49 Congreso Internacional del Americanistas (ICA)

Quito Ecuador

7-11 julio 1997

 

Pierre Usselmann

49° Congreso Internacional de Americanistas, Grupo 07, Quito 7 - 11/7/97

Foro: GEO 07 : La cuestión ambiental en América andina : actores, territorios, lógicas, políticas públicas.

Título de la ponencia:

Indicadores de los cambios del medio ambiente en el pasado : geomorfología, historia y prehistoria en los países andinos.

Dirección:

Pierre Usselmann,

CNRS, GIP RECLUS y UMR ESPACE, 17 Rue Abbé de lEpée, 34090 Montpellier Francia. e-mail: <pusselma@mgm.fr>

Ponencia Usselmann

Resumen

Las investigaciones geomorfológicas dan numerosas y valiosas indicaciones ambientales. Para las épocas mas recientes, cuando aparece y se desarrolla el papel del hombre, la arqueología completa y detalla las informaciones de campo. Para épocas mas tardías, la historia constituye un aporte importante. Con los fechamientos absolutos, esos métodos de acercamiento constituyen una herramienta fundamental para reconstruir ambientes del pasado. Varios ejemplares de la zona andina apoyan tal afirmación.

Las investigaciones geomorfológicas pueden dar buenas evaluaciones del estado del medio ambiente. Para las épocas recientes, en la transición Pleistoceno-Holoceno, en el momento donde aparece el hombre en los Andes y, después, cuando se instalan sociedades organizadas, la prehistoria y la arqueología son de una ayuda fundamental para la reconstrucción de los medios ambientes del pasado. Por fín, los textos de los cronistas dan a la historia un papel clave para conocer el estado ambiental en periodos mucho mas recientes.

1. Los cambios del medio ambiente y los paleoambientes.

La superficie terrestre constituye un conjunto cambiante donde las dinámicas externas, pero también internas, estan continualmente trabajando para dejar sus huellas en los paisajes. Este fenómeno es planetario y existe de manera muy visible en los Andes y sus alrededores.

Esos cambios pueden ser muy brutales, practicamente instantaneos : se trata de los sismos muy conocidos en los Andes : Ecuador 1987, Perú 1970, Chile 1962, pero también de las erupciones volcánicas : Colombia 1985.

En otras oportunidades, las modificaciones pueden ser mas largas, de una duración de algunos meses hasta algunos años : es el caso del fenómeno del Niño (El Niño Southern Oscillation, ENSO), muy conocido por sus lluvias torrenciales en la costa del Ecuador, a partir del Sur de Guayaquil, luego a lo largo de toda la costa peruana, mas que todo en su parte norte (desde el comienzo del siglo se han observado alrededor de veinte veces el fenómeno), pero también por las sequías que pueden desenvolverse en el mismo tiempo a través de los Andes centrales del Perú y del Sur (Sur Perú, Bolivia, Norte chileno).

Por fín, las modificaciones pueden cubrir una duración mucho mas larga. Eso puede corresponder, por ejemplo, al cambio planetario, ahora bien conocido con los medias, donde se habla de una subida de la temperatura promedia de la atmosfera terrestre superficial a una escala del siglo, eventualmente mas aún (con la fusión de los glaciares, el levantamiento del nivel marino, etc.) ; pero puede tratarse también de las consecuencias de una deforestación y de una puesta en cultivo a lo largo de algunas generaciones humanas.

Sabiendo entonces que las cosas nunca son inmobiles en la superficie del planeta, la investigación debe efectuarse bajo un doble acercamiento de las observaciones : a partir de los fenomenos actuales hacia el pasado y, evidentemente, desde el pasado hacia el actual.

2. Algunos ejemplos de cambios.

Muy temprano, geomorfólogos y arqueólogos han resaltado la importancia de los cambios ambientales, no solamente para épocas muy remotas (Beaudet y al. 1990), sino para periodos del fin del Pleistoceno y comienzos del Holoceno, época particularmente importante para la transición a las condiciones ambientales que conocemos ahora. Sin embargo, el interés de los investigadores se ha llevado también para épocas mucho mas recientes, campos privilegiados para la arqueología y la historia.

En el litoral norperuano , Chauchat (1987) enseña como los cazadores-recolectores han vivido en una gran parte del litoral norte peruano hacia los 10 000 años BP (periodo Arcaíco de los arqueólogos, localmente llamado Paijanense); consumian pájaros, mamíferos, lagartos y caracoles, pero también numerosos peces de los cuales fueron reconocidos ejemplares de aguas cálidas ( Micropogonias altipinnis ) que no se encuentran ahora mas al Sur de la ciudad de Paita (en la costa norte del Perú). Esos estudios muestran que el medio donde vivían los Paijanenses era bastante menos árido que el ambiente actual. Particularmente, se piensa muy probable que el agua dulce se encontraba mucho mas accesible que ahora a lo largo de todo el litoral, lo que permite entender mejor la ubicación de los sitios de habitat, afuera de los valles de los principales ríos bajados de los Andes. La presencia de piedras de moler, las cuales servían para machacar las pepas del algarrobo ( Prosopis Chilensis ), significa que este arbol era relativamente frecuente en una zona donde, actualmente, no se encuentran sino algunos ejemplares, muy a menudo en mal estado. Se piensa entonces en flujos de agua mas frecuentes, a veces permanentes, en los pequeños ejes de drenaje teniendo su origen en los primeros relieves de la Cordillera Occidental, igualmente a una estación de lluvias de verano (verano austral) mas nítida que en la época actual, por lo menos sobre los contrafuertes de la cordillera. Tal situación originaría una cubierta vegetal y una fauna mucho mas importantes que ahora. La presencia de peces de zonas calidas constituye un indicador de un clima muy distinto del actual, comparable al clima actual del sector costanero de la frontera peruano-ecuatoriana.

En fechas mas antiguas, Chauchat (1987) y Collina-Girard y al. (1992) indican la presencia de grandes mamíferos en este litoral norte del Perú (equídeos, camélideos, desdentados particularmente). Un mastodonte ha sido fechado de unos 12 400 años BP (Ossa y al. 1972) en el valle del río Moche, un scelidodon de unos 9 000 años BP en el valle de Cupisnique. Esos grandes herbívoros son recientes, aunque no se ha comprobado hasta ahora una relación directa entre la alimentación de los cazadores-recolectores de la época y esos animales (ningun hueso en los restos alimenticios excavados). En un plan mas general, Borrero (1984) estima que esta megafauna ha sido poco aprovechado por el hombre. En todos los casos, la abundancia de los restos de esos grandes animales demuestra la existencia de un clima seguramente mas húmedo que el actual. Indices geomorfo-edafológicos se añaden a esas observaciones y dan la misma dirección : la existencia de concreciones calcareas, rellenando huellas de antiguas raíces, ubicadas a un nivel y en formaciones inmediatamente anteriores a las acumulaciones eólicas subactuales y actuales (Collina-Girard y al.1992). Esos elementos comprueban igualmente la existencia de una vegetación diferente y mucho mas abundante que ahora y, en sintesis, un clima nitidamente mas húmedo en el periodo del fin del Pleistoceno y del comienzo del Holoceno.

Variaciones del nivel marino y ocupación humana constituyen también datos importantes sobre los cambios que afectaron al litoral pacifico (Usselmann 1989). Chauchat (1987) índica que, al terminar el Pleistoceno, hacia 18 000 años BP, el nivel marino se encuentra a un minimo, de la orden de menos 100 metros por debajo del 0 actual, debido particularmente a la importancia de la acumulación de agua en los casquetes glaciares de los polos. Hacia unos 10 000 años BP, el nivel marino se encontraria todavia a menos 50 metros y se estima que se produce despues una fusión rápida del hielo y una subida igualmente rápida del nivel de los oceanos con una ligera transgresion superior al 0 actual hacia unos 5 000 BP (fenómeno observado en varios sitios, por ejemplo en la costa ecuatoriana de La Tolita, cf. Tihay y al. 1995), antes de una bajada limitada del mismo nivel seguida por la estabilización al 0 actual. Esa transgresión originaria antiguas playas, cordones y flechas litorales, dominando de 3 a 4 metros el nivel actual (Bonavia 1982, Tihay y al. 1995). Esas variaciones pueden presentar notables consecuencias para la amplitud del piedemonte litoral y, segun Chauchat (1987) y Lanning (1965), también para la distribución de la zonificación ecológica propia del litoral pacífico : asi llegan a pensar que, hacia unos 10 000 años BP, la veloz subida del nivel marino y la avanzada del litoral hacia el Este originaron la aridificación progresiva de sectores quienes, anteriormente, cuando el litoral se ubicaba mas al Oeste, presentaban un clima mas soleado, con lluvias de verano, lo que permitía el desarrollo de una flora (del tipo saheliano) y de una fauna mas variadas y mas importantes que ahora. Los grandes mamiferos vivían en esas tierras y, luego, desaparecieron.

Esos cambios climáticos han podido y pueden aun ser interpretados de manera distinta : a veces se ha pensado en una frecuencia mas grande que ahora de los Niños, otras veces en un dezplazamiento hacia el Sur del frente ecuatorial (frente o zona de convergencía intertropical - ver el estudio de Ortlieb y al. 1989 - hasta la altura de la desembocadura actual del río Santa), lo que explicaría la presencia de una fauna ictiológica calida, contemporanea del maximo de la transgresión (unos 5 000 años BP); testigos de esta fauna se encontrarían hasta la región actual de Antofagasta (Llagostera 1979). Los cordones de la Pampa Las Salinas y de Las Salinas de Chao (Perú, Rollins y al. 1986, Sandweiss 1986, Chauchat 1987) estarían ligados con este fenómeno y el primer cordón litoral podría corresponder con el maximo de la transgresión.

En este mismo litoral del Norte del Perú, se han notado otros índices de cambios climáticos, incluso para periodos mucho mas tardios. Si, para este tipo de aseveraciones, conviene sin embargo avanzar con mucha precaución (Bonavia 1993), Kaulicke (1991) indica, en el valle del Río Piura, para el Intermedio Temprano (100-150 DC) una vegetación arborea (algarrobo, Prosopis pallida en este caso) seguramente mucho mas importante que ahora, con un régimen de precipitaciones mas favorable, bien marcado por derramamientos de limos y de aluviones mas gruesas; esas condiciones permitían la subsistencia de una población importante en una región ahora totalmente desierta, pero no impedian la ocurrencia de episodios destructores (tipo "aluviones", "huaycos"), causa invocada para el abandono eventual de algunos sitios, nuevamente ocupados despues de la "crisis" (hipotesis de Niños). Las precipitaciones se encontraban suficientes para permitir una cria de camelideos en esta región (praderas) y una explotación agrícola intensiva del medio ambiente.

Los acontecimientos atribuidos al fenomeno del Niño llaman todavía mas la atención sobre un tipo de cambios climatico-ecológicos cíclicos en la medida que esos fenómenos se encuentran ahora ligados con modificaciones que afectan el conjunto del Pacífico y presentan consecuencias planetarias. Hocquenghem y al. (1992), después de un examen crítico de los datos disponibles, han propuesto una relación de los acontecimientos ENSO "averiguados" entre los siglos 16 y 19. Los resultados indican tres manifestaciones muy fuertes (1578, 1728, 1891), doce manifestaciones fuertes (1593, 1596, 1624, 1686, 1701, 1720, 1747-1748, 1791, 1828, 1871, 1877-1878, 1884) y cinco moderadas (1574, 1803-1804, 1814, 1844-1845, 1864), es decir veinte acontecimientos ENSO comprobados, reduciendo de mas de la mitad las estimaciones de otros autores (Quinn y al. 1987). Los acontecimientos El Niño se caracterizan por lluvias mas o menos importantes, mas que todo en la costa Sur del Ecuador y Norte del Perú, pero también en el litoral Sur; se producen varias veces en un siglo y presentan intensidades y duraciones variables, desde algunos meses hasta dos años. Sus consecuencias pueden ser modificaciones profundas de los perfiles de fondos de valles, y principalmente de los cauces fluviales (cauce del Rio Piura p. ej.), pero tambien el abandono definitivo de sitios urbanizados (como Zaña en la costa norte del Peru).

En el litoral sur del Perú , al Oeste de Tacna, hemos participado a la localización de varios niveles turbosos en el fondo de un pequeño valle (Proyecto arqueológico Perú Sur, dirigido por D. Lavallée). Esos niveles estan interestratificados entre periodos con actividades humanas nitidas (conchales) y capas de acumulación de tipo torrencial. Un conjunto de fechamientos se encuentra en proceso de determinación, lo que debería permitir una definición de la duración como de la periodicidad de las varias secuencias distinguidas en el campo. Los elementos disponibles actualmente dan como comienzo del conjunto una fecha de unos 8 000 años BP (aun para confirmar). En todos los casos, esa alternancia de niveles corresponde seguramente a una sucesión de condiciones ecológicas donde periodos "calmados" (depositos sedimentarios turbosos, conchales) alternan con fases de dinámicas contrastadas (depositos torrenciales). El desarrollo de las excavaciones y los estudios en curso van a permitir precisar esas primeras observaciones de campo. Menos espectaculares que en la costa Norte, los acontecimientos El Niño son también conocidos en el litoral sureño.

En dos otros ambientes totalmente diferentes , la llanura amazónica y la cadena andina, los cambios del medio ambiente son también conocidos y importantes.

En la Amazonia se conocen todavia poco las condiciones de sequía en el momento del fin de la ultima glaciación de las altas latitudes, es decir posteriormente a unos 20 000 años BP. Se observa una gran extensión de dunas eólicas, algunas con fechas de hasta unos 8 000 años BP (Tricart 1977, Soubiès 1979-1980), testigos de climas áridos a semi-áridos entre las latitudes de los Llanos venezolano-colombianos y de los alrededores de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia.

En los Andes del Centro-Sur, las progresiones mas recientes de la ultima glaciación son anteriores a unos 9 800 años BP (Gouze 1987) y parece ahora dibujarse un acuerdo entre los investigadores para admitir que el nivel de los lagos, particularmente del Titicaca, bajaría con el retroceso glaciar. Bouysse-Cassagne (1992) ha llevado a cabo un importante trabajo de compilación tocando a todos los acontecimientos que han podido afectar al Titicaca; varios de esos datos aparecen en la publicacion editada por Dejoux y al. (1991). Indicamos un resumen en lo que sigue. Hacia 1 000 años AC, el nivel lacustre se ubicaria a unos 5 metros por encima del nivel actual, mientras que en el Sur existe un gran lago agrupando a los lagos temporales actuales Uru-Uru y Poopo. A partir de 8 000 AC, con el retroceso de los glaciares, el nivel lacustre baja hasta llegar a unos 50-60 metros por debajo del nivel actual alrededor de 5 500 AC. Entre 5 000 y 2 500 AC, numerosas oscilaciones corresponden a un periodo mas humedo pero donde el nivel lacustre se queda a unos veinte metros por debajo del nivel actual (Servant y al. 1978, Wirmann 1987, Mourguiart 1987). Despues de 2 500 y hasta 250 AC, se produce una subida general del nivel de las aguas del Titicaca, con oscilaciones, hasta el nivel actual. Con la "pequeña edad glaciárica" (siglos 17 hasta 19), el nivel lacustre sobrepasa nitidamente su nivel actual de algunos metros. La construcción de camellones de cultivo (waru waru) habria empezado entre 1 000 y 500 años AC, en un momento donde sube el nivel del lago, seguramente por encima del nivel actual, para seguir a niveles elevados hasta por lo menos 1 000 años DC (Thompson y al. 1988). Esos montículos se construyeron para cultivar tierras entonces pantanosas y defender los cultivos de las inundaciones; en el mismo tiempo, permitían el drenaje y la conservacion del agua en sectores con sensibilidad a la sequía.

Morlon (1992) ha podido, a partir de sus investigaciones en el campo y de su interpretación de los cronistas, resaltar varias observaciones importantes. El abandono, localmente, de andenes-estanterias de altura, podria explicarse por una bajada de temperatura. Igualmente los cronistas han notado la disminución del espesor de la nieve, tal como la fusión de los glaciares. El límite de las nieves perpetuas era mas baja que ahora, lo que no impedía el desarrollo de cultivos a alturas semejantes a las actuales y probaría entonces que los factores limitantes corresponden mas a la sequía y a las heladas. Con la altura, aumentan la sequía y el frio, con las posibilidades de heladas de radiación. Resulta de eso el papel protector del viento y de la nieve cuya acción es templar las temperaturas y humidificar el aire. Asi que el cambio que se ha producido desde algunas decenas de años o algunos siglos corresponde mas a una sequía que a un resfriamiento, traducido por el retroceso de los glaciares y de la nieve.

La deforestación andina es siempre una fuente de preguntas : Schlaifer (1993), en los Andes de Cochabamba en Bolivia, estima que el hombre a tenido en este proceso un papel determinante, ha partir de 2 000 años AC, con la primera utilización del cobre. Sin embargo, es despues de la secunda mitad del siglo 15, con la extensión del imperio inca, que la degradación del medio ambiente aumenta, y mas aun con la conquista española. En este último caso, en el siglo 16, se produce una fuerte disminución de la población por las epidemias y la presión extrema sobre la mano de obra. Esos hechos no disminuyen los efectos negativos sobre el medio ambiente, pero cambian las orientaciones con la concentración de la población en las ciudades y en las reducciones; esas últimas se encuentran a veces ubicadas en terrenos pobres, abandonados a los indígenas, mientras que los colonos españoles ocupan las mejores tierras. En el mismo tiempo se desarrolla el uso de la madera para las construcciones mientras que el papel de las minas no hubiera sido muy importante en la deforestación por usar el estiercol de las llamas para la fusión de los minerales. Es en el siglo 19 que se extiende la deforestación con las guerras de independencia y, luego, la llegada de los ferrocarriles. La mayor parte de la deforestación de los altos Andes se debería al aumento de la población y a la extensión de la frontera agrícola (aumento del consumo de leña de cocina, construcción de casas y de herramientas agrícolas, aumento del número de animales por cada familia). Queda todavía muy difícil estimar la parte de la sequía, de un resfriamiento general ligado con la pequeña edad glaciarica y de la influencia antrópica. Schlaifer, referendose a nuestro trabajo de 1987, observa que la sequía conocida en Colombia entre 1 000 y 1 500 anos DC correspondería en los Andes de Cochabamba con el desarrollo de cultivos y la disminución nitida de la cubierta de kewina ( Polylepis sp ., arbol de altura). Periodos con climas mas calientes hacen subir los cultivos hacia arriba, con la destrucción consecuente del bosque de altura.

Para concluir, tenemos que indicar que se podrían multiplicar los ejemplos de cambios ambientales en los Andes. El acercamiento geomorfológico, apoyado en investigaciones prehistóricas y arqueológicas, constituye una herramienta muy útil en este campo, en el caso de épocas muy remotas Cuaternario y mas alla o de tiempos mucho mas recientes (época colonial por ejemplo). Sin embargo, en este caso, los cambios ambientales ocurridos durante la colonia, y que no son efectos solamente de oscilaciones climáticas por supuesto, quedan todavía, en su mayor parte, aun muy mal conocidos en los Andes. Este tema de estudio debería desarrollarse fuertamente en el futuro, haciendo colaborar de manera estrecha y interdiciplinaria tanto ciencias llamadas exactas que ciencias sociales. Las modificaciones ambientales de la época colonial y del primer siglo de la época republicana tienen evidentemente las consecuencias mas importantes para la época actual.

Ponencia P. Usselmann

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