LA METALURGIA DE LAS CULTURAS PREHISPANICAS DEL NOROESTE ARGENTINO

Adrian Angel Pifferetti*

INTRODUCCION

En América, las evidencias arqueológicas hasta ahora conocidas, indican que la tecnología pirometalúrgica de la obtención de aleaciones de cobre nace en algún lugar de la zona Andina Centro-Meridional, un área que comprende el Altiplano Boliviano y las zonas circundantes del N.O. Argentino, el sur del Perú y el norte de Chile [1].

El Noroeste Argentino ha integrado esta zona nuclear y ha sido uno de los epicentros de la metalurgia del cobre prehispánica, caracterizándose por la abundancia de sus recursos minerales, por la temprana aparición de sus manifestaciones y por la perfección admirable alcanzada en su etapa de máximo desarrollo.

En una serie de sitios arqueológicos y en los diversos museos y colecciones universitarias se conservan una serie de elementos exponentes de las actividades metalúrgicas extractivas y de transformación desarrolladas por los diversos grupos culturales que se sucedieron en el Noroeste de nuestro país desde comienzos de la era cristiana hasta la llegada de los conquistadores. Se trata de piezas terminadas o en diferentes estados intermedios de elaboración y restos de hornos (huairas), crisoles, moldes, escorias, martillos, yunques, etc. Corresponden a la obtención de aleaciones de cobre (cobre-plomo, cobre-arsénico y cobre-estaño) por fusión y colada en moldes monovalvos, bivalvos y aún mas complejos; luego trabajados aplicando diversas técnicas de elaboración como el martillado, el estirado, el repujado, el pulido, la soldadura y diversos tipos de tratamientos térmicos.

Muchos de los sitios estudiados hace algunos años se han perdido, arrasados por la construcción de obras publicas como caminos o represas, la expansión de áreas urbanas o el desarrollo de actividades agrícolas. Es el caso de la mayoría de los sitios de la cultura Condorhuasi-Alamito registrados en los trabajos de 1957-66. [2]

En cuanto a los materiales almacenados en los museos, si bien hace tiempo que las piezas metálicas han llamado la atención, no ha ocurrido lo mismo con otras manifestaciones del proceso metalúrgico como los restos de hornos, crisoles, moldes, escorias, fundentes, desmoldantes, boquillas sopladoras, etc; los que muchas veces han pasado desapercibidos o se han catalogado en forma equivocada.

Incluso a pesar de la importancia dada a las piezas terminadas como manifestaciones de la metalurgia arqueológica durante muchos años su estudio quedó limitado a algunos trabajos puntuales y muchas veces descriptivos.

Se hace necesario recalcar la importancia que la preservación, identificación exacta, catalogación y estudio de todos estos restos tiene para la preservación del patrimonio arqueológico y la historia de la ciencia y la tecnología de nuestro país y de toda América del Sur.

PROCESO METALURGICO

Una vez que en un horno se ha obtenido a partir de un mineral o de una mezcla de minerales el metal al estado mas o menos puro o mezclado con otros formando lo que llamamos una aleación, este es volcado en moldes o matrices de piedra o cerámica en los que se ha producido previamente un vaciado con la forma de la pieza. Estos moldes eran en un primer momento de una sola pieza y abiertos a la atmósfera, pasando luego a ser partidos o bivalvos y finalmente complejos para permitir la fusión de piezas complicadas o huecas.

El recipiente o cuenco en que se recoge el metal líquido extraído del horno y que permite volcarlo luego en los moldes se denomina crisol.

La pieza extraída del molde podía ser posteriormente conformada o trabajada por deformación plástica en forma parcial o total por martillado tanto en frío como en caliente.

También la obtención de alambres o barras ha partir de un lingote o tejuela fue conocida por nuestras culturas prehispánicas.

LOS MATERIALES

Los minerales son los materiales primarios del proceso de fusión y su estudio nos da idea de dicho proceso y puede permitir, además, la identificación de los lugares de extracción. Otros productos minerales que pueden haberse utilizado son los fundentes para  mejorar la fusión, los escorificantes para facilitar la eliminación de impurezas como escoria o los desmoldantes para evitar la adherencia de la pieza al molde. Lamentablemente muchas veces pasan desapercibidos en las recolecciones porque no siempre se advierte que se trata de un producto de la actividad cultural, y este es un aspecto que no debe descuidarse en los trabajos de campo o en la investigación de las colecciones almacenadas en los museos.

Elementos muy importante son las escorias o productos de la separación de impurezas en el proceso de fusión. Su estudio informa sobre las características del proceso de transformación, temperaturas alcanzadas, tipos de minerales, atmósfera del horno, rendimiento del proceso, etc.

Los hornos utilizados en el período prehispánico son de diverso tipo. Los mas característicos son las huairas, estructuras verticales fijas o móviles de aireación natural. Mientras que aquellos fijos sólo han sobrevivido parcialmente en su parte inferior, obligando a conjeturar sobre partes significativas de su superestructura, no ocurre lo mismo con las huairas móviles. Estas constituidas por elementos cerámicos de forma tubular, han logrado reconstruirse en algunos casos en forma prácticamente completa. Restos de hornos fijos se han hallado en  Rincón Chico [3] y Quillay (período incaico) [4], mientras las únicas huairas móviles identificadas corresponden a la cultura Condorhuasi-Alamito del período formativo. La Fig.1 nos muestra una de estas huairas remontada a partir de sesenta y cuatro fragmentos.


Fig. 1.- Huaira Condorhuasi-Alamito del Sitio H-0 de El Alamito.

 Escuela de Arqueología,  Universidad Nacional de Catamarca.

Ya hemos señalado la diferencia entre moldes y crisoles y la confusión que muchas veces existe respecto a su interpretación. En muchos casos los crisoles pueden considerarse parte integrante del propio horno ya que la huaira se instalaba sobre ellos como puede observarse en las ilustraciones de los trabajos de Nuñez Regueiro [5-6]. (Fig. 2)


Fig. 2.- Crisol Condorhuasi-Alamito del Sitio D-1 de El Alamito. Museo

Escuela Antropología, Fac. de Humanidades, Universidad Nac. Rosario

            El estudio de los moldes resulta de gran utilidad para conocer como se alimentaba el metal en el molde, como se efectuaba la eliminación de los gases durante el moldeo, en que casos se utilizaban moldes de piedra o cerámicos, etc. etc. Por otra parte el hallazgo de fragmentos cerámicos con adherencias metálicas o escorias evidencia la presencia de fragmentos de crisoles o de revestimientos de hornos y demás esta decir la importancia de la información que puede brindar el análisis de estas adherencias como indicadores del proceso de fusión.

La misma importancia tienen otros productos intermedios como lingotes o tejuelas, goterones y piezas descartadas por fallas a medio elaborar.

Finalmente las piezas como resultado final de todo el proceso de la actividad productiva, son un compendio de toda la tecnología aplicada en su elaboración y de todo ello pueden informar si se las estudia adecuadamente. Son los materiales mas estudiados tanto desde el punto de vista tecnológico como del arqueológico.

LO QUE NOS DICEN ESTOS MATERIALES


Fig. 3.- Moldes de Malimán (San Juan). Los dos de arriba de cerámica (el de la

derecha con restos de desmoldante, los inferiores piedra. Museo del Instituto de

 Arqueología y Etnografía, Fac. Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo

A modo de ejemplo de la información que puede extraerse de estos materiales resumiremos algunas conclusiones obtenidas por nosotros al estudiar algunos de ellos.

1.      Materiales de El Alamito:

 Las manifestaciones metalúrgicas mas antiguas que conocemos provienen de los sitios arqueológicos de El Alamito o Campo del Pucara, Andalgalá, Catamarca. Las excavaciones realizadas han sacado a la luz un contexto cultural metalúrgico sellado datado radiocarbonicamente entre los siglos III a V D.C., y considerado como una manifestación particular o "facie" de la cultura Condorhuasi denominada Condorhuasi-Alamito. [5-6]

Desde que en 1987 comenzamos el estudio de estos materiales hemos podido concluir que en los sitios de Alamito se realizaban operaciones metalúrgicas de elaboración y transformación en aleación cobre-plomo, partiendo de minerales en que estos metales ya se encontraban mezclados. Los hornos utilizados eran huairas tubulares que se colocaban sobre escudillas o crisoles en las que se introducía la mezcla de mineral y combustible.

Posteriormente la "tejuela" de metal así obtenida era trabajada por martillado hasta obtener placas o barras, en sucesivos procesos de deformación en frío seguidos de tratamientos de calentamiento que no solo ablandaban el material para permitir una ulterior deformación sino que lo iban purificando disminuyendo el contenido de plomo por exudación.

Conocían, además, el “repujado” que es una forma sencilla de estampado consistente en la obtención de dibujos en alto o bajorrelieve sobre láminas metálicas, previamente calentadas, apoyadas sobre una superficie blanda, mediante la acción de un punzón de punta roma. En las excavaciones se han hallado algunas piedras con cavidades que pensamos pudieron cumplir la función de matrices para este trabajo de repujado.[7 a 10]

2.      Hacha Santamariana del Alto Río Diamante:

Se trata de una de las llamadas hachas ceremoniales con mango. Su estudio permitió determinar que había sido fundida en un molde bivalvo, que la cavidad correspondiente al cuerpo del hacha estaba casi íntegramente en una de las mitades del molde y en la otra se rebajó solo la decoración superficial y que la colada se efectuó por la parte superior. La superficie fue pulida utilizando un polvo abrasivo y el filo se endureció por martillado.

Además la radiografía indico que el cuerpo se había fundido sin defectos interiores no así la zona del mango que presentaba abundante porosidad y esta fue seguramente la causa de la rotura. [11-12]


Fig. 4.- Hacha Santamariana del río Negro. Museo

Municipal de Historia Natural, San Rafael, Mendoza

CONCLUSIONES

Las culturas prehispánicas del N.O. Argentino conocieron una precoz actividad metalúrgica, en la que se destacaron por sus conocimientos y por la habilidad y calidad artística puesta de manifiesto en la elaboración de ciertas piezas.

Desde la aleación Cobre-Plomo de Condorhuasi-Alamito en el 300 d.C. hasta las admirables creaciones en bronce de La Aguada y Santamaría, pasando por el bronce arsenical predominante en el período medio y finalizando en la evolucionada metalurgia de la dominación Inka, parecen haber  pasado por las mismas etapas que en el viejo mundo pero en forma independiente, unos 3000 años después.

Esto hace que el estudio de los restos materiales de este proceso productivo, no sólo sean importantes para conocer nuestro pasado, sino para entender el proceso evolutivo del hombre y su forma de aplicar los conocimientos físicos al desarrollo tecnológico.

Por lo tanto es necesario preservar por medio de la creación de parques o reservas arqueológicas aquellos sitios que conservan restos de hornos, lavaderos y muestras de actividades mineras extractivas que aún sobreviven como los de las terrazas superiores de El Alamito, el sitio 15 de Rincón Chico o Quillay.

Asimismo es necesario efectuar un adecuado relevamiento, estudio y catalogación de todos aquellos materiales conservados en museos, centros de investigación y colecciones particulares, no tanto en lo que hace a las piezas terminadas sino a todos los materiales citados antes. Piezas como discos, campanas o hachas ceremoniales ocupan lugares destacados hoy día en todos los museos pero no puede decirse lo mismo de los fragmentos de hornos, crisoles, moldes y escorias, especialmente las no vitrificadas.

Esta puesta en valor de los restos de la tecnología metalúrgica unida al consolidamiento de grupos de investigación interdisciplinarios como los actualmente existentes en las Facultades Regionales de Buenos Aires y Venado Tuerto de la Universidad Tecnológica Nacional, integrados por físicos, metalurgistas y arqueólogos, permitirá profundizar los conocimientos sobre las materias primas empleadas, los procesos tecnológicos de obtención y transformación de aleaciones metálicas, la relación entre poblados, yacimientos y centros de procesamiento, etc.

Conocimientos estos que podrán aplicarse al estudio de aspectos sociales, económicos y políticos de dichas sociedades, como la diferenciación social, la especialización del trabajo, el valor material y simbólico de los objetos elaborados, el control de los recursos naturales y las relaciones culturales. Y fundamentalmente investigar la influencia que el desarrollo del conocimiento tecnológico y su evolución han tenido como factor de cambio cultural.

REFERENCIAS

1.      Palacios T.A. 1996. El comienzo de la metalurgia en América. En Mesoamerica y Los Andes, Mayán Cervantes (Coor.): 473-505. Ed. Ciesas. Tlalpan, Mexico.

2.      Nuñez Regueiro V.A. Comunicación personal.

3.      Tarragó M. N., Gonzalez L.A. 1995-96. Producción especializada y diferenciación social en el sur del valle de Yocavil. Anales de Arqueología y Etnología (F.F.y L. - U.N. de Cuyo),50-5l: 85-108.

4.      Raffino R.,Iturriza R.,Iácona A.,Capparelli A., Gobbo D., Montes V.G., Vázques R. 1996. Quillay: centro metalurgico Inka en el noroeste Argentino. Tawantisuyu 2:59-69. Canberra, Australia.

5.      Nuñez Regueiro V.A. 1992. La metalurgia en Condorhuasi-Alamito (Siglos III a V d.C.). Anales de Arqueología y Etnología. 46-47:107-164. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza..

6.      Nuñez Regueiro V.A. 1998. Arqueología, historia y antropología de los sitios de Alamito. Ed. INTERDEA, Universidad Nacional de Tucumán

7.      Pifferetti A.A. 1997-99. Arqueometalurgia de Condorhuasi-Alamito. XII Congreso Nacional de Arqueoplogía Argentina. Actas, Tomo I:129-141. La Plata.

8.      Pifferetti A.A. 1996a. Técnicas metalúrgicas en Condorhuasi-Alamito (siglos III a V d.C.). Anales de la Asociación Química Argentina 84 (5):511-515. Buenos Aires.

9.      Pifferetti A.A. 1996b. Caracterización de piezas metálicas del Museo de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. Jornadas de Antropología de la Cuenca del Plata. Actas, II:112-118. Rosario.

10. Pifferetti A.A. 1999. El comienzo de la metalurgia del cobre en el N.O.Argentino. Saber y Tiempo 7. Viol. 2: 143-150. Buenos Aires.

11. Pifferetti A.A. 1997-99. Arqueometalurgia de un "hacha ceremonial" santamariana del Alto Río Diamante, Mendoza. XII Congreso Nacional de Arqueoplogía Argentina. Actas, Tomo III:261-268. La Plata.

12. Lascalea G.E., Pifferetti A.A., Fernandez de Rapp M.E., Walsöe de Reca N.E. y Northover J.P. 2002. The material caracterization of a Santamarian ceremonial axe. Archaeometry 44 (1): 83-94. Blackwell Publ. University of Oxford.



* CEMAT, U. T. N., F. R. Venado Tuerto Castelli 501 - 2600 Venado Tuerto.


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