49 Congreso Internacional del Americanistas (ICA)

Quito Ecuador

7-11 julio 1997

 

Nidia Formiga y Patricia Ercolani

SIMPOSIO: LAS ACTIVIDADES TURÍSTICAS Y EL ESPACIO GEOGRÁFICO.

LAS AREAS RECREATIVAS EN LOS ESPACIOS PERIURBANOS. EL CASO DE BAHIA BLANCA. ARGENTINA.

Lic. FORMIGA, Nidia

Lic.ERCOLANI, Patricia

RESUMEN

El propósito de esta ponencia es destacar la incidencia de la localización y distribución de las áreas con fines recreativos en la estructuración de los espacios periurbanos y su relación con la calidad de vida de la población residente.

Se diferencian, dentro de estos espacios de expansión urbana, aquellos de encuentro espontáneo y voluntario que determinan ámbitos sociales particulares.

El propósito del presente trabajo es destacar la incidencia de la localización y distribución de las áreas recreativas en los espacios periurbanos de la ciudad de Bahía Blanca y su relación con la calidad de vida de la población residente.

Características y delimitación espacial del área de estudio

A fines de organizar el trabajo empírico, fue necesario establecer a priori una delimitación espacial del área de estudio.Dentro de las características de estos espacios se destacan fundamentalmente, los procesos de conversión de tierras rurales a urbanas.

A partir de esta consideración , es posible determinar con precisión los límites de estos espacios?

Partimos del presupuesto de que el área periurbana se estructura desde la ciudad misma, reconociendo entonces la presencia de dos límites: uno interno, que lo separa del tejido urbano ya consolidado y otro externo, que se halla limitado por parcelas netamente rurales.

De cualquier forma, la adopción de límites precisos no implica suponer que el conjunto de relaciones sociales y económicas que sobre él se desarrollan reconozcan tales límites. Se pretende analizar la dinámica del área rururbana, por lo que circunscribirla a límites más o menos precisos , no significa desconocer la propia dinámica de estos espacios que no comienza y termina en su interior.

La creciente demanda de suelo que se genera como consecuencia del crecimiento de las ciudades introduce modificaciones sustanciales en sus espacios de configuración periurbana.

De este modo, el paisaje resultante adquiere aspectos muy diversos, pero siempre con heterogeneidad de usos, imperfecta incorporación al complejo urbano, ruralismo más o menos residual y actividades, comportamientos y actividades sociales también mixto: tanto rurales como urbanos.( Gómez Mendoza, J.,1977. Pág. 13)

El proceso de expansión urbana adopta, entonces, una forma discontínua.

La coexistencia, en equilibrio inestable, de actividades primarias y la instalación de actividades secundarias y terciarias en torno a la trama urbana ya consolidada revela, a su vez, una competencia de usos en la cual, los agentes intervinientes adquieren relevancia.

Los aspectos señalados, constituyen un marco de referencia general que nos ha servido de base para reconocer el área rururbana bahiense.

En la figura n 1 se presenta el croquis con la localización del área bajo estudio, delimitada a partir de los ejes de circulación periférica . A partir de aquí, se presentan algunas características del área de estudio.

Marco geográfico . Características ambientales

Con el fin de visualizar las características físicas del área, se ha elaborado la Figura n 2 que muestra la topografía de la ciudad de Bahía Blanca, donde se reconoce el área periurbana.

La ciudad presenta las características comunes a los ambientes semiáridos.

El espacio cartografiado corresponde a una planicie formada por niveles aterrazados, que descienden hacia la línea costera.

El área es ocupada por dos grandes ambientes geomorfológicos : el de las terrazas y el de la costa. Dos cursos de agua cruzan la ciudad: el Napostá Grande, cuyo brazo principal tiene una dirección norte-sur y recorre un curso sinuoso de escaso ancho, parcialmente entubado y el arroyo Maldonado, en dirección noreste-suroeste, totalmente canalizado. Ambos son de régimen regular, propio de los ambientes semiáridos y escaso caudal medio.

El área costera presenta extensos cangrejales que se localizan sobre terrenos bajos, inundables, y numerosos canales que se encuentran protegidos de la erosión por las especies halófilas presentes en el medio.

El tipo y textura del suelo es arenoso, y arcillo-arenoso, liviano y permeable con un subsuelo calcáreo, impermeable y duro.

Para los fines del siguiente trabajo, la evaluación del ambiente físico ha permitido establecer :

- La existencia de Aldea Romana, sobre el arroyo Napostá , área que desde muy antiguo concentró la actividad hortícola de la ciudad, hoy en retroceso.

- Problemas de continuidad en la trama urbana generados a partir de la presencia del arroyo Napostá que junto con su derivador, el canal Maldonado, constituyeron una barrera en la natural expansión de la ciudad.

- Presencia de áreas bajas, anegadizas, localizadas entre el actual desarrollo urbano y el borde marítimo que posee un perfil de suelos compuesto por una capa de arcilla muy potente, que asociada a una capa freática alta y las inundaciones periódicas, hacen dificultosa la fundación de edificios.

Del balance de las condiciones naturales del sitio de la ciudad se desprende que según como se presenten las características del medio físico ( altura, topografía, cursos de agua) las mismas influyen, fundamentalmente, en la localización de determinados usos, en la provisión de los servicios, la posibilidad de inundaciones, la factibilidad de fundación de edificios y, en consecuencia, los tipos de viviendas a construir.

Sin embargo, debemos destacar que quizá, uno de los rasgos más sobresalientes que caracterizan a la problemática urbana y, en especial, a las áreas transición como la que nos ocupa, es el alto grado de interdependencia de todos los factores que determinan la existencia misma de las ciudades y sus condiciones de expansión.

En la configuración física de las áreas urbanas, los factores naturales - suelo, topografía, recursos hídricos, clima - reflejan sólo una parte de la misma.

Análisis del uso del suelo

Uso del suelo urbano, como señala Stuart Chapin ( Chapin, S, 1977, Pág.11)

es un término que se utiliza por lo menos de tres maneras distintas en la literatura del planeamiento.

Algunos autores hacen referencia solamente a los medios de distribución espacial de las funciones de la ciudad distinguiendo de ese modo zonas industriales, residenciales, comerciales, etc.

En otro orden, los escritos enfocan el uso del suelo como la doble estructura de relación existente entre la actividad a que se destina el suelo y el uso que se le otorgue al mismo.

Por último, además de la relación previamente mencionada, entra a jugar también el sistema de valoración de la comunidad que tiene incidencia directa en la forma en que se distribuyen los usos.

Consideramos el análisis del uso del suelo a partir de la perspectiva de esa doble estructura de relación actividad-uso.

La información cartográfica y estadística recogida fue sistematizada siguiendo un orden lógico que nos permitiera relacionar datos complejos en el espacio, cuya superposición reflejase la importancia relativa de cada uno de los mismos.

La evaluación del plano de usos del suelo resultante de la comparación entre dos cortes efectuados para el año 1957 y 1990, permitió apreciar los siguientes cambios:

- Una marcada expansión periférica hacia los sectores noroeste-este de la ciudad.

- Un área central compacta que supera las barreras naturales y artificiales .

- La presencia de una variada cantidad de industrias, que a partr del Código de Planeamiento Urbano se van agrupando en el área sur de la ciudad.

- Una pérdida de los espacios dedicados a la actividad hortícola que son reemplazados, en parte, por usos asociados a actividades recreativas ( clubes de campo, instituciones deportivas, etc)

- Un desplazamiento de las actividades extractivas ( hornos de ladrillo ) que se localizan en terrenos más próximos a la ruta de acceso norte, lo que presupone un deterioro del suelo apto en los predios abandonados.

- Un aumento de la densidad de ocupación de las manzanas que componen el Barrio Parque Patagonia y sectores aledaños, lo que manifiesta una marcada vocación urbana de este sector.

- Presencia de subdivisiones dispersas, que entorpecen la posibilidad de provisión de servicios hacia sectores más urbanizados.

En síntesis, la franja periurbana bajo estudio revela una de las principales características de estos espacios: la conversión de tierras rurales a servicios urbanos; por esta razón se observa la presencia de actividades primarias y la instalación de actividades secundarias y terciarias en torno a la trama urbana ya consolidada.

Asímismo se evidencia otro rasgo muy generalizado en la periferia de las áreas urbanas: la tendencia a la expansión en forma dispersa o discontínua, abarcando superficies de terrenos que generalmente permanecen sin uso definido. Estas áreas intermedias de suelo sin aprovechar que son , en alguna medida inevitables, son aquellas en que se producen una constante sustitución de actividades, que generan inconvenientes tanto en el área rural como en la zona urbana consolidada.

La población que se asienta en las áreas de expansión necesita apoyarse en la ciudad para poder disponer de una mejor calidad en los servicios básicos. En cuanto al sector rural, la utilización de suelo agrícola con fines urbanos representa la pérdida de un recurso potencialmente valioso.

Tiempo libre, recreación y áreas periurbanas

Podemos conceptualizar el tiempo libre como aquel que puede utilizarse voluntariamente, después de realizar las actividades vinculadas con el trabajo y las necesidades básicas. Comprende una gran variedad de acciones que física y mentalmente resultan placenteras al ser elegidas libremente.

Munné define, en forma descriptiva, el tiempo libre como aquel modo de darse el tiempo personal que es sentido como libre al dedicarlo a actividades autondicionadas de descanso, recreación y creación para compensarse, y en último término afirmarse la persona individual y socialmente.(Munné, F., 1990, pp.135)

En general se utiliza el término recreación para designar el tiempo que se dedica al descanso, la diversión y el desenvolvimiento personal.

Se entiende por recreación todas aquellas actividades que corresponden al tiempo libre y cuya duración es menor a las 24 horas. De acuerdo a esta restricción temporal, a las actividades desarrolladas en el ámbito urbano se agregan aquellas que se realizan en la periferia, pudiendo adoptar como criterio general, las que se desarrollan dentro de un radio que insuma como máximo un desplazamiento de dos horas, como viaje promedio. Las casas de fin de semana o segundas residencias, localizadas en el radio de una distancia promedio de 2 horas de viaje, también quedan inclúidas en esta planta recreacional, aunque suponga una estadía superior a las 24 horas.

En el desarrollo de las actividades recreativas, al suponer una duración relativamente corta (algunas horas en el día) se tiende a reducir el tiempo dedicado al traslado por el tiempo insumido, y para muchos por el costo, dependiendo la accesibilidad de las áreas destinadas a este uso de su localización respecto a los distintos sectores que componen la ciudad. La frecuentación y la participación en estas actividades es muy importante como parte de las prácticas sociales.Es común encontrar a las mismas personas en una plaza pública o en una playa de uso recreacional, pero el acostumbramiento va más allá, porque al repetir las visitas, la gente va encontrando su sector preferido. En esas partes es donde se logra entablar relaciones - atadas al lugar- entre los asiduos concurrentes que guiados por una actitud mental orientada al encuentro con alguien conocido, vuelven - sobre todo cuando están solos - porque saben que allí dejarán de estarlo.( Boullón, 1990, pp.105) Se reconoce como una falencia de la organización urbana la escasa localización de espacios recreativos en el área periurbana pues el espacio abierto es un espacio social, un espacio de encuentro y las actividades recreativas representan una parte importante de la interacción social.

La planta de servicios recreacionales públicos y privados debe corresponder a las características de los distintos tipos posibles de demanda que tendría que satisfacer. En realidad, el consumo de los servicios ofrecidos por la planta privada está restringido a un segmento relativamente pequeño del mercado. La existencia de clubes de campo, de golf, de equitación o deportivos son indicativos de las diferentes opciones y oportunidades según estratos socioeconómicos, por la fuerte diferenciación en el acceso público o privado a esas instalaciones.

La situación más deficitaria, en general, parece registrarse en la disponibildiad de instalaciones al aire libre, tanto en el centro como en la periferia de la ciudad. Se suele indicar la carencia de campos deportivos y áreas verdes de uso público en el espacio periurbano, en relación proporcional a la cantidad y distribución de la población que la habita.

Es interesante que los estudios parecen demostrar que a medida que disminuye el tamaño de la ciudad en consideración, la reducción de las instalaciones recreacionales ( cubiertas y al aire libre) es mucho más que proporcional.

Es un problema grave cuando prima el sentido utilitario de los responsables de la gestión de la ciudad que coloca la recreación y las necesidades del tiempo libre al final de la lista.

Dice M. Santos respecto al derecho al entorno que le corresponde a los habitantes urbanos como ciudadanos, que la recreación (lazer) en la ciudad también se ha convertido en recreación paga, insertando a la población en el mundo del consumo. Quien no puede pagar por el estadio, por la piscina, por la montaña y el aire puro, por el agua, queda excluído del disfrute de esos bienes, que deberían ser públicos porque son esenciales. ( Santos,1987 , pp. 48)

En la planta de actividades recreacionales se distinguen las instalaciones en espacios cubiertos ( cines, teatros, museos, bares, restaurantes, juegos mecánicos, canchas de paddle, etc.) y lugares al aire libre ( plazas, parques, instalaciones deportivas y en general áreas verdes). De aquí entonces que, en forma parcial, las actividades recreacionales se integran a las turísticas al compartir, en gran medida, los equipamientos e instalaciones.

La demanda recreacional constituída por los habitantes de la ciudad es diferenciada según varios criterios, motivo por el cual es necesario identificar los segmentos en que puede ser desagregada para establecer las necesidades y las preferencias de cada uno de ellos.

En el ámbito urbano la recreación del fin de semana establece flujos inversos a los movimientos pendulares por trabajo, focalizados en las áreas y recorridos donde se concentran los servicios.

La asistencia es masiva en los casos de espacios públicos como parques y espectáculos públicos o festejos populares. En tanto el acceso a clubes es selectivo , estando limitado a los socios de la institución y , de manera similar, a todos los servicios privados que son pagos.

Aun es más limitada la posibilidad de disfrutar de una casa de fin de semana, que queda restringida al círculo de los propietarios , sus familiares y amigos.

En cuanto a la recreación popular, abarca a una gran proporción de la población de la ciudad y que se materializa en el flujo de personas que circula los fines de semana o feriados en busca de servicios y espacios adaptados para la recreación, accesibles de acuerdo a sus recursos, se encuentra en gran parte muy limitada . Este sector de la demanda y en particular los habitantes periurbanos de bajos ingresos son lo que tienen muy pocas oportunidades a su alcance ya que no abundan los servicios gratuitos o de muy bajo costo, así como las áreas verdes amplias y con una distribución adecuada para ser accesibles.

Los escritos sobre esta temática generalmente hacen referencia a la constatación, en las ciudades, de un importante déficit en los servicios recreativos, estableciéndose una relación directa entre la disponibilidad de servicios y el nivel de ingresos de los residentes de las distintas áreas en que puede dividirse la ciudad, de manera que la carencia es más notoria en los sectores habitados por la población de más bajos ingresos.

Además, es posible establecer dos tipos de áreas recreacionales al aire libre, de acuerdo a su frecuentación y a los grupos de población que los utilizan:

- Las plazas , a escala del barrio, que pueden ser utilizadas por niños y ancianos diariamente, con una distribución que les permita ser accesibles a nivel de peatón. - - Los parques y centros deportivos, especialmente para ser utilizados los fines de semana y feriados, deberían estar localizados de acuerdo a la distribución de la población, de manera de implicar cortos desplazamientos desde las áreas más pobladas y disponer de medios de transporte público.

Ya es ampliamente aceptado que la recreación es una necesidad fundamental y universal de los seres humanos y, por lo tanto, se reconoce el derecho a algún tipo de esparcimiento para todas las personas. Las necesidades, expectativas e intereses en cuanto a recreación no son socialmente uniformes y difieren en cuanto a la disponibilidad de servicios locales y a variables sociales, económicas y ambientales.

Es de fundamental importancia que la localización de espacios recreativos responda tanto a la satisfacción de esa necesidad como a las condiciones ambientales del espacio urbano.

Las áreas recreativas en el espacio periurbano bahiense

Las actividades recreativas encuentran una adecuada localización en las áreas de expansión urbana donde la disponibilidad de suelo permite un mejor desarrollo de las mismas. Su distribución se relaciona en forma directa con la calidad de vida de la población residente.

La Figura n 3 permite observar la localización de los espacios verdes públicos,

diferenciando los que se encuentran ya consolidados de aquellos en formación .

El ordenamiento de los mismos está a cargo del Departamento de Planeamiento Urbano de la Municipalidad de Bahía Blanca . Esta dependencia, en la revisión del Plan de Desarrollo Urbano de la ciudad, realizada en 1996, postula en el Capítulo correspondiente a la estructura verde de la ciudad que los espacios abiertos de la ciudad a través de su evolución histórica han tenido la finalidad de incorporar la Naturaleza al medio urbano. Hoy pueden ser considerados como sitios para el ocio y el tiempo libre, cuyo principal objetivo es la búsqueda del bienestar.

Con respecto a las áreas verdes públicas, la situación actual presenta una diversidad de estados de materialización.

Los identificados como parques lineales ( bordes de rutas o caminos y aquellos resultado de una intervención de ordenamiento como es el caso del sector entubado del arroyo Napostá) alcanzan un bajo nivel de consolidación. En particular cabe destacar la intensidad en el uso que se verifica en el sector noroeste correspondiente al anillo de circunvalación externo. Aunque se ha realizado un escaso acondicionamiento, como son las plantaciones de pequeños bosquecillos, se registra una importante utilización de esta franja en forma espontánea, los fines de semana y feriados, cuando existen condiciones adecuadas de tiempo.

Respecto al Camino de Interconexión Barrial (parte del anillo de circunvalación interna) , se han realizado obras importantes para organizar distintas unidades parquizadas en el tramo noroeste , que comprenden el Paseo de la Mujer, el Bosque de la Paz, la Plazoleta Martín M. de Guëmes y la Plazoleta de los Lápices.

En cuanto a plazas y plazoletas, se detecta un déficit de acuerdo a la evaluación de los funcionarios municipales. Los espacios disponibles no son suficientes para una dotación óptima, de acuerdo a estándares vigente; especialmente, si se tiene en cuenta que las unidades registradas no están materializadas en su totalidad.

La disponibilidad de áreas verdes públicas se completa con las amplias extensiones destinadas a parques urbano-comarcales. Al contabilizar la superficie que ocupan los parques que ya están funcionando así como las áreas que están en formación, se alcanza un total de 305 has que cubren con holgura los estándares establecidos por las normas urbanísticas ( Ley 8912 establece como óptimo 6,5 m2 de parque por habitante ) de acuerdo a la población residente, que, según el Censo de Población de 1991, era de 265000 habitantes.

De las áreas actualmente en uso, es necesario descontar aquellas en formación, como es el Parque Campaña al Desierto , y la superficie que ocupa el Parque Marítimo Alte. Brown , habilitado durante el período estival el sector correspondiente al Balneario Maldonado. De esta manera quedan disponibles durante todo el año , aproximadamente, 135 has.

De esta manera no se alcanzan los valores óptimos por habitante establecidos, con el agravante en la distribución espacial de los mismos, que muestran una concentración de las áreas verdes en el sector norte-este de la ciudad .

Asimismo, estos espacios abiertos no tienen una buena accesibilidad para los grupos de menores recursos, para quienes estas áreas se presentan como la única oportunidad para la práctica de actividades recreativas.

Los clubes y las instituciones recreativas han encontrado una adecuada localizacion en estas áreas de expansión urbana . Es así como pueden observarse instituciones que han adquirido predios con diferentes usos:

- Los clubes destinados exclusivamente a las actividades deportivas : canchas de futbol, de rugby, de golf, etc. Las sedes de estas instituciones se ubican en el área céntrica y encontraron en estas áreas de configuración periurbana las extensiones necesarias para estas prácticas deportivas.

- Las agrupaciones sindicales que constituyeron predios recreativos para sus afiliados, se encuentran localizados en su gran mayoría en el sector noreste de la ciudad.

- Los clubes de campo de uso estrictamente privado

En la figura N4 se puede observar la diversidad de centros recreativos y clubes deportivos que se localizan en este sector.

También aquí se concentran las segundas residencias. En el sector norte la distribución es más dispersa a medida que aumenta la distancia a la trama urbana consolidada al incidir en esta distribución la carecia de infraestructura de servicios básicos, especialmente la que corresponde al agua potable.

En cuanto al sector este, se destaca en particular el caso del Barrio Parque Patagonia. Se trata de un área de segundas residencias que comenzó a desarrollarse en los años sesenta y que está evolucionando hacia residencia permanente por la influencia de los nuevos ejes de circulación periférica incorporados en los últimos años , que dotaron al área de excelente accesibilidad. Este proceso de expansión incentiva el desplazamiento del área de segundas residencias a mayor distancia, siguiendo ese eje de crecimiento y traspasando el antiguo núcleo de Aldea Romana.

Consideraciones finales

La concentración de la oferta recreativa en el sector norte-este se corresponde con las mejores condiciones físico-ambientales. Las terrazas que bordean la ciudad por este sector permiten disfrutar de un atractivo paisaje , tanto de la ría como de la zona serrana próxima.

Las restricciones que impone el medio físico se manifiestan en el borde oeste-suroeste de la ciudad, que es la zona de contacto con la ría. Las características de altitud y tipo de suelo ya mencionadas, no son adecuadas para el uso recreativo de la faja costera, con alguna excepción, como es el caso del Club Náutico.

Justamente en este sector del espacio periurbano , donde se localiza en mayor proporción la población de ingresos más bajos, es donde se encuentra la menor oferta de áreas recreativas, especialmente públicas.

La disponibilidad de áreas recreativas, especialmente de aquellas al alcance de los sectores de menores recursos, adquiere relevancia dado que la misma puede significar un cambio importante en la calidad de vida de los mismos, hecho este que redundaría en el conjunto de la población bahiense.

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