa, no hay inflación y pedís un crédito y tenés que pagar el 14% anual. En Olavarría hay gente que tiene posiciones muy duras, yo diría desaforadas, pero esa gente ahuyenta a otros que tienen posiciones más conservadoras, que van una vez, dos veces y luego no aparecen más..." (mujer del movimiento en Olavarría, 60 años, docente).

Las acciones del movimiento y sus ámbitos de lucha

Las acciones del movimiento, por su singularidad, adquiere modalidades propias que lo diferencian de otros movimientos predominantemente masculinos. Un componente muy visible, lo constituyen aquellas acciones y valores que exaltan desde lo familiar la región, el campo, la Patria:

"...cuando llegó el dia del remate, cantaron el himno y rezaron, rezaron y cantaron el himno, y entonces el rematador dice que así no se puede hacer el remate..." (mujer del movimiento) "...el primer interés, en general, es promover el bienestar de la familia agropecuaria, que está destruído. Cuando el hombre de campo, necesita dormir con pastillas, es porque toda la familia está enferma. Y ya está sucediendo. Aquí hay una proclama de las mujeres..." El movimiento exalta al Hombre de campo, propietario o no, que es el que nació en el campo, el que tiene amor al campo, el "amor a la tierra", a "las raices".

El movimiento ha realizado desde su fundación diversos tipos de protesta: Se han hecho manifestaciones públicas tal como el rotondazo de Pringles sacando los tractores a la calle y con cierre de comercios; proclamas de diverso tipo en lugares públicos y asistencia y entrevistas por diversos medios masivos.

Por otra parte, numerosos petitorios y acciones con funcionarios públicos administrativos y variados ámbitos políticos.

Asimismo, intervenciones directas como las tentativas de parar remates de propiedades.

En lo que haga al partido de Olavarría la acción del grupo a podido modificar positivamente las deudas de muchos productores agrarios e intervenir sino en la estructura, variadamente en el funcionamiento de muchos aspectos agrarios, frecuentemente en conjunción con otras asociaciones e instituciones. Aunque no podríamos evaluar al momento los avances del movimiento a nivel nacional.

La presencia del movimiento en los círculos políticos ha sido desigualmente exitosa y ha recorrido una curva descendente desde el año pasado.

En un momento inicial:

"...Antes de las elecciones un director del Banco de La Pampa estuvo en el club con los chacareros. Nos prometió que el problema de las deudas se solucionaba después del 14 de mayo. Pero justo dos semanans después de la reelección de Menem llegaro a casa los tasadores...cinco dias después hicimos la primera asamblea y un petitorio al Gobernador, el peronista Rubén Marin. Pedimos que se suspendan las ejecuciones y remates judicianales; que se congele la deuda y se refinancie a una tasa promedio que no supere las tasas internacionales, a diez años de plazo y tres de gracia. Es decir, que se evite que nuestros bienes se vendan a terceros con créditos a largo plazo y tasas blandas a las que no tenemos acceso. Marín recibió a 100 mujeres y nos pidió una semana pero no vino más y mandó a su minstro de agricultura. Este nos dijo que nuestros maridos eran unos boludos, que no sabían trabajar..."

(L. A. de Cornelius, fundadora del movimiento. Citado en Furman: pag. 3)

La insistencia fué abriendo en adelante puertas oficiales, aunque con soluciones parciales o que podemos quizás pensar temporalmente limitadas (como la de suspender las ejecuciones de los campos endeudados en el Banco Provincia), que no modificarían el sentido determinado de las políticas agrarias limitantes en el marco del modelo de ajuste. El alcance limitado de este último en cuanto a la generación de políticas hacia los pequeños y medianos productores lo dá el programa nacional de Cambio Rural para la reconversión agraria: Créditos limitados y selectivos, asesoramiento productivo hacia una mayor tecnificación e integración plena en la agricultura comercial, promoción asociativa e integrativa en sistemas mayores.

Desde los diversos organismos regionales, tal como asociaciones agrarias e instituciones técnicas, se suele ver al movimiento como un sector aliado, aunque manteniendo distancia. Pensamos que en esto hay dos ingredientes: Uno de ellos vinculado al resquemor de aquellos organismos respecto de las acciones directas del grupo, tal como su acción en los remates. Por otra parte, el sesgo marcado de género que comporta el grupo de mujeres.

Una actitud conciliatoria de los sectores agrarios tradicionales es proponer una opción integrativa: Que las mujeres se vayan integrando a las asociaciones. La Sociedad Rural de Olavarría ofreció un lugar de reunión al grupo en su primer momento a petición del mismo. En opinión de uno de sus miembros:

"...Yo creo que es bueno que exista este movimiento porque las mujeres molestan los espacios de poder y tienen protagonismo. A mi, por ejemplo me conviene, porque ellas logran lo que nosotros no podemos, por ejemplo ellas le dicen de todo a cualquier funcionario público o bancario..."

En cuanto a los remates:

"...los mecanismos que están usando no son democráticos...nosotros las queremos en las instuciones, tiene más sentido, va a ser más provechoso utilizar lo que ellas han aprendido para mejorar algunas cuestiones..."

La actitud de los diversos sectores e instituciones agrarias es complejo. Hay por ejemplo sectores de la Iglesia francamente en contra y aquellos otros sectores (los mismos que justifican los cortes de ruta) se manifiestan a favor.

Hay sectores como el de Federación Agraria que en gran medida justifica el movimiento y en ocasiones lo ha apoyado explícitamente.

Pero la misma aceptación para integrar a las mujeres del movimiento en las asociaciones, en el plano del género, es ambigua. La necesidad declarada de que las mujeres ocupen un lugar en las asociaciones rurales o algún lugar político municipal, coloca a estas ante imposiciones ideológicas que determinan lo que es adecuado para el comportamiento de ellas. Se espera que las mujeres de incorporen en el mundo institucional y político, pero además también se espera que sean femeninas y se desempeñen en roles domésticos.

Si las mujeres luchan en "otros ámbitos", es más incómodo para el control del poder y, en palabras de C. Magallón Cervantes (1988: 413): "...lo singular es que la mujer que participa en acciones que rebasan el ámbito doméstico aparece en la esfera pública como organizadora familiar o como esposa o madre de los hombres que apoyan..."

En el presente año el grupo de Mujeres se ha acercado a la Sociedad Rural para solucionar problemas comunes en el campo: Caminos rurales, comisión vial, abigeato, revalúo inmobiliario. De esta menra, la Sociedad Rural de Olavarría (de arraigo regional amplio), está logrando la inserción de un determinado sector del movimiento a su propio ámbito institucional. Sin embargo, otro segmento del grupo mayor disciente con esta articulación y reivindica el valor de la lucha combativa, pertinente a los orígenes del movimiento.

La cuestión de género que involucra el movimiento y algunas interpretaciones posibles

Podemos observar un contraste entre las actividades de las mujeres en el movimiento en su conjunto, de carácter público, colectivo y de expresión política explícita, respecto de las actividades habituales de las mujeres en la región, más volcadas proporcionalmente a una actividad privada familiar. La participación política del movimiento, pública y formal contrasta con las formas tradicionales de influencia política femenina comparativamente más informal e invisible (Rapold, 1986; Magallón Cervantes, 1988).

Tradicionalmente en la región y en referencia al sector agropecuario considerado ( y,en general, para los diferentes tipos de productores de la Región Pampeana) las acciones gremiales, políticas en general y asociativas ligadas a la producción, fueron lideradas y en gran medida actuadas por hombres ( Strickom, 1977).

"...el empleado rural, por un problema cultural, se siente terriblemente mal si tiene como patrona a una mujer. Y sé de casos de mujeres viudas que tuvieron que despedir el peón, porque se resistía a cumplir ordenes de una mujer. Porque ellos te dicen: yo fuí empleado del patrón..." (mujer del movimiento).

Las variadas actividades en las que pueden participar las mujeres son consideradas como "ayudas" y muchas constituyen una extensión de las actividades del hogar, tal como la preparación de comidas y atención de la infraestructura de diversos eventos. Esto, de manera general, no difiere de las circunstancias descriptas en la bibliografía social sobre diferentes sectores agrarios y de diferentes regiones del pais y Latinoamérica ( Errázuris, 1989; Carbajal Rios, 1989), cuando analizan las circunstancias delimitadas de la posición social de la mujer, desde una actividad y una visión social centrada en el mundo privado del hogar.

El caso tratado no difiere respecto de los parámetros generales señalados, si bien se trata de mujeres de un nivel educativo alto (que puede llegar al universitario) y que desarrollan múltiples actividades citadinas, y cuyo nucleo básico original pertenece a los sectores sociales medios.

"...otra característica del hombre de campo es el sometimiento de la mujer, que siempre le decían: vos callate, no hagas papelones, no te metás. El hombre que protesta es el bravo, el macho, ese es hombre. La mujer que protesta es una loca, una papelonera. Tal vez, la mujer que protesta, al no saber hacerlo, ha usado términos, palabras, circunstancias ofensivas. Yo creo que hablando con educación te pueden escuchar, más si somos muchas..." (mujer del movimiento)

Se presenta, según mencionábamos más arriba, una crisis regional generalizada, que se viene desarrollando a partir de la acumulación de capital y centralización de actividades en centros extraregionales y en ámbitos citadinos dentro de la región. Este movimiento, se vió acompañado de despoblamiento y restricciones en la infraestructura de comunicaciones y transportes ( más allá del proceso de modernización en estos aspectos). En los últimos años, asistimos a un cierto movimiento de contrarreflujo, de "vuelta al campo", que lo podríamos interpretar como parte de la crisis generalizada. Los cambios regionales generalizados afectan en tal sentido a todos los sectores sociales, modifican el hábitat y atacan las formas públicas básicas de sociabilidad (que en la región significa incidir en relaciones sociales con cierto peso del personalismo). En la medida de la profundidad de las transformaciones, la esfera familiar privada se ve más expuesta y los sectores sociales mas o menos cerrados como las familias y los vecindarios son atravesados por el centro de la crisis. En tal sentido, las mujeres realizan un corrimiento público objetivo.

Podríamos postular que en esta situación en la cual las actividades básicas de reproducción social se ponen más en el tapete y simultáneamente son atacadas por la crisis general regional, cuando a su vez existe un desaliento (masculino) en la lucha política y social general, la mujer gana protagonismo y legitimidad en su posición tanto familiar cuanto social global (Rapold, 1986).

El movimiento implica un anterior estancamiento de las luchas lideradas por los hombres y la continuación por otros medios que aportan las mujeres:

"...El hombre no se anima a discutir, le da una verguenza bárbara", "el hombre bajo los brazos..." "...Mujeres Agropecuarias surgió porque el hombre bajó los brazos, no dá más, en cambio la mujer tiene más fuerza..." (mujer del movimiento).

La misma circunstancia social, altamente desarticuladora que en la región ha dificultado la organización y la misma generalización de los cambios sociales, ha podido facilitar, como en el caso que nos ocupa, la organización de formas de protesta no habituales.

A los fines de una interpretación de este "movimiento social", veamos que las circunstancias de su nacimiento y sus características, tal como las hemos venido analizando, se vinculan con aquellas circunstancias y características que, por lo menos en la última década, han sido señalados como emergentes de nuevos escenarios sociales globales. En tal sentido, son válidas las palabras de E. Jelin:

"...En el corazón de esta crisis están los nuevos movimientos sociales y la redefinición de viejos actores sociales que aunque no siempre acaben plasmándose institucional y orgánicamente, son portadores de nuevas instancias capaces de ofrecer alternativas a la crisis de los modelos anteriores..."( E.J. , 1987, pp.10/11 ).

Entendemos que el actual proceso de acumulación capitalista y su concomitante crisis social, ha venido modificando profundamente a los tradicionales sujetos sociopolíticos (tal como partidos y sindicatos) y se están experimentando cambios sociales profundos y extendidos que, como indicábamos más arriva, impregnan todo el tejido social. Y esto en el contexto de la evolución histórica de una creciente complejización de las instancias y los medios de acción política en la sociedad contemporánea. Aparecen así, dentro de los marcos legales, apelación a vias no institucionalizadas de protesta, la configuración de grupos mixtos, y demandas complejas y no tradicionales de la lucha política.

El movimiento de "mujeres en lucha" de hecho es un proceso de politización colectivo sectorial, en donde se plasman nuevas formas de hacer política, basado en reclamos específicos pero que incluyen también una elaboración (en proceso) de demandas y un reconocimiento paulatino de los participantes como grupo político.

Pero más ampliamente se trata también de un movimiento regional que hace demandas más difusas en defensa de una situación generalizada y profunda de exclusión sociocultural, y reivindicando condiciones generales de vida y un estilo cultural.

Asimismo, la lucha se ha transformado también por sus medios en una reivindicación de género. Lo femenino es un sesgo evidente y es un factor táctico importante pero es una meta no explícita ni pensada como tal en cuanto propósito mas o menos inmediato:

"...no es un movimiento feminista, es un movimiento femenino, las decisiones las toman las mujeres, los hombres nos acompañan..." (titular del movimiento en Olavarría)

La vinculación del movimiento con la cuestión regional inherente a las localidad rurales pampeanas nos presente características identificables. Es verdad que, desde los años de 1950 si nos referimos a la región pampeana, hubo un avance unificador rural urbano merced a la revolución técnica y organizativa del agro, a la expansión y transformación de los servicios rurales y a los movimientos de población. Pero han subsistido y recreado una serie de diferencias subregionales étnico - culturales y de estratos sociales con una dinámica endógena, teniendo en cuenta por otra parte que el avance de las formas capitalistas centrales crea y recrea formas de explotación diferenciales.

Las formas de sociabilidad regional se cristalizan en asociaciones locales, se consolidan formando núcleos de sociabilidad rutinarios o eventuales a partir de circunstancias diversas de encuentro (almacenes, ferias, escuelas, etc.), en donde la trama de relaciones se torna más densa, se traspasan valores, se actualizan pautas culturales y se las modifica, se brinda y adquiere información (Ratier, 1989; Abrahams, 1989; Pitt-Rivers, 1979).

A pesar del desarraigo de parte de la población original de las localidades (quizás en parte a propósito del mismo), existe una matriz sociocultural que permite observar la consolidación de las relaciones sociales: Se conforma una sociedad de interconocimiento personal y de autoidentificación integrativos en donde se desempeñan muchos papeles indiferenciados o complementarios y se resalta una visión comunitaria. La construcción de las identidades locales apela a un sentido histórico; historia rememorada no para justificar una ocupación ancestral (inexistente) sino para ejemplificar una tradición regional de "arraigo a la tierra", sea en referencia a una saga familiar o a un sector social histórico tal como los colonos o los estancieros, a los que hemos aludido más arriva.

Los valores histórico-regionales y familiares que se activan en la lucha y que fueron mencionados anteriormente, se situan en el seno de la historia oficial y en general de las ideas hegemónicas. Para parar un remate se reza y se canta el himno, se alude a la familia tradicional y son las mismas mujeres (y de una capa social habitualmente participante de los beneficios sociales) que hasta ese momento fueron sujetos pasivos en tanto mujeres, que salen de sus roles reproductivos y simbolicos encajados.

La presencia del grupo con esta fuerte carga simbólica de consenso en los remates y en las peticiones les ha permitido avanzar trasgrediendo una zona oscura de la legalidad oficial. Estas formas como: Agitación de voces, gritos y cánticos que hicieron para algunos remates son atacadas verbalmente por las autoridades del caso:

"...Legalmente la policia puede sacar a alguien que perjudique el remate...pero no es lo mismo sacar a las damas y sobre todo a cierto sector de alcurnia social...creo que el martillero no estaba preparado para enfrentar un hecho tan novedoso...lo que ocurrió es un hecho ilícito..." (declaraciones de un Juez en el programa televisivo: Las cosas por su nombre, canal 5 de Olavarría, 5/4/97)

Por otra parte, más allá de su novedad, el movimiento plantea en muchos de sus acciones situaciones similiares a protestas de sectores claramente populares que hacen reivindicaciones básicas de inclusión en la sociedad; tal, la modalidad actual del corte de rutas. El primer corte de ruta de los últimos años significativamente fué liderado por nujeres. Fué en Sierra Grande en setiembre de 1991.

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- VILLAFAÑE, A. Especializaciones regionales y políticas productivistas en el agro vs. estrategias productivas y reproductivas de los actores sociales. ms.

MATERIAL INFORMATIVO DE CAMPO:

- Entrevistas diversas a participantes del movimiento en el municipio de Olavarría.

- Acompañamiento de reuniones formales, informales y acciones políticas.

- Notas y Actas de la Mesa Agropecuaria del 14/09/97, Sociedad Rural de Olavarría y de reuniones específicas del movimiento.

- Entrevistas a autoridades políticas vinculadas a la gestión municipal de Olavarría. -

- Entrevistas a dirigentes agrarios regionales.

- Información general de medios gráficos y televisivos.

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