Primer Encuentro Nacional Sobre Calidad de Vida en la Tercera Edad

Universidad de Buenos Aires
Secretaría de Extensión Universitaria

30 de septiembre / 1 de Octubre 1999

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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Universidad Nacional de Entre Ríos Facultad de Trabajo Social
PRIMER ENCUENTRO NACIONAL sobre CALIDAD de VIDA en la TERCERA EDAD
Secretaría de Extensión Universitaria U.B.A.

"Envejecer en un Contexto de Desprotección Social"

María del Carmen LUDI Paraná, 13 de Agosto de 1999-

A modo de Introducción ...

ACERCA de la Problemática del ENVEJECIMIENTO y VEJEZ La cuestión del Envejecimiento como fenómeno, como proceso y los interrogantes acerca de que por qué se envejece han estado presente en todas las generaciones y en todas las épocas desde que el hombre desarrolló su capacidad de reflexión y aprendizaje. El Envejecimiento es tan viejo como la vida misma.

Quizás hoy la razón primordial para que el envejecer esté recibiendo mayor atención, es el cambio sustancial en la composición poblacional que está ocurriendo en diversas partes del mundo. La población de mayor edad está aumentando a un ritmo acelerado, en parte por el descenso de la natalidad y unido a esto un aumento en la expectativa de vida que responde a los adelantos en el cuidado y mantenimiento de la salud en determinados sectores de la misma.

Estos cambios sociales y demográficos de las últimas décadas han tenido gran influencia en la prestación de servicios para la población anciana ya que se ha dado un incremento considerable en cuanto a Necesidades relacionadas a sus requerimientos: físicos; afectivo-psicológicos y socio-culturales.

Sus consecuencias son múltiples tanto para los propios viejos como para la sociedad en general, ya que el envejecimiento de la población constituye un factor importante en el sistema económico-político-social-cultural de cada país.

Como expresara un documento de la Oficina Internacional del Trabajo, "...

en una sociedad en que el número de personas mayores, de jubilados aumente, como así también se incrementen sus expectativas de vida, es forsozo que los "gastos" incluidos en el sistema de Seguridad Social se multipliquen; por añadidura el aumento absoluto o relativo del número de personas de edad madura provocará el alza de "costos" de la asistencia médica y demás servicios sociales.

En una población relativamente más vieja habrá una menor proporción de trabajadores en edad de producir bienes y servicios necesarios para el soporte de los sectores dependientes..." (O.I.T. 1987-).

Así, la problemática del envejecimiento y vejez ha comenzado a causar interrogantes fundamentales en lo que hace a políticas y prácticas sociales existentes. Tradicionalmente la mayoría de las personas ancianas estaban vinculadas a una red de apoyo social en la cual la familia en primer lugar y los amigos y vecinos en segundo lugar proveían servicios de apoyo, sostén y contención importantes.

Hoy, a pesar de las diferentes transformaciones, las relaciones familiares deben continuar siendo el aspecto fundamental en la vida de los viejos en todas las sociedades del mundo, de allí se desprende que la obligación moral-jurídica de los hijos para con los padres en cuanto a la responsabilidad en su cuidado y contención debe ser lo que prime, así como la responsabilidad del Estado ante aquellas Situaciones de vejez que no se encuentran dentro de esta alternativa, generando en forma conjunta la protección social necesaria en este momento de la vida.

Algunas Reflexiones sobre las que nos posicionamos en el trabajo con Viejos.

Para discutir y profundizar.

Estas reflexiones intentan romper con algunas de las creencias y estereotipos que aún prevalecen acerca de la vejez y que el Dr Leopoldo Salvarezza tradujera como "viejismo", las que hacen que el llegar a viejo sea pensado como algo "feo", doloroso, desolador, impensable. Las más corrientes: La vejez y la enfermedad van juntas de la mano; Los viejos se sienten "miserables" y la mejor forma de "adaptación" es el aislamiento de la vida social; Los ancianos ya no son productivos, útiles, se convierten en una "carga" para la familia; Los viejos ya no son creativos, no tienen capacidad de aprendizaje; el momento de la vejez se ve como asexual, como algo vergonzozo o "anormal" que la sexualidad siga viviéndose aún siendo viejos; Los viejos se vuelven tercos, cascarrabias, intolerables. Expresión común de ello: " y ... ya está viejo !!.

Desde un determinado marco teórico-conceptual podemos decir que la vejez en sí misma es una construccion cultural, condicionada por dimensiones contextuales socio-económico-político-culturales en que interaccionan las personas; de allí que el envejecer sea un proceso particular y complejo, que contiene diferentes aspectos: físico-biológico-psicológico-social y emocional, constituyéndose en una experiencia de múltiples determinaciones en relación a estos aspectos y dimensiones.

Este fenómeno relacionado a las personas ancianas; a los viejos, se da como proceso generalmente en el espacio de la familia, la que se constituye también históricamente en relación al contexto y en un tiempo determinado; en la que los roles son móviles de acuerdo a los movimientos de la realidad como así también a las funciones y la integración familiar, preservando la identidad de cada uno de sus miembros. Así, cada familia responde a modos culturales particulares de la comunidad de que forma parte y cada situación familiar es por lo tanto también particular, concreta. La familia es productora y producida dentro de un sistema social de relaciones: políticas-sociales-culturales- económicas. Expresa en su interior las contradicciones del sistema social, guarda relaciones internas y externas de determinación y condicionamiento, comparte un espacio de existencia en un tiempo determinado que constituye su vida cotidiana.

Esto es muy importante tenerlo en cuenta ya que cuando nos referimos al proceso de envejecimiento de cada persona como integrante de una familia, nos estamos refiriendo a la internalización recíproca por parte de sus miembros, cuya condición de miembro depende precisamente de esa internalización y cada uno de ellos se reconoce en un nosotros (nuestra familia). De allí que cuando Intervenimos profesionalmente ante diferentes situaciones debemos reconocer al grupo familiar de que se trate, sin prejuicios, sin preconceptos; tomándolo de acuerdo a como sus integrantes lo sienten, lo viven (Aportes: de Jong-1995).

Desde este marco referencial podemos identificar las diferentes situaciones de vejez que enfrentan las personas mayores en relación a lo anteriormente explicitado La vida cotidiana de las personas, los grupos familiares, sociales, contiene a la práctica social de ese sujeto; sus valores, sus símbolos, creencias, su saber cotidiano, el lenguaje, la comunicación, su arte, y la transmisión de todos ellos.

Al interior de la vida cotidiana es que situamos dos importantes dimensiones para el hombre como sujeto: el trabajo y el tiempo libre, aspectos que en el momento de la vejez cobrarán tal vez mayor relevancia dado el centramiento que la persona hace en éstos y en el sobredimensionamiento que le da a cada uno de ellos en diferentes momentos evolutivos como son la juventud y la vejez; es como si a cada una de estas dimensiones debiéramos relacionarla con cada uno de estos momentos cuando en realidad tendrían que complementarse hasta el final de la existencia.

Estas SITUACIONES DE VEJEZ van a estar condicionadas por el destino de gratificación o frustración de las necesidades e intereses de los sujetos en su aquí y ahora; contexto, hábitat, organización social de la cual la familia proviene y donde se ha constituido, sus representaciones, significaciones, condiciones naturales en las que se desenvuelve.

Así, podemos decir que las diferentes situaciones de vejez se corresponderán con la contención y respuesta que cada trama relacional-familia hace a sus requerimientos: FISICOS (alimentación, abrigo, cuidados, estimulación sensorial, aprendizaje y ejercicio de recursos de protección, etc.), AFECTIVOS O PSICOSOCIALES es decir configurarse y funcionar con una estructura donde predomine el intercambio de amor y afecto; limitación y control: estructura de afianzamiento y seguridad; mayor frecuencia entre las acciones o hechos y los dichos; esclarecimiento de situaciones por más conflictivas y traumáticas que parezcan por sobre ocultamientos, silenciamiento o encubrimiento; la contención de ansiedades o tensiones a través de la comunicación; vinculación con el resto de la comunidad (amigos, vecinos, otros) y requerimientos SOCIO-CULTURALES (mediatizadora-socializadora), retransmisión de modos y valores; de derechos y obligaciones; de historia familiar, del lugar, etc., todo ello configuradores de la IDENTIDAD en sentido amplio (Aportes: Roquel-De Riso -1994).

Hoy, en nuestra práctica social, profesional, nos encontramos con diferentes Situaciones de viejos que en relación a su encuentro con los otros, a su desarrollo en el seno de un "determinado tipo de familia", han ido e irán posicionando esa situación de vejez.

Desde nosotros hemos Identificamos las más comunes, con matices diferentes dentro de cada una de ellas y su caracterización han sido producto de otro trabajo.

Pistas para pensar la Protección Social

Para abordar el tema de la protección social creemos necesario partir del concepto de "cuestión social" como expresión de la relación contradictoria capital-trabajo en el marco de constitución del sistema capitalista. Esta relación constituye el núcleo central de un proceso que se explicita en la forma de organización económica, social y política que afecta a la clase trabajadora en su proceso de reproducción biológica y social, así como a los sectores sociales no involucrados en dicho proceso productivo. Esta comprensión debe ser recreada en el marco de las actuales transformaciones que hacen al trabajo y a la protección social las que deben ser analizadas no sólo como consecuencias generadas en el escenario de los modelos neoliberales, sino también como expresión ideológica de las profundas modificaciones sufridas en el seno mismo del modo de producción capitalista.

La necesidad de ganancia del capital hizo necesario la transformación del sistema productivo y el mundo del trabajo, trayendo como consecuencia un proceso de precarización del mismo, requerimiento cada vez más tecnificado de mano de obra, desempleo estructural y exclusión, pero fundamentalmente impacta por el quiebre de la protección social (por la no correspondencia con las acciones estatales) y su incidencia en la subjetividad de las personas, constituyendo la llamada "nueva cuestión social".

La idea de seguridad y protección social a los individuos de una sociedad desde el punto de vista más social se fue dando paulatinamente, cuando el Estado asumió que no es suficiente pensar los problemas sociales de pobreza, indigencia y protección a la existencia, acudiendo al concepto de riesgo. Ella tiene su límite en el concepto de solidaridad y el principio de responsabilidad. Pero la cuestión social con relación a la protección social no es solamente individual, ni moral, es un problema que tiene que ver con la distribución de la riqueza y la equidad, como aspectos fundamentales de los derechos sociales y ciudadanos.

La constitución de un sistema de seguridad social pasa por garantizar efectivamente dichos derechos sociales, incluyendo la asistencia social, sistema que fue producto de lucha de clases que transformaron las condiciones laborales y de protección durante el período de industrialización de la sociedad capitalista. Este modelo ha llegado a su fin en esta etapa denominada postindustrialización.

La gran cuestión social hoy pasa por preguntarse cuales son las bases que pueden garantizar los derechos sociales y los niveles de protección. Autores franceses como Castell, Rosanvallon y Fitoussi han considerado que es necesario pensar un nuevo pacto social concordante con las actuales condiciones de transformación que el mundo del trabajo muestra hoy como escenario, pero sobre todo las nuevas desigualdades generadas en la sociedad actual. (Rozas M.-1998).

En este contexto podemos percibir que a la vez que disminuyen los niveles de protección de la población, aumenta la degradación de las condiciones de vida y las demandas sociales; se busca la estabilidad económica e implantación ideológico-político de los proyectos de corte neoliberales que parecen separar cada vez más la dinámica de la economía de la dimensión de lo social, resultando una sobredimensión de la primera y una despreocupación por la segunda.

Hoy, a finales de los 90´, cuando dicho proyecto trasciende lo provisorio, su carácter conservador se transforma en duradero y sus resultados y efectos se sienten y ahíncan como definitivos, es que podemos dar la discusión hacia otro plano y pensar más ampliamente, en otro sentido, fundando "tipos nuevos" en las formas y relaciones sociales, situando la seguridad/seguro en el plano del movimiento de la protección social, considerada una perspectiva más abarcativa, ya que esta es más que un sistema construido sobre un cálculo de riesgo y previsión del futuro de los individuos y que atraviesa serios problemas de sostenimiento. (Galizia, S.-1998).

Los efectos que los procesos de modernización actuales traen consigo, factores visibles en la definición de la situación de crisis en que están sumergidos los sistemas de protección social, son desde una dimensión más técnico-instrumental, la disminución de la masa salarial por la reducción de empleos formales, el aumento de la demanda de servicios por parte de los trabajadores del sector informal, la reducción del gasto social, las serias transformaciones demográficas, el desfasaje tecnológico, etc. y desde un punto de vista más político-normativo, traen consecuencias directas debilitando los niveles organizativos, llevando las condiciones de sociabilidad en dirección a un individualismo consumista como expresión de la erosión de las identidades de la organización colectiva.

Nuestras sociedades están consintiendo la exclusión y desprotección de una gran parte de la población porque la dinámica de la modernización neoliberal las presenta como naturales aunque transitorias, bajo la promesa de un futuro mejor y más seguro. Nuestras modernizaciones están jugando con la idea de soportar la exclusión presente para así llegar a alcanzar la protección futura. (Galizia, S.

-1998).

Envejecer en un contexto sin garantías de Protección Social

Algunas "muestras" como punto de partida Nuestro país tiene las características de "país envejecido" alcanzando, según datos del último Censo Nacional de Población y Vivienda -1.991- del INDEC, un 12,8% de personas mayores de 60 años (casi 4.200.000) sobre el total de la población (32.615.528: 15.937.980 Varones/ 16.677.548 Mujeres).

El proceso de envejecimiento de la población argentina aparece en forma notable a partir del año 1.930, acentuándose hasta el presente.

Es importante destacar que el Informe de la Asamblea Mundial del Envejecimeinto -Viena 1.982- denomina ANCIANO a toda persona mayor de 60 años de edad y que Naciones Unidas (1.956) adoptó caracterizar como "país envejecido" a aquellos cuya población mayor de 65 años supera el 7% de la población total. En nuestro país este porcentaje alcanza el 9% (INDEC).

Estos datos expresados son aún más significativos en el ámbito de nuestra Provincia: ENTRE RIOS, que es en definitiva el que nos interesa profundizar por ser este el contexto más próximo de Inserción e Intervención.

Siguiendo los resultados del Censo 91' E. Ríos tiene un 12,5% de personas mayores de 60 años y un 8,8% de mayores de 65 años (casi 90.000) sobre un total de población de 1.020.257 (500.466 Varones/ 519.791 Mujeres), lo que evidencia características de una provincia también envejecida.

En una aproximacion diagnóstica que realizáramos en 1996 acerca de la Situación de Vejez en la provincia, hicimos hincapié en aquellos aspectos más cruciales de los viejos en relación a su vida cotidiana y que tienen que ver con la Familia, la Salud y la Seguridad social pensados desde la idea de protección social.

Sin dudas el contexto caracterizado en el punto anterior agrava e incide negativamente en la participación familiar relacionada al sostén económico de los ancianos, la que tiende a desaparecer emergiendo en su reemplazo y/o apoyo esta forma socializada de contención: la Seguridad Social.

Así, innumerables familias se ven entrampadas en problemáticas prácticamente "sin salida", de allí que el sostenimiento de los viejos se haga casi imposible desde la condiciones concretas de existencia de cada una de ellas.

Los "ajustes" que recaen también en el Sistema de la Seguridad Social del país y de las provincias, van debilitando todo lo que tiene que ver con los diferentes tipos de cobertura, con consecuencias en uno de los sectores más postergados: los Viejos, principalmente pertenecientes a los sectores más pobres y empobrecidos recientemente.

El futuro se presenta poco alentador si tomamos como referencia la última reforma al Sistema Previsional y las modificaciones de diferentes Leyes Laborales, ya que sin dudas dentro de pocos años será mucho mayor la cantidad de personas que lleguen a viejo sin ningún tipo de beneficio previsional y casi seguro que el Estado no dispondrá de un Sistema No Previsional adecuado a dichas circunstancias ya que cada vez este tipo de beneficio es de menor alcance.

Tal cual lo plantean Isuani y San Martino, un sistema previsional que nació para prevenir y reducir el conflicto social terminó describiendo una parábola en el tiempo para volver el conflicto social, pero esta vez como generador del mismo.

La dificultad en reconocer a tiempo un estado de crisis hizo que desde hace ya bastante tiempo asistimos a la aplicación de políticas públicas que no hacen más que profundizar la tendencia declinante del Régimen Previsional.

Sin diferencias sustanciales, gobiernos democráticos y autoritarios perpetuaron un modelo perverso que si bien en la norma asegura a los beneficiarios haberes jubilatorios vinculados a un porcentaje de los haberes al cese de la actividad laboral, en la práctica no hace más que distribuir una masa cada vez mayor de recursos en jubilaciones y pensiones que no sólo no se corresponden con lo legislado, sino que en su gran mayoría se ubican en haberes mínimos que no alcanzan a cubrir necesidades elementales de subsistencia.

La dinámica demográfica, el crecimiento de los beneficios a un ritmo muy superior al de los cotizantes y el fenómeno de la evasión son factores que presionan fuertemente sobre las finanzas del sistema. Frente a la sistemática caída de las relaciones de sostenimiento, los trabajadores deben hacer un esfuerzo mayor para asegurar un mismo nivel de beneficios actuales y futuros.

La respuesta social a la problemática de la vejez ha sido diferente - población inactiva desde la concepción de "producción" vigente, niños y ancianos viven de los bienes puestos a su disposición por los miembros "trabajadores" de la población activa (Naciones Unidas 1.956)- ya que si bien la carga sigue sostenida por los adultos "productivos", la de niños y jóvenes sigue acotada al ámbito de la familia, en cambio la de los ancianos prácticamente se ha socializado.

El envejecimiento de la población ha aumentado considerablemente la relación de dependencia "activo-pasivo", tendencia reforzada por el incremento de la esperanza de vida que prolonga el período de cobertura.

El desequilibrio en esta relación ha sobrecargado de tal modo los sistemas de seguridad social, prácticamente en todos los países del mundo, que la población anciana tributaria-benefiaciaria de los mismos constituyen en casi todos los países envejecidos, uno de los sectores más empobrecidos de la sociedad.

De allí que la cuestión de la dependencia sea un aspecto muy importante a considerar en la problemática social de la vejez y en relación a ella se dan dos de sus dimensiones principales: la subsistencia económica y la salud. El riesgo de enfermar y morir forman parte también de su vida cotidiana; la "invalidez" constituye la amenaza más seria a cualquier estrategia de vida "independiente" .

El acceso a la jubilación y a más servicios sociales debería favorecer la independencia y autonomía de los ancianos respecto a sus familias en cuanto a su autoafirmación y mantenimiento en su propio hogar, en su comunidad.

Quien es el sostén del anciano y fundamentalmente del anciano enfermo?. La respuesta aparece como un espacio de TENSION en la relación familia-protección social.

Tradicionalmente ha sido la mujer quien realizara las tareas de cuidado de ancianos con problemas de salud, pero hoy ante una redefinición de su rol dentro de la familia y aún de la sociedad, esto se ha modificado sustancialmente.

La atención de un enfermo crónico -situación bastante frecuente entre los viejos- demanda un monto considerable de recursos de diferentes características y aquí aparece uno de los principales obstáculos para aquellos sectores medios y marginalizados social y económicamente, ya que a las desventajas propias de la vejez se le suman las de "la pobreza".

Y es precisamente en las situaciones de cronicidad en que generalmente aparece el "conflicto familiar" sobre la internación o no del viejo, lo que conlleva a la aparición de diferentes contradicciones al interior de la familia y de la sociedad, y que por la complejidad del tema: "La institucionalización de ancianos", merece un tratamiento más profundo.

Desde la perspectiva del intercambio, de la interdependencia, los problemas del Envejecimiento son esencialmente problemas de disminución de recursos de poder (dinero, conocimiento, persuasión y posición social).

Desde la perspectiva de protección social, " ... las redes de reciprocidad cumplen funciones de seguridad y protección, lo que da a los ancianos un cierto margen de estabilidad y seguridad, en particular en un momento en que las continuas pérdidas y la declinación física hacen que la posible ayuda o el poder recurrir a otro se constituya en un recurso organizador de la vida y se convierta en sí misma una "estrategia de supervivencia". "... Estas redes de intercambio son el "capital" de los viejos en nuestra sociedad, constituyéndose en algunos casos en la base del Sistema de Seguridad Social..." (María Julieta Oddone -1986).

Tal forma de organización es válida para todos los sectores sociales y sus diferentes situaciones de vejez aunque varíe el contenido de dicha interdependencia.

En nuestra PROVINCIA, sobre un total de población mayor de 65 años de edad de 89.757, sólo percibe Beneficios de Jubilación o Pensión un 73%, variando este porcentaje en los distintos Departamentos que conforman la misma.

Acá se abren una serie de INTERROGANTES en dos líneas: 1- Cómo sobrevive el resto de la población anciana, el 27% restante, sin ningún tipo de ingreso?.

2- Cómo sobrevive una parte de la población anciana incluida en el 73% y que percibe una jubilación menor a los $ 450- o una pensión de $ 102- o aún peor de $ 58- mensuales? y que además cobran con retraso y en forma gradual según cronograma de pago elaborado tanto por nación como por provincia?.

Y en relación a ello nos preguntamos además: -COMO HACEN LOS VIEJOS * Para pagar los impuestos y mantener así la propiedad de "su casa" que seguramente tanto costó construir? (unido esto a un valor cultural muy importante en estas generaciones: estar al día con sus "deudas").

* Para afrontar la inevitable compra mensual de medicamentos?.

* Para pagar los diferentes servicios públicos o el alquiler aquellos que no tienen vivienda propia; para vestirse (porque también los condenamos a usar "trapos viejos").

pero por sobre todo COMO HACEN para alimentarse adecuadamente?.

Y en cuanto al aspecto SALUD podemos decir que sólo el 59% de la población mayor de 65 años tiene Obra social; el 22% tiene cobertura parcial mediante algún "Plan Médico o Mutual" y el resto, el 17% NO tiene ningún tipo de cobertura.

También es importante decir que los porcentajes varían de acuerdo al Departamento de la Provincia de que se trate, porque ya sabemos que hay lugares del interior de la misma en que su población es la menos beneficiada.

Y también en relación a esto surgen inevitablemente ciertos interrogantes: * Cómo enfrentan los viejos sus problemas de salud -preponderantes en este momento de la vida- parte de ese 59% que tiene Obra Social cuando estas atraviesan uno de sus peores momentos y comienzan a "recortar" servicios y coberturas?.

* Cómo enfrentan sus problemas de salud los viejos que no tienen ningún tipo de cobertura o la misma es parcial si el Hospital público también está en crisis ?.

y además cuando allí, en la mera atención médica no se termina la cuestión, ya que se necesitan medicamentos, elementos ortopédicos, de apoyo, tratamientos prolongados específicos, internación, etc.

Pero hay algo más grave aún y es la pregunta respecto de a donde "van a parar" aquellos viejos sin recursos económicos y con problemas de salud crónicos; psiquiátricos; de "invalidéz", si en Entre Ríos NO existe una Organización Institucional Público-estatal que los pueda contener?.

Un "Lugar" donde derivar a estos viejos que llegan a un estado de salud psico-físico que hacen imposible su estadía en las Instituciones Gerontológicas sostenidas por Asociaciones Civiles Sin Fines de Lucro, con las consecuencias que ello implica tanto para el viejo como para sus compañeros y para el personal (generalmente no capacitado para una atención adecuada); Organizaciones que además no contemplan (porque no es su fin) la infraestructura y equipamiento necesarios para hacerlo.

Ante la explicitación de estas cuestiones, de estos interrogantes aparece lo referente a las respuestas que cada uno de ellos tiene y debería tener, máxime en relación directa al Rol indelegable que debe cumplir el Estado, a nivel nacional, provincial y local en el campo de la Protección Social y hacemos referencia entonces a las politicas sociales.

Políticas Sociales en las que subyace el carácter Asistencial y aún Asistencialista de las mismas; que aparecen como acciones dispersas, aisladas, implementadas en forma directa o indirecta por las diferentes áreas del Gobierno Nacional, Provincial o Municipal y por Organizaciones NO Gubernamentales.

Podemos visualizar que el ALCANCE de estos Programas ha sido y es LIMITADO y FOCALIZADO en determinados grupos de amplios sectores de viejos que sufren condiciones de marginalización; ejecutados generalmente con una Metodología particular que no responde a una planificación acorde a un Diagnóstico profundo sobre la situación de vejez, al menos en nuestra Provincia, en la que cada Organismo toma aspectos parcializados sobre la población a la que dirige su accionar.

Hacia una Perspectiva de Futuro

Sostenemos que el escenario más indicado para la generación e implementación de Políticas y Programas Sociales es el Municipal, por la posibilidad que brinda la cercanía, la proximidad, el acceso no sólo al mundo de lo urbano sino también de lo rural, ya que generalmente éstas llegan solamente a las zonas urbanizadas, acrecentando la marginalización del hombre de campo: el pequeño agricultor, el peón rural, el hachero, el jornalero, el recolector manual de cosechas, etc.

Creemos que Hoy se puede hacer más y mejor aún con el nivel de recursos disponibles; debemos exigir transparencia y equidad al sector público-estatal en la estructuración y ejecución del gasto y una administración seria, no sólo de lo económico sino también de lo social, ya que los sectores y grupos sociales son algo más que el mero "clientelismo" o el espacio institucional para prácticas de "amiguismo político". "Los electores actúan cada vez con más inteligencia y conciencia, el deber del "político" es respetar a su pueblo y tender a la reducción del mercado de votos cautivos...".

"... la nada no tiene identidad en la práctica social. Ante la presente crisis se trata de hacer más pero muy distinto. Y aún se puede hacer mucho; sin triunfalismos ... tal vez de "a poquito". (E. Bustelo -1990).

Así, en cada ciudad, en cada pueblo, se irán pensando y generando políticas sociales familiares, tratando de no sectorizar, de no parcializar la realidad, que integren todos los aspectos de la vida cotidiana para lograr la relación Dignidad - Condicion humana.

Y en lo específico al envejecimiento y vejez, por su particularidad, en cada Localidad debe convocarse a los propios viejos y a aquellos grupos y sectores que quieran apoyarlos; para contribuir a dar respuesta a las necesidades reales que cada situación de vejez plantea, ya que la participación facilita el consenso y evita los conflictos y competencias estériles que se traducen en demoras innecesarias en la provisión de servicios e implementación de programas sociales; también ésta posibilita la autonomización de los grupos y sujetos de la dependencia asistencial del Estado fortaleciendo el sistema de solidaridad básico de cada comunidad y de la sociedad en general y cuando está asociada a la generación de formas organizativas de Redes, posibilita que nuevos grupos sin representación -en muchos casos los viejos- puedan llegar a defender sus intereses y plantear sus problemas en el cuadro de la asignación de los recursos del sector público, como lo viene demostrando el Movimiento de jubilados en nuestro país, más allá de que en este caso se trate de una iniciativa del sector en todo caso "no bien vista" por el actual gobierno.

Las acciones que genere el Municipio junto a los demás sectores involucrados en su sistema de política social deberá garantizar respuestas a los diferentes aspectos que se relacionan a las situaciones de vejez (tal como lo plantea el Documento Final del Encuentro Federal de la Tercera Edad- Bs. Aires Septiembre/93-).

Por ello es importante que la Política y Programas de: Ingreso; Seguridad Social; Promoción y Bienestar; Recreación-Educación-Cultura-Arte-etc.; Institucionalización gerontológica y geriátrica; Acciones alternativas a la institucionalización; Apoyo a la generación y sostenimiento de grupos de base (organizaciones de abuelos- jubilados y pensionados); sean acordes a las necesidades, intereses y demandas planteadas por los viejos del lugar, pertenecientes a diferentes sectores socio-económicos, pero que tienen algo indiscutible en común: la vejez como último momento de la vida y que nuestros viejos podrán vivir dignamente si asumimos la cuestión como lo que es y contribuimos a ello los diferentes actores sociales. Nosotros profesionales, podemos hacerlo a través del trabajo interdisciplinario o multidisciplinario eficaz, productivo, serio, humanizado.

Esta POLITICA SOCIAL MUNICIPAL deberá FAVORECER: * El fortalecimiento de la imagen del viejo y su integración en la familia, ya que las relaciones familiares son las que el viejo vive con mayor intensidad y asiduidad y la importancia de la estructura y organización familiar en la vida de los ancianos es fundamental en muchos sentidos.

* La participación del viejo en la toma de decisiones familiares y el reconocimiento del lugar que ocupa en el ámbito familiar.

* La integración de las personas ancianas a la comunidad en general, tendiente a evitar el aislamiento.

* El sostenimiento económico de los ancianos a fin de que pueda vivir en digna independencia en ese aspecto.

* El fortalecimiento y sostenimiento de las organizaciones de la comunidad que tienen que ver con la temática y problemática de la vejez.

* La promoción de actividades de capacitación y aprendizaje personal mediante actividades educativas-recreativas-culturales-sociales.

Finalmente deberá favorecer la creación (en base a la elaboración de Diagnósticos locales y zonales), porque en definitiva también son necesarias, (incluyendo en ello legislación, normatización, reglamentación y contralor) de Organizaciones Institucionales de larga estadía abiertas, no segregativas; que realmente brinden a aquellos viejos -varones y mujeres- que no tienen ya ningún otro tipo de alternativa, un espacio y tiempo al que puedan vivir como propio; que evite el desarraigo por lo cual deberá integrar a los viejos de la comunidad y del sector rural cercano; en el que se puedan seguir tejiendo distintos lazos familiares, amistosos, vecinales; que se respete y valoren los diferentes modos culturales y saberes populares que hacen a la identidad, a la vida cotidiana, a la convivencia.

Así como dice Aixa (Periodista de nuestro medio, en uno de sus artículos dedicados a la vejez), "en cada hogar, mientras el presente anda despacio, sin apuros por llegar a algún lado, los recuerdos en cambio se escapan a cada rato y llenan el sitio: feos, lindos, mejores y peores. hay de todo en cada uno de ellos porque representan a cada uno de los viejos que alli viven"... A partir de eso nosotros podemos hacer junto a ellos, un intento cada dia: el hogar como la propia casa.

A modo de cierre ...

Simplemente a partir de lo que ya está escrito, hablado, investigado, cantado, podemos indagar y relacionar certezas reveladas a la sociedad desde hace tiempo atrás. Esta sociedad atravesada hoy por propuestas y modelos que nos llevan de la modernización a la postmodernidad; las que en forma paralela por supuesto no pueden encontrarse con nuestro pueblo, pero que igualmente (por Decreto presidencial) "nos sitúan" en el Primer Mundo.

Retomo a Simone de Beauvoir cuando dice que "... los mitos y estereotipos que el pensamiento burgués ha puesto en circulación tratan de mostrar que en el viejo hay otro. Si los viejos manifiestan los mismos deseos, los mismos sentimientos, las mismas reivindicaciones que los jóvenes, causan escándalo; en ellos el amor, los celos, parecen odiosos o ridículos, la sexualidad repugnante, la violencia irrisoria. Deben dar ejemplo de todas las virtudes. Ante todo se les exige serenidad; se afirma que la poseen, lo cual autoriza a desinteresarse de su desventura. La imagen sublimada que se propone de ellos es la de sabio aureolado de pelo blanco, rico en experiencia y venerable, que domina desde muy arriba la condición humana; si se apartan de ella caen por debajo.

De todas maneras o por su virtud o por su obyección se sitúan fuera de la humanidad. Es posible pues, negarles sin escrúpulo ese mínimo que se considera necesario para llevar una vida humana?. Tan lejos llevamos ese ostracismo que llegamos a volverlo contra nosotros mismos; nos negamos a reconocernos en el viejo que seremos. LLegado el momento y ya al ir acercándose, por lo común se prefiere la vejez a la muerte. Sin embargo a distancia, consideramos con más lucidez a esta última. Forma parte de nuestras posibilidades inmediatas, nos amenaza a toda edad; a veces llegamos a rozarla; con frecuencia le tenemos miedo ...

Nadie se vuelve viejo en un instante: jóvenes o no, pensamos que estamos habitados ya para una futura vejez- ... Ante la imagen que los viejos nos proponen de nuestro futuro somos incrédulos; una voz en nosotros murmura absurdamente que no nos ocurrirá, la vejez es algo que solo concierne a los demás. Así se puede comprender que la sociedad logre disuadirnos de ver en los viejos a nuestros semejantes.

No sigamos trampeando; en el futuro que nos aguarda está en cuestión el sentido de nuestra vida; no sabemos quienes somos si ignoramos lo que seremos: reconozcamosno en ese viejo, en esa vieja. Así tiene que ser si queremos asumir en su totalidad nuestra condición humana. Por lo mismo no seguiremos aceptando con indiferencia la desventura de la postrera edad; nos sentiremos incluidos, lo estamos.

Porque los viejos, son hombres?, de acuerdo a la manera como los trata la sociedad es posible dudarlo. La vejez aparece así como un secreto vergonzoso y un tema prohibido".

Intentemos en el trabajo con ellos, aunque seamos jóvenes, aunque aparezca como una temática triste y desoladora ... pero real, quebrar la conspiración del silencio y la falta de acción.

Intentemos revertir las situaciones más crueles e inhumanas que les plantea la sociedad, ya que la desgracia de muchos de ellos, es un signo de "fracaso de la civilización contemporánea".

María del Carmen LUDI

Paraná, Agosto de 1999-

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

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Primer Encuentro Nacional sobre Calidad de Vida en la Tercera Edad Sec. Extensión -UBA- María del Carmen LUDI "Envejecer en un Contexto de Desprotección Social"

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